domingo, 25 de septiembre de 2016

Una terapia con células madre permite recuperar la función motora a lesionados medulares

Fuente: http://www.elmundo.es/madrid/2016/09/21/57e2a2d2268e3e70428b461b.html


Los resultados de la terapia son "esperanzadores": el 50% de los pacientes recupera la función motora.



"Hace 20 años que la vida se me vino abajo. Necesitaba volver a caminar y mi única salvación era que la investigación diese sus frutos", cuenta Maria Luisa emocionada. Un accidente en moto en Formentera le ha obligado a pasar un tercio de su vida postrada en una silla de ruedas, pero hace dos años su situación dio un giro de 180º. Harta de sentirse frustrada, en 2014 acudió al hospital Puerta de Hierro para someterse a una terapia celular para lesionados medulares.


Era consciente de que sólo era un ensayo clínico, pero gracias a ello ahora puede ponerse de pie con ayuda y siente cuando alguien le toca las piernas. La alegría de lo experimentado hasta el momento se transmite en su mirada. "Para mí esto ha sido volver a vivir", comenta. Ya no quiere recordar aquel día en el que el destino acabó con su movilidad. "No me gusta hablar del pasado, me gusta hablar de que ya me pongo de pie y voy a volver a caminar", sentencia.


Tras 20 años de investigación en el hospital Puerta de Hierro, gracias al apoyo económico de la fundación Mapfre y la Fundación Rafael del Pino, el resultado del primer ensayo clínico de la terapia, que comenzó en 2014, ha dado unos resultados "esperanzadores", según ha asegurado el Doctor Jesús Vaquero, neurocirujano y cabeza de la investigación. "Hemos observado que el 50% de los pacientes recupera la función motora, en todos los casos se ha registrado una mejoría de la sensibilidad y la rigidez, más de un 80% sufre una mejoría en el control de esfínteres, y también nos cuentan que mejoran en su función sexual", destaca Vaquero.


La innovadora terapia consiste en implantar al lesionado células madre mesenquimales -que se regeneran y dan origen a diferentes tipos de tejido- del propio paciente en el lugar exacto de la lesión medular. Una técnica que, según Vaquero, es "personalizada" en función del lugar donde cada uno tenga la lesión.


Esta terapia, innovadora en España, ha atraído a la capital a pacientes llegados de todos los puntos de España, pero, de momento, hay quienes como Quim todavía están esperando para poder recibir el tratamiento. Es lesionado medular desde hace 16 años y asegura que lleva pidiendo que le incluyan en el tratamiento desde el año 2007. "Estamos en la infancia de todo esto, va a dar mucho de sí. Yo estoy en lista de espera, somos muchos y depende del tipo de lesión de cada uno", asegura.


La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, presente durante el acto, ha resaltado "la valentía y ganas de lucha de todos los enfermos medulares" ya que "como todos sabemos, los daños en el sistema nervioso central constituyen un drama personal, familiar y social". Para ella, esta terapia "no abre la puerta -en referencia a la curación- sino que la puerta ya está abierta. Lo que hay que hacer es cruzarla y seguir avanzando".


El sentimiento, sin embargo, no es tan esperanzador para otros como Raúl Otero, que tiene 42 años y es parapléjico desde los 17. Como a la mayoría de sus compañeros, fue un accidente de tráfico lo que le robó la movilidad en la zona inferior del cuerpo. "He notado poco a poco que la musculación de la espalda cogía fuerza, más sensibilidad... pero todavía estoy asimilando los cambios". Al preguntarle si, como otros de sus compañeros, espera poder volver a caminar, su respuesta es prudente: "Yo no me quiero hacer ilusiones. Hay que trabajar duro y veremos cómo van las cosas", replica.


La terapia está financiada por la Fundación Mapfre, que ha invertido en el proyecto cerca de un millón y medio de euros, y la Fundación Rafael del Pino, que ha contribuido con 452.000 euros.

Doce lesionados medulares recuperan sensibilidad y movimiento tras un tratamiento con sus células madre

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/abci-doce-lesionados-medulares-recuperan-sensibilidad-y-movimiento-tras-tratamiento-celulas-madre-201609211653_noticia.html


El Hospital Puerta de Hierro de Madrid presenta los resultados de la primera terapia celular con parapléjicos.


De izquierda a derecha, la Infanta Elena, Antonio Huertas, Cristina Cifuentes y Jesús Vaquero con uno de los pacientes que ha participado en el ensayo del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.




«A los 15 días ya tenía sensaciones nuevas en mi cuerpo». «Empecé a notar un calor, un hormigueo por las piernas». «En la ducha he vuelto a sentir el agua cayendo por mi espalda». «He empezado a dar los primeros pasos dentro de la piscina». Son las sensaciones de David, Marisa, Degant, Mercedes..., cuatro de los doce pacientes con lesión medular que han participado en el primer ensayo clínico español que valora la eficacia y seguridad de la terapia con células madre en parapléjicos.


La investigación, realizada en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid con el apoyo económico de la Fundación Mapfre y la Fundación Rafael del Pino, es el fruto de un trabajo de más de veinte años y del empeño personal de un médico, el neurocirujano Jesús Vaquero. Tras demostrar la capacidad regenerativa de la terapia celular en ratones y cerdos, Vaquero logró autorización para probar el tratamiento con pacientes reales. El ensayo comenzó en julio de 2013 y ahora se acaban de publicar sus conclusiones en la revista científica «Cytotherapy».


Los resultados son mucho más que esperanzadores. Aunque los pacientes tratados aún necesitan sus sillas de ruedas y muletas para desplazarse, todos han experimentado alguna mejoría. El cien por cien ha recuperado algún tipo de sensibilidad y han mejorado su espasticidad —rigidez muscular—; el 75% ha notado un aumento del control de esfínteres y más de la mitad han mejorado su dolor y recuperado parte de su función motora. Los pacientes varones también han experimentado una mejoría de su función sexual.


«No es la curación de las lesiones medulares, pero hemos dado el primer paso», se apresuró a explicar Jesús Vaquero durante la presentación de los primeros resultados del ensayo. La presentación congregó en el hospital madrileño a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, al consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, y a la Infanta Doña Elena, directora de proyectos sociales de la Fundación Mapfre.


Arropando al investigador también estaban sus pacientes y frente a la cautela de su médico, una de las participantes en el ensayo no dudó: «Para mí este tratamiento ha sido como volver a vivir. Siento un gran agradecimiento hacia el hospital y el doctor Javier Vaquero». Quien hablaba era Marisa Pina, parapléjica desde que hace veinte años un accidente de moto le postró para siempre en una silla de ruedas. Ahora cada día descubre sensaciones nuevas en su cuerpo. «Un día me di cuenta de que podía girarme en la cama, otro de que era capaz de contraer la tripa».


La investigación ha involucrado a los pacientes más difíciles, «aquellos que no tenían ninguna posibilidad de recuperación», explicó Vaquero. Lesionados medulares de larga duración —con una media de cuatro años en una silla de ruedas— y con la médula seccionada a la altura de la zona dorsal. A todos se les aplicó el mismo tratamiento, pero adaptado a cada lesión. Pasaron por el quirófano para limpiar las cicatrices y adherencias de la lesión y en el mismo acto quirúrgico recibieron varias dosis de células madre aisladas de su propia médula ósea. Después una segunda dosis de sus propias células madre tres meses después. Además del tratamiento médico, todos mantuvieron una terapia rehabilitadora intensiva que mantienen a día de hoy.


El responsable del ensayo cree que los pacientes aún pueden seguir avanzando. «Todos van a mejorar con el tiempo», apunta el neurocirujano. «Pero si no lo hiciera, solo por lo que he conseguido ya, a mí me habría merecido la pena», aseguraba Degant Cerviño. Este joven de 38 años también se quedó inmóvil tras un accidente de moto. «Después del tratamiento controlo mejor mi cuerpo, mi equilibrio, mi posición, mis esfínteres.. Todas mis nuevas sensaciones son emocionantes».


Todo el trabajo de investigación, cultivo, aislamiento de células y cirugía se llevó a cabo en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Los pacientes, sin embargo, procedían de varios puntos del país. De Andalucía, País Vasco, Cataluña... «Podemos decir que esta investigación es “marca España”», apuntó Jesús Sánchez Martos, consejero de Sanidad de Madrid.


El hospital madrileño ahora está involucrado en una nueva investigación con diez pacientes con lesiones incompletas de médula. A ellos se les aplicarán inyecciones con las células madre obtenidas de su médula ósea aunque en esta ocasión no se hará cirugía para evitar cualquier daño a su médula.


De momento, ya se han aprendido muchas cosas con esta primera prueba. Por ejemplo, que cuantas más células madre se introduzcan en la zona lesionada, mejores resultados se obtienen; que los pacientes jóvenes con ganas de luchar logran más beneficios porque la rehabilitación es fundamental o que la médula no debe estar seccionada por completo para que el tratamiento funcione.

Resultados prometedores de una terapia celular en 12 lesionados medulares

Fuente: http://neurocirugia.diariomedico.com/2016/09/21/area-cientifica/especialidades/neurocirugia/resultados-prometedores-de-una-terapia-celular-en-12-lesionados-medulares


El equipo de Jesús Vaquero, del Hospital Puerta de Hierro, presenta los primeros resultados clínicos de sus ensayos con células madre adultas en lesionados medulares.



La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (en el centro), con el consejero de Sanidad (Jesús Sánchez Martos, segundo de pie por la izquierda) y el gerente del Hospital Puerta de Hierro (Ricardo Herranz, primero de pie por la izquierda), junto a varios pacientes lesionados medulares, en la presentación de los datos del ensayo clínico.





Una terapia personalizada con células madre mesenquimales se ha demostrado segura y ha propiciado mejoras en aspectos clínicos y de calidad de vida de 12 pacientes con paraplejia completa y crónicamente establecida. Son los primeros resultados clínicos del proyecto en el que trabaja el equipo del neurocirujano Jesús Vaquero, del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, desde hace dos décadas, que se han presentado en un acto presidido por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.


La terapia consiste en la administración de células madre mesenquimales autólogas en el lugar exacto de la lesión medular. El procedimiento quirúrgico se realiza de acuerdo a las características de neuroimagen de cada lesión y el medicamento basado en células madre se prepara en la sala blanca de la que dispone el hospital.


Los resultados de este primer ensayo en fase I/II iniciado en julio de 2013 y publicado en Cytotherapy son esperanzadores, pero Vaquero ha puntualizado que "es un camino largo". El proyecto ha contado con el apoyo económico de la Fundación Mapfre y la Fundación Rafael del Pino. En la presentación también han estado presentes, entre otros, el consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, y el gerente del Hospital Puerta de Hierro, Ricardo Herranz.


Se ha registrado una mejoría de la sensibilidad y de la espasticidad en todos los casos, mejoría en el control de esfínteres en más del 80 por ciento de los pacientes, mejoría de la función sexual y del dolor y recuperación de la función motora en más del 50 por ciento de los pacientes.


Desde que se inició el proyecto, Vaquero y su equipo han evaluado a 565 pacientes, han efectuado 110 liberaciones del medicamento y han tratado a 47 pacientes en los cuatro ensayos clínicos en marcha. En los próximos meses se publicarán nuevos resultados.


El procedimiento se inicia en el quirófano, en el que se extrae médula ósea del paciente que se lleva a la sala blanca, donde se separan las células. Una vez obtenidas las células madre estromales, se cultivan para conseguir su multiplicación y se prepara el medicamento utilizando como medio plasma sanguíneo del propio paciente. Este medicamento, aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), se inyecta en la zona dañada de la médula espinal y en líquido cefalorraquídeo. Al cabo de un tiempo, se administra también intramedularmente una dosis de recuerdo. Concluida esa primera fase, comienza otra sumamente importante de rehabilitación.


En palabras de Vaquero, con este tratamiento el equipo ha conseguido reproducir "al 100 por cien los resultados en animales". La investigación ha revelado que estas células madre adultas son capaces de transformarse en los diferentes tejidos en los que se colocan, pero también "pueden activar las células madre del sistema nervioso", así como actuar como "bombas biológicas"que propician la liberación de sustancias que actúan sobre el sistema nervioso lesionado.

Identificada una nueva diana terapéutica para prevenir o frenar la leucemia

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-identificada-nueva-diana-terapeutica-para-prevenir-o-frenar-leucemia-201609211320_noticia.html


La activación de la inflamación en la médula ósea predice el riesgo de desarrollo de leucemia y el pronóstico del paciente.






A día de hoy es bien sabido que los daños en el material genético de una célula –o lo que es lo mismo, la aparición de una mutación– pueden provocar que esta célula se descontrole, se reproduzca de forma desmesurada y acabe formando un tumor. Un proceso denominado ‘oncogénesis’ o ‘carcinogénesis’ que sirve para explicar de una forma básica el origen del cáncer. Sin embargo, cada vez hay un mayor número de evidencias que sugieren que la alteración de las vías de señalización en las células que rodean al hasta entonces tejido ‘sano’ también juegan un papel clave en el desarrollo de un tumor. Es el caso, como muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Oncológico del Centro Médico Universitario Erasmus en Rotterdam (Países Bajos), de la leucemia, en el que las señales inflamatorias en la médula ósea crean un entorno precancerígeno que provocan que finalmente se desarrolle la enfermedad. Un hallazgo que, lejos de resultar una mera curiosidad científica, podría emplearse para el desarrollo de métodos diagnósticos más precisos y de nuevos tratamientos frente a este cáncer de la sangre.


Como explica Marc Raaijmakers, director de esta investigación publicada en la revista «Cell Stem Cell», «nuestros resultados arrojan una nueva luz sobre la consabida asociación entre la inflamación y el cáncer. El conocimiento del mecanismo molecular subyacente a esta relación abre la puerta a una mejora del diagnóstico de los pacientes con un alto riesgo de desarrollar leucemia y, cuando menos potencialmente, al diseño de tratamientos dirigidos para prevenir, o en su defecto retrasar, la aparición de la enfermedad».



La leucemia es un tipo de cáncer en el que las células madre hematopoyéticas –esto es, las células madre que finalmente se diferenciarán en una célula sanguínea, como un glóbulo rojo o uno blanco– que se encuentran en la médula ósea dan lugar a un número anormalmente elevado de glóbulos blancos –los consabidos ‘leucocitos’.


Sin embargo, la médula ósea también contiene un segundo tipo de células madre que, como las hematopoyéticas, pueden jugar un papel determinante en el desarrollo de la leucemia: las células madre mesenquimales, a partir de las cuales se generan las células de los cartílagos, los adipocitos y las células óseas y musculares, todas ellas imprescindibles en la formación de la sangre y del tejido conjuntivo. Y es que como ya mostrara un estudio previo realizado por los mismos autores con un modelo animal –ratones–, la presencia de mutaciones genéticas en las células madre mesenquimales localizadas en el entorno tumoral de la médula ósea puede inducir cambios malignos en las células madre hematopoyéticas, aumentando así el riesgo de leucemia. Sin embargo, los mecanismos moleculares por los que el microentorno tumoral contribuye al desarrollo del cáncer permanecen desconocidos.


Por ello, y con objeto de averiguar cómo el entorno celular puede provocar que las células madre hematopoyéticas acaben provocando una leucemia, los autores han llevado a cabo un segundo estudio. Y en esta ocasión, han empleado una técnica de secuenciación masiva para obtener millones de fragmentos de ARN de células mesenquimales de ratones con síndrome de Shwachman-Diamond –SDS, enfermedad genética ultrarrara y asociada con una probabilidad muy elevada de desarrollar leucemia– y muestras de médula ósea de pacientes con distintas enfermedades pre-leucémicas –entre otras, el SDS y el síndrome mielodisplásico (SMD).


Los resultados muestran que, en caso de SDS o SMD, las células mesenquimales se encuentran sometidas a una situación de estrés que provoca que secreten dos moléculas inflamatorias –denominadas ‘S100A8’ y ‘S100A9’– que dañan tanto las mitocondrias como el ADN de las células madre hematopoyéticas y de las células progenitoras –tipo de célula madre ‘unipotente’, es decir, capaz de diferenciarse en un único tipo de célula, en este caso sanguínea–. Y como consecuencia de este daño, estas células se convierten en malignas.


Es más; la activación de la vía inflamatoria en las células madre mesenquimales predice el desarrollo de la leucemia y su pronóstico en los pacientes humanos.


En definitiva, las nuevas evidencias pueden, cuando menos en teoría, emplearse para el diseño de pruebas diagnósticas que permitan identificar a los pacientes en riesgo de desarrollar leucemia. Y para ello solo sería necesario realizar una tinción de una biopsia de la médula ósea o utilizar pruebas de imagen. Pero, lógicamente, primero hay que confirmar la validez de los resultados en un estudio con un gran número de pacientes.


Como concluye Marc Raaijmakers, «estos pacientes en alto riesgo podrían ser tratados de una forma más agresiva en unas fases más tempranas de la enfermedad, lo que permitiría prevenir o ralentizar su progresión. Además, nuestros resultados también sugieren que los nuevos fármacos que actúan de forma específica sobre la vía inflamatoria deberían ser evaluados en futuros estudios preclínicos de leucemia».

Desarrollan ‘mini-pulmones’ tridimensionales a partir de células madre

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-desarrollan-mini-pulmones-tridimensionales-partir-celulas-madre-201609202104_noticia.html


Los nuevos ‘organoides’ permitirán investigar las enfermedades pulmonares que no se pueden estudiar con métodos convencionales, como la fibrosis pulmonar idiopática.


'Mini-pulmones' tridimensionales.




Los avances en la investigación de las células madre han posibilitado que, ya en los últimos años, distintos grupos de científicos hayan logrado ‘crear’ células de diversos órganos a partir de estas células madre humanas. Es el caso, entre otros muchos tipos, de las células beta productoras de insulina. Pero aún hay más: también han conseguido que estas células madre, una vez diferenciadas, se unan para formar ‘organoides’, esto es, acúmulos celulares ‘sintéticos’ con capacidad de llevar a cabo la función del órgano ‘natural’. Concretamente, y entre otros, ya se han sintetizado ‘mini-riñones’, ‘mini-estómagos productores de insulina’ y ‘mini-retinas’. Y a estos avances se suma ahora el alcanzado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.): la fabricación, a partir de células madre, de ‘mini-pulmones’ tridimensionales en una placa de laboratorio.


Como explica Brigitte Gomperts, directora de esta investigación publicada en la revista «Stem Cells Translational Medicine», «la verdad es que no hemos ‘construido’ un pulmón completamente funcional, pero sí hemos sido capaces de coger células pulmonares y de ubicarlas en un patrón geométrico adecuado para que imiten a los pulmones humanos».


Y estos nuevos ‘mini-pulmones’, que aún no pueden utilizarse para formar pulmones totalmente funcionales, ¿qué ventajas ofrecen? Pues, por ejemplo, pueden ser utilizados para la investigación de aquellas enfermedades pulmonares que no pueden ser estudiadas con los métodos convencionales, caso de la fibrosis pulmonar idiopática (FPI).


La FPI es una enfermedad de origen desconocido –de ahí el término ‘idiopática’– y caracterizada por un proceso de cicatrización anormal del tejido pulmonar, que poco a poco va sustituyendo al tejido sano. En consecuencia, los pulmones tienen cada vez una menor capacidad para llevar el necesario oxígeno a los órganos. Y la progresión de la enfermedad es tan rápida que la mayoría de los pacientes fallecen a los 3-5 años del diagnóstico.


El pronóstico, fatal, asociado a la FPI se explica en parte por las dificultades que encuentran los investigadores para estudiar la enfermedad. Por ejemplo, y con objeto de analizar la posible presencia de mutaciones o el efecto de los fármacos sobre las células pulmonares, los científicos han recurrido a los cultivos celulares bidimensionales. Sin embargo, y a pesar de que procedían de pacientes con FPI, las células que crecían en los cultivos eran, cuando menos aparentemente, sanas, por lo que no permitían avanzar en el conocimiento del origen de la enfermedad ni en su tratamiento. Como apunta Brigitte Gomperts, «los científicos no han sido capaces de recrear un modelo de cicatrización pulmonar en una placa de laboratorio».


Y llegados a este punto, ¿cuál podría ser la solución? Pues según el nuevo estudio, la construcción a partir de células madre de ‘mini-pulmones’ que imiten las capacidades de los pulmones verdaderos.



Para ello, los autores reprogramaron células pulmonares adultas en células madre, las adhirieron a un gel y dividieron el gel en pequeños cilindros o ‘pozos’ de tan solo 7 milímetros de grosor. Una vez inducidas para que se diferenciaran en células pulmonares, las células crecieron alrededor de los cilindros, que adquirieron así la forma de ‘sacos de aire’ que se encuentran en los pulmones reales y que finalmente se autoensamblaron siguiendo siempre un mismo patrón tridimensional. El resultado, un ‘mini-pulmón’ formado por células pulmonares y con una estructura similar al que presentan los tejidos generados en el laboratorio a partir de secciones de un pulmón humano real.


Como indica Dan Wilkinson, co-autor del estudio, «la técnica es muy sencilla y nos permite fabricar millares de piezas reproducibles que imitan a los pulmones y que contienen células específicas de cada paciente».


Es más; los autores también añadieron factores moleculares específicos al cultivo que provocaron que los ‘mini-pulmones’ desarrollaran cicatrices similares a las que se observan en la FPI. Un resultado que es posible lograr con los cultivos de dos dimensiones.



En definitiva, los nuevos organoides permitirán a los investigadores estudiar las causas biológicas y la eficacia de posibles tratamientos en enfermedades como la FPI. Y para ello, tan solo hay que coger células pulmonares del paciente, reprogramarlas en células madre, inducir que se diferencien en células pulmonares y formar cultivos tridimensionales.


Como concluye Brigitte Gomperts, «esta es la base para la medicina de precisión y los tratamientos personalizados».

Células madre para cultivar estructuras 3D pulmonares fuera del cuerpo

Fuente: http://noticiasdelaciencia.com/not/21128/celulas-madre-para-cultivar-estructuras-3d-pulmonares-fuera-del-cuerpo/


Recubriendo diminutas perlas de gel con células madre procedentes del pulmón, y permitiendo que se autoensamblen adoptando la forma de estructuras pulmonares humanas, unos investigadores han conseguido crear unos “organoides” de pulmón que son tridimensionales, es decir que no se limitan a una capa plana y delgada de células sobre la superficie de una placa de laboratorio sino que crecen también en vertical de manera significativa.


Este tejido cultivado en laboratorio y que es parecido al de un pulmón normal, se puede usar para estudiar enfermedades, incluyendo la fibrosis pulmonar idiopática, que habitualmente es difícil de estudiar usando métodos convencionales.


El equipo de la Dra. Brigitte Gomperts, profesora de oncología y hematología pediátrica en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, todavía no ha conseguido hacer crecer un pulmón completo y totalmente funcional, pero sí ha logrado tomar células pulmonares y situarlas en la disposición y el patrón geométrico correctos para imitar a la estructura básica de un pulmón humano.


La fibrosis pulmonar idiopática es una enfermedad crónica caracterizada por la cicatrización de los pulmones. Esto los hace gruesos y rígidos, lo que con el paso del tiempo resulta en dificultades respiratorias que empeoran progresivamente y, como consecuencia de ello, una escasez creciente de oxígeno en el cerebro y en órganos vitales. Después del diagnóstico, la mayoría de la gente con la enfermedad vive de tres a cinco años. Aunque en la mayoría de casos de fibrosis pulmonar idiopática se desconoce qué la causa, para un pequeño porcentaje de personas se sabe que hay un componente genético importante, al ser habituales los casos en familias específicas. Además, fumar cigarrillos y la exposición a ciertos tipos de polvo pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.



El tejido tridimensional cultivado en laboratorio mediante la nueva técnica (izquierda) se parece al natural de un pulmón humano adulto (derecha). (Imágenes: UCLA Broad Stem Cell Research Center)




Para estudiar el efecto de las mutaciones genéticas o de los fármacos en las células pulmonares, la comunidad científica ha utilizado previamente cultivos bidimensionales de ellas. Pero cuando toman células de personas con fibrosis pulmonar idiopática y las hacen crecer en estos cultivos planos, las células parecen sanas. O sea que los científicos en esos experimentos no han podido realmente modelar la cicatrización pulmonar en una placa de Petri. La incapacidad de modelar la fibrosis pulmonar idiopática en el laboratorio complica el estudio de la biología de la enfermedad y reduce las oportunidades de diseñar posibles tratamientos.


Usando los nuevos organoides pulmonares, los investigadores podrán estudiar las claves biológicas de la fibrosis pulmonar idiopática y otras enfermedades pulmonares, así como probar también posibles tratamientos para ellas.






Un nueva terapia podría curar la leucemia mieloide crónica

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-nueva-terapia-podria-curar-leucemia-mieloide-cronica-201609150139_noticia.html


La inhibición de Ehz2 podría eliminar las células madre de la LMC, evitando que los pacientes tengan que tomar inhibidores de la tirosíncinasa durante toda la vida.






La leucemia mieloide crónica (LMC) es un tipo de cáncer de la sangre en el que la médula ósea produce una cantidad desmesurada de un tipo de glóbulo blanco denominado ‘granulocito’ que, dado su exceso, acaba invadiendo y destruyendo no solo la propia médula ósea –lo que impide que siga fabricando las células sanguíneas–, sino también diversos órganos del cuerpo. Una enfermedad que representa en torno a un 20% de todos los casos de leucemia y que afecta de forma casi exclusiva a los adultos, especialmente a los más mayores. La buena noticia es que el desarrollo de la enfermedad es muy lento y que los fármacos actuales son capaces de detener su progresión durante muchos años. La mala, que la enfermedad mantiene unos reservorios –las ‘células madre de la LMC’– que no son eliminados por los tratamientos, por lo que casi nunca se cura. Y a ello se aúna que los actuales fármacos, dado que tienen que tomarse de por vida, acaban siendo ineficaces con el paso del tiempo. El resultado es que la enfermedad acaba resultando fatal. De ahí la importancia de un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Oncológico Dana Farber en Boston (EE.UU.), en el que se describe una nueva terapia capaz de erradicar, por fin, la LMC.


Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Cancer Discovery», muestra que los fármacos inhibidores de la proteína Ezh2 son capaces de eliminar las células madre de la LMC, por lo que combinados con los inhibidores de la tirosíncinasa –entre otros, ‘imatinib’– podrían erradicar rápidamente la enfermedad.



Como indica Stuart Orkin, director de la investigación, «la inmensa mayoría de los pacientes responden muy bien a ‘imatinib’ y a los fármacos similares. Pero las células de la leucemia solo se eliminan completamente del organismo en un 10-20% de los casos. El 90% restante mantiene un reservorio de células madre de la LMC, por lo que deben seguir tomando el tratamiento durante toda la vida».



Las células de LMC contienen el oncogén ‘BCR-ABL’ que, no presente en las células sanas, expresa una proteína –la tirosíncinasa BCR-ABL– que provoca que las células crezcan y se reproduzcan de una forma incontrolada. Por ello, el actual tratamiento convencional frente a la LMC viene constituido por la administración de inhibidores de esta tirosíncinasa, que permite a la mayoría de los pacientes permanecer en una fase de remisión –es decir, sin ningún síntoma.


Sin embargo, estos inhibidores de la BCR-ABL no consiguen eliminar completamente el cáncer. Y dado que deben ser tomados de por vida, dejan de funcionar en aquellos pacientes que acaban desarrollando resistencia y que, en consecuencia, deben recibir otras terapias –mucho más tóxicas y no siempre eficaces.



Entonces, ¿cuál podría ser la solución? Pues la administración de un inhibidor de la enzima histona-lisina metiltransferasa Ehz2. Y es que como muestra el nuevo estudio, la Ehz2 no solo está sobreexpresada en las células madre de la LMC, sino que juega un papel clave en su supervivencia y diferenciación en células tumorales de la LMC.


Es más; el estudio también muestra que la inhibición mediante técnicas de ingeniería genética de la expresión de Ehz2 en modelos animales –ratones– de LMC conlleva la muerte de las células madre de la LMC y, por tanto, la erradicación de la enfermedad desde su fuente de origen.


Como destaca Stuart Orkin, «la dependencia de estas células madre de Ehz2 sugiere que son vulnerables a los fármacos que actúan específicamente sobre esta proteína. Además, estos fármacos ya se encuentran a día de hoy siendo evaluados en ensayos clínicos para otras enfermedades, caso de los linfomas y de algunos tumores sólidos».



En definitiva, la adición de inhibidores de Ehz2 a los inhibidores de la tirosíncinasa podría acortar de una manera muy significativa el tratamiento para muchos pacientes.


Como concluye el director de la investigación, «nuestros resultados sugieren que la inhibición de Ehz2 debe ser considerada como una vía para erradicar la LMC cuando sea utilizada en combinación con las terapias dirigidas actuales. No en vano, constituye una estrategia muy prometedora para acortar la duración del tratamiento y lograr la curación. Y de tener éxito, el ahorro de costes que se lograría con esta estrategia podría ser igualmente significativo».

Nueva técnica para evitar que la terapia con células madre pueda derivar en un cáncer

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-nueva-tecnica-para-evitar-terapia-celulas-madre-pueda-derivar-cancer-201609141621_noticia.html


La combinación de un colorante y la emisión de luz elimina las células madre no diferenciadas, garantizando así que la terapia no provoque un teratoma.


Cultivo de células madre en el laboratorio.




A día de hoy, el uso de células madre pluripotentes constituye la opción más prometedora en el campo de la medicina regenerativa. No en vano, estas células madre pluripotentes tienen la capacidad de convertirse en cualquier célula de cualquier tejido del organismo, por lo que pueden cultivarse en una placa de laboratorio y, una vez diferenciadas en el tipo de célula deseada, trasplantarse en el paciente, dividirse y regenerar el órgano o tejido dañado. O así sucede, cuando menos, en la teoría. Y es que a pesar de los significativos avances logrados en este campo, aún queda mucho por hacer para mejorar tanto la eficacia del procedimiento como, sobre todo, su seguridad. Y en este contexto, investigadores de la Universidad Sogang en Seúl (Corea) y de la Universidad Nacional de Singapur (Singapur) parecen haber hallado la manera de evitar el principal efecto indeseado asociado a la terapia con células madre: el desarrollo de un tipo de tumores denominados ‘teratomas’.


Concretamente, un teratoma es un tumor de un tejido distinto de la línea celular para la que se realizó el trasplante de células madre. Y como han mostrado numerosos estudios, cuando se trasplanta un conjunto de células madre pluripotentes en el que hay células que no han llegado a diferenciarse –lo cual ocurre en la mayoría de los casos, si no siempre–, estas células acaban provocando un teratoma. Pero como muestra la nueva investigación publicada en la revista «ACS Central Science», tan solo hay que administrar un colorante e irradiarlo con luz para matar a las células indiferenciadas sin tocar a las que sí se han diferenciado.



El problema de la terapia con células madre pluripotentes radica en eso, en que son ‘pluripotentes’ y tienen el potencial para diferenciarse en cualquier célula. Y aquellas que no lo han hecho en la placa del laboratorio lo harán una vez sean trasplantadas en el huésped. El problema es que siempre se transformarán en una célula distinta del tejido deseado y proliferarán. El resultado, un teratoma.


Por tanto, la única manera de asegurar que el paciente no desarrolle un tumor es trasplantar únicamente aquellas células que, ya en la placa de laboratorio, se han diferenciado. Y para ello, se requiere eliminar el resto.


Y esto, ¿cómo se hace? Pues como muestra el nuevo estudio, tan solo hay que añadir al cultivo un colorante que es específicamente ‘ingerido’ por las células no diferenciadas. Posteriormente, la placa será irradiada con luz, lo que hará que el colorante produzca especies reactivas de oxígeno –caso de los iones de oxígeno y de los radicales libres– que matarán a las células indiferenciadas. Así se logra un cultivo exclusivo de células diferencias, totalmente aptas y seguras para su trasplante.


Y esta nueva técnica basada en la luz, ¿realmente funciona? Pues sí, y parece que muy bien. En el estudio, los autores trasplantaron los cultivos de células madre pluripotentes tratados con el procedimiento en un modelo animal –ratones–. Y de acuerdo con los resultados, no se desarrolló ningún teratoma. Por el contrario, los animales en los que se trasplantaron los cultivos en los que no se empleó la nueva técnica se vieron condenados a desarrollar multitud de tumores.


Como concluyen Hyuk-Jin Cha y Young-Tae Chang, directores de la investigación, «creemos que esta técnica en la que se combinan un colorante y la luz puede mejorar en gran medida la seguridad de un amplio abanico de terapias con células madre».

La infiltración de dosis elevadas de células madre autólogas mejora la artrosis de rodilla

Fuente: http://www.diariomedico.com/2016/09/14/area-cientifica/especialidades/traumatologia/la-infiltracion-de-dosis-elevadas-de-celulas-madre-autologas-mejora-la-artrosis-de-rodilla-


Un ensayo clínico español, publicado en Journal of Translational Medicine, analiza la seguridad y eficacia del tratamiento con células mesenquimales de médula ósea en pacientes con artrosis de rodilla entre moderada y severa y ofrece resultados preliminares muy positivos.



De izquierda a derecha, el equipo investigador: Javier Fernández, Andrés Valentí, María Victoria Sola, Froilán Granero, Carmen Sánchez, José María Lamo de Espinosa, Juan Ramón Valentí, Dámaso Aquerreta y Enrique J. Andreu.




La inyección intraarticular de células madre de médula ósea en dosis de 100 millones de unidades mejora los síntomas de la artrosis de rodilla. Así lo han revelado los resultados de un ensayo clínico en fase I-II aleatorizado desarrollado por especialistas de la Clínica Universidad de Navarra y del Complejo Universitario de Salamanca. El trabajo ha sido publicado en Journal of Translational Medicine.


La investigación ha precisado una colaboración multidisciplinar con la participación de profesionales de diferentes especialidades médicas y centros hospitalarios. El equipo de la Clínica Universidad de Navarra ha sido dirigido por José María Lamo de Espinosa y Gonzalo Mora, del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología, y por Felipe Prósper, director del Área de Terapia Celular y codirector del Departamento de Hematología. En Salamanca, los doctores Blanco y Del Cañizo han dirigido el proyecto.


En el ensayo clínico se incluyeron pacientes de entre 40 y 80 años, con un grado de artrosis en la rodilla de moderado a severo (grado II a grado IV) y se comparó el tratamiento intraarticular con células mesenquimales de médula ósea del propio paciente en dos dosis diferentes frente al tratamiento estándar sin células. Los resultados del estudio probaron que el tratamiento con células mesenquimales con la dosis más elevada de células ofrecía, a los doce meses, una mejora del dolor y menor limitación para las actividades diarias.


El ensayo se desarrolló en una muestra de 30 pacientes con artrosis de rodilla que se dividió de forma aleatoria en tres grupos. Al primero de ellos (grupo control) se le infiltró ácido hialurónico (uno de los tratamientos más utilizados en este tipo de pacientes). Al segundo grupo se les administró la misma dosis de ácido hialurónico y una dosis de 10 millones de células madre mesenquimales, obtenidas de la médula ósea del propio paciente y cultivadas en condiciones GMP (certificación internacional de prácticas de correcta producción). El tercer grupo recibió ácido hialurónico y una dosis de 100 millones de células madre cultivadas.


Según Lamo de Espinosa, las células madre mesenquimales se obtienen mediante biopsia de la médula ósea del propio paciente. Tras un proceso de centrifugado, se consigue una reducida cantidad de células progenitoras que se cultivan y multiplican en el Laboratorio GMP de Terapia Celular situado en el mismo edificio, donde posteriormente se inyectan en la rodilla. El uso de las células madre en combinación con ácido hialurónico es un aspecto pionero y destacable de este ensayo clínico, así como la comparación entre las dos dosis diferentes de células administradas y la elevada dosis utilizada sin eventos adversos.


El seguimiento de los tres grupos se efectuó mediante exploración física y escalas propias de la artrosis de rodilla que evalúan el dolor, la función de la rodilla y la influencia de la enfermedad en actividades de la vida diaria, ocio y deporte. La evaluación se realizó a las 24 horas de la infiltración, a la semana, al mes, a los tres meses, a los seis meses y al año. El estudio se completó con una valoración por imagen de la rodilla mediante radiografía y secuencias de resonancia magnética enfocadas especialmente a la evaluación del cartílago, realizadas antes del tratamiento, a los seis meses y al año.


A cada paciente se le practicó además un estudio del dolor mediante escalas clínicas que analizaban los siguientes aspectos: dolor, rigidez, capacidad funcional para desarrollar actividades de la vida diaria, como bajar y subir escaleras, capacidad deportiva, etc. Para la medición del dolor emplearon la escala analógica visual (VAS) y la escala específica para valorar la capacidad funcional de la articulación en pacientes con artrosis (WOMAC). "Los pacientes tratados con ácido hialurónico volvían pronto, con el paso de los meses, a la situación previa de dolor, mientras que el grupo con cien millones de células se encontraba mejor a medida que pasaban los meses, de forma que al final del seguimiento (al año de la administración del tratamiento) mostraban las mayores diferencias respecto a los otros dos grupos".


Los investigadores comprobaron "que, cuanto más se reducía el dolor, el paciente era capaz de extender y flexionar más la rodilla y, por tanto, de mejorar la función de la articulación". Aunque la diferencia en grados no era elevada, "debemos tener en cuenta que la imposibilidad de extender la rodilla (poner recta la pierna durante la marcha), por pocos grados que falten, puede limitar y producir cojera que en muchos casos mejora al disminuir la inflamación asociada, causa del dolor".


Reproducción de ratones prescindiendo del óvulo abre nuevas perspectivas

Fuente: http://www.lainformacion.com/salud/especializaciones-medicas/genetica/Reproduccion-ratones-prescindiendo-nuevas-perspectivas_0_953305911.html


Por primera vez se logró reproducir ratones fertilizando una célula que no era un óvulo, lo cual abre nuevas perspectivas de reproducción asistida, según un estudio.


"Se pensaba que sólo un ovocito era capaz de reprogramar el esperma para lanzar el desarrollo del embrión. Es la primera vez que se obtiene un desarrollo que llega a término inyectando esperma en los embriones", dijo Tony Perry, principal autor del artículo que publica Nature.


El "embrión" utilizado es una forma muy particular y artificial, obtenida estimulando químicamente un óvulo para que inicie el proceso de división celular sin que intervengan los espermatozoides.




Al inyectar esperma en estas células particulares, denominadas partenotes, los investigadores lograron hacer nacer ratones en un 24% de los casos.


Estos pequeños ratones se convirtieron en adultos fértiles y tuvieron una esperanza de vida normal, destacó Perry en una conferencia de prensa en Londres.


Según varios expertos interrogados, esta investigación, que ayuda a una mejor comprensión de los mecanismos de reproducción de los mamíferos, abre nuevas perspectivas en materia de reproducción asistida.


Los autores, de la Universidad de Bath en Gran Bretaña y de Regensburg en Alemania, consideran incluso posible que se pueda algún día prescindir de los óvulos para la reproducción.


"Es un artículo muy interesante, y una proeza técnica", comentó Robin Lovell-Badge, biólogo británico especializado en genética de células madre, que no participó en el estudio. "Estoy seguro de que esto nos enseñará cosas importantes sobre la reprogramación (celular) en los primeros estados de desarrollo" esenciales en materia de tratamiento de la fertilidad, opinó el biólogo del Francis Crick Institute, de Londres.


El estudio logró demostrar que la activación del genoma paterno contenido en el semen, que desencadena la formación del embrión "puede hacerse a un estado más tardío que lo inicialmente previsto, no solo en el ovocito", observa Marie-Hélène Verlhac, investigadora francesa.


En el futuro, "se puede imaginar recurrir también a los partenotes" en la reproducción asistida, lo cual permitiría depender menos de los ovocitos, cuya colecta es una operación muy ardua. Es decir que podría abrir puertas hacia la reproducción de padres hombres homosexuales o de una pareja heterosexual infértil.


Aunque de momento se tenga que partir de un ovocito para fabricar este partenote o embrión virgen, se puede imaginar que en el futuro se podrá prescindir del ovocito, produciéndolas por ejemplo a partir de células de la piel, adelantó Perry.


Estos resultados presentan inconvenientes éticos, admitió por otra parte el biólogo. En efecto, uno de los argumentos adelantados para justificar la utilización de pertenotes como fuente de células madre en el ser humano era el hecho de que esos embriones no eran viables.


Una terapia experimental de células madre permite a un tetrapléjico usar los brazos

Fuente: http://www.tendencias21.net/Una-terapia-experimental-de-celulas-madre-permite-a-un-tetraplejico-usar-los-brazos_a43149.html


Una terapia experimental con células madre ha conseguido que un hombre de 21 años, paralizado del cuello para abajo por un accidente, consiga 90 días después alimentarse por sí mismo, usar su teléfono móvil, o abrazar a sus amigos y familiares. Las células AST-OPC1 se hacen a partir de células madre embrionarias, y se inyectan en la médula espinal.



Boesen, levantando pesas.




El Centro Médico Keck, de la Universidad de California (USC, EE.UU.), anunció que un equipo de médicos es el primero de California en inyectar un tratamiento experimental a partir de células madre, AST-OPC1, en la columna cervical dañada de un hombre recientemente paralizado de 21 años de edad, como parte de una ensayo clínico multicentro. 


El 6 de marzo, cerca de su 21º cumpleaños, Kristopher (Kris) Boesen, de Bakersfield, sufrió una lesión traumática en su columna cervical cuando su coche patinó en una carretera mojada, chocó contra un árbol y se estrelló contra un poste de teléfono. 


A sus padres, Rodney y Annette Boesen, se les advirtió de que había una alta probabilidad de que su hijo estuviera permanentemente paralizado del cuello hacia abajo. Sin embargo, también les dijeron que Kris podría participar en un estudio clínico que podría ayudarle. 


Al frente del equipo quirúrgico y trabajando en colaboración con el Centro Nacional de Rehabilitación Rancho Los Amigos y Keck Medicine, Charles Liu, director del Centro de Neurorrestauración de la USC, inyectó una dosis experimental de 10 millones de células AST-OPC1 directamente en la médula espinal cervical de Boesen, a principios de abril. 


"Por lo general, los pacientes con lesión de la médula espinal se someten a cirugía que estabiliza la columna, pero en general eso hace muy poco por restaurar la función motora o sensorial", explica Liu en la noticia de la USC. "Con este estudio, estamos probando un procedimiento que puede mejorar la función neurológica, y podría marcar la diferencia entre estar permanentemente paralizado y ser capaz de utilizar los brazos y las manos. Restaurar ese nivel de funcionamiento podría mejorar significativamente la vida diaria de los pacientes con lesiones severas de la médula". 


Dos semanas después de la cirugía, Boesen comenzó a mostrar signos de mejora. Tres meses más tarde, es capaz de alimentarse por sí mismo, utilizar su teléfono móvil, escribir su nombre, manejar una silla de ruedas motorizada y abrazar a sus amigos y familiares. La mejora de la sensación y el movimiento en ambos brazos y las manos también hace que le sea más fácil cuidar de sí mismo, e imaginar una vida vivida de manera más independiente. 


"A los 90 días del tratamiento, ha ganado una mejora significativa en su función motora, hasta dos niveles de la médula espinal", dice Liu. "En su caso, dos niveles de la médula espinal significan usar las manos para cepillarse los dientes o hacer funcionar un ordenador". Los médicos son prudentes a la hora de predecir futuros progresos de Boesen.



Para poder participar en el ensayo clínico, los pacientes deben estar entre las edades de 18 y 69 años, y su situación debe ser lo suficientemente estable como para recibir una inyección de AST-OPC1 entre los días 14º y 30º después de la lesión. 


Debido a que el margen para realizar la cirugía era apretado, hizo falta que todo fuera según lo previsto para que pudiera aplicársele al paciente la terapia. 


Una vez que tomó la decisión de participar en el estudio, decenas de médicos, enfermeras y especialistas en rehabilitación entraron en acción. Debido a que tenía que proporcionar confirmación de voz a su deseo de participar en el estudio, tenía que ser capaz de respirar sin un ventilador. Quitar la respiración asistida a un paciente en general es un proceso de tres semanas. Lo hizo en cinco días con la ayuda de un equipo de cuidados respiratorios. Firmó los papeles y comenzó una semana de evaluaciones, análisis y otras pruebas antes de la cirugía. 


A principios de abril, un equipo quirúrgico del Hospital Keck inyectó cuidadosamente 10 millones de células AST-OPC1 directamente en la columna cervical de Kris. Casi seis semanas más tarde, Kris fue dado de alta y regresó a Bakersfield para continuar su rehabilitación. Los médicos revisaron su progreso siete días, 30 días, 60 días y 90 días después de la inyección, y lo harán también a los 180 días, 270 días y un año. 


El procedimiento de células madre que recibió Boesen es parte de un estudio clínico en fase 1 / 2a que evalúa la seguridad y eficacia de dosis crecientes de células AST-OPC1 desarrolladas por Asterias Biotherapeutics, con sede en Fremont (California). 


Las células AST-OPC1 se hacen a partir de células madre embrionarias mediante su conversión cuidadosa en células progenitoras de oligodendrocitos (OPC), que son células que se encuentran en el cerebro y la médula espinal y que soportan el funcionamiento saludable de las células nerviosas. 


En estudios de laboratorio anteriores, se vio que las AST-OPC1 producen factores neurotróficos, estimulan la vascularización e inducen la remielinización de los axones desnudos. Todos son factores críticos en la supervivencia, el re-crecimiento y la conducción de los impulsos nerviosos a través de los axones en el lugar de la lesión, según Edward D. Wirth III, director médico jefe de Asterias e investigador principal del estudio, denominado SCiStar. 


Keck es uno de los seis lugares de EE.UU. autorizados a inscribir participantes y a administrar la dosis del ensayo clínico. Los primeros resultados preliminares de datos de un grupo de pacientes de este estudio estarán disponibles en unos días. Boesen y los médicos cuentan su experiencia en este vídeo.


sábado, 24 de septiembre de 2016

Trasplante de cordón umbilical, de elección en leucemia de alto riesgo

Fuente: http://www.diariomedico.com/2016/09/07/area-cientifica/especialidades/hematologia/trasplante-de-cordon-umbilical-de-eleccion-en-leucemia-de-alto-riesgo


Las células madre de sangre de cordón se muestran superiores a las de donante no emparentado en pacientes con leucemia y alto riesgo de recaída.



Los trasplantes de sangre de cordón umbilical pueden tener ventajas más allá de suponer una fuente alternativa de células madre para pacientes con leucemia que no cuentan con un donante compatible. Un estudio en The New England Journal of Medicine ha encontrado que aquellos enfermos con alto riesgo de recaída tras el trasplante si han recibido un trasplante de células de sangre de cordón, tienen mejores resultados frente a la leucemia y también en el síndrome mielodisplásico.


Los pacientes con alto riesgo de recaída, aproximadamente un tercio de los candidatos a un trasplante de células hematopoyéticas, presentan la enfermedad mínima residual; la administración de quimioterapia antes del trasplante no logra una remisión completa del cáncer, y quedan pequeñas cantidades de células tumorales. Se estima que un tercio de los pacientes que en el momento del trasplante tienen células tumorales detectables en la sangre seguirían con vida tres años más tarde, en comparación con las casi tres cuartas partes de los que no tienen la enfermedad residual.


"Los pacientes que van a trasplante con enfermedad residual mínima tienen resultados muy pobres", dice Filippo Milano, investigador del Centro del Cáncer Fred Hutchinson y autor principal del estudio. Sin embargo, esta investigación demostró que los que recibieron un trasplante de sangre de cordón umbilical "tuvieron buenos resultados con una baja tasa de recaída" en comparación con los pacientes que recibieron las células madre de un adulto, un donante no emparentado.


Así, los pacientes con enfermedad mínima residual podrían beneficiarse de la elección de células madre de sangre del cordón para el trasplante, asegura Milano. Para la mayoría de los pacientes, los que no tienen la enfermedad mínima residual, ambos tipos de trasplantes, los de sangre de cordón umbilical y los de donante adulto, obtuvieron resultados muy similares.


El estudio describe datos de 582 pacientes que han recibido trasplantes de células madre de sangre del cordón umbilical o de donantes adultos no relacionados. El registro se inicia en 2006, cuando se puso en marcha el Programa de Sangre de Cordón del Centro Fred Hutchinson, y concluye en 2014. De ellos, 140 pacientes recibieron trasplantes de sangre de cordón umbilical.


La principal ventaja de la sangre de cordón umbilical como fuente para un trasplante es que cubre a cualquier receptor, puesto que las células madre del cordón están menos desarrolladas que las células madre adultas.


"Esto nos plantea la idea de que la sangre del cordón no debería ser considerada una vía alternativa. Los resultados son los mismos que una donación convencional", destaca Colleen Delaney, del Programa de Sangre de Cordón Umbilical del Fred Hutchinson. "Este trabajo muestra que si se sufre una enfermedad de alto riesgo y se tiene alto riesgo de recaída después del trasplante, el injerto con un donante de sangre del cordón umbilical puede ser la mejor opción".