Las terapias con células madre funcionan como un complemento a los tratamientos estándar, potencialmente reduciendo el número de muertes después de un año. Coger células madre de la médula ósea del paciente e inyectarlas en el corazón dañado puede ser una manera efectiva de tratar enfermedades del corazón, según sugiere una revisión publicada en 'The Cochrane Library'.
La nueva revisión utiliza datos que implican a 1.255 personas de 23 ensayos controlados aleatorios en los que todos los participantes recibieron tratamientos estándar. En comparación con el tratamiento estándar solo o con placebo, la terapia de células madre con células de médula ósea conduce a un menor número de muertes por enfermedades del corazón e insuficiencia cardiaca, reduciendo la probabilidad de los pacientes de ser readmitidos en el hospital y mejorando la función cardiaca.
Sin embargo, los investigadores esperan que ensayos clínicos en curso mucho más grandes ofrezcan una mayor certidumbre acerca de los efectos. "Esto es una evidencia alentadora de que la terapia con células madre tiene beneficios para los pacientes con enfermedad cardiaca, pero se genera a partir de pequeños estudios y es difícil llegar a conclusiones concretas hasta que se realicen ensayos clínicos más grandes que muestren los efectos a más largo plazo", explica la autora de esta revisión, Enca Martin-Rendon, del 'Cochrane Heart Review Group' y del 'NHS Blood and Transplant' de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
Las terapias con células madre son tratamientos experimentales que actualmente sólo están disponibles en las instalaciones que llevan a cabo investigación médica. Si finalmente se encuentra que son eficaces, podrían ofrecer un tratamiento alternativo o complementario a la medicación estándar y los tratamientos quirúrgicos para algunos pacientes con enfermedad cardiaca crónica.
El procedimiento implica la recogida de células madre de la sangre del propio paciente o de la médula ósea y su uso para reparar los tejidos dañados en el corazón y las arterias del paciente. Aunque en el primer año no se vieron ventajas claras de la terapia de células madre sobre el tratamiento estándar, cuando se analizaron los datos de más largo plazo, de un año o más, aproximadamente el 3 por ciento de las personas tratadas con sus células madre había muerto en comparación con el 15 por ciento de las de los grupos de control.
Además, los reingresos hospitalarios se redujeron a 2 de cada cien personas en comparación con 9 en el grupo de control y los efectos adversos fueron poco frecuentes. "No está claro qué tipo de células madre funcionan mejor o por qué las terapias con células madre parecen funcionar para algunas personas pero no para otras. Necesitamos saber qué es diferente en las personas que no responden bien a estos tratamientos, ya que entonces podría ser posible adaptar terapias a estos pacientes para que funcionen mejor", subraya Martin-Rendon.
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