Timothy Brown fue el primer paciente curado de VIH tras un trasplante de médula ósea que recibió para tratar su leucemia. Conocido como el 'paciente de Berlín', este estadounidense ha sido un impulso para médicos de todo el mundo que han intentado replicar este logro en otras personas seropositivas. De hecho, el año pasado por estas fechas se conocía el fracaso de una terapia similar en dos hombres de Boston. Obstáculo que no ha sido impedimento para que otro grupo, esta vez español, haya seguido intentando una estrategia parecida pero esta vez con un trasplante de células del cordón umbilical. El intento, aunque tiene un sabor agridulce, ha sido un éxito mundial ya que es la primera vez que se consigue eliminar el virus del SIDA con este trasplante.
La clave del éxito en el caso del paciente de Berlín y también con el paciente español está en los genes del donante. Cuando Timothy Brown desarrolló una leucemia en 2006, su hematólogo Gero Huetter seleccionó para su tratamiento -consistente en un trasplante de médula- a un donante cuyos genes tenían una mutación capaz de acabar con el VIH. La variante genética, conocida en términos médicos como mutación genética CCR5 Delta 32, presente en el 1% de la población confiere una protección natural contra el virus del SIDA. Tras el trasplante de médula, el virus desapareció de su organismo completamente.
Porque esta variante genética se encuentra en el gen CCR5 que produce una proteína del mismo nombre que es precisamente la 'llave' que utiliza el VIH para entrar en los linfocitos para infectarlos. A los pacientes, antes de recibir el trasplante de sangre de cordón o el de médula ósea, se les destruye con quimioterapia sus células sanguíneas (donde están las CCR5) y que están afectadas por el cáncer. Tras recibir bien el trasplante de médula o el de cordón se repuebla la sangre pero con células nuevas que incorporan la mutación, lo que conlleva que ya no puedan ser invadidas por el virus porque no tiene esa proteína o llave de entrada.
El 'paciente de Barcelona', un varón de 37 años que se infectó en 2009 con el VIH y que en 2012 desarrolló un linfoma agresivo había recibido varios tratamientos antes de este trasplante. "Intentamos curarle de su linfoma con quimioterapia -recibió hasta cinco ciclos- pero no lo conseguimos. Después le realizamos un trasplante autólogo de células madre [un autotrasplante con su propia sangre tratada] pero no funcionó. Intentamos buscar donantes de médula ósea compatibles, pero no había. Así que finalmente le propusimos el trasplante de sangre de cordón pero de una unidad que presentara la mutación, porque sabíamos por el 'paciente de Berlín' que además de curarle su cáncer podía erradicarle el VIH. Y el paciente aceptó porque conocía ese caso y entendía lo que podía suponer".
De esta manera, al paciente se le infundió una unidad de sangre de cordón umbilical, con la mutación CCR5, que fue complementada con la infusión de células madre hematopoyéticas de un donante 50% compatible. "Este método, ideado por el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, permite en un adulto que funcione un trasplante de sangre de cordón. Porque el problema habitual que hay con la sangre de cordón es que tiene poca cantidad de células, las que hay en el cordón en el momento del nacimiento, y eso a veces no es suficiente para trasplantar a un adulto (debido a la diferencia de tamaño y peso). En Puerta de Hierro se pensó que una opción viable sería complementar esa sangre con la donación de progrenitores hematopoyéticos de un donante, que no requiere ser 100% compatible", explica Matesanz. "Esta es una buena forma de que el trasplante prenda bien y pronto y el paciente pueda marcharse pronto a casa", añade Duarte.
A los 11 días, el 'paciente de Barcelona' ya estaba recuperado y a los tres meses del trasplante, se comprobó que ya no tenía el VIH en su organismo. Se le hicieron múltiples pruebas para asegurar que el virus no estaba en ningún reservorio del organismo. De esta manera, analizaron su sangre, el líquido cefalorraquídeo y tejidos y no encontraron rastro del VIH. Pero los especialistas prefieren no hablar de 'curación' sino de "erradicación" del virus, ya que el enfermo murió poco tiempo después debido a la progresión del linfoma y no pudo hacerse el seguimiento adecuado.
Aunque el 'paciente de Barcelona' falleció, hace ahora casi un año, su experiencia ha dado pie a un proyecto ambicioso, tal y como explicaron en rueda de prensa el director de la ONT, Rafael Matesanz, y el presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), José María Moraleda, Rafael Duarte, director del Programa de Trasplante Hematopoyético del Instituto Catalán de Oncología, Javier Martínez, virólogo de Irsicaixa, y Marta Torrabadella, del Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona. España pondrá en marcha el primer ensayo clínico del mundo sobre el uso terapéutico de sangre de cordón umbilical en pacientes VIH positivo con cáncer hematológico.
Este ensayo comenzará a partir de marzo de 2015 y el objetivo es reclutar a unos cinco pacientes en un plazo de dos años para, posteriormente, realizarles un seguimiento durante al menos 12 meses. Los resultados obtenidos con el 'paciente de Barcelona' y el inicio de este ensayo "pretenden abrir una vía para investigar en la erradicación del VIH", ha señalado Matesanz.
Pero, de momento, no se trata de una vía terapéutica para las personas con VIH, tal y como han insistido los especialistas. "Quiero dejar claro que la estrategia de trasplante de cordón umbilical no pretende curar el VIH sino una enfermedad hematológica grave en personas seropositivas, pero esta terapia también puede permitir especular con la posibilidad de curación [de la infección por el virus del SIDA]", ha insistido el responsable de Irsicaixa.
Los expertos esperan que con esta técnica puedan beneficiarse dos o tres pacientes al año en España, si bien confían en que la cifra se vaya incrementando con el paso del tiempo y con la experiencia que se vaya adquiriendo y señalan que, en cualquier caso, "la importancia del estudio es más cualitativa que cuantitativa".
Hay que esperar hasta la primavera de 2015 para iniciar el ensayo porque es esa fecha cuando se estima que estarán tipificadas todas las unidades de sangre de cordón que hay almacenadas en España. Es decir, se trata de buscar entre todas las unidades de cordón aquellas que tengan la mutación genética que beneficia a las personas con VIH.
España es el segundo país en el mundo, tan solo por detrás de Estados Unidos, con mayor número de unidades de sangre de cordón umbilical. En estos momentos, hay 60.000 unidades "de las que se calcula que 22.800 serán de muy buena calidad y candidatas a ser analizadas para saber si sus células presentan este patrón genético", ha asegurado Torrabadella. "Pensamos que en torno a 250-300 unidades serán útiles para este proyecto", afirma.
Cuando estén tipificadas estas 250 unidades "se quedarán reservadas. No estarán a disposición para un trasplante normal de sangre de cordón umbilical porque son verdaderas joyas terapéuticas. Y no estarán en exclusiva para los pacientes españoles pues si un país lo solicita y cumple las condiciones estipuladas por el comité de expertos [creado para evaluar caso por caso el uso de estas unidades] entonces se donará a ese país".
Porque como ha insistido Moraleda, las unidades de sangre de cordón con esta mutación genética "son una nueva perspectiva para tratar a los pacientes".
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