martes, 20 de noviembre de 2012

Blai Signes: El informático que se hizo médico tras un trasplante de sangre de cordón umbilical

Fuente: http://www.lasprovincias.es/v/20121105/comunitat/informtico-hizo-mdico-tras-20121105.html

Es joven, valiente y luchador. Hace cinco años ganó la batalla a la leucemia tras algo más de dos años de tratamientos y un trasplante de sangre de cordón umbilical. Le diagnosticaron la enfermedad cuando tenía 23 años y se encontraba a 15 días de partir a Estados Unidos para realizar el proyecto de final de carrera con el que se convertiría en ingeniero informático.

Cuando Blai Signes recibió el dictamen médico, el 24 de julio de 2005, sabía que se enfrentaba a una etapa difícil, a un proceso que le iba a cambiar la vida. Pero no se imaginaba en qué devendría el cambio. Hoy, tras vencer a la enfermedad, además de ser ingeniero informático se encuentra en el último curso de la Licenciatura en Medicina, entre la facultad y el Hospital La Fe. Las horas pasadas, como paciente, en el centro sanitario y el contacto con los facultativos despertaron en él su inquietud por la ciencia de los médicos: «Tuve una vida de paciente bastante grave, no había semana que no estuviera en el hospital, incluso sufrí estancias de 50 días seguidos».

La de Blai es una historia de superación en la que, además de haber sido empujado a cambiar su vocación, le ha llevado a propagar la importancia de la donación allá donde va. «Solo tengo gratitud para todos los donantes, gratitud eterna», señala, al tiempo que invita a la sociedad «a ser donante».

En un donante de cordón umbilical encontró Blai el aliento que necesitada su vida: «Solo sé que la donación que recibí llegó de California», explica el joven estudiante de Medicina. Y es que el hecho de que exista un banco universal de cordón permite que desde cualquier lugar del mundo llegué la sangre compatible con el paciente que aquí la necesita o, al contrario, que desde Valencia salga hacia donde se requiera. La recogida de los cordones se lleva a cabo en las maternidades de distintos hospitales valencianos.

Aunque esta operación se ha ido extendiendo, los datos de La Fe ofrecen un resultado superior en trasplantes de médula. En este punto interviene Blai para lamentar la escasa implicación en la donación: «En España, que somos líderes en trasplantes, solo el 0,02% de la población es donante de médula», una circunstancia ante la que el joven recuerda que es un proceso sencillo «por aféresis, como si fuera una donación de sangre; no se debe confundir con médula ósea».

Sobre este aspecto inciden también desde el centro sanitario. «La técnica actual permite extraer suficiente cantidad de células del torrente sanguíneo del donante gracias a la administración de un fármaco». Ello, insisten expertos de La Fe, ofrece mayor comodidad al donante, quien tras permanecer unas cuatro horas en el centro sanitario puede regresar a su casa con total normalidad.

Es evidente. Hablar de trasplantes como medio para salvar vidas, hace indispensable hablar de donación. No existe lo uno sin lo otro. Si alguien es consciente de ello son aquellas personas que han sido receptores de un órgano. Y entre ellos se encuentra Blai Signes: «A lo largo de mi enfermedad recibí 244 transfusiones y el trasplante». Ese fue el cómputo al que llegó el joven de Carlet el 24 de noviembre de 2007: «Ese día me pusieron el último gotero». Blai, ayudado por los médicos había ganado la batalla, pero la altruista aportación de un donante lo hizo posible.

Han pasado cinco años. Blai estudia sexto de Medicina. El último curso es muy práctico, «cada mes estamos en una unidad del hospital». Ahora le toca pediatría, en La Fe. Allí acude cada día, pero ahora como un alumno, el mismo que tiempo atrás fue paciente y que a fuerza de prestar atención a las células madre e investigar por su cuenta se decidió a enrolarse en los estudios que espera le conviertan en hematólogo.

Se muestra ilusionado, dispuesto a seguir adelante y convencido de que tras el trasplante se esconden muchas oportunidades: «Después de la operación hay vida muy digna». Él ha seguido sus estudios, forma parte del equipo de ciclismo de trasplantados desde el que ha cosechado distintos trofeos, así como el premio Ciudad de Carlet al Mejor Deportista, ocasión que le sirvió para lanzar su mensaje: donación y donación. Lo tiene claro: «Por mucha medicina que exista, si no hubiera gente que donara, hoy yo estaría muerto».

El informático que se hizo médico tras un trasplante




No hay comentarios:

Publicar un comentario