La proteína CD61 funciona como un marcador a la hora de verificar la implicación existente de la vía de señalización en pacientes con cáncer mama, por lo que podría ser fundamental para el tratamiento y diagnóstico de esta patología.
Las células mamarias que se encuentran durante el embarazo que expresan la integrina beta3 (CD61) actuan como células madre, capaces de reconstituir una nueva glándula mamaria en ratones. Esta propiedad puede ser culpable de la naturaleza más agresiva de las células de cáncer de mama que expresan beta3. En la imgen se puede observar una sección de una 'consecuencia' mamaria desarrollada en la lactancia y una inmuno-mancha para los marcadores epiteliales E-cadherina (marrón) y alfa-SMA (rojo). (Universidad de San Diego en Estados Unidos)
Las células madre mamarias, asociadas con la glándula mamaria durante el embarazo, están relacionadas con las células madre que se encuentran en pacientes con cáncer de mama, según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina y del Centro de Cáncer Moores de la Universidad de California (Estados Unidos).
La investigación, publicada en Developmental Cell, indica que existe una vía molecular relacionada con los cánceres de mama más agresivos. Además, explica que ésta también es necesaria para que las células madre mamarias puedan promover el desarrollo de la lactancia durante el embarazo.
Durante el estudio, Davis A. Cheresh y su equipo de trabajo se centraron en la familia de proteínas receptoras de la superficie celular, llamadas integrinas, que actúan como conductos de comunicación claves en la reducción de la actividad de beta-3 integrina. Esta última también es conocida como CD61 y está íntimamente relacionada con la metástasis y la resistencia a los fármacos contra el cáncer. Según los autores del estudio, CD61 resulta un buen marcador para verificar la implicación existente de la vía de señalización tanto en el desarrollo mamario durante el embarazo como en el cáncer. Por ello, esta proteína podría ser fundamental en el diagnóstico y en el tratamiento del cáncer de mama.
Cheresh ha explicado cómo a lo largo del embarazo surgen nuevas células madre mamarias que son diferentes a las implicadas en el desarrollo y el mantenimiento de las glándulas fuera del periodo de gestación. Estas células madre son las encargadas de reorganizar las glándulas lactantes y prepararlas para poder alimentar al niño recién nacido. Sin embargo, las señales que regulan la activación de células madre durante el embarazo son eliminadas por las células cancerosas produciendo un crecimiento más rápido de estas últimas, creando así, tumores más agresivos.
Los resultados del estudio muestran que las moléculas determinantes para el funcionamiento de las células madre durante la gestación podrían influir en el desarrollo del cáncer de mama más agresivo. Además, los autores señalan que estos hallazgos podrían interpretarse erróneamente como una de las razones que llevarían a una mujer a evitar quedarse embarazada. Sin embargo, esta vía de señalización que es usurpada por las células cancerígenas no es necesariamente una causa de cáncer de mama, ya que la aceleración de esta patología podría estar provocada también por otros factores como una mutación subyacente o por una predisposición genética.
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