El descubrimiento sobre el origen de estas células constituye un avance hacia la reparación terapéutica del tejido dentario.
Investigadores del Instituto Karolinska han descubierto que las células madre presentes en los tejidos blandos del diente tienen un origen inesperado: los nervios. Estos resultados aportan un nuevo conocimiento sobre cómo se forman, crecen y regeneran los dientes.
Nuestra salud y calidad de vida está estrechamente ligada a nuestra salud dental. Con la edad, los dientes se vuelven más vulnerables a las infecciones, el desgaste y otros daños. Se sabía que la parte blanda del diente, la pulpa, además de tejido conjuntivo, vasos sanguíneos y nervios, alberga también una pequeña cantidad de células madre. Estas tienen la capacidad de reparar el diente cuando ha sido dañado, ya que ayudan a formar de nuevo el tejido dental duro y blando. Los investigadores llevaban tiempo debatiendo sobre el origen de estas células. En el reciente estudio, se ha examinado el desarrollo de distintas células por separado en dientes de ratones.
Se ha identificado así un tipo de células madre antes desconocidas que, de modo sorprendente, pertenecen a los nervios del diente. Se trata de nervios que normalmente se asocian a la extraordinaria sensibilidad del diente para el dolor, comenta Kaj Fried, del departamento de neurociencia, uno de los investigadores principales del estudio.
Los autores descubrieron que las células jóvenes, que al principio forman parte de las células de soporte de las neuronas, la glía, abandonan los nervios en una etapa temprana del desarrollo fetal. Las células cambian de identidad y se convierten en el tejido conjuntivo de la pulpa dental y en odontoblastos, que producen la dentina dura debajo del esmalte. Debido a que los adultos no pueden formar dientes nuevos, el descubrimiento de este tipo de células madre constituye un paso importante hacia el conocimiento y la tecnología necesaria que lo haría posible.
Resulta relevante que las células madre se ubiquen dentro de los nervios. Pero no constituye un hecho único para los dientes. Los resultados indican que los nervios periféricos, que básicamente se distribuyen por todo el organismo, funcionarían como una importante reserva de células madre. Desde tal reserva, las células madre multipotentes pueden abandonar los nervios y contribuir a la reparación y la cicatrización de tejidos en diferentes partes del cuerpo, apunta Igor Adameyko, del departamento de fisiología y farmacología, que ha dirigido el estudio junto con Kaj Fried.
Más información en Nature
Fuente: Instituto Karolinska
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