jueves, 30 de mayo de 2013

Terapia celular con células madre obtiene beneficios en ratas con ELA

Fuente: http://www.europapress.es/salud/noticia-experimento-trasplante-celulas-madre-humanas-mejora-superviviencia-ela-20130528150717.html
http://www.abc.es/salud/noticias/terapia-celular-logra-beneficios-modelo-15033.html




Un experimento de trasplante de células madre humanas realizado en la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, ha logrado mejorar la supervivencia y la función muscular en un modelo de ratas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad nerviosa que destruye los nervios de los músculos, causando la muerte por insuficiencia respiratoria.

La ELA o enfermedad de Lou Gehrig afrecta sobre todo a adultos entre 40 y 70 años; la proporción entre hombres y mujeres es aproximadamente de 3 a 1. En España, se estima que cada año se diagnostican casi unos 900 nuevos casos (2 a 3 por día) y que el número total de casos ronda las 4000 personas, aunque estas cifras pueden variar. La incidencia de esta enfermedad en la población española es de 1 por cada 50.000 habitantes y la prevalencia es de 1/10.000 (esto significa que unos 40.000 españoles desarrollarán la ELA durante su vida).


El trabajo realizado en la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.) ha utilizado células madre adultas, obtenidas a partir de la médula ósea de un donante, y que una vez manipuladas genéticamente eran capaces de producir factores de crecimiento que restauran las células nerviosas lesionadas.

Masatoshi Suzuki, profesor asistente de Ciencias Biológicas Comparativas y sus colegas utilizaron las células madre adultas de la médula ósea humana y modificaron genéticamente las células para producir compuestos llamados factores de crecimiento que pueden apoyar a las células nerviosas dañadas. Luego, las implantaron directamente en los músculos en ratas manipuladas genéticamente para tener los síntomas semejantes a la ELA.

En las personas, las neuronas motoras que activan la contracción de los músculos de las piernas son de hasta tres metros de largo y estas células nerviosas son a menudo las primeras en sufrir daños en la ELA, pero no está claro dónde empieza el deterioro. Muchos científicos se han centrado en el extremo más cercano de la neurona, en la médula espinal, pero Suzuki observó que el extremo distante, donde el nervio toca y activa el músculo, se daña a menudo en una fase temprana de la enfermedad.

La conexión entre la neurona y el músculo, llamada la unión neuromuscular, es donde Suzuki centró su atención. "Esta es una de nuestros principales diferencias --dijo Suzuki--. Sabemos que la unión neuromuscular es un sitio de deterioro temprano y se sospecha que podría ser el villano en la causa que lleva a la muerte de la célula nerviosa. Puede que no sea una víctima inocente del daño que se inicia en otro lugar".

Anteriormente, Suzuki encontró que la inyección de factores neurotróficos derivados de la línea celular glial (GDNF) en la unión ayudó a las neuronas a sobrevivir. El nuevo estudio, publicado en la revista Molecular Therapy, amplía la investigación para demostrar un efecto similar de un segundo compuesto, llamado factor de crecimiento endotelial vascular.

En el estudio, Suzuki y su equipo ha encontrado que el uso de células madre para obtener el factor de crecimiento endotelial vascular mejoró la supervivencia y retrasó la aparición de la enfermedad y el deterioro de la función muscular, un resultado que refleja su estudio anterior con GDNF.

Pero el verdadero avance, según el propio investigador, fue encontrar un mejor resultado del uso de células madre que crean ambos factores de crecimiento. "En cuanto al tiempo libre de enfermedad, supervivencia general, función muscular y mantenimiento, encontramos que la combinación era más poderosa que cualquiera de los factores de crecimiento. Los resultados proporcionarían una nueva esperanza para las personas con esta terrible enfermedad", resaltó.

Las células madre inyectadas sobrevivieron durante al menos nueve semanas, pero no se convirtieron en neuronas y, en su lugar, su contribución fue para secretar uno o ambos factores de crecimiento. Originalmente, la mayor parte del entusiasmo por las células madre se ha centrado en la esperanza de la sustitución de las células dañadas, pero el enfoque de Suzuki es diferente.

"Estas células nerviosas motoras tienen conexiones muy largas y la sustitución de estas células sigue siendo un reto. Pero nuestro objetivo es mantener las neuronas vivas y sanas con los mismos factores de crecimiento que crea el cuerpo y eso es lo que hemos mostrado aquí", remarca. Para la prueba, Suzuki utiliza un modelo de ratas con ELA con una mutación que se encuentra en un pequeño porcentaje de los pacientes con esta enfermedad que tienen una forma genética de la patología.

Mediante el uso de células madre mesenquimales adultas, la técnica evita el peligro de tumores que pueden surgir con el trasplante de células madre embrionarias. Es importante destacar que las células madre mesenquimales ya se han utilizado en los ensayos clínicos para diversas enfermedades humanas.

En el futuro, Suzuki espera aplicar su enfoque mediante el uso de células madre de grado clínico. "Debido a que esta es una enfermedad fatal e intratable, esperamos que esto se pueda llevar a un ensayo clínico relativamente pronto", concluye.

Neuronas implicadas en el síndrome de Down cultivadas a partir de células madre muestran una conexión reducida

Fuente: http://www.europapress.es/salud/noticia-neuronas-sindrome-down-cultivadas-partir-celulas-madre-muestran-conexion-reducida-20130528111923.html

Anita Bhattacharyya, neurocientífica del Centro Waisman de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, informa en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' del desarrollo de células del cerebro a partir de células de la piel de personas con síndrome de Down. Esta investigación permitió ver una reducción de las conexiones y un alto nivel de estrés oxidativo en las neuronas con síndrome de Down.


"A pesar de que el síndrome de Down es muy común, es sorprendente lo poco que sabemos acerca de lo que va mal en el cerebro --dice Bhattacharyya--. Estas nuevas células proporcionan una forma de ver el desarrollo temprano del cerebro". El síndrome de Down, la forma genética más común de retraso mental, es el resultado de la copia extra de un cromosoma. Aunque las personas con síndrome de Down experimentan dificultades intelectuales y otros problemas, los científicos han tenido problemas para identificar qué efectos generalizados causa ese cromosoma extra.

El estudio se inició cuando las células de la piel se transformaron en células madre pluripotentes inducidas, que pueden cultivarse en cualquier tipo de célula especializada. El laboratorio de Bhattacharyya, trabajando con Su-Chun Zhang y Jason Weick, logró desarrollar esas células madre en células cerebrales para su estudio en el laboratorio. Un hallazgo importante fue la reducción de las conexiones entre las neuronas, según Bhattacharyya, quien explica que "se comunican menos, son más tranquilas. Esto es nuevo, pero se ajusta con lo poco que sabemos sobre el cerebro del síndrome de Down".

Las células del cerebro se comunican a través de conexiones llamadas sinapsis y las neuronas de Down tenían sólo alrededor del 60 por ciento del número habitual de sinapsis y la actividad sináptica. "Esto es suficiente para marcar una diferencia --resaltó Bhattacharyya--. Incluso si se recuperan estas sinapsis más tarde, se ha perdido esta ventana de tiempo crítico durante el desarrollo temprano".

Los investigadores analizaron los genes que se vieron afectados en las células madre con síndrome de Down y las neuronas y descubrieron que los genes en el cromosoma extra se incrementaron un 150 por ciento, de acuerdo con la contribución del cromosoma extra.

Sin embargo, la producción de alrededor de 1.500 genes en otras partes del genoma se vio fuertemente afectada. "No es sorprendente ver cambios, pero los genes que cambiaron fueron sorprendentes -subrayó la investigadora--. El aumento predominante fue visto en los genes que responden al estrés oxidativo, que se produce cuando los fragmentos moleculares llamados radicales libres dañan una amplia variedad de tejidos".

"Definitivamente, encontramos un alto nivel de estrés oxidativo en las neuronas con síndrome de Down. Esto ha sido sugerido antes en otros estudios, pero nos quedamos encantados de encontrar más evidencia de ello. Ahora tenemos un sistema que podemos manipular para estudiar los efectos del estrés oxidativo y posiblemente prevenirlo", afirmó.

El síndrome de Down incluye una serie de síntomas que pueden resultar del estrés oxidativo, según Bhattacharyya, incluyendo el envejecimiento acelerado. "En los 40, a los individuos con el síndrome envejecen muy rápidamente: se llenan de canas, tienen arrugas en la piel, un rápido envejecimiento en muchos órganos, y una aparición rápida de la enfermedad de Alzheimer. Muchos de estos procesos pueden deberse a un mayor estrés oxidativo, pero aún no se ha probado directamente", recalca.

El estrés oxidativo puede ser especialmente significativo, ya que aparece desde el principio en las células madre. "Esto sugiere que estas células pasan toda su vida con el estrés oxidativo - añade Bhattacharyya-- y que podría contribuir a la muerte de las neuronas más adelante o aumentar la susceptibilidad a la enfermedad de Alzheimer".

Otros investigadores han creado las neuronas con síndrome de Down a partir de células madre pluripotentes inducidas, recuerda Bhattacharyya. "Sin embargo, somos los primeros en reportar este déficit sináptico e informar sobre los efectos de los genes en otros cromosomas en las neuronas. También somos pioneros en utilizar las células madre de la misma persona que tenía o no tenía el cromosoma de más. Esto permitió fijarnos en que la diferencia sólo causada por el cromosoma extra no se debe a la diferencia genética entre las personas".

La investigación, publicada en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', fue una exploración básica de las raíces del síndrome de Down. Bhattacharyya cree que potencialmente se podrían utilizar estas células para probar o desarrollar fármacos de diseño inteligente para atacar los síntomas del síndrome de Down.

Stem cell injections improve spinal injuries in rats

Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2013/05/130527231843.htm?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+sciencedaily+%28ScienceDaily%3A+Latest+Science+News%29

An international team led by researchers at the University of California, San Diego School of Medicine reports that a single injection of human neural stem cells produced neuronal regeneration and improvement of function and mobility in rats impaired by an acute spinal cord injury (SCI).


The findings are published in the online issue of Stem Cell Research & Therapy.

Martin Marsala, MD, professor in the Department of Anesthesiology, with colleagues at UC San Diego and in Slovakia, the Czech Republic and The Netherlands, said grafting neural stem cells derived from a human fetal spinal cord to the rats' spinal injury site produced an array of therapeutic benefits -- from less muscle spasticity to new connections between the injected stem cells and surviving host neurons.

"The primary benefits were improvement in the positioning and control of paws during walking tests and suppression of muscle spasticity," said Marsala, a specialist in spinal cord trauma and spinal injury-related disorders. Spasticity -- exaggerated muscle tone or uncontrolled spasms -- is a serious and common complication of traumatic injury to the spinal cord.

The human stem cells, said the scientists, appeared to vigorously take root at the injury site.

"In all cell-grafted animals, there was robust engraftment, and neuronal maturation of grafted human neurons was noted," Marsala said. "Importantly, cysts or cavities that can form in or around spinal injuries were not present in any cell-treated animal. The injury-caused cavity was completely filled by grafted cells."

The rats received the pure stem cell grafts three days after injury (no other supporting materials were used) and were given drugs to suppress an immune response to the foreign stem cells. Marsala said grafting at any time after the injury appears likely to work in terms of blocking the formation of spinal injury cavities, but that more work would be required to determine how timing affects functional neurological benefit.

The grafted stem cells, according to Marsala, appear to be doing two things: stimulating host neuron regeneration and partially replacing the function of lost neurons.

"Grafted spinal stem cells are rich source of different growth factors which can have a neuroprotective effect and can promote sprouting of nerve fibers of the host neurons. We have also demonstrated that grafted neurons can develop contacts with the host neurons and, to some extent, restore the connectivity between centers, above and below the injury, which are involved in motor and sensory processing."

The scientists used a line of human embryonic stem cells recently approved for Phase 1 human trials in patients with chronic traumatic spinal injuries. Marsala said the ultimate goal is to develop neural precursor cells (capable of becoming any of the three main cell types in the nervous system) from induced pluripotent stem cells derived from patients, which would likely eliminate the need for immunosuppression treatment.

Pending approval by UC San Diego's Institutional Review Board, the next step is a small phase 1 trial to test safety and efficacy with patients who have suffered a thoracic spinal cord injury (between vertebrae T2-T12) one to two years earlier, and who have no motor or sensory function at or below the spinal injury site.

"This is exciting, especially because, historically, there has been very little to offer patients with acute spinal cord injury," said study co-author Joseph Ciacci, MD, professor of surgery and program director of the Neurosurgery Residency at the UC San Diego School of Medicine. Ciacci, who is also chief of neurosurgery for the Veterans Affairs San Diego Healthcare System, will oversee the clinical trial at UC San Diego and the VA.

Ciacci said if the initial study confirms safety and efficacy, as well as the viability of the implanted cells, neural regeneration and decreased spasticity, the protocol can be expanded to other patients with other forms of severe spinal cord injury.




Journal Reference:

Sebastiaan van Gorp, Marjolein Leerink, Osamu Kakinohana, Oleksandr Platoshyn, Camila Santucci, Jan Galik, Elbert A Joosten, Marian Hruska-Plochan, Danielle Goldberg, Silvia Marsala, Karl Johe, Joseph D Ciacci, Martin Marsala. Amelioration of motor/sensory dysfunction and spasticity in a rat model of acute lumbar spinal cord injury by human neural stem cell transplantation. Stem Cell Research & Therapy, 2013; 4 (5): 57 DOI: 10.1186/scrt209

martes, 28 de mayo de 2013

Down syndrome neurons grown from stem cells show signature problems

Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2013/05/130527153656.htm?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+sciencedaily+%28ScienceDaily%3A+Latest+Science+News%29

Down syndrome, the most common genetic form of intellectual disability, results from an extra copy of one chromosome. Although people with Down syndrome experience intellectual difficulties and other problems, scientists have had trouble identifying why that extra chromosome causes such widespread effects.


In new research published this week, Anita Bhattacharyya, a neuroscientist at the Waisman Center at the University of Wisconsin-Madison, reports on brain cells that were grown from skin cells of individuals with Down syndrome.

"Even though Down syndrome is very common, it's surprising how little we know about what goes wrong in the brain," says Bhattacharyya. "These new cells provide a way to look at early brain development."

The study began when those skin cells were transformed into induced pluripotent stem cells, which can be grown into any type of specialized cell. Bhattacharyya's lab, working with Su-Chun Zhang and Jason Weick, then grew those stem cells into brain cells that could be studied in the lab.

One significant finding was a reduction in connections among the neurons, Bhattacharyya says. "They communicate less, are quieter. This is new, but it fits with what little we know about the Down syndrome brain." Brain cells communicate through connections called synapses, and the Down neurons had only about 60 percent of the usual number of synapses and synaptic activity. "This is enough to make a difference," says Bhattacharyya. "Even if they recovered these synapses later on, you have missed this critical window of time during early development."

The researchers looked at genes that were affected in the Down syndrome stem cells and neurons, and found that genes on the extra chromosome were increased 150 percent, consistent with the contribution of the extra chromosome.

However, the output of about 1,500 genes elsewhere in the genome was strongly affected. "It's not surprising to see changes, but the genes that changed were surprising," says Bhattacharyya. The predominant increase was seen in genes that respond to oxidative stress, which occurs when molecular fragments called free radicals damage a wide variety of tissues.

"We definitely found a high level of oxidative stress in the Down syndrome neurons," says Bhattacharyya. "This has been suggested before from other studies, but we were pleased to find more evidence for that. We now have a system we can manipulate to study the effects of oxidative stress and possibly prevent them."

Down syndrome includes a range of symptoms that could result from oxidative stress, Bhattacharyya says, including accelerated aging. "In their 40s, Down syndrome individuals age very quickly. They suddenly get gray hair; their skin wrinkles, there is rapid aging in many organs, and a quick appearance of Alzheimer's disease. Many of these processes may be due to increased oxidative stress, but it remains to be directly tested."

Oxidative stress could be especially significant, because it appears right from the start in the stem cells. "This suggests that these cells go through their whole life with oxidative stress," Bhattacharyya adds, "and that might contribute to the death of neurons later on, or increase susceptibility to Alzheimer's."

Other researchers have created neurons with Down syndrome from induced pluripotent stem cells, Bhattacharyya notes. "However, we are the first to report this synaptic deficit, and to report the effects on genes on other chromosomes in neurons. We are also the first to use stem cells from the same person that either had or lacked the extra chromosome. This allowed us to look at the difference just caused by extra chromosome, not due to the genetic difference among people."

The research, published the week of May 27 in the Proceedings of the National Academy of Sciences, was a basic exploration of the roots of Down syndrome. Bhattacharyya says that while she did not intend to explore treatments in the short term, "we could potentially use these cells to test or intelligently design drugs to target symptoms of Down syndrome."

Las inyecciones de células madre mejoran las lesiones espinales en ratas

Fuentes: http://www.europapress.es/salud/noticia-inyecciones-celulas-madre-mejoran-lesiones-espinales-ratas-20130528092130.html
http://www.abc.es/sociedad/20130528/abci-celulas-madre-ratas-medular-201305271949.html


ABC



Poco a poco la terapia celular basada en las investigaciones en células madre empieza a ofrecer resultados muy esperanzadores para algunos pacientes, como los lesionados medulares, para los que hay muy pocas alternativas. Lo último es lo que han logrado un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California San Diego (EE.UU.), cuyo trabajo aparece publicado en Stem Cell Research & Therapy.

Los investigadores aseguran, gracias al uso de células madre neuronales humanas, administradas a través de una única inyección, haber logrado la regeneración neuronal en un modelo de ratas con una lesión aguda en la médula espinal. Además, los animales mejoraron su función motora y su movilidad.

A pesar de que se sabe que el sistema nervioso posee una increíble capacidad para forjar nuevas conexiones alrededor de una lesión, se considera que el daño neuronal que se produce al partir una médula espinal es demasiado grave como para que pueda ser reparado. Sin embargo no es éste el primer trabajo que trata de demostrar que sí es posible recuperar dicha función, aunque sí uno de los primeros en usar células madre humanas.


Lo que ha hecho el equipo de Martin Marsala, junto con el que también han intervenido expertos de Eslovaquia, República Checa y Países Bajos, es injertar células madre neurales derivadas de la médula espinal de un feto humano en el mismo lugar en el que se produjo la lesión medular en los animales. Los resultados, tal y como explican en la revista, fueron una serie beneficios terapéuticos que van desde una menor espasticidad muscular hasta una nuevas conexiones entre las células madre inyectadas y las neuronas del animal.

Marsala destaca que los beneficios principales fueron una mejoría en el posicionamiento y el control de las patas durante la pruebas de marcha y la supresión de la espasticidad muscular, lo que facilitaba el movimiento del animal -la espasticidad, tono muscular exagerado o espasmos incontrolados, es una complicación seria y común de lesión traumática de la médula espinal-.

Un aspecto interesante de la investigación es que las células madre injertadas se enraizaron en el área lesionada sin problemas aparentes.


Los animales recibieron las células madre a los tres días de la lesión; además, recibieron fármacos inmunosupresores para evitar el rechazo a las células injertadas. Según Marsala, las células injertadas parecen estar actuando en dos direcciones: por un lado, estimular la regeneración de las neuronas del animal y, por otro, sustituir parcialmente las funciones de las neuronas perdidas.

Debido a que las células madre injertadas son ricas en diferentes factores de crecimiento que puede tener un efecto neuroprotector pueden promover la formación de las fibras nerviosas de las neuronas del huésped. El trabajo demuestra además que las neuronas injertadas pueden desarrollar nuevas conexiones con las neuronas de los animales y, en cierta medida, restaurar la conectividad entre los centros, por encima y por debajo de la lesión, que están implicados en el motor y el procesamiento sensorial.


Los científicos utilizaron un linaje de células madre embrionarias humanas recientemente aprobadas para ensayos en fase I en pacientes con lesiones de la médula traumáticas crónicas. Marsala explica que el objetivo final es el desarrollo de las células precursoras neurales -capaces de convertirse en cualquiera de los tres tipos de células principales en el sistema nervioso- a partir de células madre pluripotentes inducidas derivadas de pacientes, que probablemente eliminan la necesidad del tratamiento inmunosupresor.

El paso siguiente, todavía a la espera de aprobación por la Junta de Revisión Institucional de la Universidad de California-San Diego, es iniciar un pequeño ensayo de fase I para probar la seguridad y eficacia en pacientes que han sufrido una lesión en la médula espinal dorsal -entre las vértebras T2-T12-, con una antigüedad de no más de dos años, y que no tienen función motora o sensorial ni por arriba ni por debajo del área de la lesión medular.

«Históricamente ha habido muy poco que ofrecer a los pacientes con lesión medular aguda», señala el coautor del estudio, Joseph Ciacci, que asegura que si el estudio inicial confirma la seguridad y eficacia, así como la viabilidad de las células implantadas, la regeneración neuronal y disminución de la espasticidad, el protocolo se puede ampliar a otros pacientes con otras formas de lesión de la médula espinal grave.

Researchers outline concerns about unproven stem cell therapies

Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2013/05/130503114651.htm?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+sciencedaily+%28ScienceDaily%3A+Latest+Science+News%29

An international group of leading stem cell researchers has issued a statement that specifies concerns about the development and use of unproven stem cell therapies. The commentary is published online in The EMBO Journal ahead of a debate in the Italian parliament on whether to change a recent law that allows certain untested stem cell therapies to be used by the public health system. The authors of the commentary argue that rigorous clinical testing and regulation of stem cell therapies are essential to introduce safe and effective medical interventions for patients.


"Stem cells may offer unprecedented opportunities to develop treatments for many diseases with unmet medical needs. This will take time. However, only rigorous science and responsible regulation can ensure the safe and effective translation of science into effective therapies," remarked Paolo Bianco, Pathologist, Stem Cell Biologist, Professor of Pathology at the University of Roma "La Sapienza" and one of the 13 authors of the commentary who come from Italy, Germany, the United Kingdom, The Netherlands and the United States.

The concerns of the scientific community have been heightened by pending legislative action that may allow routine administration of unproven stem cell therapies to patients in Italy. Despite a lack of rigorous clinical trials to test safety or efficacy, a ban of the treatment by health authorities, and a lack of peer review by the scientific community, the privately funded Stamina Foundation has been using cultured mesenchymal stem cells that have been exposed to putative conditions that favour neuronal differentiation to treat different diseases in severely or terminally ill patients.

The Italian Chamber decides shortly whether they will proceed with controversial legislation passed in the Senate on 21 March that allows the unproven stem cell treatment developed by the Stamina Foundation to be used for severely or terminally ill new patients for 18 months. "The adoption of this law may set a dangerous precedent for patients looking to be treated with other unproven stem cell therapies in Europe and other countries," remarked Hans Clevers, Professor of Molecular Genetics and President of the Royal Netherlands Academy of Arts and Sciences.

"Irrational and unverified stem cell treatments based on methods that are not validated or scientifically documented should not reach patients. Preventing this from happening is a specific responsibility of health authorities and governments worldwide to make sure that the hope and trust of patients are not misused," remarked Elena Cattaneo, Director of the Centre for Stem Cell Research at the University of Milan, Italy, and one of the scientists who contributed to the commentary. "Patients can be harmed and killed by medicines that have not been proven to be safe and effective via rigorously controlled clinical trials. The use of medicines that have not been manufactured to the highest possible standards is irresponsible."

Preclinical and clinical tests have been used successfully in the past for the introduction of therapies for bone marrow transplantation and the regeneration of skin and cornea in patients. The authors of the commentary emphasize that cell therapies must be approved by international and national regulatory agencies and remain under the strict vigilance of health authorities. Regulations already in place in the European Union insist that stem cell therapies follow the same safety and efficacy rules as pharmaceuticals. They need to be prepared and manufactured in highly controlled environments with precise protocols, traceability and accountability.

"It is disconcerting that the Italian Senate has passed amendments that permit the use of unproven stem cell therapies without proper vigilance or proper experiment, reclassifying them as transplants," commented Bianco. "Infusions of mesenchymal stem cells are not transplants in any way. In Europe and the United States, all kinds of cell preparations that are administered to patients following ex vivo culturing are classified as medicines, and monitored by drug agencies such as the US Food and Drug Administration, the European Medicines Agency and, in Italy, the Agenzia Italiana del Farmaco or AIFA. A host of proper and improper commercial interests might benefit from these new rules that abrogate both safety and proper ways of experimentation. Patients may be harmed," concluded Bianco.

Sean Morrison, Professor and Director of the Children's Medical Center Research Institute at UT Southwestern Medical Center in the United States, who is not an author on the paper, added: "Patients are ultimately not helped by therapies that are not based on sound science and that are not tested in systematic clinical trials. Efforts to water down regulation in this area may create opportunities for some individuals to prey on the hopes of desperate patients."




Journal Reference:

Paolo Bianco, Roger Barker, Oliver Brüstle, Elena Cattaneo, Hans Clevers, George Q. Daley, Michele De Luca, Lawrence Goldstein, Olle Lindvall, Christine Mummery, Pamela Gehron Robey, Clara Sattler de Sousa e Brito, Austin Smith. Regulation of stem cell therapies under attack in Europe: For whom the bell tolls. The EMBO Journal, 2013 DOI: 10.1038/emboj.2013.114

lunes, 27 de mayo de 2013

OHSU statement on questions about photos in stem cell paper

Fuente: http://www.ohsu.edu/xd/about/news_events/news/2013/05-23-ohsu-statement-on-questi.cfm

On May 22, OHSU was alerted to questions about photos that accompany the research paper titled Human Embryonic Stem Cells Derived by Somatic Cell Nuclear Transfer. The paper was published in the journal Cell on May 15 and has received a significant amount of news coverage.

After learning of these questions, OHSU had several discussions with the journal. Based on OHSU's initial reviews and the original assessments by Cell, OHSU agrees that there were some minor errors made when preparing the figures for initial submission. More specifically, these errors occurred when images were transferred from the research data into the paper.

Neither OHSU nor Cell editors believe these errors impact the scientific findings of the paper in any way. We also do not believe there was any wrongdoing.

OHSU is sending additional information to Cell, including photos and original data. Our shared goal is to publish a correction noting the errors and correcting the photos as soon as both OHSU and Cell feel the issues are fully investigated.

We should also note that, prior to the questions raised by PubPeer, OHSU had started the process of sending our cloned cells to researchers who had requested them for continued studies. We fully expect those scientists will verify the cells as being cloned cells as part of their research efforts.

For additional information, the journal Nature has published an accurate and detailed description of the error.

Stem-cell cloner acknowledges errors in groundbreaking paper

Fuente: http://www.nature.com/news/stem-cell-cloner-acknowledges-errors-in-groundbreaking-paper-1.13060

A blockbuster paper that reported the creation of human stem-cell lines through cloning has come under fire. An anonymous online commenter found four problems in the paper, which was published online in the journal Cell(1).


Shoukhrat Mitalipov, who led the stem-cell team, told Nature that three were innocent mistakes made while assembling the data. The fourth, he says, was not a problem at all. To many in the field there was an unfathomably rapid rush to publication: just three days from submission to acceptance and another 12 days to publication.

“The results are real, the cell lines are real, everything is real,” says Mitalipov, a reproductive-biology specialist at the Oregon Health and Science University in Beaverton.

Mitalipov says he returned from Europe and found himself swamped with e-mails and calls from editors at Cell, as well as from journalists. “I just got home a couple hours ago. The editors, everyone was going crazy,” he says.


Mitalipov says he consulted first author Masahito Tachibana, who compiled the data for the paper, and confirmed that the paper contains simple errors. The scientists say that they plan to talk to Cell to discuss an erratum.

The problems were raised in a critique on PubPeer, a website where people can make anonymous comments about published papers.

The first problem was an image duplication. Figure 2F, which shows a cloned stem-cell colony “with typical morphology”, is reproduced in the top left of Figure 6D where it is labelled as “hESO-7” — an embryonic stem-cell line derived not from cloning but from in vitro fertilization (IVF). Mitalipov says that the duplication was intentional but that the labelling was reversed. The top left panel in 6D should have been labelled hESO-NT1, indicating a cloned colony, as in Figure 2F. The top right figure should have been hESO-7.

He says that label reversal also explains another set of duplicated images — the top right figure in 6D and the top right figure in Supplementary Figure S5. With the labels reversed, the identical images are both representing the hESO-7 cell line. “Then everything falls into place,” Mitalipov says.


Even so, the decision to use the same image to illustrate two different properties, once to show typical morphology (2F) and once as a basis for comparison of cell markers between embryonic stem cells from normal IVF embryos and cloned embryos (6D), is “not ideal,” says Martin Pera, a stem-cell expert at the University of Melbourne, Australia. “It’s considered bad form, unless you have a reason to do it.”

Mitalipov says the decision was made because of the limited number of available photographs that had a measure bar on the image.

The anonymous critic pointed out that the paper also contained duplications in scatterplot images, which show that the types of genes activated in the cloning-derived cell lines are similar to those in stem cells derived from IVF embryos — evidence that cloning yields true stem cells. In Figure S6 in the supplementary data, two scatterplots are identical. Mitalipov says that the wrong data were used for one scatterplot and that it will be replaced by the correct scatterplot.

Another question concerned other scatterplots in the supplementary data (also Figure S6). Two of them show a thin line indicating a very high degree of overlap — each is 99.8% — in the pattern of gene activity between two cell ‘replicates’. These are cloned stem cells from the same original colony that were then cultured in different plates. One would expect those patterns to be close, but the anonymous critic said that they are too close. Mitalipov says that they just turned out that way and that the raw data are online for anyone to look at.

“The explanations [by Mitalipov] are plausible, but we will have to wait for the results of a thorough investigation,” says Pera.

Robin Lovell-Badge, who heads the Division of Stem Cell Biology and Developmental Genetics at the Medical Research Council's National Institute for Medical Research in London, also warns against quick judgement. “I expect the errors above were also due to the rush to publish. The authors should be given a chance to answer and correct mistakes.”

Anyone with access to the cells should be able to confirm that they were created by cloning. The embryonic stem-cell lines should have the nuclear DNA from the fibroblast cell line that was cloned — a line widely used by the scientific community (or available from Mitalipov) — but mitochondrial DNA from the egg donor.


Mitalipov is now consulting his institutional review board and putting together material-transfer agreements with some ten institutions so that others will have a chance to see his cells. “The first thing we want to do is have people confirm our results,” he said. “We are not hiding these cell lines.”

Many scientists were shocked that Cell accepted the paper in just three days, especially given the scientific and ethical controversies surrounding the field of cloning. The last group that claimed to have created human embryonic stem-cell lines from cloning — led by Woo Suk Hwang, then a professor at Seoul National University in South Korea — produced two papers, in 2004 and 2005, which both turned out to be full of fabricated data that papered over the fact that the group had never produced cloned cell lines. The first doubts to emerge came in the same form: duplicated and manipulated images.

"Whatever the explanation is, it's amazing that there is another issue with a paper in SCNT [somatic-cell nuclear transplantation]. The four-day review process was obviously inadequate,” says Arnold Kriegstein, director of the stem-cell programme at the University of California, San Francisco. “It's a degree of sloppiness that you wouldn't expect in a paper that was going to have this high profile. One worries if there is more than meets the eye and whether there are other issues with the work that are not as apparent.”

Six years ago, when Mitalipov created cloned embryonic stem cells in monkeys, editors at Nature forced him to wait some six months for publication until the feat was verified independently. Both the original paper and the confirmatory data were published together(2), (3). “This time, we’re a trusted lab. We had already shown our results were real,” Mitalipov said.

Mitalipov admits he wanted to rush publication this time so that he could present results at the International Society for Stem Cell Research meeting in June. “Maybe it was rushed. But it was nothing to do with Cell,” he said. “It was my mistake.”

He plans to issue an erratum quickly. “We are working with Cell to have a proper statement.” Mitalipov said he takes full responsibility for the final results, even though Tachibana assembled the data. “There was lots of stress in putting together all these images. I don’t want to say this was his fault.”

But he stands by the results. “I personally made the cell[s] and, with Masahito, I saw them grow into colonies.”


Nature doi:10.1038/nature.2013.13060



Updated:

Cell has now published a statement responding to the errors in the paper.

“Based on our own initial in-house assessment of the issues raised in PubPeer and in initial discussions with the authors, it seems that there were some minor errors made by the authors when preparing the figures for initial submission,” Cell's editorial team said in a statement sent Thursday afternoon. “While we are continuing discussions with the authors, we do not believe these errors impact the scientific findings of the paper in any way.”

Cell also defended its rapid review of the paper. “The comparatively rapid turnaround for this paper can be attributed to the fact that the reviewers graciously agreed to prioritize attention to reviewing this paper in a timely way. It is a misrepresentation to equate slow peer review with thoroughness or rigor or to use timely peer review as a justification for sloppiness in manuscript preparation,” the statement said.




References:

Tachibana, M. et al. Cell http://dx.doi.org/10.1016/j.cell.2013.05.006 (2013).

Byrne, J. A. et al. Nature 450, 497–502 (2007). Article PubMed ISI ChemPort

Cram, D. S., Song, B. & Trounson, A. O. Nature 450, E12–E14 (2007). Article PubMed ChemPort

domingo, 26 de mayo de 2013

Obtienen neuronas a partir de células de piel gracias a un virus modificado

Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/02/actualidad/1367510030_364749.html

La plasticidad celular ha dado un nuevo paso con la posibilidad de transformar células de piel de adultos en precursores neuronales. Hasta ahora, para hacer eso había que desprogramar las células de partida llevándolas a un estado similar al de las embrionarias (las conocidas como células pluripotenciales inducidas o iPS). Con la técnica desarrollada por Su-chun Zhang, de la Universidad de Wisconsin-Madison, que la publica en Cell, la transformación es directa: se toman las células de la piel, se cultivan junto a un virus y este las modifica hasta formar precursores neuronales.


En concreto, Zhang ha utilizado el virus Sendai, causante de resfriados. Bastó incubar las células con el virus durante 24 horas para que este las modificara. Eliminar luego el patógeno es fácil: se hace calentando el cultivo (de manera análoga a lo que intenta el organismo enfermo cuando quiere curarse de un catarro). Aparte de la sencillez, la técnica tiene otra ventaja: este virus no integra su material genético en el de las células, por lo que una vez eliminado no queda huella de su presencia (aparte de los cambios que induce).

Las células obtenidas se han conseguido diferenciar luego en tres tipos del sistema nervioso: neuronas, astrocitos y oligodendrocitos, ha dicho Zhang. "Esta prueba destaca la posibilidad de generar muchos progenitores neuronales para trastornos específicos", ha aclarado Zhang.


Aparte de la importancia del mecanismo en sí, que podría evitar riesgos como la generación de tumores si se usan células madre, el descubrimiento muestra otro aspecto: la increíble plasticidad de las células humanas. En contra de lo que se pensaba no hace más de 50 años, estas tienen la capacidad de transformarse en cualquier otra de un tipo muy diferente, aunque sea una cualidad que está dormida (por esto mismo recibieron el último Nobel de Medicina Gurdon y Yamanaka).

Pero es, además, una prueba de la gran velocidad a la que llegan las novedades. No hace ni 10 años que empezó a hablarse del potencial de las células madre embrionarias para diferenciarse en cualquier tipo de tejido. Esta propiedad apenas ha empezado a utilizarse (la Organización Nacional de Trasplantes recordaba hace un mes en un congreso en Zaragoza que solo hay cuatro aplicaciones aprobadas: para trasplante de médula, creación de piel en quemados, generación de córnea y la de cartílago de rodilla) y ya hay tres fuentes posibles de este material: los embriones, las células adultas vía la iPS y, ahora, esta transformación directa, de la que este artículo es la última mejora.

Es cierto que este cambio (de piel a neurona) podría no ser generalizable, como sí parece que lo son las transformaciones de células madre embrionarias y las iPS. Piel y neuronas comparten una base embrionaria que quizá podría facilitar esta transformación. Pero, en cualquier caso, se abre una nueva posibilidad, siempre con el mismo objetivo: a corto plazo, disponer de tejidos para investigar enfermedades o fármacos. A largo, generar tejidos y órganos para trasplante.

Un estudio revela la coordinación entre el sistema inmune y el hematopoyético

Fuente: http://www.agenciasinc.es/Noticias/Las-defensas-descartadas-por-el-organismo-reubican-a-las-celulas-madre-en-el-cuerpo

Un nuevo estudio revela la sorprendente coordinación de dos sistemas fundamentales, el inmune y el hematopoyético. El hallazgo, publicado en la revista Cell, podría tener implicaciones en la formación de metástasis, ya que las células madre no benignas involucradas en la formación de tumores podrían aprovecharse de este mecanismo. 




Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto que los neutrófilos ‘descartados’ diariamente por el organismo tienen como función reubicar a las células madre en el cuerpo, según publica hoy la revista Cell.

Los neutrófilos son los leucocitos que se encargan de defender el organismo del ataque de bacterias y otros patógenos. Para ejecutar eficientemente su función, estas células liberan sustancias tóxicas al entrar en contacto con microorganismos.

Este mecanismo de defensa, sin embargo, puede resultar nocivo si neutrófilos dañados liberan estas sustancias en lugares incorrectos, lo que genera daños severos en los vasos sanguíneos y en los tejidos.

La evolución parece haber resuelto este conflicto asegurándose que estos leucocitos se renueven con mucha mayor frecuencia que la mayoría de las demás células del cuerpo.

Esto a su vez genera un segundo problema, ¿qué hacer con todas estas células que se tienen que eliminar? El equipo de Andrés Hidalgo, investigador del departamento de Epidemiología, Aterosclerosis e Imagen Cardiovascular liderado por Valentín Fuster, ha descubierto la función de estos neutrófilos desechados diariamente por el organismo.

En los experimentos presentados en el estudio, la estudiante de doctorado María Casanova Acebes, de la Universidad Autónoma de Madrid, descubrió que al introducir un número extra de neutrófilos apoptóticos en la circulación de ratones se producía un incremento de las células madre hematopoyéticas, es decir, de las células productoras de la sangre.

Usando múltiples aproximaciones experimentales –ensayos de imagen, farmacológicos o de análisis genético– el equipo ha demostrado que cuando los neutrófilos han 'envejecido' en la sangre se dirigen a la médula ósea para ser eliminados por células fagocíticas especializadas, los macrófagos.

La fagocitosis de neutrófilos altera las propiedades genéticas y funcionales de estos macrófagos, los cuales a su vez promueven cambios en un tipo de células encargadas de retener a las células madre hematopoyéticas en la médula ósea. “Como consecuencia, las células madre son liberadas a la sangre”, explica Casanova, primera firmante del trabajo.

“Cuál es el papel de las células madre hematopoyéticas expulsadas de la médula ósea, y cómo la eliminación de neutrófilos puede afectar a otras poblaciones importantes de células troncales (por ejemplo, las que producen tumores) son preguntas clave que se derivan de este trabajo”, apunta Hidalgo, autor principal del mismo.


La investigación revela también que el envejecimiento de los neutrófilos sigue ciclos día/noche (llamados ciclos circadianos), lo que sugiere que este proceso podría estar implicado en procesos patológicos –como el infarto de miocardio– que ocurre preferentemente en determinados momentos del día.

“El trabajo descubre que las células madre son susceptibles a los ciclos día/noche por culpa de este reciclaje celular. Es posible que otras células madre no tan benignas, como las que originan tumores, aprovechen este mecanismo para reubicarse, por ejemplo, cuando crean metástasis”, subraya el investigador.

Pero este hallazgo podría tener, además, una implicación directa en la salud cardiovascular. Según apuntan sus autores, se sugiere que los cambios diarios en la función de estos leucocitos podría ser responsable de la propensión a sufrir accidentes cardiovasculares (como el infarto de miocardio, la sepsis o el ictus) en determinados momentos del día.

“Puesto que el nuevo hallazgo describe procesos muy básicos del cuerpo que no se conocían, a partir de ahora será posible interpretar ciertos patrones fisiológicos que pueden estar alterados en muchas enfermedades”, concluye Hidalgo.




Refencia bibliográfica:

Casanova-Acebes M, Pitaval C, Nombela-Arrieta C, Weiss LA, Chèvre R, Kunisaki Y, Zhang D, van Rooijen N, Silberstein LE, Weber C, Nagasawa T, Frenette PS, Castrillo A and Hidalgo A. Rhythmic modulation of the hematopoietic niche through neutrophil clearance. Cell, In Press.

Claves para entender cómo las células madre producen diferentes tipos de células

Fuente: http://espanol.umich.edu/noticias/comunicados-de-prensa/2013/05/06/claves-para-entender-como-las-celulas-madre-producen-diferentes-tipos-de-celulas/

El cuerpo humano contiene billones de células derivadas todas de una sola célula, o cigoto, resultado de la fusión de un óvulo y un espermatozoide. Esa célula única contiene toda la información genética necesaria para desarrollar un humano, y pasa copias idénticas de esa información a cada célula nueva mientras se divide en los muchos tipos diversos de células que conforman un organismo complejo como un ser humano.


Si cada célula es genéticamente idéntica, sin embargo, ¿cómo es que crece para ser células de la piel, la sangre, los nervios, los huesos o cualquier otro tipo? ¿Cómo es que las células madre leen el mismo código genético pero se dividen en tipos muy diferentes?

Las investigadoras de la Universidad de Michigan han encontrado la primera prueba directa de que las células pueden distinguir entre copias de cromosomas aparentemente idénticas durante la división de células madre, lo cual señala la posibilidad de que una información distintiva en las copias de los cromosomas pueda subyacer en la diversificación de los tipos celulares.

La investigadora en el laboratorio científico del Instituto de Ciencias de la Vida, Yukiko Yamashita, explicó cómo las células madre pueden distinguir entre dos copias idénticas de cromosomas y distribuirlas a las células hijas en un proceso llamado segregación no aleatoria de cromosoma. Los científicos también describen los genes responsables. Su trabajo se publica en la versión en Internet de la revista Nature.

“Si pudiésemos determinar cómo y por qué las células se dividen de esta manera, empezaríamos a ver cómo nos desarrollamos como seres humanos completos a partir de una sola célula”, dijo Yamashita. “Es ciencia muy básica, pero la comprensión de los procesos biológicos fundamentales siempre tiene implicaciones muy amplias que podrían aprovecharse para los tratamientos y el descubrimiento de medicamentos”.

Durante el ciclo de división celular, la célula madre duplica sus cromosomas generando dos conjuntos idénticos. Cuando la célula se divide para convertirse en dos células, cada una de ellas hereda una de las copias de conjuntos de cromosomas. En muchas de las divisiones, las células hijas son idénticas a la madre y, por ejemplo, una célula de piel se convierte en dos células de piel.

Pero en un proceso llamado división asimétrica, una célula se divide en dos hijas que no son idénticas: una célula de piel se divide en otra célula madre de piel y en una célula regular de piel, por ejemplo. En ese caso la información genética contenida en las copias de cromosomas sigue siendo la misma, pero el tipo de célula o “destino celular”, es diferente.

El laboratorio de Yamashita usó células madre de testículos de la mosca de la fruta conocida como drosófila para estudiar el proceso de división celular.

“La línea de germinación de célula madre en la drosófila puede identificarse en una resolución de célula única de manera que son un modelo ideal”, dijo Yamashita.

Las células madre se agruman y son fáciles de identificar; se dividen para producir otra línea de germinación de células madre y una célula de diferenciación llamada gonioblasto, que pasará a convertirse eventualmente en una célula espermatozoide.

Las investigadoras marcaron las copias de cada cromosoma en las células madre de drosófila a medida que se dividían. Con este método rastrearon la tendencia de las copias de cromosoma X e Y a moverse hacia la línea de germinación hija de célula madre o al gonioblasto. Pudieron demostrar que las copias de los cromosomas X e Y, pero no otros cromosomas, se distinguen y se dirigen a las células hija con una parcialidad notable.

Ésta es la primera prueba directa de que las células, de hecho, tienen la capacidad para distinguir entre copias idénticas de cromosomas y para separarlas de manera regulada. Se había sospechado y se habían hecho hipótesis acerca de esta capacidad pero nunca se había probado.

“Todavía no sabemos por qué las copias de cromosomas X e Y se segregan de forma no aleatoria”, dijo Yamashita. “Pensamos que, quizá, se transmite una información epigenética específica a la línea de germinación de la célula madre y al gonioblasto”.

Las conclusiones indican que la información en los cromosomas X e Y que hace posible esta división posiblemente se activa durante la gametogénesis, el proceso de creación de células de óvulo o esperma, en el padre y la madre.

Otras muchas células en todo el cuerpo son capaces de dividirse en dos tipos diferentes, especialmente durante el desarrollo del embrión. Los pasos próximos de Yamashita explorarán si la segregación no aleatoria de cromosomas que se observó en la drosófila es un fenómeno generalizado que comparten los mamíferos, incluidos los humanos.

Yamashita es miembro del cuerpo docente del Centro para Biología de Células Madre en el Instituto de Ciencias de la Vida, donde está ubicado su laboratorio y donde se conduce toda su investigación. Yamashita es también profesora asistente en el Departamento de Biología Celular y del Desarrollo, y el Programa de Biología Celular y Molecular.

Swathy Yadlapalli, del Institudo de ciencias de la Vida y de la Escuela de Medicina de la UM es también autora del artículo. El apoyo para la investigación provino de los Institutos Nacionales de Salud, la Asociación Cardiaca Estadounidense y la Fundación MacArthur.

El investigador que consiguió células madre embrionarias a partir de células de piel humana reconoce errores en la publicación

Fuentes: http://www.europapress.es/salud/investigacion/noticia-investigador-consiguio-celulas-madre-embrionarias-clonacion-reconoce-errores-publicacion-20130524121258.html
http://www.abc.es/sociedad/20130524/abci-primeras-dudas-exito-clonacion-201305232031.html
http://www.antena3.com/noticias/ciencia/investigadores-que-clonaron-celulas-madres-primera-vez-reconocen-errores-menores_2013052400183.html


La investigación que situaba a la ciencia más cerca de la clonación humana ha pasado de provocar el asombro generalizado a estar bajo la sombra de la sospecha. El autor principal de la investigación, Shoukhrat Mitalipov, de la Universidad de Oregón (EE.UU), ha reconocido «tres pequeños errores» en su trabajo. Lo ha hecho después de que un comentario anónimo en una web científica denunciara cuatro fallos en la investigación que la semana pasada acaparó la atención científica mundial.


La denuncia se refiere a la presencia de fotos duplicadas que son la prueba de su logro: la obtención de células embrionarias humanas con la técnica que dio origen a la oveja Dolly. Publicó dos veces la misma imagen de células, en una se muestran como células madre embrionarias clónicas y en la misma imagen se asegura que son células madre embrionarias derivadas de embriones convencionales obtenidos por FIV. Se trata de un descuido imperdonable cuando se trata de demostrar por primera vez que se pueden generar células madre embrionarias clónicas de humanos.

Los otros errores se refieren a gráficas en las que se realizan representaciones a través de líneas de puntos para analizar la expresión de genes con una correlación sospechosa que induce a pensar en una cierta manipulación.

Las imágenes y el estudio explicando cómo hicieron el experimento se publicó la semana pasada en «Cell», una de las grandes revistas científicas internacionales. Estas publicaciones cuentan con científicos que escudriñan antes de su publicación cada una de las investigaciones que aspiran a buscar un hueco en sus páginas. Su trabajo es buscar cualquier fallo o error que pusiera en duda la veracidad, pero no ha sido suficiente.


Mitalipov, que ha estado esta semana en España, se ha encontrado a su vuelta a Estados Unidos con la denuncia. Recién aterrizado, ha salido al paso de las acusaciones defendiendo la veracidad de su experimento, aunque reconoce fallos. Mitalipov asegura que se trata de «tres errores inocentes», producidos en el proceso de montaje para su publicación. «Los resultados son reales, las líneas celulares son reales y todo es real», dijo este especialista en biología de la reproducción a «Nature News». También explica que hubo «mucho estrés, mucha tensión» para colocar la secuencia de imágenes que avalaba los resultados.

El investigador no es el único que ha participado en este avance. Uno de los autores principales es el japonés Masahito Tachibana y él también ha reconocido algunos errores «simples». Ambos están buscando una fórmula para añadir a su trabajo un apéndice con los errores detectados que se publicará en la revista «Cell».

Los fallos aparecieron en PubPeer, el sitio online donde se pueden dejar comentarios anónimos tras la publicación de estudios científicos. Una entrada señalaba que en el estudio de Mitalipov había imágenes repetidas y errores en la identificación de los tipos celulares que representaban. Mitalipov admite que hubo un "etiquetamiento incorrecto" de algunas células, pero reafirma que su hallazgo, uno de los más importantes de las últimas décadas, sigue totalmente vigente.


Mitalipov, nacido en Kazajistán en 1961, no teme que este revuelo le manche, aunque los antecedentes no pueden ser peores. En 2006 se descubrió que otro investigador, el coreano Hwang Woo-Suk, había falsificado sus estudios en los que aseguraba haber clonado células madre humanas. Aquel fiasco redobló los controles de publicación y revisión de algunas revistas para evitar sonrojos tan monumentales como aquel. De hecho Mitalipov se sometió a esos exámenes cuando clonó células madre de monos en 2007. La revista que lo publicó entonces, Nature, hizo que otro laboratorio replicase los experimentos para asegurarse de que Mitalipov estaba en lo cierto. Pero esas salvaguardas son excepcionales, resalta Mitalipov.

"La mayoría de las veces no solicitan replicación", comenta. Otra de las críticas vertidas hacia su estudio es la rapidez con la que fue revisado y aceptado para ser publicado, en tres días. El equipo de Mitalipov ha reconocido que editaron su estudio con prisa, en parte para llegar a tiempo y presentarlo en un congreso internacional que se celebra en junio, según Nature.


La revista Cell ha salido al paso defendiendo su revisión. "La aparición rápida comparativamente de este estudio se atribuye a que los revisores aceptaron priorizar este trabajo rápidamente", ha explicado Emilie Marcus, director de Cell, en un comentario al paper original de Mitalipov en la web de la revista.

"Parece que los autores cometieron algunos errores menores durante la preparación de las figuras del artículo", explica Marcus y añade que "aunque seguimos en contacto con lo sautores, no creemos que estos errores afecten a los descubrimientos científicos del estudio en manera alguna", comentan.

"Que no cunda el pánico por este problema, las duplicaciones, por ejemplo, ocurren muy a menudo y es lógico que se mire este estudio con lupa porque es un bombazo", opina Cristina Eguizábal, experta en investigación con células madre y reproducción que trabaja en el Centro Vasco de Transfusiones y Tejidos Humanos (CVTTH).

"El comentario ha podido salir de una persona que haya actuado con rabia y la mayoría de puntualizaciones son errores sin importancia, de hecho nadie pone en duda que el estudio no sea reproducible", asegura. La investigadora también relativiza el hecho de que el estudio se revisase en tres días. "Cada revista tiene sus políticas, sus examinadores y además este es un tema candente, no me parece grave", comenta.

"Este estudio cambia tanto lo que se sabía y es en un terreno tan polémico que no sería extraño haber pedido una replicación a otro laboratorio" opina Ángel Raya, investigador con células madre del Instituto de Bioingeniería de Cataluña.


El experto sí cree que se debería haber dedicado más tiempo a la revisión, aunque coincide en que, aparentemente, los errores detectados no son importantes. "Esto se hubiera evitado con 15 días de revisiones y es una pena, porque aunque no le quita importancia, sí puede afear el estudio", señala. Las primeras dudas sobre los estudios del impostor Woo-Suk también surgieron por imágenes duplicadas, recuerda Raya. "Luego se tiró del hilo y se descubrió todo, pero la diferencia es que él nunca puso sus células a disposición de otros científicos", añade.

"Estamos seguros de nuestros resultados y estos son fáciles de confirmar", dice Mitalipov. Su equipo, dice, ya ha enviado muestras de sus células a otros laboratorios para que puedan comprobar la validez de su clonación. Mitalipov añade que espera que el nuevo documento con la fe de erratas esté listo "en un par de días".


Aunque Mitalipov logre explicar lo sucedido, la publicación de errores pone en evidencia la pulcritud de las revistas científicas que avalan los trabajos y les dan valor. Los trabajos que se publican en este tipo de revistas se toman mucho tiempo antes de decidir su publicación. Lo curioso es que el estudio de la Universidad de Oregón sólo necesitó tres días para que fuera aceptado y otros doce para su publicación en la revista «Cell».

El catedrático César Nombela culpa a la revista de precipitación. Desde su punto de vista, la clonación es un asunto muy jugoso por el impacto que puede tener en el resto de medios de comunicación. «Y las revistas científicas sucumben a esa tentación, a sabiendas del impacto que van a tener con la publicación. No es nuevo, ya ocurrió con Hwang».


El propio Mitalipov también ha reconocido cierta prisa por mostrar al mundo sus resultados. «Puede que fuera apresurado, mi intención era publicarlo antes de presentar los resultados en el congreso de la Sociedad Internacional de Investigación en Células Madre que se celebrará el próximo mes.

Tras la publicación de la errata, el investigador asegura que no tiene ningún reparo en mostrar a todo el que quiera cómo se hizo todo el proceso para borrar cualquier sombra de sospecha y demostrar que no hay nada que ocultar. Otros investigadores pidieron que no se hiciera un juicio rápido. «Los autores de los trabajos deberían tener la oportunidad de contestar y corregir errores después de su publicación», reclamó el británico Robin Lovell, experto en Biología del Desarrollo.

Si se confirman los resultados, estaríamos ante la primera vez que se logran embriones clónicos humanos. Su utilización ayudaría a tener células para trasplante y regenerar órganos, sin riesgo de rechazo, pero con todos los reparos éticos.