Sin duda, un gran paso para el uso clínico de las células iPS, una de las grandes esperanzas dentro del campo de la terapia celular, que además no implica dificultades éticas.
Un tema altamente debatido dentro del mundo científico especializado es si las células iPS son o no similares a las embrionarias humanas. Esto que en principio puede ser un problema con implicaciones exclusivamente técnicas, es decir, de interés exclusivo para los científicos que trabajan en este campo, no lo es, pues de que las células hiPS y las células madre embrionarias humanas sean molecular y funcionalmente similares depende en gran manera que las células hiPS puedan o no utilizarse en un futuro en la clínica humana, y sobre todo que las células hiPS puedan sustituir en su uso a las células madre embrionarias humanas, que tantos problemas éticos suscitan.
Ahora se ha publicado un interesante trabajo (Nature Bioetechnology 33; 1173-1181, 2015) en el que el grupo de Konrad Hochedlinger, de la Universidad de Harvard, concluye que “las células madre embrionarias humanas y las células hiPS son molecular y funcionalmente equivalentes y que no pueden ser distinguidas genéticamente”. A la vez afirman que las diferencias genéticas previamente detectadas entre ambos tipos de células son debidas a problemas técnicos, que al parecer ellos han solucionado con un nuevo método de reprogramación que en su trabajo describen.
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