Se ha logrado determinar la función exacta de un importante factor de crecimiento, presente en pequeñas cantidades en algunas células humanas, que ayuda a formar folículos pilosos y a regenerarlos durante el proceso de cicatrización de la piel.
Este factor de crecimiento, Fgf9, inicialmente es secretado por las células T gamma delta, un subconjunto poco común de células implicadas en la respuesta inmunitaria.
Una vez liberado, el Fgf9 sirve como catalizador para una señal enviada a través de la vía Wnt, una vía de señalización que es importante en el desarrollo, mantenimiento y activación de las células madre. La señal activa la expresión de Fgf9 en células estructurales llamadas fibroblastos, conduciendo a la generación de nuevos folículos pilosos.
Los autores del estudio, de la Escuela Perelman de Medicina, adscrita a la Universidad de Pensilvania, en la ciudad estadounidense de Filadelfia, creen que este factor de crecimiento podría ser utilizado terapéuticamente en personas que padecen de ciertos trastornos del cabello y del cuero cabelludo.
Cuando se produce una herida en una persona adulta, se bloquea el crecimiento de los folículos pilosos en la zona dañada de la piel, y ésta se cura con una cicatriz. Sin embargo, el cabello se regenera en buena parte durante el proceso de cicatrización de heridas en ratones. El equipo del Dr. George Cotsarelis, catedrático de dermatología, ha analizado cómo funciona el proceso en ratones adultos en comparación con cómo lo hace en los humanos. Nosotros tenemos cantidades pequeñas de células T gamma delta en la piel en comparación con los ratones, y esto puede explicar por qué la piel humana cicatriza pero no se regeneran los folículos pilosos en el proceso.
Se ha logrado determinar la función exacta de un importante factor de crecimiento, presente en pequeñas cantidades en algunas células humanas, que ayuda a formar folículos pilosos y a regenerarlos durante el proceso de cicatrización de la piel. (Imagen: George Cotsarelis y Elsa Treffeisen / Penn Medicine)
En los experimentos efectuados por el equipo del Dr. Cotsarelis se constató que cuando el Fgf9 fue sobreexpresado en ratones, se incrementó en dos o tres veces la cantidad de nuevos folículos pilosos. Una expresión por debajo de lo normal acarreaba una disminución en la producción de nuevos folículos pilosos.
En la investigación también han trabajado otros científicos de la Universidad de Pensilvania, la de Nueva York, la A&M de Texas, y la Washington en San Luis de Missouri, todas ellas en Estados Unidos, y además la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur, y la Universidad Nacional de Chungnam en Daejeon, también en Corea del Sur.
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