Un equipo de científicos ha recibido fondos europeos para estudiar un innovador tratamiento consistente en injertar células dopaminérgicas en el cerebro de los pacientes de Parkinson que podría mejorar sustancialmente su calidad de vida.
El consorcio de TRANSEURO, un proyecto financiado por la Unión Europea, se propuso el ambicioso objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que padecen la enfermedad de Parkinson. A tales efectos, el equipo estudió a pacientes en los que la enfermedad se había manifestado a una edad relativamente temprana para averiguar su tolerancia a un tratamiento innovador basado en el trasplante de tejido mesencefálico ventral fetal.
«Nuestro propósito es demostrar que es posible trasplantar de forma segura y eficaz células dopaminérgicas en el cerebro de enfermos de Parkinson para mejorar muchos de sus síntomas », afirmó Roger Barker, coordinador del proyecto TRANSEURO.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central que afecta principalmente a la función motora. A pesar de que no se trata de una enfermedad mortal, a medida que avanza, quienes la padecen sufren otro tipo de problemas más graves como caídas o dificultades para tragar o para pensar.
Los científicos han descubierto que una de las consecuencias más importantes de esta enfermedad es la pérdida progresiva de dopamina en el cerebro. La dopamina actúa como neurotransmisor, esto es, una sustancia química que liberan las neuronas para enviar señales a otras células nerviosas. Cuando los niveles de esta sustancia descienden, las personas con Parkinson desarrollan rigidez, lentitud de movimiento (bradicinesia), temblores y dificultades para caminar y mantener la postura.
Los tratamientos existentes tratan de paliar los síntomas del déficit de dopamina con fármacos dopaminérgicos como la levodopa. Este tipo de terapias pueden resultar muy beneficiosas, especialmente en las primeras fases de la enfermedad. No obstante, en estadios más avanzados estos fármacos pierden eficacia y pueden desencadenar otros problemas, como complicaciones motoras. «Los tratamientos farmacológicos ofrecen resultados cada vez más desalentadores, por lo que se recurre a estrategias como la estimulación cerebral profunda y otras intervenciones neuroquirúrgicas. Estas terapias pueden dar buenos resultados, pero al cabo de cierto tiempo también pierden eficacia», explicó Barker.
El innovador planteamiento de TRANSEURO tiene antecedentes en la década de 1980. Los primeros ensayos clínicos consistentes en trasplantar neuronas dopaminérgicas fetales humanas sanas tuvieron lugar en Suecia. Estos ensayos demostraron que las células trasplantadas lograban sobrevivir y eran funcionales durante un largo periodo de tiempo, ayudando así a los pacientes a contrarrestar la bradicinesia y la rigidez.
«Muchos pacientes pudieron reducir su medicación, e incluso suspenderla por completo durante un tiempo. No obstante, otros desarrollaron cuadros de movimientos involuntarios a causa de los trasplantes, en algunos casos tan agudos que tuvieron que someterse a intervenciones neuroquirúrgicas para reducirlos», prosiguió Barker.
TRANSEURO ha retomado estas investigaciones con el propósito de introducir la implantología en este nuevo ámbito. Los socios han mejorado las técnicas de preparación y almacenamiento de los injertos previas a la implantación. Asimismo, se centraron en los pacientes más jóvenes, ya que tienen más probabilidades de responder al tratamiento.
«Hemos reunido toda la información y experiencias previas para eliminar los riesgos de complicaciones que se produjeron en los primeros intentos. No solo se han mejorado las técnicas implantológicas; también se ha realizado una selección más cuidadosa de los pacientes. Esperamos que este nuevo ensayo sea el primer paso de la introducción y experimentación con tratamientos dopaminérgicos para la enfermedad de Parkinson basados en células madre», señaló Barker. Al utilizar células madre en lugar de tejido fetal, más escaso, se evita ralentizar en exceso las intervenciones.
El primer paciente de TRANSEURO fue injertado con células dopaminérgicas de tejido fetal en mayo de 2015. Barker confía en que este proyecto, junto con otros dos también financiados con fondos europeos —NEUROSTEMCELL y NEUROSTEMCELL REPAIR—, permita realizar los primeros ensayos de trasplante en humanos de neuronas dopaminérgicas procedentes de células madre en 2018 o 2019.
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