Una prueba a las células del cáncer de mama que analice su parecido con las células madre podría identificar a las mujeres con la enfermedad más agresiva, según sugiere un estudio reciente. Los investigadores hallaron que los cánceres de mama con un patrón similar de actividad de los genes al de las células madre adultas tienen una alta probabilidad de propagarse a otras partes del cuerpo.
Evaluar el patrón de actividad de un cáncer de mama en estos genes de células madre tiene el potencial de identificar a las mujeres que podrían necesitar tratamiento intensivo para prevenir la recurrencia de la patología o la propagación, señalan los científicos de este trabajo.
Las células madre adultas son células sanas en el cuerpo que no se han especializado en ningún tipo particular y así retienen la capacidad de seguir dividiéndose y reemplazar las células desgastadas en partes del cuerpo como el intestino, la piel o la mama.
El equipo de expertos, del Instituto de Investigación del Cáncer del Kings College de Londres y del Instituto Europeo de Investigación de Células Madre de Cáncer en la Universidad de Cardiff, en Reino Unido, identificó un conjunto de 323 genes cuya actividad aumentó hasta altos niveles en células madre de mama normales en ratones.
El estudio, que se publica en la revista 'Breast Cancer Research', fue financiado por una serie de organizaciones, entre ellas el Consejo de Investigación Médica, el Instituto de Investigación del Cáncer (ICR) y 'Breakthrough Breast Cancer and Cancer Research UK'.
Los científicos hicieron remisión cruzada de su grupo de genes de células madre normales frente a los perfiles genéticos de los tumores de 579 mujeres con cáncer de mama triple negativo, una forma de la enfermedad que es particularmente difícil de tratar. Se separaron las muestras de tumores en dos categorías en función de su resultado de la actividad de los genes de células madre.
Las mujeres con tumores triple negativo en la categoría de mayor puntuación fueron mucho menos propensas a permanecer libres de cáncer de mama que aquellas con los tumores con menor puntuación. Las mujeres con tumores del grupo de mayor puntuación presentaban alrededor de un 10 por ciento de posibilidades de evitar una recaída después de diez años, mientras que las del grupo de baja puntuación registraron un 60 por ciento de riesgo de evitar recaídas.
Los resultados muestran que las células de los agresivos cánceres de mama triple negativo son particularmente como las células madre, cogiendo propiedades de ellas como la autorenovación para ayudarles a crecer y propagarse. También sugieren que algunos de los 323 genes podrían ser dianas prometedoras para potenciales fármacos contra el cáncer.
El líder del estudio, el doctor Matthew Smalley, director adjunto del Instituto Europeo de Investigación de Células Madre de Cáncer y miembro de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Cardiff, señala: "El cáncer de mama triple negativo supone alrededor del 15 por ciento de los cánceres de mama, pero es más difícil de tratar que otros tipos de cáncer, al no ser adecuado para los tratamientos como la terapia antihormonal".
Según este experto, es "particularmente importante" entender los factores genéticos que ayudan a que se extienda por todo el cuerpo. "Estábamos encantados de encontrar que un factor clave parece ser el grado en que la actividad del gen se asemeja a la de las células madre", relata Smalley.
"Aunque nuestro trabajo aún no está listo para su uso clínico, nuestro siguiente paso será explorar cuál de estos 323 genes son los motores más importantes de la enfermedad y utilizarlos para desarrollar una nueva prueba genética", adelanta.
"Las células cancerosas pueden comportarse de forma muy parecida a las células madre, pero células madre que van mal. Encuentran una forma de activar los genes que normalmente sólo se convierten en células madre normales, dándoles características como la auto-renovación y la inmortalidad, lo que las hacen más difícil de tratar", detalla la coautora del estudio Clare Isacke, catedrática de Biología Celular Molecular en el Instituto de Investigación del Cáncer de Londres.
"Nuestro estudio podría en última instancia ayudar a desarrollar una prueba genética que evalúe la semejanza de las células del cáncer con las células madre. Detectar las mujeres con este tipo de enfermedad agresiva podría darnos nuevas formas de personalizar el tratamiento", añade Isacke.
"Este trabajo podría ser muy importante para hallar formas de identificar a las pacientes que están en riesgo de las formas más agresivas de la enfermedad, mejorando la forma en que son monitorizadas y tratadas. Fundamentalmente, esta investigación podría llevar a nuevos tratamientos con el potencial de marcar una diferencia real para las mujeres con este tipo de cáncer de mama", concluye Nathan Richardson, jefe de Medicina Molecular y Celular en el Consejo de Investigación Médica.
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