Un equipo de investigadores españoles ha demostrado por primera vez que producir especies reactivas de oxígeno de manera puntual en la piel de un organismo vivo (ratón) tiene un potente efecto estimulador que activa las células madre del tejido y promueve su regeneración.
Los investigadores del grupo de Dermatología Experimental y Biología Cutánea del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria -IRYCIS- del Hospital Universitario Ramón y Cajal han hecho el estudio con ratones de laboratorio.
El trabajo se ha publicado en la revista científica Journal of Investigative Dermatology, perteneciente al grupo Nature, informa el Hospital en un comunicado.
Las especies reactivas de oxígeno -ROS- son tremendamente tóxicas de modo que las células de los organismos aeróbios (los que necesitan oxígeno para vivir) han desarrollado múltiples mecanismos para eliminarlas eficazmente.
Sin embargo, el daño biológico que causan se va a acumulando en los tejidos asociándolo al proceso de envejecimiento.
A partir de estas observaciones, los investigadores quisieron demostrar que una producción endógena de especies reactivas de oxígeno en un organismo vivo podía tener efectos fisiológicos estimuladores y reguladores, y no simplemente una respuesta defensiva en el tejido.
Los investigadores desarrollaron una tecnología que permite activar transitoriamente la producción endógena de pequeñas cantidades de ROS en células en cultivo, con lo que estimularon potentemente y de forma controlada la proliferación celular sin efectos letales.
Posteriormente, realizaron este mismo procedimiento sobre la piel del ratón: aplicaron los precursores en forma de crema sobre regiones específicas del tejido e irradiaron la zona del animal deseada, todo ello "con resultados sorprendentes".
El trabajo ha servido para demostrar por primera vez que activar de forma transitoria una producción de ROS en el tejido, activa la proliferación de las células madre de la piel y los programas homeostáticos de regeneración tisular.
Como consecuencia, es posible utilizar este procedimiento para acelerar de forma espectacular el crecimiento del pelo o el proceso de cicatrización de quemaduras.
Además, se ha abierto la posibilidad de aplicar este procedimiento en la práctica clínica rutinaria para el tratamiento eficaz y barato de patologías y lesiones cutáneas que tienen una alta incidencia en la población, como las úlceras crónicas en personas mayores y diabéticas, las heridas quirúrgicas, las quemaduras extensas o las alopecias.
En breve, se prevé comenzar ensayos de prueba de concepto en voluntarios para trasladar los resultados obtenidos en ratón a la piel humana.
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