Fuente:
http://www.diariomedico.com/2015/11/30/area-profesional/entorno/utilizan-celulas-madre-contra-la-obesidad-aumentando-el-numero-de-adipocitos-marrones
El grupo de investigación de Antonio Vidal-Puig, catedrático de la Universidad de Cambridge, ha desarrollado una línea de trabajo que utiliza células madre, tratando de aumentar el número de adipocitos pardos y asegurando su capacidad de activación con el objetivo de mejorar el abordaje de la obesidad.
Antonio Vidal-Puig, catedrático de la Universidad de Cambridge
El grupo de investigación de Antonio Vidal-Puig, catedrático de la Universidad de Cambridge, ha focalizado su atención en los mecanismos que controlan el balance energético pero sobre todo el gasto para intentar mejorar el abordaje de la obesidad. Igualmente importante, el desarrollo de las complicaciones de la obesidad se ha relacionado con el funcionamiento del tejido adiposo blanco y el desfase entre capacidad y requerimiento de almacenamiento en la forma de acumulación de grasa.
Una de sus líneas de trabajo, focalizada en gasto energético, está centrada en el estudio de la grasa parda, tratando de aumentar el número de adipocitos pardos y asegurando su capacidad de activación.
Los investigadores desarrollan una línea de trabajo en el laboratorio utilizando células madre que tratan de convertir en adipocitos pardos, lo que permitirá después estudiar las señales y los estadios intermedios implicados en este proceso.
"Una vez que conozcamos adecuadamente este proceso, será posible tratar de desarrollar estrategias farmacológicas para aumentar el tejido adiposo marrón", ha explicado Vidal-Puig, quien ha recogido en Oviedo el XII Premio Internacional Hipócrates de Investigación Médica sobre Nutrición Humana, que otorgan la Real Academia de Medicina de Asturias y Central Lechera Asturiana.
Otra de las preguntas a la que intenta responder este grupo de investigación se relaciona con el vínculo entre obesidad y complicaciones metabólicas, es decir, "qué hay en la expresión del tejido adiposo que hace que un individuo obeso tenga más probabilidad de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares", ha señalado Vidal-Puig.
Para resolver esta cuestión, el grupo de Cambridge estudia el funcionamiento del tejido adiposo blanco, encargado no solo del almacenamiento de la grasa sino también de su movilización, es decir, "de soltar energía al músculo cuando éste la requiere. Además, si conseguimos aumentar el gasto de energía la necesidad de almacenamiento en el tejido adiposo va a ser menor".
Las estrategias de abordaje de la obesidad deben pasar por disminuir la ingesta, es decir, el aporte de nutrientes pero también por aumentar el gasto o termogénesis y por conseguir un tejido adiposo saludable funcionalmente optimizado.
"Si se produce un desfase entre la capacidad de almacenamiento del tejido adiposo y la cantidad de energía que tiene que almacenar, ese exceso de nutrientes va a migrar a otros órganos, como el hígado, que se vuelve graso, a los músculos, originando resistencia a la insulina, o a los islotes pancreáticos, perdiendo la secreción de insulina, lo que se conoce como síndrome metabólico", ha destacado Vidal-Puig.
De ahí que el problema de las complicaciones de la obesidad no está tan relacionado con la cantidad de grasa sino con "el desfase entre la capacidad del individuo para almacenar y los requerimientos de almacenamiento". Un tejido adiposo funcionalmente optimizado cuenta con una flexibilidad metabólica adecuada, de tal forma que "libera lípidos cuando los órganos se lo piden". Sin embargo, cuando los adipocitos están saturados de grasa se producen cambios físicos en sus membranas, el sistema de señalización se ve afectado y esto facilita el desarrollo de reacciones inflamatorias en el tejido.
Así podría hablarse de dos tipos de obesos: aquellos con una capacidad de almacenamiento elevada y, por tanto, con un tejido adiposo saludable, y aquellos con menos capacidad para expandir su tejido adiposo "que va a funcionar peor en caso de sobrecarga".
De este modo, se ha desarrollado un nuevo concepto cada vez con más presencia en las estrategias de investigación sobre la obesidad y el abordaje: "La expandabilidad del tejido adiposo".
Vidal-Puig ha destacado también la importancia del ejercicio físico en las estrategias de abordaje de la obesidad, al estar comprobado que "no ayuda a perder peso pero sí a prevenir que se gane grasa después de haberla perdido con dieta; por eso es tan importante la actividad física cuando se sigue una dieta de adelgazamiento, para preservar el músculo, que es el primer órgano consumidor de grasa y la garantía frente a la acumulación de ésta en otros órganos".