Un trabajo del Instituto Salk de Estudios Biológicos en California, Estados Unidos, ha mostrado cómo las células neuronales maduras se "resetean" para volver a un estado indiferenciado y hacer proliferar un glioblastoma, el tipo más común y agresivo de los tumores cerebrales, según informa la revista 'Science'.
Hasta ahora se creía que estos tumores surgían a partir de células madre neurales no diferenciadas, capaces de transformarse en distintas células del sistema nervioso. Pero, para su sorpresa, un grupo de investigadores ha encontrado en ratones que las células neuronales completamente maduras también pueden dar el disparo de inicio del glioblastoma.
"La novedad de nuestro trabajo es que, por primera vez, demostramos que también las células cerebrales maduras pueden adquirir mutaciones y desarrollar la enfermedad", según ha asegurado al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) Dinorah Friedmann-Morvinski, autora principal del estudio.
Las células maduras necesitan volver a un estado indiferenciado, muy similar al de las células madre adultas o troncales, ya que sólo así tienen la posibilidad de autorreplicarse, dividirse y diferenciarse en todos los distintos tipos de células del gliobastoma.
Esta experta explica que cualquier célula en el cerebro tiene la posibilidad de ser el origen de los gliomas, "pero si una célula ya diferenciada es la que recibe las alteraciones genéticas, tiene primero que desdiferenciarse, reprogramarse y volver atrás en el desarrollo para así generar una unidad parecida a las células madre del cerebro".
El hallazgo puede tener implicaciones para el tratamiento de estos tumores, ya que la mayoría de los pacientes con tumor cerebral, en este caso gliomas, son intervenidos quirúrgicamente y reciben quimioterapia para eliminar la mayor parte del tumor sólido.
Además, los autores apuntan que, con que queden unas pocas células madre sin retirar, es suficiente para reproducir todo el tumor de nuevo. "Esto significa que las terapias tendrían que estar dirigidas principalmente a esta población de células madre adultas del tumor que tienen la posibilidad de replicarse continuamente", sostiene la investigadora.
La idea de los expertos es bloquear el proceso de proliferación descontrolada y autorreplicación que adquieren las células maduras después de revertir al estado troncal.
"Los modelos anteriores sugerían, tal y como indica su propio nombre, que las células gliales eran el origen de los gliobastomas ya que no había otras células en el cerebro que tuvieran la capacidad de dividirse y acumular mutaciones", ha comentado Friedmann-Morvinski.
Sin embargo, cuando se consolidó el concepto de células madre, los expertos descubrieron que también en el cerebro de un adulto se encuentran células madres adultas con capacidad de dividirse y diferenciarse, proceso conocido como neurogénesis.
Fue entonces cuando muchos grupos demostraron que los gliomas pueden originarse a partir de estas células, que comparten muchas características con las células madre del cáncer.
No obstante, el hecho de que los glioblastomas no sean tumores hereditarios hace imposible predecir si se van a desarrollar o no. "Probablemente los mismos factores --ambientales, nutrición, etc.-- que provocan tumores en otros órganos también están implicados en el inicio de los cánceres cerebrales", apunta la autora.
En cambio, otras variables como el microambiente del tumor también intervienen en el proceso, así como el sistema inmune, a través de su respuesta inflamatoria.
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