http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/abren-puerta-una-potencial-fuente-juventud-molecular-20130201
Gracias a la infusión de células madre de la sangre de ratones envejecidos con un gen de la longevidad han logrado rejuvenecer las células madre de estos animales y crear «ratones viejos con sangre joven». Este nuevo estudio representa un gran avance en la comprensión de los mecanismos moleculares de envejecimiento al tiempo que proporciona una nueva esperanza para el desarrollo de tratamientos específicos para la edad relacionados con las enfermedades degenerativas.
Los biólogos, cuyo trabajo se publica en Cell, descubrieron que la proteína SIRT3, perteneciente a la clase conocida como sirtuinas, tiene un papel importante para ayudar a células madre envejecidas en hacer frente al estrés. Así, cuando infundieron la citada proteína a las células madre sanguíneas de los ratones envejecidos, la terapia promovió la formación de nuevas células sanguíneas, lo que evidencia un cambio en el declive relacionado con la edad en la función de las células madre envejecidas.
«Sabíamos que la sirtuinas regulan el envejecimiento, pero este estudio es el primero que demuestra que éstas pueden revertir el envejecimiento asociado a la degeneración», señala Danica Chen, de la Universidad de California.
En los últimos 10 o 20 años se han hecho importantes hallazgos en el campo del envejecimiento. De pensar en un proceso incontrolado, aleatorio, actualmente se sabe que está perfectamente regulado, lo que ha abierto la posibilidad de su manipulación. Y, como reconoce Chen, ya sabemos que las sirtuinas regulan el envejecimiento, y esto nos abre la puerta a posibles tratamientos para las enfermedades degenerativas relacionadas con la edad. «Los estudios han demostrado que incluso una sola mutación genética puede conducir a la prolongación de la vida. La cuestión es si podemos entender el proceso lo suficientemente bien como para que podamos realmente desarrollar una fuente molecular de la juventud. ¿Podemos realmente revertir el envejecimiento? Esto es algo que estamos esperando entender y cumplir».
Y en esta carrera para conocer el proceso de envejecimiento las sirtuinas son protagonistas debido a que su importancia en el proceso de envejecimiento se hace cada vez más evidente. En el caso de la SIRT3, que se encuentra en la mitocondria celular, un compartimento celular que ayuda a controlar el crecimiento y la muerte, ya se ha demostrado que el gen SIRT3 se activa durante la restricción calórica, lo que prolonga la vida útil en diversas especies.
Para medir los efectos del envejecimiento, los investigadores estudiaron la función de las células madre adultas, que son responsables del mantenimiento y la reparación de tejidos. En concreto, se centraron en las células madre hematopoyéticas -de la sangre- debido a su capacidad para reconstituir completamente el sistema sanguíneo, capacidad sobre la que subyace el éxito del trasplante de médula ósea.
Así, los investigadores observaron por primera vez el sistema sanguíneo de ratones que tenían el gen de la SIRT3 deteriorado. Sorprendentemente, cuando eran jóvenes, la ausencia de SIRT3 no supuso ninguna diferencia. Solo con el paso del tiempo se apreció su importancia: los ratones deficientes en SIRT3 tenían menos células madre hematopoyéticas y su capacidad de regenerar nuevas células sanguíneas disminuida en comparación con los ratones normales de la misma edad.
¿Qué hay detrás de la diferencia de edad? Parece que durante la juventud, las células madre hematopoyéticas funcionan adecuadamente y tienen niveles de estrés oxidativo. En esta etapa juvenil, las defensas antioxidantes normales del organismo pueden hacer frente a los bajos niveles de estrés, por lo que las diferencias en SIRT3 son menos importantes.
Sin embargo, explican, es cuando nos hacemos mayores cuando nuestro sistema no funciona tan bien y hay mayor carga de estrés oxidativo. «En estas condiciones, nuestro sistema no puede hacerse cargo de nosotros, es cuando necesitamos que la proteína SIRT3 actúe para reforzar el sistema antioxidante. Pero si los niveles de SIRT3 también se reducen con la edad el sistema acaba colapsado».
Para ver si el hecho de incrementar los niveles de SIRT3 tenía algún efecto, los investigadores los aumentaron en las células madre hematopoyéticas de los ratones de edad avanzada. Este experimento rejuveneció las células madre, lo que causó una mejora en la producción celular.
Chen reconoce que todavía queda por ver si la sobreexpresión de SIRT3 realmente puede prolongar la vida, pero cree que la ampliación de la vida útil no es el único objetivo de esta área de investigación. «Un objetivo importante es utilizar el conocimiento de la regulación genética para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad», afirma.
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