Han realizado el seguimiento de estas células por técnicas de bioluminiscencia y han podido comprobar que permanecen en la zona del tratamiento por varias semanas.
Antoni Bayés-Genís, del Hospital Germans Trias i Pujol.
Una bioprótesis elaborada a base de células madre mesenquimales de cordón umbilical y fibrina detiene el remodelado adverso del miocardio y consigue mejorar la fuerza contráctil del corazón en más de un 20 por ciento después de un infarto, según los resultados de un estudio en ratones dirigido por Antoni Bayés-Genís, del grupo de investigación en Insuficiencia Cardiaca y Regeneración Cardiaca (Icrec) del Instituto Germans Trias i Pujol, de Badalona, en colaboración con el grupo de Terapia Celular del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC).
El trabajo, que publica la revista Stem Cells Translational Medicine, ha realizado el seguimiento de estas células por técnicas de bioluminiscencia y ha podido comprobar que permanecen en la zona del tratamiento por varias semanas, a diferencia de lo que ocurre cuando se inyectan, que se dispersan rápidamente por el torrente sanguíneo, según ha explicado el investigador.
Este mismo grupo ya había descubierto la capacidad neoangiogénica de las células mesenquimales de cordón umbilical en un estudio publicado en PLoS One. "La parte biológica ya se había demostrado y ahora vemos que esto se traduce en una mejora funcional del corazón, que es clave para su potencial aplicación clínica".
El próximo objetivo de estos científicos será estudiar la seguridad de la técnica en corazones humanos y después, verificar su eficacia y efectividad en ensayos clínicos.
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