Un equipo médico de Estados Unidos asegura que ha conseguido curar a un bebé con virus de inmunodeficiencia humana (VIH) por primera vez en la historia, en un caso que podría abrir un nuevo capítulo en el tratamiento de los niños seropositivos. Así se ha presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas que se está celebrando en Atlanta (EEUU).
El bebé, una niña nacida en el Mississippi rural a finales de 2010, recibió un tratamiento agresivo con altas dosis de retrovirales (zidovudina, lamivudina y nevirapina) desde alrededor de 30 horas después de su nacimiento, algo que no es habitual, según informó el diario 'The New York Times' en su edición digital.
La niña tiene ahora dos años y medio y ha estado sin medicamentos durante el último año, sin que se hayan registrado señales de un virus activo, según indicó al diario Deborah Persaud, investigadora de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore (Maryland) y principal autora del estudio que documenta el caso del bebé (y que todavía no se ha publicado en ninguna revista médica).
Como explica un especialista español, José Ramón Yuste, responsable del área de enfermedades infecciosas de la Clínica Universidad de Navarra, "hay que ser muy cautos con estos resultados". Aunque "puede ser que se haya curado, todavía no se puede asegurar al 100%, habría que esperar más tiempo, a ver qué ocurre". Es cierto que "la carga viral en sangre es negativa, pero la infección puede permanecer en el hígado, en los ganglios...".
También los investigadores de este caso apuntan que se necesitan más pruebas para comprobar si el mismo tratamiento funciona en otros niños. Aun así, consideran que estos resultados demuestran que el VIH en bebés puede ser curable, y anticipan que el estudio cambiará la forma en que los recién nacidos y las madres infectadas son tratados en todo el mundo.
La propia ONUSIDA ha emitido un comunicado en el que se felicita por la noticia, aunque admite que "se necesitan más estudios para entender lo que ha ocurrido y poder replicar estos resultados".
Si la comunidad médica valida el estudio, la niña de Mississippi sería, además, el segundo caso bien documentado de una cura de VIH en el mundo.
El primero es el conocido como el "paciente de Berlín", Timothy Brown, que supuestamente se curó tras recibir en 2007 un trasplante de médula ósea de un donante genéticamente resistente a la infección con VIH.
"Para los pediatras, éste puede ser nuestro Timothy Brown", dijo Persaud, que ha presentado el estudio en una conferencia médica en Atlanta (Georgia). Sin embargo, a diferencia de Brown, el bebé de Mississippi sigue teniendo una presencia ínfima de virus en alguna de sus células, por lo que muchos expertos han pedido cautela y prefieren hablar de una 'curación funcional'. Es decir, que su propio organismo ha sido capaz de controlar la infección incluso sin tomar medicación.
Algunos doctores consultados por el diario expresaron sus dudas ante la falta de pruebas de que el bebé estuviera realmente infectado, algo que Persaud descartó al asegurar que hubo cinco pruebas que dieron positivo durante el primer mes de vida de la niña.
La madre de la niña dio a luz prematuramente, sin haber visitado a un doctor durante su embarazo y sin saber que estaba infectada. Cuando los médicos comprobaron que lo estaba, trasladaron al bebé al Centro Médico de la Universidad de Mississippi, adonde llegó con unas 30 horas de vida.
Los primeros análisis que le hicieron revelaron un nivel de virus de unas 20.000 copias por mililitro, que se considera bajo para un bebé, pero el hecho de que diera positivo sugiere que la infección se produjo en el vientre de la madre y no durante el parto, según la pediatra Hannah Gay, que trató a la niña.
Como explica, al comentar este caso, María Luisa Navarro, médico adjunto de la sección de infecciosas del servicio de Pediatría del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), "si dio positivo tan pronto, seguramente la transmisión se produjo en el vientre de la madre (y no durante el parto) y es por eso que se pudo poner tratamiento enseguida". Cuando la niña tenía un mes, los niveles de virus ya eran indetectables, y siguieron así hasta los 18 meses, cuando la madre dejó de llevarla al hospital por razones que se desconocen.
Cinco meses después, por mediación de los servicios sociales, madre e hija regresaron y el pediatra que llevaba el caso, Hannah Gay, ordenó más pruebas. "Para mi sorpresa, todas seguían dando negativas", afirmó. Por eso contactó con Deborah Persaud, investigadora de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore (Maryland) y principal autora del estudio que documenta el caso del bebé.
Hoy en día, señala la doctora Navarro, para evitar una posible transmisión al feto (con las directrices de prevención del SIDA, el riesgo se reduce al 2%), "se pone a la madre en tratamiento antirretroviral durante el embarazo, en el parto (es un momento de alto riesgo de contagio) y al recién nacido". De esta manera, "el niño casi nunca llega a estar infectado". Sin embargo, y teniendo en cuenta que este no era el caso de la mujer de Mississippi, el riesgo de transmisión era realmente alto.
En lugar de seguir la costumbre médica de administrar dos medicamentos como medida profiláctica, Gay empleó de inmediato un régimen de tres medicamentos, lo que provocó que los niveles de virus disminuyeran rápidamente, según aseguró al rotativo.
De momento, "no se pueden tomar decisiones en base a esta buena noticia. Se trata de un caso aislado y, pueden influir tantos factores que atribuir la curación a los tres fármacos es arriesgado", puntualiza el doctor Yuste.
Cuando la niña tenía un mes, los niveles de virus ya eran indetectables, y siguieron así hasta que tenía 18, cuando la madre dejó de llevarla al hospital, añadió.
Cinco meses después, madre e hija regresaron y Gay ordenó más pruebas. "Para mi sorpresa, todas las pruebas seguían dando negativas", afirmó.
Gay contactó entonces a Persaud y otros investigadores que llevaban a cabo un estudio clínico sobre el tema, que hicieron una batería de pruebas que encontraron diminutas muestras de material genético viral, pero ningún virus latente o capaz de replicarse.
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