Un trabajo muestra en ratones cómo detener a las células madre que originan nuevos tumores en otros órganos.
Como en muchos otros tumores, la metástasis es la principal causa de muerte en las mujeres que desarrollan cáncer de mama. Una reducida población de células dentro del tumor son capaces de sobrevivir al tratamiento y, meses o incluso años después, generar un nuevo cáncer. Las responsables de estas recaídas son las células madre del cáncer y frenarlas aportaría una de las mayores victorias imaginables contra esta enfermedad.
Un nuevo estudio publicado acerca un paso ese posible triunfo al desvelar el mecanismo que permite a las células madre del cáncer escapar al sistema inmune y generar tumores en otros órganos. “Las células madre cancerosas utilizan programas genéticos propios de las células madre normales para adquirir propiedades extra”, resume Toni Celià-Terrassa, investigador en la Universidad de Princeton (EE UU) y primer autor del estudio, publicado en Nature Cell Biology. "Eso les da capacidad de adaptación para ser más agresivas, por eso son las responsables de iniciar el crecimiento tumoral, la metástasis y la resistencia a la quimioterapia”, resalta este biólogo molecular mallorquín, que lleva cuatro años en EE UU como investigador postdoctoral.
Su trabajo muestra que tanto las células madre de la mama como las cancerosas producen una molécula de ARN que bloquea la producción de una proteína llamada LCOR. Esa proteína es fundamental para que las células madre no sean eliminadas por los interferones, unas proteínas del sistema inmune. Este mecanismo permite que las células tumorales sobrevivan sin ser vistas. El estudio ha demostrado que las pacientes con tumores triple negativo, los más agresivos y difíciles de tratar, tienen altos niveles del ARN mencionado. En sus experimentos con ratones avatar, que desarrollan tumores extraídos de las pacientes, los científicos han demostrado cómo este ARN aumenta la capacidad de las células madre para formar tumores y cómo esta se puede frenar aumentando los niveles de la proteína LCOR.
Según Celià-Terrassa, este descubrimiento podría mejorar la efectividad de la inmunoterapia, una nueva línea de tratamiento contra varios tipos de cáncer. El investigador añade que, en un futuro, se podrían desarrollar terapias combinadas con interferón y pequeñas moléculas de ARN para conseguir eliminar a esa reducida población de células dentro del tumor que son las responsables de la metástasis.
El trabajo tiene “claras implicaciones terapéuticas para atacar a las células madre del cáncer con moduladores del sistema inmune”, ha dicho Michael Clarke, investigador de la Universidad de Stanford y codescubridor de este tipo de células, en una nota de prensa emitida por Princeton. Roger Gomis, jefe del grupo de metástasis del Instituto de Investigación Biomédica, en Barcelona, opina que el trabajo aporta “un conocimiento fundamental”, aunque añade que será un reto importante poder traducirlo a posibles tratamientos a corto plazo.
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