sábado, 11 de junio de 2016

Una empresa española crea el primer medicamento veterinario basado en células madre

Fuente: http://www.elmundo.es/economia/2016/06/06/575538d1e2704eac3e8b460d.html


La empresa española EquiCord-YMAS presenta ante la EMA el primer medicamento veterinario del mundo basado en células del cordón umbilical de los potros para la artritis de los caballos, abriendo paso a la vía humana.


Imagen de una célula madre obtenida de un cordón umbilical.





El uso del cordón umbilical para extraer células madre no es algo exclusivo del ser humano, también se emplea en animales. Almudena Pradera, directora científica de la startup española EquiCord-YMAS, explica que la idea de aprovechar el cordón umbilical para extraer células madre surgió cuando nació su hija.


«Nuestro proyecto comenzó en 2011, cuando me ofrecieron la oportunidad de congelar el cordón umbilical de la mayor de mis hijas. En aquel momento trabajaba como veterinaria de caballos y me planteé aplicar esos mismos principios en el mundo equino».


En algunos casos, ya se extraían células madre para tratar a los propios caballos, pero se hacía por medios invasivos, como la extracción de grasa o médula ósea. Además, añade Pradera, «las células obtenidas del cordón umbilical son de mayor calidad, porque al ser más jóvenes tienen más capacidad proliferativa e inmunomoduladora».


Sin embargo, pronto estos investigadores se dieron cuenta de la razón por la que nadie más en el planeta estaba trabajando en este tema: la higiene del cordón umbilical. Y es que, al parir, el cordón cae de la yegua al suelo de la granja, sucio por definición; mientras que para producir un medicamento debe estar completamente esterilizado.


Por ello, esta startup empleó en torno a año y medio en desarrollar una solución antibiótica patentada que permite esterilizar el tejido en el camino de la granja al laboratorio.



Pradera y su equipo lanzaron su primera solución comercial en 2013, aunque de aquella se centraban en aplicaciones autólogas del cordón umbilical, es decir, buscando posibles usos de las células madre del potro en el mismo animal. Pero el sector demandaba algo muy distinto: poder llevar las ventajas de las células madre a cualquier caballo, empleando las células de potros donantes para otros animales.


En este caso, los cinco miembros de EquiCord-YMAS se centraron en la medicina regenerativa, concretamente en tratar la artritis en caballos de competición, logrando una mejoría notable en su cojera en el 78% de los casos. Además, el efecto de la terapia con células madre se prolongó hasta doce meses, «más que cualquier otro producto aprobado en veterinaria hasta el momento», se enorgullece Pradera.

Cinco personas junto a un amplio grupo de asesores en distintos temas conforman EquiCord-YMAS, con el apoyo del Parque Científico de Madrid.




Mientras que el uso autólogo de las células madre no está regulado, en el momento en que se transfieren estas células de un animal a otro se considera medicamento veterinario, con lo que EquiCord-YMAS se enfrentó a la ingente misión de superar numerosos criterios y estándares de seguridad (evitando cualquier posible efecto secundario), calidad (buenas prácticas de fabricación) y eficacia (que tratara alguna enfermedad concreta) de cara a presentar su propuesta a la Agencia Europea del Medicamento.


Un logro que, después de un amplio estudio científico en más de 30 centros ecuestres, con 45 caballos de toda clase y raza; y más de 4.500 hojas de documentación después, han conseguido el pasado mes de mayo. Ahora toca esperar a que la EMA se pronuncie sobre la idoneidad de este avance español, con el fin de que en un año pueda comercializarse finalmente este medicamento. Posteriormente será la FDA la que someterá a escrutinio esta innovación.



Aunque los plazos de aprobación y la búsqueda de pacientes son mucho más lentos en humanos que en animales, las posibilidades de las terapias con células madre son inmensas.


Sin embargo, en el caso de EquiCord-YMAS seguirán centrados en nuevas aplicaciones en animales, como las lesiones en los tendones de los propios caballos.


Neural stem cell transplants promote Parkinson's recovery in non-human primates

Fuente: http://medicalxpress.com/news/2016-06-neural-stem-cell-transplants-parkinson.html



Immunohistochemistry for alpha-synuclein showing positive staining (brown) of an intraneural Lewy-body in the Substantia nigra in Parkinson's disease.





A multi-center team of researchers in the U.S. testing the potential of cell therapy for treating Parkinson's disease (PD) has found that grafting human parthenogenetic stem cell-derived neural stem cells (hpNSCs) into non-human primates modeled with PD promoted behavioral recovery, increased dopamine concentrations in the brain, and induced the expression of beneficial genes and pathways when compared to control animals not transplanted with stem cells.



The researchers also reported that the intracerebral injection and transplantation of hpNSCs was "safe and well-tolerated" for the two transplantation test animal groups with moderate to severe PD symptoms.


The results of their 12-month study will be published in a future issue of Cell Transplantation.


"Previous clinical studies have shown that grafted fetal neural tissue can achieve considerable biochemical and clinical improvements in PD, however the source of fetal tissue is limited and may sometimes be ethically controversial," wrote the researchers. "Human parthenogenetic stem cells offer a good alternative because they can be derived without destroying potentially viable human embryos and can be used to generate an unlimited supply of neural cells for transplantation."


According to the researchers, PD is characterized by a profound loss of function of the brain's basal ganglia, resulting in a loss of dopamine neurons. While there are drugs, such as Levodopa (L-DOPA), that increase dopamine function and provide temporary clinical improvement in some symptoms, the drug can also cause serious side effects. Cell-based therapies are offering promise as an alternative. Experiments using stem cells have offered benefits in pre-clinical studies, but have also provided "a wide variety of patient outcomes," said the researchers.


This study used hpNSCs because the cells demonstrate characteristics of human embryonic stem cells, but are not sourced from viable embryos, which may be destroyed in the process. Their previous studies with hpNSCs, said the authors, had shown that the cells could also be "chemically directed" to differentiate into multipotent neural stem cells and were able to be frozen for future use.


While the study was designed to determine whether the test animals showed greater improvement than the control group, researchers added that a longer outcome period than 12 months may have demonstrated continued improvement and divergence from controls.


"This was the first comprehensive study showing functional recovery after transplantation of human parthenogenetic neural stem cells in a non-human primate with moderate to severe PD symptoms," concluded the researchers. "The results of this and other studies support the clinical translation of hpNSCs and the approval of the world's first pluripotent stem cell-based therapy for treating Parkinson's disease."


"The use of neural stem cells derived from human parthenogenic cells may be a new avenue for treating a variety of conditions," said Dr. Paul Sanberg, distinguished university professor at the University of South Florida in Tampa Florida and co-editor-in-chief of Cell Transplantation. "The study showed evidence of safety in using these cells, which is an improvement upon previous stem cell therapies that have shown some lineages may result in tumor formation. A follow-up study that further assesses the clinical potential of this approach for functional improvement may prove promising in future treatments for Parkinson's disease."







More information: Neural Stem Cells Derived from Human Parthenogenetic Stem Cells Engraft and Promote Recovery in a Nonhuman Primate Model of Parkinson's Disease, Cell Transplantation (2016). DOI: 10.3727/096368916X691682


Journal reference: Cell Transplantation


Doble trasplante de células madre evita que progrese el neuroblastoma infantil

Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/Doble-trasplante-progrese-neuroblastoma-infantil_0_523548040.html







Un doble trasplante de células madre del paciente, junto a quimioterapia, logra que sigan con vida y libres de enfermedad, tres años después de tratamiento, la mayoría de los niños con neuroblastoma, un cáncer cerebral infantil de alto riesgo.


Este es el resultado de un estudio del Consorcio de Oncología Infantil de Estados Unidos seleccionado para su presentación en la sesión plenaria del congreso de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), celebrado en Chicago con más de 35.000 especialistas en cáncer.




Además del estudio del neuroblastoma, otros tres trabajos sobre avances en mieloma, glioblastoma y cáncer de mama han sido seleccionados para su presentación en la sesión plenaria entre más de 5.000 registrados en esta 52 edición.


Aunque el neuroblastoma es un cáncer poco común en general, con sólo 700 nuevos diagnósticos por año en Estados Unidos, es el segundo tumor sólido más común en los niños y aparece con más frecuencia en menores de seis años.


Menos del 50% de los niños con neuroblastoma de alto riesgo sobrevive cinco o más años después del diagnóstico.


El estudio en fase III presentado en rueda de prensa previa a la sesión plenaria refleja que, a los tres años de tratamiento, el 61,4% de los pacientes que recibieron un trasplante doble estaban vivos y libres de cáncer, en comparación con el 48,4% de los que recibieron un trasplante simple.


El 88% de los niños, con una media de tres años, tenían enfermedad en estadio cuatro, avanzado, y el 38,2% tienen una anormalidad genética de alto riesgo de tumores denominada amplificación de MYCN.


Los efectos secundarios fueron similares entre el trasplante simple y doble. "Aún así, este es un enfoque más agresivo y tendrá que ser seguido de cerca para observar los efectos secundarios a largo plazo en estos niños", explicó Stephen P. Hunger, especialista en cánceres pediátricos.


Otro de los trabajos de la sesión plenaria se refiere a resultados iniciales de un estudio de fase III que mostró que el fármaco de inmunoterapia daratumumab (combinado con un inhibidor y quimioterapia) redujo el riesgo de progresión de cáncer en un 70% en mieloma múltiple refractario.


Daratumumab, el primer anticuerpo monoclonal aprobado para el mieloma múltiple, se dirige a una proteína en la superficie de las células cancerosas llamado CD-38.


El mieloma es un cáncer de las células plasmáticas, las que producen anticuerpos para combatir las infecciones. Es poco común y 114.250 personas fueron diagnosticadas en todo el mundo en 2012.


Respecto al glioblastoma, se trata de un tratamiento con quimiorradiación (dosis de temozolomida durante la radiación de corta duración) que redujo en un 33% el riesgo de muerte en los ancianos con este cáncer.


El glioblastoma es el tumor cerebral primario más común en los adultos y se encuentra entre las cinco primeras causas de muerte por cáncer. La edad media de diagnóstico es de 64 años.


El último de los trabajos destacados en ASCO se refiere a un ensayo clínico que refleja que la ampliación del tratamiento con letrozol de cinco a diez años para mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama hormonodependiente temprano reduce un 34% el riesgo de recaída.


domingo, 5 de junio de 2016

Demuestran que la terapia con células madre es muy eficaz y segura en el tratamiento del ictus

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-demuestran-terapia-celulas-madre-eficaz-y-segura-tratamiento-ictus-201606030145_noticia.html


La inoculación de células madre en el área cerebral dañada permite a pacientes que habían sufrido un ictus hacía más de seis meses recuperar parcialmente su movilidad.







Cada año, más de 17 millones de personas de todo el mundo y cerca de 120.000 españoles padecen un ictus o accidente cerebrovascular, esto es, una disminución u obstrucción del flujo sanguíneo en el cerebro –ictus isquémico, anteriormente denominado ‘infarto cerebral’– o una hemorragia por la rotura de un vaso sanguíneo cerebral –ictus hemorrágico, otrora conocido como ‘derrame cerebral’–. Un ictus que, a día de hoy, se corresponde con una de las primeras causas de mortalidad y discapacidad en todo el planeta. No en vano, en torno a un 30% de las personas que sufren el episodio fallece a consecuencia del mismo y hasta un 40% adquiere una discapacidad grave. De hecho, la gran mayoría de los 300.000 pacientes que, solo en nuestro país, han sobrevivido a un ictus presenta algún tipo de discapacidad residual. De ahí la importancia de un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Stanford (EE.UU.), en el que se demuestra no solo la seguridad, sino también la eficacia, de la terapia con células madre en el tratamiento del ictus.


Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Stroke», demuestra que la inyección intracraneal de unas células bautizadas como ‘SB623’ en pacientes que sufrieron un único ictus hacía ya 6-36 meses no solo no se asocia con ningún efecto secundario, sino que mejora de forma ostensible la capacidad motora de los afectados. De hecho, algunos pacientes que no podían mover sus brazos fueron capaces de hacerlo tras el tratamiento. Y algunos de aquellos postrados en una silla de ruedas pudieron volver a caminar.


Y estas células ‘SB623’, ¿qué son? Pues básicamente, son células madre mesenquimales derivadas de la médula ósea de dos donantes voluntarios. Y si bien estas células mesenquimales tienen la capacidad de diferenciarse en multitud de células de distintos tejidos, fueron previamente modificadas para promover su diferenciación en neuronas cerebrales.



En el estudio, los investigadores seleccionaron a 18 pacientes que, con una edad promedio de 61 años, habían sufrido un único ictus en la corteza cerebral –esto es, la capa más externa del cerebro–. El tiempo transcurrido desde la presentación del accidente cerebrovascular osciló entre los 6 meses y los tres años.


Una vez los participantes fueron anestesiados, los autores practicaron un pequeño agujero en sus cráneos e inocularon las células ‘SB623’ en distintos puntos de la periferia de la zona dañada. Y una vez concluido el procedimiento, los pacientes solo tuvieron que pasar una noche en el hospital antes de poder volver a sus casas.


El seguimiento de los pacientes mostró la falta de efectos secundarios asociados a la terapia con células madre. Es cierto que hasta un 78% de los participantes padeció dolores de cabeza transitorios, pero este efecto adverso obedeció a la técnica empleada para la inoculación de la terapia –la ‘trepanación’ del cráneo– y no a la acción de las células ‘SB623’. Sin embargo, el principal logro demostrado en el estudio no es la seguridad del procedimiento, sino la recuperación observada en los participantes.



Como destaca Gary Steinberg, director de la investigación, «nuestro estudio es pequeño y fue diseñado básicamente para evaluar la seguridad del procedimiento. Pero los pacientes mejoraron de una forma notable, y esta mejoría no solo fue estadísticamente significativa, sino clínicamente aparente. Habían recuperado de forma visible su capacidad para moverse, algo que no tiene precedentes. Y es que a los seis meses de sufrir un ictus, uno no espera observar ya ninguna recuperación».


En este contexto, debe recordarse que a día de hoy ya existen tratamientos eficaces para el tratamiento del ictus. El problema es que, para garantizar su eficacia, deben ser administrados en las primeras horas posteriores al episodio. Una limitación, por el contrario, de la que escapa el procedimiento descrito en el nuevo estudio.



Distintos estudios previos habían demostrado que, una vez trasplantadas, las células madre mesenquimales comienzan a morir al cabo de un mes y no sobreviven más allá de dos meses. Sin embargo, las mejorías en la función motora de los participantes no solo se llevaron a cabo durante los primeros dos meses del estudio, sino que en algunos casos se prolongaron hasta más allá de los 24 meses de seguimiento.


Como explica Gary Steinberg, «es probable que los factores secretados por las células mesenquimales durante el postoperatorio inmediato hayan estimulado la regeneración o reactivación a largo plazo del tejido nervioso circundante».


Es más; la recuperación de la capacidad motora fue independiente de la edad de los pacientes. Como concluye el director del estudio, «las personas más mayores no suelen responder tan bien a los tratamientos, pero lo que hemos visto es que los pacientes que ya han superado los 70 años también logran una recuperación notable».


Nueva diana terapéutica para evitar que las leucemias reaparezcan tras el tratamiento

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-nueva-diana-terapeutica-para-evitar-leucemias-reaparezcan-tras-tratamiento-201606020538_noticia.html






La leucemia mieloide aguda (LMA) es un tipo de cáncer de la sangre que, causado por una maduración incorrecta de las células madre de la médula ósea que dan lugar a los glóbulos blancos –concretamente, a los leucocitos denominados ‘granulocitos’–, representa hasta un 40% de todos los casos de leucemia que se producen en el mundo occidental. Un tipo de leucemia que, prácticamente exclusivo de los adultos, resulta mortal a los cinco años del diagnóstico en hasta un 90% de los mayores de 65 años. Y es que si bien los fármacos quimioterápicos son inicialmente eficaces a la hora de erradicar la enfermedad, la LMA vuelve a aparecer en cerca de un 66% de los casos, resultando por lo general fatal. Pero ahora, investigadores del Centro Mediterráneo de Medicina Molecular en Niza (Francia) han descubierto un nuevo mecanismo que explica por qué las células de la LMA son resistentes a los tratamientos, lo que abre la puerta al desarrollo de nuevas alternativas terapéuticas para esta devastadora enfermedad.


Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Blood», muestra que las células de la LMA son capaces de ‘robar’ las mitocondrias –esto es, los orgánulos responsables de la producción de energía– a las células sanas circundantes, logrando así una fuente energética que no solo les permite sobrevivir a la quimioterapia, sino incluso crecer de forma más incontrolada cuando finaliza el tratamiento, lo que explicaría la reaparición de la enfermedad.


Como explica Jean-François Peyron, director de la investigación, «existen múltiples mecanismos de resistencia a la quimioterapia, y es muy importante poder tratar todos ellos con el objetivo de eliminar todas las células de la leucemia. Así, el desarrollo de terapias dirigidas a proteger esta ‘transferencia’ mitocondrial podría suponer una nueva estrategia para mejorar la eficacia de los tratamientos actuales frente a la LMA».



En el estudio, los autores analizaron el comportamiento de las células de LMA tanto en cultivos celulares como en modelos animales –ratones–. Y lo que observaron es que, si bien la mayoría de las células cancerígenas morían cuando eran expuestas a los fármacos quimioterápicos, algunas lograban sobrevivir. ¿Y cómo lo hacían? Pues lanzaban una señal de auxilio a las células sanas circundantes para que les ‘prestaran’ sus mitocondrias.


Como indica Emmanuel Griessinger, co-autor del estudio, «la mitocondria produce la energía vital para la célula. Así, y a través de la captación de mitocondrias, las células de la LMA que han sido dañadas por la quimioterapia pueden producir nueva energía para sobrevivir. Sería como recargar las baterías o repostar gasolina durante una parada en boxes».


Es más; gracias a este ‘préstamo sin devolución’, las células de la LMA incrementan en un 14% su masa mitocondrial, lo que les permite aumentar en un 50% su producción energética y aumentar sus probabilidades de supervivencia. Y es que como apuntan los autores, «las células cancerígenas con una mayor cantidad de mitocondrias son también más resistentes a la quimioterapia. Un hallazgo que puede explicar por qué algunos tipos de cáncer son tan difíciles de tratar».



En opinión de los investigadores, los resultados ofrecen una nueva esperanza para el desarrollo de mejores tratamientos contra la LMA. Y para ello, ‘solo’ es necesario encontrar la manera de interrumpir la señal de auxilio que emiten las células cancerígenas o interrumpir la transferencia de mitocondrias por las células sanas. Y es que de esta manera se reduciría de forma muy significativa el riesgo de reaparición de la enfermedad.


Es más; como destaca Emmanuel Griessinger, «si bien nuestro estudio tiene implicaciones muy claras para la LMA, también podría aportar luz sobre lo que ocurre en otros tipos de cáncer. Y es que es muy probable que este mecanismo se encuentre igualmente presente no solo en otros cánceres de la sangre en los que se encuentre implicada la médula ósea, sino también en tumores sólidos».

¿Son los telómeros hiperlargos la clave para mantenernos jóvenes y vivir más?

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-telomeros-hiperlargos-clave-para-mantenernos-jovenes-y-vivir-mas-201606030217_noticia.html








Los telómeros, esto es, las regiones de ADN situadas en los extremos de los cromosomas, juegan un papel esencial en la estabilidad del material genético y en el mantenimiento de la juventud de las células y, por tanto, del organismo. El problema es que con cada división celular –o lo que es lo mismo, según envejecemos–, los telómeros se acortan. Y una vez alcanzan una longitud mínima crítica, las células entran en un estado de senescencia –es decir, envejecen hasta el punto de perder la capacidad de dividirse– o, simplemente, mueren. De hecho, el progresivo acortamiento de los telómeros constituye una de las causas moleculares del envejecimiento celular y de la aparición de enfermedades asociadas a la edad. Entonces, ¿qué ocurriría en caso de que los telómeros tuvieran una longitud desmesurada? ¿Viviríamos más y evitaríamos las enfermedades asociadas al envejecimiento, caso del cáncer? Pues para responder a esta pregunta, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han logrado ‘crear’ un modelo animal –ratones– con telómeros ‘hiperlargos’ y, por tanto, con un menor envejecimiento celular. Y para ello, y por primera vez, han evitado toda manipulación genética.


Concretamente, y como describe el artículo publicado en la revista «Nature Communications», los autores indujeron cambios epigenéticos –alteraciones que, si bien no alteran la secuencia de ADN, modifican la forma en la que se expresan los genes contenidos en este ADN– para que los ratones tuvieran telómeros hiperlargos. Un procedimiento que, cuando menos potencialmente, también puede ser utilizado para generar células madre embrionarias y células madre pluripotentes inducidas (iPS) con telómeros muy largos para su uso en medicina regenerativa.




El concepto de telómeros ‘hiperlargos’ no es nuevo. De hecho, el grupo de investigación del CNIO ya describió en 2009 que el cultivo in vitro de iPS causaba el alargamiento progresivo de los telómeros hasta generar lo que en su momento bautizaron como ‘telómeros hiperlargos’. Es más; en 2011, los autores publicaron un segundo artículo en el que demostraban que el fenómeno también ocurría de forma espontánea en las células madre embrionarias cuando se cultivaban in vitro.


Como explica Elisa Varela, co-autora de la investigación, «la expansión in vitro de las células madre embrionarias resulta en el alargamiento de los telómeros hasta el doble de la longitud normal en las células del embrión». Por tanto, esta elongación se produce gracias a mecanismos activos naturales y no requiere de la alteración del gen de la telomerasa –la enzima responsable del alargamiento de los telómeros y que, tras el nacimiento, es inhibida en todas las células somáticas del organismo.


Llegados a este punto, la pregunta es si el uso de estas células madre con telómeros hiperlargos es viable en un modelo animal vivo, con lo que se ralentizaría su proceso de envejecimiento natural. Y la respuesta, según concluye el nuevo trabajo, es que sí.



En el nuevo estudio, los autores ‘crearon’ ratones que presentaban células con telómeros hiperlargos –con una longitud dos veces mayor de la normal– y células normales –con telómeros igualmente normales–. Y de acuerdo con los resultados, las células con telómeros hiperlargos fueron perfectamente funcionales. De hecho, el análisis de los tejidos llevado cabo en diferentes momentos de la vida de los animales –a los 0, 1, 6 y 12 meses de vida– mostró que los telómeros mantenían el gradiente extra de longitud –se acortaban con el tiempo, pero a un ritmo normal, y siempre manteniendo la diferencia de longitud frente a los telómeros ‘normales’ del resto de células.


Y estos telómeros hiperlargos, ¿suponían alguna ventaja para las células y, por ende, para el organismo? Pues sí, y muy grande. Las células presentaban una menor acumulación de daños en el ADN, por lo que los animales tenían una menor incidencia de aparición de tumores –naturales o inducidos–. Unos ratones que, además, mostraron una mayor capacidad para la curación de las lesiones en la piel.


Como refiere Elisa Varela, «nuestros resultados demuestran que las células madre pluripotentes portadoras de telómeros hiperlargos pueden dar lugar a organismos con telómeros más largos que se mantienen juveniles a nivel molecular durante más tiempo. Se trata de una prueba de concepto de que es posible generar tejidos adultos con telómeros más largos de lo normal en ausencia de modificaciones genéticas».


Es más: como destaca María A. Blasco, co-autora del estudio, «nuestro trabajo también demuestra que es posible generar iPS con telómeros más largos, que resultarían en células diferenciadas con telómeros a su vez más largos y que estarían, por tanto, más protegidas del daño».


Un aspecto que podría resultar muy importante en el campo de la medicina regenerativa. Tal es así que, informan los autores, «el siguiente paso será generar una nueva especie de ratón que tenga los telómeros de todas sus células el doble de largos de lo normal».


Pero más allá de las posibles aplicaciones clínicas, la nueva estirpe de ratones con telómeros hiperlargos permitirá evaluar algunas de las grandes preguntas para las que aún no se tiene respuesta. Como concluye María Blasco, «¿viviría más una especie de ratón que tuviera los telómeros el doble de largos? ¿Es este el mecanismo que ha usado la naturaleza para determinar longevidades muy diferentes en especies genéticamente muy similares? ¿Tendría esta nueva especie más o menos cáncer?».


Crean ratones con telómeros hiperlargos sin alterar sus genes

Fuente: http://www.agenciasinc.es/Noticias/Crean-ratones-con-telomeros-hiperlargos-sin-alterar-los-genes


Científicos del CNIO han desarrollado ratones con telómeros más largos de lo normal, menos signos de envejecimiento molecular y una menor incidencia de cáncer. Dichos telómeros hiperlargos no provocaron en los animales efectos fatales a largo plazo. Prescindir de la manipulación genética para alargar los telómeros ofrece una nueva manera de retrasar el envejecimiento sin alterar los genes.



Imagen que muestra en verde las células con telómeros hiperlargos y en rojo los telómeros.





El Grupo de Telómeros y Telomerasa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en colaboración con la Unidad de Ratones Transgénicos del mismo centro, ha logrado crear en el laboratorio ratones con telómeros hiperlargos y con un menor envejecimiento molecular, evitando el uso de la que hasta ahora era la vía habitual: la introducción de genes.


Esta nueva técnica, basada en cambios epigenéticos y descrita en Nature Communications, evita la manipulación de genes para retrasar el envejecimiento molecular. El estudio también subraya la importancia de esta nueva estrategia para generar células madre embrionarias y células iPS con telómeros muy largos para su uso en medicina regenerativa.


Los telómeros (estructuras protectoras situadas en los extremos de los cromosomas) son esenciales para la estabilidad del material genético y para mantener el estado juvenil de las células y el organismo.




Sin embargo, los telómeros se van acortando a medida que envejecemos. Llegado un punto crítico de acortamiento, las células entran en senescencia o mueren. Esta es una de las causas moleculares del envejecimiento celular y de la aparición de enfermedades asociadas a la vejez.


Por el contrario, cuando los telómeros tienen una longitud extra –cosa que logró por primera vez el grupo del CNIO dirigido por María A. Blasco usando la expresión del gen de la telomerasa– ejercen un papel protector frente al envejecimiento y las enfermedades asociadas a él, prolongando significativamente la vida de los ratones.



Tenemos que remontarnos al año 2009, cuando en un trabajo publicado en la revista Cell Stem Cell se describía que el cultivo in vitro de células iPS causaba el alargamiento progresivo de los telómeros hasta generar lo que las autoras llamaron ‘telómeros hiperlargos’. 


Poco después, en 2011, Elisa Varela (también firmante de este último paper) y sus colegas del CNIO publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) que este fenómeno también ocurría de forma espontánea en las células madre embrionarias cuando se cultivaban in vitro. 


“La expansión in vitro de las células madre embrionarias resulta en el alargamiento de los telómeros hasta el doble de la longitud normal en las células del embrión”, explican las autoras. Una elongación que ocurre gracias a mecanismos activos naturales y sin que se produzcan alteraciones en el gen de la telomerasa.


Los autores del trabajo, de izquierda a derecha: Miguel A. Muñoz-Lorente, Maria A. Blasco, Sagrario Ortega, Elisa Varela, Agueda M. Tejera.





Pero, ¿serían estas células capaces de dar lugar a un ratón con telómeros mucho más largos de lo normal y que envejeciera más lentamente? En el trabajo que se publica en Nature Communications, Elisa Varela y sus colegas demuestran que sí.



Las células con telómeros hiperlargos de estos ratones parecen ser perfectamente funcionales. Al analizar los tejidos en diferentes momentos (0, 1, 6 y 12 meses de vida), estas células mantenían el gradiente extra de longitud (decrecían con el tiempo pero a un ritmo normal), presentaban menor acumulación de daños en el ADN y tenían mayor capacidad para la reparación de heridas en la piel. Además, los animales tenían una menor incidencia de aparición de tumores –tanto esporádicos como inducidos– que los ratones normales.



Estos resultados demuestran que las células madre pluripotentes portadoras de telómeros hiperlargos pueden dar lugar a organismos con telómeros más largos que se mantienen juveniles a nivel molecular durante más tiempo.


Según las autoras, se trata de “una prueba de concepto de que es posible generar tejidos adultos con telómeros más largos de lo normal en ausencia de modificaciones genéticas”.


“Nuestro trabajo también demuestra que es posible generar iPS con telómeros más largos –explica Blasco– que resultarían en células diferenciadas con telómeros a su vez más largos y que estarían, por tanto, más protegidas del daño”.


Esto podría ser una ventaja en el campo de la medicina regenerativa, donde se está estudiando cómo usar células iPS para generar tipos celulares adultos para terapias celulares. El siguiente paso será “generar una nueva especie de ratón que tenga los telómeros de todas sus células el doble de largos de lo normal”, explican Blasco y Varela.


“De este modo, podremos analizar algunas de las grandes preguntas que aún están sin contestar: ¿Viviría más una especie de ratón que tuviera los telómeros el doble de largos? ¿Es este el mecanismo que ha usado la naturaleza para determinar longevidades muy diferentes en especies genéticamente muy similares? ¿Tendría esta nueva especie más o menos cáncer?




Referencia bibliográfica:

Nature Communications.

Este estudio ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad español, el Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés), la Comunidad de Madrid, la AXA Research Fund y al Fundación Botín y el Banco Santander a través de Santander Universidades.


domingo, 29 de mayo de 2016

Crean por primera vez injertos de corazón a partir de células madre humanas

Fuente: http://www.larazon.es/atusalud/crean-por-primera-vez-injertos-de-corazon-a-partir-de-celulas-madre-humanas-KE12703009#.Ttt1AiPdrGs9rVJ



Diferenciación cardíaca de células madre pluripotentes humanas derivadas a cardiomiocitos en la matriz extracelular de un ventrículo descelurarizado.






Investigadores del Hospital General Universitario Gregorio Marañón junto al Instituto de Bioingeniería de Cataluña y en colaboración con dos grupos de los Estados Unidos han creado, por primera vez, injertos de corazón a partir de células madre pluripotentes humanas en un período inferior a un mes. El trabajo ha sido publicado en la revista "Biomaterials", y permitirá avanzar en la recelularización de corazones con células madre específicas de cada paciente.


El Laboratorio de Órganos Bioartificiales del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, gracias al acuerdo con la Organización Nacional de Trasplantes, es pionero a nivel mundial en la obtención de corazones decelularizados -sin células del donante- e investigación en la producción de “nuevo” tejido cardiaco formado por células del potencial receptor. En este reciente estudio, los investigadores han sido capaces de repoblar parte del corazón decelularizado, que actúa a modo de andamio, con nuevas células cardíacas obtenidas a partir de técnicas de edición génica en células madre pluripotentes humanas. Estas células pueden diferenciarse hacia todos los tipos celulares de nuestro organismo, en este caso células cardiacas.


Con este tipo de investigaciones se busca que las células madre se conviertan, se diferencien, en células adultas propias del tejido que se quiere reparar. La necesidad del futuro uso de estas células radica en que nuestro cuerpo no es capaz de reparar el órgano tras un ataque al corazón u otro tipo de daño cardíaco.


Las células cultivadas en la matriz decelularizada de corazón humano mostraron un mayor grado de diferenciación cardíaca en comparación con estas mismas células cultivadas en placas de cultivo. Tanto es así que en solo 24 días, los injertos cardíacos humanos presentaban un nivel de maduración y comportamiento eléctrico y mecánico no conseguido hasta la fecha en tejido cardiaco generado en laboratorio.



El Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón ya demostró la funcionalidad de las células sembradas sobre el injerto decelularizado. Con este segundo paso, se ha evidenciado que las especiales propiedades de la matriz decelularizada mejoran la diferenciación de las células madre pluripotentes hacia célula cardiaca. Además, este tipo de des- y recelularización de órganos representa una estrategia prometedora para el desarrollo de órganos biofuncionales que pueden ser utilizados para la detección de nuevos fármacos y el desarrollo de la medicina personalizada.


“Aunque debemos ser prudentes con las expectativas y todavía nos queda mucho trabajo de investigación, la obtención de tejido cardiaco bioartificial nos permitirá tener un banco de injertos listo para un futuro uso en reparación cardiaca, permitiéndonos realizar la tan deseada medicina personalizada, ajustándonos a las necesidades de cada paciente”, asegura Francisco Fernández-Avilés, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón.


Este trabajo es fruto de una consolidada colaboración dentro del marco de la Red de Investigación Cardiovascular (RIC), coordinada por el doctor Fernández-Avilés, y la Red de Terapia Celular (TerCel) del Instituto de Salud Carlos III. En el estudio, liderado por investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña y del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, también han participado la Universidad de Minnesota, el Texas Heart Institute y el Salk Institute for Biological Studies de los EE.UU., y fue financiado en parte por una subvención del European Research Council.


sábado, 28 de mayo de 2016

El trasplante de islotes para tratar la diabetes pierde peso frente a la terapia celular

Fuente: http://www.diariomedico.com/2016/05/23/area-cientifica/especialidades/endocrinologia/el-trasplante-de-islotes-pierde-peso-frente-a-la-terapia-celular


La evolución del protocolo de Edmonton no ha evitado la vuelta a la insulina a corto plazo. Por lo tanto, la investigación de terapias celulares sigue en auge, pero sin fecha para el salto a la clínica.



Ramón Gomis, director del Instituto de Investigaciones August Pi i Sunyer (Idibaps).





Las expectativas que generó el protocolo de Edmonton en 1999 no parecen haberse cumplido, a pesar del empeño de múltiples investigadores en avanzar en esta técnica de trasplante de islotes pancreáticos desarrollada con el objetivo de liberar definitivamente a los pacientes con diabetes tipo 1 de la dependencia a la insulina. Mientras tanto, la investigación con células madre ha avanzado considerablemente en el terreno preclínico, aunque a estas alturas ya casi nadie se atreve a poner un plazo al salto a la clínica.


Uno de los mayores expertos en España en medicina regenerativa aplicada a la diabetes, Ramón Gomis, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), de Barcelona, resume en pocas palabras los efectos de este tratamiento: "Revierte la diabetes, pero el efecto dura muy poco". Lo cierto es que esta vía no se ha abandonado totalmente, tal y como exponen los autores de una revisión publicada recientemente en Stem Cells International. Thomas Linn y sus colaboradores de la Universidad de Giessen (Alemania) describen el progresivo perfeccionamiento del protocolo inicial, que se ha traducido no sólo en un retraso de la vuelta a las inyecciones de insulina, sino también en una reducción de los páncreas de cadáver necesarios para cada trasplante y en una disminución de las complicaciones secundarias de la diabetes tipo 1, como retinopatía, neuropatía o problemas macrovasculares.


También se han registrado avances en cuanto a la inmunosupresión requerida, aunque, al igual que ocurre con el resto de modalidades de trasplante, aún estamos muy lejos de poder prescindir de ella. Un proyecto europeo, denominado Elastislet, investiga el encapsulamiento de las células beta productoras de insulina en el interior de cápsulas diseñadas a partir de materiales innovadores con el fin de frenar la respuesta inmune posterior al trasplante.



Pero la necesidad de inmunosupresión a largo plazo es sólo uno de los escollos que enumera el equipo de Thomas Linn en su revisión. También hay que considerar la escasez de órganos de cadáver, el riesgo de ataque de los islotes trasplantados por componentes del sistema inmune innato, la necesidad de retrasplantes por la escasa capacidad regenerativa de los islotes y la vuelta a la administración de insulina al cabo de entre uno y cinco años. Por todas estas razones, el grupo alemán propone la búsqueda de otros tratamientos potencialmente definitivos para la diabetes tipo 1, entre los que destaca el empleo de células madre.



Gomis confirma que la investigación de terapias celulares se encuentra en plena ebullición: "Se están consiguiendo resultados muy interesantes y en algún momento saltará la chispa". No obstante, se muestra prudente y reconoce que hay que superar muchos obstáculos e "hilar muy fino para pasar a los estudios en humanos". Por ejemplo, un aspecto crucial es la homogeneidad, que se plasma en la importancia de que "las células sean idénticas en la capacidad de responder al ambiente hipoglucémico". Otro tema clave es la revascularización, es decir "inducir un lecho vascular adecuado" para las células trasplantadas, ya que una revascularización insuficiente lleva a la muerte de las células por apoptosis.


El equipo de Gomis trabaja intensamente tanto en el terreno de la revascularización como en el de los protocolos de diferenciación celular. "Hemos conseguido pasar directamente de fibroblasto humano a célula productora de insulina, sin la fase intermedia de obtener células de pluripotencialidad inducida (iPS)".


En lo que respecta al tipo de célula madre más adecuada, Thomas Linn y sus compañeros se decantan por las células madre adultas mutipotentes porque "pueden extraerse del propio paciente, son menos propensas a la malignización de las células madre embrionarias y ya se han iniciado con éxito ensayos clínicos con ellas". En concreto, apuestan por las células madre mesenquimales, que son células "no hematopoyéticas, multipotentes y autorrenovables".


"Estamos avanzando", concluye Gomis, pero no tan rápido como se esperaba en un principio. "Muchos científicos creían que la medicina regenerativa estaba a la vuelta de la esquina".



Las aplicaciones clínicas aún se encuentran muy lejos, pero los resultados de los abundantes estudios que se publican en revistas de alto impacto pueden tener una utilidad mucho más inmediata: el desarrollo de modelos animales que permitan probar de una forma mucho más certera la eficacia y seguridad de los nuevos fármacos para combatir la diabetes.


Este podría ser el destino de los avances logrados por Douglas Melton, del Instituto de Células Madre de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y su equipo. El trabajo que publicaron hace una semana en Nature Communications muestra que las células beta obtenidas a partir de células de pacientes con diabetes tipo 1 son funcionales en ratones.


Los investigadores obtuvieron fibroblastos de tres diabéticos, las diferenciaron en células beta y las trasplantaron en un modelo murino, donde desplegaron sus funciones primordiales: la producción de insulina y la regulación de los niveles de glucosa en sangre. Estos resultados se mantuvieron a lo largo de varios meses y las células derivadas de pacientes pasaron la prueba de la comparación -tanto in vitro como in vivo- con células productoras de insulina normales. Ahora será necesario ampliar el número de muestras de afectados para que quede reflejada la diversidad de la patología.




Las terapias con células madre, y entre ellas las encaminadas a curar la diabetes tipo 1, han alimentado las esperanzas de muchos pacientes, a veces sin demasiada base real. La Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre (ISSCR) ha decidido tomar cartas en el asunto con la publicación en Science de unas nuevas guías para contener la exageración de resultados. Los autores de estas recomendaciones reconocen que la especulación optimista "puede ser una fuerza constructiva que ayude a atraer financiación y a construir comunidades de investigación", pero añaden que "el autobombo continuado no puede, en su conjunto, considerarse una fuerza positiva". Por eso, las guías instan a los científicos a evitar las declaraciones optimistas cuando los hallazgos sean preliminares y no se encuentren en la fase clínica. También se recomienda una comunicación al público en la que no se mezcle el lenguaje de la investigación con el de la asistencia sanitaria.


sábado, 21 de mayo de 2016

Logran regenerar cartílago hialino con células madre

Fuente: http://www.diariomedico.com/2016/05/20/area-cientifica/especialidades/traumatologia/logran-regenerar-cartilago-hialino-con-celulas-madre


Un grupo de la Clínica Diagonal de Barcelona ha logrado regenerar cartílago hialino con células madre, según los últimos resultados que se han presentado en el Congreso de la Sociedad Catalana de Cirugía Ortopédica y Traumatología.


El equipo de la Clínica Diagonal, de Barcelona.





Los responsables de la Unidad de Biocirugía y Medicina Regenerativa Aplicada de la Clínica Diagonal de Barcelona han logrado regenerar cartílago hialino, con células madre, en pacientes con lesiones articulares o artrosis. El hallazgo se ha presentado en el XXIX Congreso de la Sociedad Catalana de Cirugía Ortopédica y Traumatología (Sccot), celebrado en la capital catalana.


Como ha explicado Daniel Martín Casola, responsable médico de la citada unidad, "hace tres años comenzamos a extraer células progenitoras del hueso de la pelvis y las infiltramos en la articulación a regenerar. Los resultados que hemos obtenidos han sido muy buenos, porque el 100 por ciento de los 44 pacientes que hemos intervenido ha mejorado: los más jóvenes se han recuperado en un 100 por ciento y en los pacientes de más edad el dolor en la articulación ha remitido entre un 60-80 por ciento".


La evidencia de formación de cartílago hialino se confirmó en una cirugía de genu varo, que precisaba de dos intervenciones. "Aprovechando la segunda, introducimos el artroscopio y pudimos ver el cartílago hialino regenerado. Tomamos una muestra, que fue confirmada en laboratorio por anatomía patológica", ha recordado. 30 de los 44 pacientes cuentan un seguimiento de más de ocho meses, plazo en el que se calcula que el cartílago comienza a estar regenerado e impactado.


Para realizar este tipo de intervenciones es preciso disponer de un equipo multidisciplinar formado por el equipo quirúrgico y de traumatología y, para el tratamiento celular, un bioingeniero y un biólogo. "Es importante señalar que nosotros no reproducimos las células, no hacemos cultivo celular. Únicamente las manipulamos durante una media hora, porque son células muy sensibles fuera del cuerpo humano, que cambian el fenotipo cuando están fueran de su ambiente", ha indicado Martín, que se plantea publicar los resultados tras la primera presentación en el congreso de la Sociedad Catalana de Cirugía Ortopédica y Traumatología.