Ratones recién nacidos con células cerebrales humanas trasplantadas aprenden mejor y tienen más memoria que los ratones normales a los que no se les suministró esas células que rodean las neuronas, según las conclusiones de una investigación publicada en la revista «Cell Stem Cell».
Los resultados indican que estas células de apoyo, denominadas células gliales, desempeñan un papel importante en la cognición humana. A medida que el cerebro humano evoluciona, las células de glia se hacen mucho más grandes y más variadas que en los cerebros de los roedores. Aunque no conducen impulsos eléctricos como hacen las neuronas, estas células pueden modular la actividad neuronal, lo que lleva a los investigadores a preguntarse cómo estos cambios evolutivos han beneficiado a los seres humanos.
«Para evaluar la contribución específica de las células gliales en el procesamiento y la plasticidad neuronal y las ventajas, en su caso, de las células en la cognición humana, injertamos células progenitoras gliales humanas en el cerebro de ratones recién nacidos y esperamos a que los ratones llegaran a la edad adulta», explica el doctor Steve Goldman, quien junto con su colaborador el doctor Maiken Nedergaard, dirige el Centro de Neuromedicina Traslacional del Centro Médico de la Universidad de Rochester (Estados Unidos).
«A continuación, evaluaron tanto las medidas neurofisiológicas y conductuales del aprendizaje y la memoria, al ver que los ratones injertados exhibieron un aprendizaje más rápido», continúa Goldman. Las conexiones neuronales en el cerebro también demostraron características de mejora del aprendizaje.
Estos hallazgos indican que la glia humana difiere funcionalmente de los cerebros de los roedores y contribuye significativamente al aprendizaje. «Por lo tanto, nuestros resultados sugieren que la evolución de la cognición humana puede reflejar el desarrollo humano de forma específica y la función glial», resume el doctor Goldman. En un estudio paralelo publicado en la revista a principios de febrero, este investigador y su equipo informaron que de manera eficiente pueden generar células gliales progenitoras a partir de células humanas de la piel reprogramadas en células pluripotentes inducidas.
Como resultado, los científicos son ahora capaces de establecer las células gliales progenitoras en una base específica del paciente a partir de individuos con enfermedades cerebrales, incluyendo un número de trastornos neuropsiquiátricos y neurológicos que son relativamente específicos para los seres humanos. Al implantar estas células en ratones, tal como lo hicieron en este último estudio, los investigadores pueden evaluar el papel de las células gliales en estos trastornos, así como las estrategias de prueba de diferentes tratamientos que se dirigen a la función glial anormal. De hecho, se están realizando experimentos con células de pacientes con esquizofrenia y la enfermedad de Huntington.
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