Científicos de Estados Unidos han logrado activar células madre de los pacientes con insuficiencia cardiaca mediante terapia genética para mejorar sus síntomas, la función cardiaca y la calidad de vida, según un estudio publicado en 'Circulation: Research', publicación de la Asociación Americana del Corazón. Los investigadores emplearon un gen que codifica un factor llamado SDF-1 como "mensajero" de la señal para activar las células madre.
Los científicos introdujeron el factor "mensajero" para extraer células madre del sitio de la lesión y mejorar estas células mediante un proceso de reparación. "Creemos que las células madre están siempre tratando de reparar el tejido, pero no lo hacen bien, no porque carezcamos de células madre, sino más bien porque las señales que las regulan están deterioradas", explica el autor principal, Marc S. Penn, director de Investigación del Instituto Cardiovascular Summa en Akron, Ohio (Estados Unidos), y profesor de Medicina en la 'Northeast Ohio Medical University', en Rootstown, Ohio.
SDF-1 es una proteína de origen natural, secretada por las células, que guía el movimiento de otras células. La investigación anterior de Penn y sus colegas demostró que SDF-1 se activa y recluta células madre del cuerpo, lo que les permite curar el tejido dañado, pero el efecto puede ser de corta duración. La expresión de SDF-1 de manera natural después de un ataque al corazón sólo dura una semana.
En el estudio, los investigadores trataron de restablecer y ampliar el tiempo que SDF-1 podría estimular las células madre de los pacientes participantes, con una edad media de 66 años. Para ello, inyectaron una de las tres dosis del gen SDF-1 (5 mg, 15 mg o 30 mg) en el corazón de 17 pacientes con insuficiencia cardíaca sintomática y monitorizados durante un máximo de un año.
Cuatro meses después del tratamiento, hallaron que los pacientes mejoraron su distancia promedio de 40 metros durante una prueba de marcha de seis minutos e informaron de una mejor calidad de vida. Además, su capacidad de bombeo del corazón mejoró, sobre todo para los que recibieron las dos dosis más altas de SDF-1 en comparación con la dosis más baja y no se observaron efectos secundarios aparentes.
"Encontramos que un 50 por ciento de los pacientes que recibieron las dos dosis más altas todavía tenían efectos positivos un año después del tratamiento con su clasificación de la insuficiencia cardiaca mejorada por lo menos un nivel --resaltó Penn--. Todavía tenían evidencia de daño, pero su corazón funcionaba mejor y se sentían mejor".
Los hallazgos indican que las células madre de las personas tienen el potencial de inducir la curación sin tener que ser retiradas del cuerpo, según Penn, quien añade que el estudio demuestra que la terapia genética tiene el potencial de ayudar a la gente a sanar sus corazones".
Los resultados de la investigación, consistente con otra en animales y estudios de laboratorio de SDF-1, sugieren que las inyecciones de SDF-1 pueden aumentar el flujo de sangre alrededor de un área de tejido dañado, que ha sido considerada irreversible por otros exámenes. Así, los científicos están ahora comparando los resultados de pacientes con insuficiencia cardiaca que reciben SDF-1 con los pacientes que no lo son y si esta prueba sale bien, la terapia podría estar en cuatro o cinco años, según dijo Penn.
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