El futuro de los trasplantes probablemente no será quirúrgico. Se podrán curar órganos enfermos con implantes de nuevas células que permitirán regenerarlo.
Muestra del tejido fabricado.
El futuro en el campo de los trasplantes y de la regeneración de tejidos parece cada vez más despejado. El último avance es la generación de tejido de hígado funcional, humano y de ratón, a partir de células madre adultas y células progenitoras. El tejido obtenido mediante ingeniería celular contiene los componentes estructurales normales del hígado, como células o hepatocitos, conductos biliares y vasos sanguíneos. El estudio, realizado por investigadores del Saban Research Institute of Children del Hospital de Los Ángeles (EE.UU.), ha sido publicado en «Stem Cells Translational Medicine».
Los resultados coinciden casi en el tiempo con los de la investigación publicada en «Cell Stem Cell», en la que se describía un paso importante para mantener y cultivar en el laboratorio un número ilimitado de células que son precursoras del riñón. Estas células son capaces de dividirse indefinidamente en el laboratorio y se denominan CPN o células progenitoras de nefronas. Se trata de un punto de partida para la creación de riñones humanos funcionales o, también, para desarrollar terapias que permitan reparar riñones cuya función está disminuida. Las personas con insuficiencia renal podrían ser los principales candidatos.
La enfermedad hepática afecta a pacientes pediátricos y adultos. En las últimas etapas de la enfermedad el trasplante hepático es el único tratamiento efectivo, pero la escasez de órganos disponibles y la necesidad de medicación inmunosupresora de por vida hace de esta alternativa una difícil decisión. Por ello los investigadores llevan años estudiando enfoques alternativos, aunque la mayoría de ellos con importantes limitaciones, como, por ejemplo, el trasplante de hepatocitos convencional o el tratamiento mediante células madre pluripotentes humanas inducidas (iPS). Por ello, los expertos siguen tratando de encontrar un tratamiento cuyos efectos sean a largo plazo y que elimine la necesidad de la terapia inmunosupresora.
Los investigadores de EE.UU. habían trabajado con células para generar intestino con éxito y aplicaron este conocimiento para desarrollar unidades de organoides hepáticas que podrían generar el hígado mediante ingeniería tisular funcional cuando se trasplantan.
Según explica la investigadora Tracy C. Grikscheit, el equipo fue capaz de fabricar unidades de organoides hepáticos de hígado humano y de ratón que se implantaron en modelos murinos. Y el resultado fue que los tejidos de hígado que se desarrollaron a partir de los unidades de organoides hepáticos humanos y de ratón contenían los tipos de células clave necesarios para la función hepática incluyendo conductos biliares y vasos sanguíneos, hepatocitos, células estrelladas y células endoteliales. Sin embargo, la organización celular difería de la del tejido de hígado nativo.
Además, los investigadores comprobaron que los tejidos originados en los ratones contenían albúmina humana, el principal tipo de proteína en la sangre, lo que indica una función secretora in vivo en el hígado diseñado mediante ingeniería de tejidos de origen humano. Y, en un modelo de ratón de la insuficiencia hepática, el hígado de laboratorio fue capaz de proporcionar alguna función hepática.
«Una terapia celular para la enfermedad hepática sería un cambio de juego para muchos pacientes, especialmente para los niños con trastornos metabólicos», señala Kasper S. Wang, co-investigador principal del estudio. «Debido a que hemos demostrado la capacidad de generar hepatocitos comparables a los de hígado nativo, y que estas células son funcionales y proliferativas, ahora estamos un paso más cerca de nuestro objetivo».
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