Damián García Olmo (Murcia, 1958) no solo es un defensor entusiasta de la terapia celular, sino uno de los principales investigadores en este campo que hay en España. Sin embargo, cree que se han generado unas «expectativas desmedidas» e imposibles de cumplir: «Tenía que funcionar todo, y ya». Algo imposible en ciencia, donde se necesita paciencia y tiempo. Catedrático y cirujano, dirige desde el Hospital La Paz de Madrid un ensayo que busca un medicamento celular para lograr la cicatrización en fístulas.
- Algunos científicos advierten de las excesivas expectativas que ha generado la investigación con células madre. ¿Comparte esta visión? ¿Cree que se ha creado una especie de burbuja en torno a la terapia celular?
- Creo que hay dos conceptos que merece la pena diferenciar: por una parte la terapia celular, que es curar con células, y por otro la medicina regenerativa, que es regenerar órganos y funciones. Cuando empezó el 'boom' mediático de las células madre, sobre el año 2000, surgieron expectativas desmedidas. Parecía que con las células madre se iba a poder regenerar todo, hacer un corazón nuevo, curar la diabetes y el alzhéimer. De hecho, la expectación fue tan grande que casi todas las comunidades autónomas crearon centros de medicina regenerativa. El caso es que 14 años después, no se ha regenerado nada. Nadie es capaz de fabricar un hígado. Sin embargo, lo que sí ha tenido éxito es la terapia celular, la idea de curar con células, convertirlas en un medicamento. Falta mucho tiempo para que la medicina regenerativa se desarrolle, pero la terapia celular es otra cosa. En estos momentos hay 1.400 ensayos clínicos en el mundo.
- Pero el problema, o al menos eso piensan algunos compañeros suyos, es que esos avances prometedores de los que habla se venden a veces como algo que ya está al alcance de los pacientes, cuando en la mayoría de los casos no es así.
- Es el problema que tenemos desde que empezó esto. Se han inflado las expectativas y había mucha prisa. Tenía que funcionar todo y ya. Para el desarrollo de cualquier producto celular se necesitan entre 15 y 20 años. Los primeros ensayos clínicos en terapia celular empezaron entre 2002 y 2004, con lo que lo normal es que empiecen a acabar a partir del próximo año. Mientras tanto no hay resultados médicamente fundados. Algunos compañeros no han hecho las cosas bien y llevan a la clínica terapias no demostradas.
- Usted trabaja en la creación de un medicamento celular para lograr la cicatrización en fístulas. ¿Cuándo verá la luz?
- Somos un grupo de cirujanos, y nuestra mayor preocupación es la cicatrización. Buscamos, como banco de pruebas para ver si las células podrían ser buenas para cicatrizar, uno de los escenarios peores: la fístula perianal de la enfermedad de Crohn. Es un problema que afecta a gente joven y disminuye mucho su calidad de vida. No hay soluciones, porque la cirugía fracasa. Llevamos casi 12 años con esta línea de investigación, y creemos que terminará el año que viene o como máximo en 2015. Estamos en un porcentaje de curación del 70%. Nos gustaría que fuese del 100%, pero no es así. Parece consistente, pero trabajamos para ver dónde está la clave para curar al 30%.
- Se convertirá entonces en uno de los primeros medicamentos de terapia celular en el mercado.
- Que yo sepa, medicamento registrado, con todos los pasos terminados, hay uno: el 'ChondroCelect', para lesiones cartilaginosas. Y el segundo que está a punto de ser registrado es el nuestro, el 'Cx601'. Pero todavía le queda por lo menos año y medio. Esto hay que tomárselo con mucha seriedad.
- En mayo conocimos que un equipo de científicos ha logrado obtener células madre embrionarias mediante la técnica de clonación de la oveja 'Dolly'. Usted comentó que «era una asignatura pendiente que tenía la ciencia, pero en realidad no hemos avanzado nada».
- Es la verdad. Después del mayor fraude de la historia, del fiasco de Woo-Suk, [anunció la clonación de células madre embrionarias y luego se demostró que era falso] ha habido un intento por ver si eso era posible o no. Hubo una enorme batalla científica entre quienes decían que el ser humano no podía ser clonado y quienes creían que era un puro problema tecnológico, cuestión de tiempo. Parece que al final tenían razón estos últimos. Pues ya está, muy bien, pero por el camino han ocurrido otras cosas. Los ojos de los científicos no están puestos ahora en la clonación, sino en la fabricación de células embrionarias a partir del tejido del propio sujeto enfermo. Son las células de Yamanaka.
Excelente cirujano, investigador y sobretodo persona.
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