miércoles, 1 de mayo de 2013

Células madre derivadas de sangre de cordón umbilical y placenta. Últimas terapias

Fuente: http://www.madrimasd.org/blogs/biocienciatecnologia/2013/04/28/132693

Las células madre derivadas de sangre de cordón umbilical (SCU) han demostrado ser un material valioso por su plasticidad y poca “agresividad” en cuanto a histocompatibilidad.

Ahora, además, un equipo internacional, con coordinación desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), acaba de patentar un nuevo método para aislar y expandir en cultivos in vitro SCU de recién nacidos. Estas células ya han sido utilizadas en varias ocasiones para tratar leucemias, un meduloblastoma cerebral en una joven española, o la más reciente, el pasado 25 de abril cuando un niño de 4 años fue tratado en el Hospital del Niño Jesús, en Madrid, de una Anemia de Blackfan-Diamond (ABD) con SCU de su hermana, tratándose del primer trasplante de este tipo realizado en España.


Sin embargo, y a pesar de su potencial terapéutico, las SCU han mostrado siempre el escollo de la escasa cantidad viable que se podían obtener desde un solo cordón umbilical; algo que dificultaba seriamente su uso, especialmente en pacientes adultos. Por ello, si el actual proyecto de expansión celular coordinado por Simón Méndez Ferrer continúa con éxito –ya se está buscando financiación para ensayos con pacientes-, se habrá dado un paso de gigante hacia la clínica con derivados de cordón umbilical.

Además del CNIC, en el proyecto han participado el Hospital Clínic de Barcelona y los Hospitales Universitarios de Lund (Suecia) y Leide (Holanda).

Sin abandonar la investigación con células madre realizada en nuestro país, desde el Hospital 12 de Octubre, también en Madrid, nos llega la noticia, publicada en la revista Cytotherapy, sobre la generación de hepatocitos y la posible regeneración hepática mediante el uso de células madre mesenquimales obtenidas de placenta. Un grupo multidisciplinar de científicos logra crear estructuras hepáticas funcionales –pequeños hígados de unos 5-8 cm de grosor- a partir del tipo de células señalado anteriormente y, por otro lado, consiguen ralentizar el crecimiento de ciertos tumores mamarios.


Las aplicaciones van en dos direcciones: por una parte el estudio permitirá, si se contrasta, la utilización de estas miniestructuras para mantener un hígado lesionado a la espera de trasplante compatible, así como la regeneración directa y eficiente de un hígado no tan lesionado como para requerir su sustitución…

Finalmente, y en cuanto al estudio sobre células mesenquimales de placenta y ciertos tipos de cáncer de mama –trabajo publicado en Cancer Gene Therapy-, señalar que, según los autores, estas células madre eran capaces de ralentizar directamente el crecimiento del cáncer y retrasar, por ello, la aparición de otros tumores secundarios.

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