Dos cirujanos, un veterinario y un perfusionista durante una de las operaciones llevadas a cabo para la investigación.
Las enfermedades valvulares cardiacas son frecuentes en la población general y en la mayor parte de las ocasiones el único tratamiento eficaz consiste en cambiar la válvula deteriorada por una artificial o prótesis. Pero hoy en día no existe la prótesis perfecta, lo que provoca los rechazos. Un equipo de investigadores de León ha superado con éxito un primer paso en el procedimiento para hallar la válvula perfecta con el descubrimiento de un método eficaz novedoso para eliminar las células de esas estructuras cardiacas. Este hallazgo puede llegar a permitir sustituir las válvulas dañadas por otras tratadas así e implantarlas de nuevo, en una segunda fase, al propio paciente tras regenerarlas con sus propias células madre.
La investigación se está realizando ahora con modelos animales y el equipo trabaja ya en el diseño de la segunda parte del proyecto con la preparación de diez ovejas, que estarán listas a final de año y con las que se pretende confirmar que las células madre del propio animal recuperan la válvula y se elimina el rechazo tras un implante, la complicación más frecuentes y uno de los retos más perseguidos por los científicos e ingenieros para la cirugía cardiaca. Todo apunta a que el nuevo sistema hallado en León para retirar las células deja el tejido íntegro como para que después se produzca la colonización de manera adecuada y se reduzcan los rechazos.
«Nuestro objetivo inicial era conseguir limitar los fenómenos de rechazo extrayendo del tejido todas las células, dejando así la estructura (esqueleto o matriz) donde estas viven, ocasionando el mínimo daño posible a la misma. De este modo se puede conseguir que una vez implantadas estas válvulas no generen dicho rechazo y se aumente su durabilidad», explica el jefe del servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital de León e investigador principal del proyecto, Mario Castaño.
El equipo investigador lo componen veinte personas entre cirujanos y perfusionistas —enfermeros que controlan la máquina de circulación extracorpórea—, pertenecientes a la Fundación Clínica San Francisco, a la Fundación Investigación Sanitaria en León, a la Facultad de Veterinaria, componentes de la Fundación Sanitaria del Caule (Complejo Asistencial Universitario de León) y otro personal del Hospital.
El equipo trabaja ahora en la difusión científica de los resultados, que también han presentado en dos comunicaciones en distintos congresos, uno de ellos el de la Sociedad Castellano Leonesa de Cardiología.
Tras el implante de la primera válvula en el «animal cero», que no sobrevivió lo suficiente para obtener información, los investigadores han intervenido a cuatro animales más que constituyen la primera fase del proyecto y ahora preparan a diez ovejas para implantarles el esqueleto de la válvula limpia de células.
Los animales estarán operados a finales de año, momento en el que se iniciará la segunda parte del proyecto con la utilización de técnicas que se engloban dentro de la ingeniería tisular, para cultivar células madre sobre la válvula procesada, que consigan recolonizar y completar el fenómeno de generación que permita la autoproducción de una válvula propia y sana.
El proyecto se financia desde el año 2011 a través de una beca de la Gerencia Regional de Salud de la Consejería de Sanidad y hasta la fecha ha recibido 20.000 euros anuales. La Gerencia renueva las ayudas de los proyectos aceptados según van evolucionando.
La investigación recibe la colaboración altruista de personas e infraestructuras como el servicio de Anatomía Patológica del Hospital de León, el matadero de Pola de Gordón y Palex Medical S.A., que donó una máquina de circulación extracorpórea retirada para uso humano.
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