La Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR) ha celebrado la obtención, por primera vez, de células madre embrionarias (clonadas) con el mismo ADN de las células somáticas humanas, y considera que este "importante" hallazgo es un "peldaño más" en la investigación científica orientada hacia la medicina regenerativa, y, concretamente, al futuro tratamiento de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
"La técnica abre la posibilidad de generar líneas celulares en pacientes que puedan tener enfermedades degenerativas tipo Alzheimer o Parkinson, que no somos capaces de abordar a día de hoy. (..) Con dicha técnica sería posible desarrollar líneas celulares para remplazar esos tejidos dañados", explica Jorge Cuadros, miembro de la Junta Directiva de ASEBIR.
Sobre el hecho de que la técnica empleada para alcanzar este objetivo resulta similar a la que dio lugar a la oveja Dolly, Cuadros ha explicado que la importancia del hallazgo no puede centrarse en la posibilidad de clonar seres humanos, sino en la apertura de una nueva era en la medicina regenerativa.
De hecho, recuerdan que los propios autores del trabajo han expuesto que su objetivo pasa, exclusivamente, por alcanzar células madre que puedan regenerar y reemplazar tejidos dañados, sin generar rechazos.
Para ASEBIR el hallazgo "no debería quedar oscurecido por el debate en torno a la clonación reproductiva, más mediático pero con mucho menos interés científico".
Además, recuerdan que existe aún una gran brecha entre el desarrollo de blastocistos clónicos, como fuente de dichas células madre embrionarias, en lo que sería la clonación terapéutica, y la posibilidad de transferir estos blastocistos a un útero, en una clonación reproductiva, puesto que la capacidad de generar células madre embrionarias no guarda relación con la capacidad de estos blastocistos para generar un individuo completo.
"Que se haya llegado a la fase de blastocisto, no implica que ese embrión vaya a seguir desarrollándose si se implanta en el útero de una paciente o que lo haga sin abortar o sin anomalías. Hay reparos éticos y técnicos para ello. Los primeros no han cambiado, y los segundos todavía pesan aún más", explica Cuadros.
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