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Un experimento de trasplante de células madre humanas realizado en la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, ha logrado mejorar la supervivencia y la función muscular en un modelo de ratas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad nerviosa que destruye los nervios de los músculos, causando la muerte por insuficiencia respiratoria.
La ELA o enfermedad de Lou Gehrig afrecta sobre todo a adultos entre 40 y 70 años; la proporción entre hombres y mujeres es aproximadamente de 3 a 1. En España, se estima que cada año se diagnostican casi unos 900 nuevos casos (2 a 3 por día) y que el número total de casos ronda las 4000 personas, aunque estas cifras pueden variar. La incidencia de esta enfermedad en la población española es de 1 por cada 50.000 habitantes y la prevalencia es de 1/10.000 (esto significa que unos 40.000 españoles desarrollarán la ELA durante su vida).
El trabajo realizado en la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.) ha utilizado células madre adultas, obtenidas a partir de la médula ósea de un donante, y que una vez manipuladas genéticamente eran capaces de producir factores de crecimiento que restauran las células nerviosas lesionadas.
Masatoshi Suzuki, profesor asistente de Ciencias Biológicas Comparativas y sus colegas utilizaron las células madre adultas de la médula ósea humana y modificaron genéticamente las células para producir compuestos llamados factores de crecimiento que pueden apoyar a las células nerviosas dañadas. Luego, las implantaron directamente en los músculos en ratas manipuladas genéticamente para tener los síntomas semejantes a la ELA.
En las personas, las neuronas motoras que activan la contracción de los músculos de las piernas son de hasta tres metros de largo y estas células nerviosas son a menudo las primeras en sufrir daños en la ELA, pero no está claro dónde empieza el deterioro. Muchos científicos se han centrado en el extremo más cercano de la neurona, en la médula espinal, pero Suzuki observó que el extremo distante, donde el nervio toca y activa el músculo, se daña a menudo en una fase temprana de la enfermedad.
La conexión entre la neurona y el músculo, llamada la unión neuromuscular, es donde Suzuki centró su atención. "Esta es una de nuestros principales diferencias --dijo Suzuki--. Sabemos que la unión neuromuscular es un sitio de deterioro temprano y se sospecha que podría ser el villano en la causa que lleva a la muerte de la célula nerviosa. Puede que no sea una víctima inocente del daño que se inicia en otro lugar".
Anteriormente, Suzuki encontró que la inyección de factores neurotróficos derivados de la línea celular glial (GDNF) en la unión ayudó a las neuronas a sobrevivir. El nuevo estudio, publicado en la revista Molecular Therapy, amplía la investigación para demostrar un efecto similar de un segundo compuesto, llamado factor de crecimiento endotelial vascular.
En el estudio, Suzuki y su equipo ha encontrado que el uso de células madre para obtener el factor de crecimiento endotelial vascular mejoró la supervivencia y retrasó la aparición de la enfermedad y el deterioro de la función muscular, un resultado que refleja su estudio anterior con GDNF.
Pero el verdadero avance, según el propio investigador, fue encontrar un mejor resultado del uso de células madre que crean ambos factores de crecimiento. "En cuanto al tiempo libre de enfermedad, supervivencia general, función muscular y mantenimiento, encontramos que la combinación era más poderosa que cualquiera de los factores de crecimiento. Los resultados proporcionarían una nueva esperanza para las personas con esta terrible enfermedad", resaltó.
Las células madre inyectadas sobrevivieron durante al menos nueve semanas, pero no se convirtieron en neuronas y, en su lugar, su contribución fue para secretar uno o ambos factores de crecimiento. Originalmente, la mayor parte del entusiasmo por las células madre se ha centrado en la esperanza de la sustitución de las células dañadas, pero el enfoque de Suzuki es diferente.
"Estas células nerviosas motoras tienen conexiones muy largas y la sustitución de estas células sigue siendo un reto. Pero nuestro objetivo es mantener las neuronas vivas y sanas con los mismos factores de crecimiento que crea el cuerpo y eso es lo que hemos mostrado aquí", remarca. Para la prueba, Suzuki utiliza un modelo de ratas con ELA con una mutación que se encuentra en un pequeño porcentaje de los pacientes con esta enfermedad que tienen una forma genética de la patología.
Mediante el uso de células madre mesenquimales adultas, la técnica evita el peligro de tumores que pueden surgir con el trasplante de células madre embrionarias. Es importante destacar que las células madre mesenquimales ya se han utilizado en los ensayos clínicos para diversas enfermedades humanas.
En el futuro, Suzuki espera aplicar su enfoque mediante el uso de células madre de grado clínico. "Debido a que esta es una enfermedad fatal e intratable, esperamos que esto se pueda llevar a un ensayo clínico relativamente pronto", concluye.
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