Los cromosomas en las células madre de laboratorio se abren lentamente con el tiempo en la misma secuencia que se produce durante el desarrollo embrionario, de forma que hasta que ciertas regiones cromosómicas han adquirido el estado "abierto", no son capaces de responder a los factores de crecimiento añadidos experimentalmente y convertirse en células pancreáticas o hepáticas.
Esta nueva información de por qué las células del intestino, el hígado y el páncreas son especialmente difíciles de producir a partir de células madre, según los autores de este trabajo, ayudará a impulsar los avances en la investigación con células madre y el desarrollo de nuevas terapias celulares para las enfermedades del hígado y el páncreas, como la diabetes tipo 1.
Las células madre son una gran promesa para el tratamiento de una serie de enfermedades, en parte debido a que tienen la capacidad única de diferenciarse, es decir, de especializarse en uno de los cientos de tipos de células que componen el cuerpo humano.
Sin embargo, aprovechar este potencial es difícil, pues en algunos casos, se tarda hasta siete pasos cuidadosamente orquestados de adición de ciertos factores de crecimiento en momentos específicos para engañar a las células madre hacia el tipo celular deseado. Incluso entonces, las células del intestino, el hígado y el páncreas son notoriamente difíciles de producir a partir de células madre.
"Nuestra capacidad de generar células hepáticas y pancreáticas a partir de las células madre se ha quedado atrás en los avances que hemos hecho para otros tipos de células", explica Mike Sander, profesor de Pediatría y Medicina Celular y Molecular y director del Centro de Investigación Pediátrica de Diabetes en la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos.
"Así que todavía no hemos sido capaces de hacer cosas como probar nuevos fármacos en el hígado derivado de células madre y células pancreáticas. Lo que hemos aprendido es que si queremos obtener células específicas a partir de las células madre, necesitamos formas de predecir cómo las células y sus cromosomas responderán a los factores de crecimiento", añade el también director de este trabajo, cuyos resultados se publican en 'Cell Stem Cell'.
Los cromosomas son las estructuras formadas por ADN bien enrollado y embalado y los seres humanos tienen 46 cromosomas, 23 heredados de cada padre. Sander, el coautor principal Bing Ren, profesor de Medicina Celular y Molecular en la Universidad de California y sus equipos diseñaron primero mapas de modificaciones cromosómicas con el tiempo, como las células madre embrionarias diferenciadas a través de varios intermediarios de desarrollo diferentes en su camino hacia convertirse en células pancreáticas y hepáticas.
Entonces, al analizar estos mapas, descubrieron vínculos entre la accesibilidad (apertura) de ciertas regiones del cromosoma y lo que ellos llaman competencia de desarrollo, es decir, la capacidad de la célula para responder a factores desencadenantes como factores de crecimiento añadidos.
"También encontramos que estas regiones cromosómicas que necesitan abrirse antes de que una célula madre se pueda diferenciar totalmente están vinculadas a regiones en las que hay variaciones en ciertos estados de enfermedad", explica Sander.
En otras palabras, si una persona fuera a heredar una variación genética en una de estas regiones cromosómicas y su cromosoma no se abriese en el momento justo, hipotéticamente podría ser más susceptible a una enfermedad que afecta a ese tipo de célula. El equipo de Sander está trabajando para investigar más a fondo el papel que, en su caso, estas regiones cromosómicas y sus variaciones desempeñan en la diabetes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario