El jefe de sección de Hematología Clínica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, Guillermo Sanz, asegura que el trasplante de sangre de cordón umbilical (SCU) permite llevar a cabo este procedimiento a casi todos los pacientes que lo precisan, porque no requiere una compatibilidad completa con el receptor y está disponible para su uso inmediato.
Así lo ha explicado este especialista durante la XXVII Lección Conmemorativa Antonio Raichs, después de que se diera a conocer que España empezará este diciembre o en enero de 2016 el primer ensayo clínico del mundo para comprobar si un trasplante de sangre de cordón con la mutación CCR5 Delta32 puede curar el virus del VIH en pacientes que han desarrollado un cáncer de sangre.
Esta lección conmemorativa, bajo el título 'De ancianos y recién nacidos: de los síndromes mielodisplásicos al trasplante de sangre de cordón umbilical', se ha celebrado en el marco del LVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y el XXXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), según ha informado la organización en un comunicado.
El doctor Guillermo Sanz ha explicado que la sangre de cordón umbilical constituye "la fuente de células hematopoyéticas progenitoras más joven que podemos usar para trasplante". Además, "sus resultados a largo plazo son similares a los que se obtienen con otras fuentes", ha indicado.
Asimismo, ha destacado que "el hecho de la juventud inherente a las células de SCU podría ser una ventaja adicional por una menor probabilidad de llevar lesiones genéticas y menor incidencia, a medio plazo, de neoplasias hematológicas secundarias, una complicación no inusual en el trasplante de células hematopoyéticas de adulto".
También ha comentado que las indicaciones del trasplante de SCU son las mismas que las de otras fuentes de trasplante de células hematopoyéticas en las que no se dispone de donante familiar HLA-idéntico, es decir, en enfermedades congénitas benignas, como la talasemia, las inmunodeficiencias graves y las enfermedades de depósito, la aplasia medular grave y, fundamentalmente, las neoplasias hematológicas, como leucemias, síndromes mielodisplásicos, linfomas y otras en las que los tratamientos alternativos disponibles sean menos eficaces.
Según ha explicado el doctor Sanz, el mayor problema del trasplante de sangre de cordón umbilical es que la menor dosis celular que contiene en relación con otras fuentes celulares de trasplante de un adulto condiciona un injerto más lento y una mayor mortalidad inicial.
Para intentar solventar este problema, "se están desarrollando diversos ensayos clínicos con diferentes métodos de expansión 'ex vivo' de células madre hematopoyéticas y otros sistemas que facilitan el anidamiento de estas células en la médula ósea del receptor", ha explicado el especialista, quien ha asegurado que "los resultados preliminares son más que alentadores".
El hematólogo, que ha centrado gran parte de su labor investigadora en los síndromes mielodisplásicos y al trasplante de sangre de cordón umbilical, ha recordado que "como otras neoplasias hematológicas, los síndromes mielodisplásicos ocurren fundamentalmente en personas de edad avanzada, una edad media de 75 años".
Recientemente se ha demostrado una relación directa entre la edad y la presencia en personas aparentemente sanas de mutaciones que conducen a estas enfermedades y de hematopoyesis clonal.
De hecho, "estas personas tienen un riesgo diez veces superior de padecer en el futuro una neoplasia hematológica, fundamentalmente síndromes mielodisplásicos y leucemia mieloide aguda", ha indicado el doctor Sanz, quien ha resaltado la importancia que tiene para la hematología la investigación clínica y traslacional y "el trabajo en equipo, con buen ambiente, y en el seno de grupos cooperativos multidisciplinares.
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