Las células madre neurales inducidas (iNSCs por sus siglas en inglés) creadas a partir de células adultas son prometedoras para el trasplante terapéutico, pero su potencial en esta capacidad se ha visto limitado por los intentos fallidos de mantenerlas en el estado multipotente deseado, sin la expresión continua de los factores de transcripción usados inicialmente para reprogramarlas.
Ahora, unos científicos del Instituto Whitehead de Investigación Biomédica, vinculado al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, han creado células madre neurales inducidas que permanecen en el estado multipotente sin una expresión continua de los factores de reprogramación. Esto permite que las células madre neurales inducidas se dividan repetidamente generando así células en cantidad suficiente para posibilitar una terapia basada en ellas.
Terapéuticamente, es importante cultivar células madre neurales porque pueden autorrenovarse y generar muchas células. Si solo se logra obtener neuronas maduras, algo que otras técnicas ya hacen, nunca se puede conseguir una cantidad lo bastante grande de células útiles, y el efecto de cualquier eventual terapia será ínfimo.
A fin de obtener células madre neurales inducidas mediante una conversión directa de linaje, los científicos usan virus que insertan un cóctel de factores de transcripción en el genoma de células adultas de piel (de ratón en los experimentos). Un fármaco pone en marcha a estos factores de transcripción para que activen genes en las células madre neurales. Esta conversión directa, conocida como transdiferenciación, se salta el paso de hacer pasar primero a las células por un estado parecido al de las células madre embrionarias.
La nueva técnica de generación de células madre neurales podría permitir trasplantes de gran envergadura. La ilustración es una recreación artística de nuevas células neurales.
En investigaciones previas, las células madre neurales inducidas permanecían “adictas” al fármaco y a los factores de transcripción de reprogramación; si cualquiera de ellos era retirado, las células volvían a ser células de piel o se diferenciaban espontáneamente, sin que se las pudiera controlar del modo deseado.
Si los factores de reprogramación siguen aún activos, las células pueden ser incapaces de diferenciarse y las células resultantes difícilmente tendrán la utilidad terapéutica buscada.
El equipo integrado, entre otros, por Rudolf Jaenisch y John Cassady, ha conseguido preservar las propiedades de las células sin mantener activos los factores de reprogramación.
Aunque prometedor, todo el trabajo hasta la fecha ha sido llevado a cabo en células de ratón. Por tanto, primero habrá que probar esta nueva técnica en células humanas para ver si puede producir con éxito las poblaciones celulares necesarias para un uso terapéutico.
En cualquier caso, el paso que se ha dado con esta investigación es un avance importante en el campo, y puede inspirar otros desarrollos futuros.
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