A la hora de realizar un trasplante de médula ósea se necesita que el donante sea compatible con el receptor. Al menos ha sido así hasta ahora, porque científicos del Hospital Great Ormond Street de Londres (Reino Unido) han llevado a cabo un trasplante de médula ósea con una técnica pionera que les ha permitido recurrir a un donante que no era compatible.
La técnica consiste en modificar en laboratorio las células inmunes donadas –llamadas linfocitos T– para diseñar un interruptor de seguridad o mensaje autodestructivo que puede activarse en caso de rechazo. Lo explican con detalle en el último número de la revista científica PLoS One.
Esto permitirá a muchos niños someterse a un trasplante incompatible "con las mismas probabilidades de éxito que quienes tienen un donante 100% compatible", ha reconocido el doctor Waseem Qasim, asesor en Inmunología Pediátrica del centro y principal autor del estudio.
Uno de los tres primeros pacientes en beneficiarse de esta técnica ha sido Mohammed Ahmed, un niño que ahora está a punto de cumplir 5 años y que en 2011 se sometió al trasplante para revertir un síndrome severo de inmunodeficiencia combinado.
Su enfermedad causa una debilidad del sistema inmune que lo hace más susceptible a infecciones que la mayoría de las personas y el trasplante de médula es el único tratamiento conocido. Mohammed llevaba ingresado en el hospital esperando el trasplante desde que tenía apenas un año de vida, y durante el ingreso enfermó por gripe.
De hecho, fue en ese momento cuando los médicos decidieron que la única esperanza realista de vida era recurrir a esta técnica y realizar un trasplante de médula ósea de su padre, pese a que este no era compatible. Antes de la donación, el padre fue vacunado contra la gripe para que las células de su médula supieran cómo combatir la infección.
Cuando se da una incompatibilidad de trasplante en niños, se eliminan los linfocitos T para evitar la enfermedad de injerto contra huésped, complicación que causa problemas en términos de infecciones por virus y recaídas en caso de algunas leucemias. Sin embargo, el interruptor de seguridad soluciona esto, pues hay muchos linfocitos T para transfusiones y se pueden matar si surge algún problema.
El trasplante por el momento ha sido todo un éxito y los doctores de Mohammed no han necesitado recurrir al interruptor de seguridad. "Creemos que está curado de su trastorno. Ahora, él debería vivir una vida bastante normal", reconoce Qasim.
De hecho, aunque el niño todavía está en tratamiento para evitar infecciones futuras, su sistema inmune ahora está mucho mejor. "Esperamos a que llegara un donante totalmente compatible pero no sucedió. Gracias a Dios tomamos la decisión de aceptar este tratamiento", comenta el padre del menor.
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