Una vez implantado quirúrgicamente en la lesión, el ‘vendaje’ induce el crecimiento celular para reparar el tejido dañado, evitando así la necesidad de una meniscectomía.
Esquema del vendaje: células madre, andamiaje y resultado final.
Cada año, más de un millón de personas en Europa y Estados Unidos sufren una lesión de menisco, esto es, una rotura o desgarro de los tejidos cartilaginosos que actúan como almohadillas de la rótula y confieren estabilidad a la rodilla. Un tipo de lesión muy común en deportes como el fútbol y que en hasta un 90% de los casos se localiza en la zona central o ‘blanca’ de los meniscos. No en vano, esta zona central soporta la mayor parte de la presión cuando se flexiona la rodilla. El problema es que esta zona carece de irrigación sanguínea, por lo que no puede cicatrizar y, por tanto, curarse. Entonces, ¿cuál es la solución? Pues simplemente, y cuando menos en el caso de los deportistas profesionales que no quieren ver truncada su carrera, pasar por el quirófano para una extirpación total del menisco. Una intervención que, conocida como ‘meniscectomía’, no se encuentra exenta de riesgos, muy especialmente del desarrollo, muchos años después, de una artrosis de rodilla. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) podrían haber dado con la forma de curar la lesión, lo que evitaría tener que recurrir a la extirpación de los meniscos.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Stem Cells Translational Medicine», muestra cómo un ‘vendaje’ con células madre del propio paciente es capaz de inducir el crecimiento celular en la zona de la lesión y, así, reparar la fractura o desgarro del tejido.
Como explica Anthony Hollander, director de la investigación, «los resultados de nuestro trabajo son muy alentadores y muestran que el ‘vendaje celular’ se presenta como una alternativa potencial a la extirpación quirúrgica al reparar el tejido dañado y restaurar completamente la funcionalidad de la rodilla».
En el estudio, los autores evaluaron la eficacia de su prototipo de ‘vendaje celular’ en cinco voluntarios que, con edades comprendidas entre los 18 y los 45 años, habían sufrido una lesión en la zona blanca de los meniscos.
En primer lugar, los investigadores tomaron células madre de la médula ósea de cada uno de los participantes y las cultivaron en placas de laboratorio durante dos semanas. A continuación, colocaron las células madre ya maduras en un armazón membranoso. Y finalmente, implantaron quirúrgicamente este armazón con células madre –o como lo han bautizado los propios autores, ‘vendaje celular’– en el medio de la lesión del menisco y cosieron el cartílago a su alrededor para cubrirlo y fijarlo en su sitio.
Y este procedimiento, ¿es eficaz? Pues de acuerdo con los resultados, sí, y mucho. No en vano, todos los participantes mostraron unos meniscos intactos a los 12 meses de la operación. Y transcurridos 24 meses, tres de los pacientes aún presentaban unos meniscos inmaculados y unas rodillas totalmente funcionales –no así en los otros dos casos, en los que la reaparición de los dolores de la lesión original o un nuevo desgarro provocaron que tuvieran que ser intervenidos para la extirpación total de sus meniscos.
Entonces, este ‘vendaje’ de células madre, ¿evitará que los pacientes tengan que pasar por el quirófano? Pues no. De hecho, el procedimiento actual requiere de dos intervenciones quirúrgicas: una para la obtención de las células madre y otra para la implantación del vendaje. Pero como apunta Anthony Hollander, «a día de hoy estamos desarrollando una versión mejorada del ‘vendaje celular’ utilizando células madre de donantes, lo que reducirá los costes del procedimiento y evitará que se necesiten dos operaciones».
Sea como fuere, el nuevo ‘vendaje celular’ podría evitar que los afectados tuvieran que someterse a una extirpación de sus meniscos y, por ende, que acabaran sufriendo una artrosis de rodilla.
Como destaca el director de la investigación, «el ‘vendaje celular’ ofrece una nueva opción terapéutica potencial y muy emocionante para los cirujanos que podría beneficiar especialmente a los pacientes más jóvenes y a los deportistas al reducir su riesgo de artrosis precoz tras la meniscectomía».
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