martes, 22 de octubre de 2013

Convierten células de grasa extraídas de la liposucción en células hepáticas

Fuente: http://www.europapress.es/latam/sociedad/noticia-eeuu-convierten-celulas-grasa-extraidas-liposuccion-celulas-hepaticas-20131022084010.html


Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos, han desarrollado una forma rápida y eficiente para convertir células extraídas de la liposucción rutinaria en células hepáticas, un avance que se publica en la revista 'Cell Transplantation'.


Los expertos realizaron sus experimentos en ratones, pero las células madre adiposas que utilizaban provenían de la liposucción humana y se convirtieron en células humanas, como las del hígado, que florecieron en el interior de los órganos de los ratones.

Este método es distinto del que se utiliza para producir células del hígado a partir de células madre embrionarias o células madre pluripotentes inducidas (iPS).

Aunque las iPS y las células madre embrionarias son pluripotentes, es decir, que, en principio, pueden diferenciarse en todos los tipos de células, conllevan un riesgo de formación de tumores, mientras las células producidas con esta nueva técnica, que no conlleva una fase intermedia pluripotente, no muestran signos de ser tumorigénicas.

El hígado construye las biomoléculas complejas que necesita el cuerpo y filtra y descompone los residuos y las sustancias tóxicas que de otro modo podrían acumularse hasta niveles peligrosos. A diferencia de la mayoría de los otros órganos, un hígado sano puede regenerarse a sí mismo en un grado significativo, aunque esta capacidad no puede superar la intoxicación hepática aguda o el daño por el alcoholismo crónico o la hepatitis viral.

Sólo la insuficiencia hepática aguda por paracetamol cuesta unas 500 vidas al año y es responsable de cerca de 60.000 visitas a salas de emergencia y más de 25.000 hospitalizaciones al año. Otras toxinas ambientales, como las setas venenosas, contribuyen a que se produzcan más casos todavía.

Todos los aspectos de la nueva técnica de conversión de células de grasa a las de hígado son adaptables para uso humano, aseguró Gary Peltz, autor principal del estudio. La creación de células iPS requiere la introducción de genes extraños y potencialmente cancerígenos, mientras las células madre adiposas simplemente tienen que ser cultivadas a partir de tejido de grasa.

El proceso lleva nueve días de principio a fin, de forma que es lo suficientemente rápido para regenerar el tejido hepático en víctimas de intoxicación aguda del hígado, que de otro modo morirían a las pocas semanas, salvo con un trasplante de hígado.

En Estados Unidos, se realizan anualmente unos 6.300 trasplantes de hígado, con otros 16.000 pacientes en lista de espera, mientras cada año mueren más de 1.400 personas antes de tener acceso a un hígado adecuado para ellas. A pesar de que puede salvar vidas el trasplante de hígado es complicado, riesgoso y, aunque sea exitoso, está lleno de efectos secundarios, además de que, normalmente, el destinatario debe tomar medicamentos inmunosupresores de por vida para evitar el rechazo del órgano.

"Creemos que nuestro método será transferible a la clínica --auguró Peltz--. Y debido a que el nuevo tejido hepático se deriva de las propias células de una persona, no esperamos que se necesiten inmunosupresores". En 2006, investigadores japoneses desarrollaron otra manera de convertir células madre adiposas derivadas de la liposucción en células del hígado (i-HEPS inducidas por hepatocitos), pero el método se basa en la estimulación química, que requiere 30 días o más y es ineficiente al no producir suficiente material para la reconstitución hepática.


Con una técnica diferente, a la que Peltz se refiere como cultivo esférico, este experto y sus socios fueron capaces de lograr la conversión en nueve días, con una eficacia del 37 por ciento, en comparación con el rendimiento mucho más bajo obtenido con el método anterior (12 por ciento) o el uso de células iPS. Dan Xu, investigador postdoctoral y autor principal del estudio, adaptó la metodología de cultivo esférico de las células madre embrionarias tempranas.

En lugar de crecer en superficies planas en un plato de laboratorio, las células madre adiposas recogidas se cultivaron en una suspensión líquida en la que se forman esferoides. Cuando tuvieron suficientes células, los autores las pusieron a prueba mediante la inyección en ratones de laboratorio inmunodeficientes que aceptan injertos humanos.

Estos ratones fueron creados por bioingeniería en 2007, en una colaboración entre el laboratorio de Peltz y el coautor del estudio, Toshihiko Nishimura, y otros científicos del Instituto Central con sede en Tokio de los animales de experimentación.

Sólo el hígado de estos ratones contenía un gen adicional que convertiría el compuesto antiviral ganciclovir en una potente toxina pero cuando estos ratones se trataron con ganciclovir, sus células del hígado murieron rápidamente.

En este punto, los investigadores inyectaron 5 millones de i-HEPS en los hígados de los ratones. Cuatro semanas más tarde, los investigadores examinaron la sangre de los ratones y encontraron la presencia de una proteína (albúmina de suero humano) que sólo se produce por las células de hígado humano y ha demostrado ser un representante preciso del número de nuevas células hepáticas humanas en estos ratones experimentales.

La sangre de los ratones tenía niveles sustanciales de albúmina de suero humano, que casi se triplicaron en las siguientes cuatro semanas. Estos niveles sanguíneos se corresponden con la repoblación de aproximadamente entre el 10 y el 20 por ciento de los hígados predestruidos de los ratones por nuevo tejido hepático humano.

Estudios anteriores han mostrado sólo una minúscula producción de albúmina de suero humano, a lo sumo, en roedores que recibieron cantidades similares de i-HEPS químicamente inducidas.

Los análisis de sangre también revelaron que el nuevo tejido del hígado de los ratones estaba cumpliendo con su responsabilidad de filtración de residuos y el examen de los hígados mostró que las células trasplantadas se habían integrado en la superficie del hígado, expresando marcadores únicos para la maduración de hepatocitos humanos y múltiples estructuras de células requeridas para la formación del conducto biliar humano.

Otras pruebas indican que los cultivos de i-HEPS esféricas se parecían más a los hepatocitos humanos naturales que los i-HEPS producidos a partir de células iPS.

Es importante destacar que, dos meses después de la inyección de i-HEPS producidas por cultivo esférico, no hubo evidencia de la formación de tumores, mientras que en los roedores en los que las células iPS que formaron i-HEPS se desarrollaron múltiples tumores a las tres semanas.

Con 1.500 gramos, un hígado humano sano es más de 800 veces el tamaño del de un ratón y contiene alrededor de 200.000 millones de células. "Para tener éxito, hay que regenerar la mitad de las células del hígado dañado", explicó Peltz, añadiendo que con el cultivo esférico, cerca de mil millones de i-HEPS inyectables pueden ser producidas a partir de 1 litro de liposucción aspirado, fácilmente obtenido mediante un único procedimiento de liposucción. La replicación de las células que tiene lugar después de la inyección expande aún más ese número, a más de 100.000 millones de i-HEPS.

"Eso podría ser suficiente para sustituir a un trasplante de hígado humano", sentenció Peltz. La Oficina de Licencias de Tecnología de Stanford ha presentado una patente sobre el uso de la cultura esférica para la inducción de hepatocitos y el grupo de Peltz prepara las pruebas de seguridad en animales grandes. Salvo contratiempos, el nuevo método podría estar listo para los ensayos clínicos dentro de dos o tres años, según estimaciones de Peltz.

Células madre en "LA NOCHE TEMÁTICA"

lunes, 21 de octubre de 2013

Detallan minuto a minuto el reloj biológico de las células madre de la piel

Fuente: http://www.irbbarcelona.org/index.php/es/news/irb-news/scientific/scientists-disclose-minute-by-minute-details-of-the-biological-clock-of-skin-stem-cells


Nuestra piel se regenera a diario y tiene que enfrentarse a factores ambientales dañinos como la luz del sol o agentes patógenos. Investigadores liderados por el investigador ICREA Salvador Aznar Benitah, quien recientemente ha establecido su laboratorio en IRB, han descrito, en un artículo publicado en la revista Cell Stem Cell, cómo los ritmos circadianos (reloj biológico interno) modulan la función de las células madre de la piel humana para conseguir una regeneración óptima y protegerse de dichos agentes nocivos.

Así, en las horas de más exposición a agentes patógenos o a luz UV, las células madre de la piel humana se protegen de éstos. En cambio durante la tarde y la noche, se generan nuevos queratinocitos. Los queratinocitos son células muertas de las primeras capas de la piel, muy ricas en queratina, las cuales generan la barrera impermeable de la piel. Es durante la noche cuando las células madre regeneran el tejido y remplazan los queratinocitos dañados o que se hayan perdido durante el día.


El estudio se realizó en células madre sanas de la piel (Imagen: laboratorio de Aznar Benitah)



“Las células madre tienen unos genes que controlan el reloj biológico y que establecen picos de actividad e intervalos temporales a lo largo de las 24 horas del día. En este estudio, hemos detallado cómo las células consiguen saber qué hora del día es. Esta precisión permite que las células madre adapten su actividad a la hora del día y a sus características ambientales”, explica Salvador Aznar Benitah, que desarrolló este trabajo en el Centro de Regulación Genómica y lidera el laboratorio "Células Madre y Cáncer", en el IRB.

Aznar Benitah y sus colaboradores (entre los cuales, Eduard Batlle del IRB) ya descubrieron la importancia de los ritmos circadianos (nuestro reloj biológico interno) en la regulación de la actividad de las células madre de la piel en 2011. Entonces, ya fueron capaces de discriminar entre el día y la noche y, en esta ocasión, han conseguido llegar al detalle y estudiar las células madre minuto a minuto. “Ahora sabemos cómo las células saben qué hora es exactamente y cómo, gracias a esta información, regulan su actividad”, añade el investigador líder del trabajo.

El estudio también demuestra que un desequilibrio en este reloj biológico interno afecta profundamente al buen funcionamiento de las células madre, causando el envejecimiento del tejido y podría predisponer al cáncer de piel.




Artículo de referencia:

Human Epidermal Stem Cell Function is Regulated by Circadian Oscillations
Janich P, Toufighi K, Solanas G, Luis NM, Minkwitz S, Serrano L, Lehner B and Benitah SA.

Descubren el reloj biológico del ADN

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/10/21/ciencia/1382336983.html






Un estudio de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, revela un reloj biológico incrustado en nuestro genoma que puede arrojar luz sobre por qué nuestros cuerpos envejecen y cómo frenar el proceso. Publicados en la edición de 'Genome Biology', los hallazgos podrían ofrecer información valiosa sobre el cáncer y la investigación con células madre.


Mientras que estudios anteriores se han relacionado con la saliva, las hormonas y los telómeros, la nueva investigación es la primera en identificar un reloj interno capaz de medir con precisión la edad de diversos órganos, tejidos y tipos de células.

Inesperadamente, el reloj señala que algunas partes de la anatomía, como el tejido de los senos de una mujer, envejecen más rápido que el resto del cuerpo.

"Para luchar contra el envejecimiento, en primer lugar hay una forma objetiva de medirlo. Localizar el conjunto de biomarcadores que mantienen la hora en todo el cuerpo ha sido un desafío de cuatro años", explicó Steve Horvath, profesor de Genética Humana en la Escuela de Medicina de UCLA y de Bioestadística en la Escuela de Salud Pública Fielding de UCLA.

"Mi meta en la detección de este reloj es ayudar a los científicos a mejorar su comprensión de qué acelera y ralentiza el proceso de envejecimiento humano", destacó.

Para crear el reloj, Horvath se centró en la metilación, un proceso natural que altera químicamente el ADN. Este experto tamizó 121 conjuntos de datos previamente recogidos por los investigadores que han estudiado la metilación en los tejidos humanos sanos y cancerosos.

Recogiendo información de cerca de 8.000 muestras de 51 tipos de tejido y células de todo el cuerpo, trazó cómo la edad afecta a los niveles de metilación de ADN desde el prenacimiento a los 101 años.

Para identificar el reloj, se concentró en 353 marcadores que cambian con la edad y están presentes en todo el cuerpo. Horvath probó la eficacia del reloj mediante la comparación de la edad biológica de un tejido a su edad cronológica y, cuando el reloj resultó exacto en varias ocasiones, quedó muy contento pero también un poco aturdido.

"Es sorprendente que se pueda desarrollar un reloj que marca el tiempo con fiabilidad a través de la anatomía humana", admitió.

Si bien la mayoría de las edades de las muestras biológicas coincidieron con su edad cronológica, otras divergieron considerablemente. Por ejemplo, Horvath descubrió que las edades de tejido mamario de la mujer son más elevadas que las del resto de su cuerpo.

"El tejido mamario sano es de dos a tres años mayor que el resto del cuerpo de una mujer -cifró Horvath-. Si una mujer tiene cáncer de mama,el tejido sano cerca del tumor es de un promedio de 12 años más viejo que el del resto de su cuerpo". Los resultados podrían explicar por qué el cáncer de mama es el más común en las mujeres y también podría explicar por qué la edad es un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer en ambos sexos .

Horvath analizó también las células madre pluripotentes, células adultas que han sido reprogramadas a un estado de célula madre embrionaria, lo que les permite formar cualquier tipo de célula en el cuerpo y continuar dividiéndose indefinidamente.

"Mi investigación muestra que todas las células madre son recién nacidas", sentenció, agregando que el proceso de transformación de células de una persona en células madre pluripotentes reajusta el reloj de las células a cero.

En principio, el descubrimiento prueba que los científicos pueden retroceder el reloj biológico del cuerpo y restaurarlo a cero, pero, a su juicio, la gran pregunta es si el reloj biológico controla un proceso que conduce al envejecimiento. "Si es así, el reloj se convertirá en un biomarcador importante para el estudio de nuevos enfoques terapéuticos para mantenernos jóvenes", auguró este investigador.

Por último, Horvath descubrió que el ritmo del reloj se acelera o ralentiza en función de la edad de una persona. "El tic-tac del reloj no es constante -explicó-. Es mucho más rápido cuando nacemos y durante el crecimiento de los niños a adolescentes y luego disminuye a un ritmo constante al llegar a los 20".

En un hallazgo inesperado, las células de niños con progeria, una enfermedad genética que causa envejecimiento prematuro, parecían normales y reflejaban su verdadera edad cronológica. UCLA ha solicitado una patente provisional para el reloj de Horvath y sus siguientes estudios se centrarán en examinar si al parar el reloj del cuerpo se detiene el envejecimiento o aumenta el riesgo de cáncer.

viernes, 11 de octubre de 2013

Investigadores de la Universidad de Valencia descubren un mecanismo de mantenimiento de las células madre que impide su envejecimiento

Fuente: http://www.europapress.es/salud/noticia-innova-uv-descubre-mecanismo-mantenimiento-celulas-madre-impide-envejecimiento-20131008170506.html
http://www.uv.es/uvweb/universidad/es/listado-noticias/universitat-descubre-mecanismo-mantenimiento-celulas-madre-impide-envejecimiento-1285846070123/Noticia.html?id=1285892352217


Un equipo de investigadores de la Unidad de Neurobiología Molecular de la Universitat de València (UV) ha descubierto que un gen reprime la producción de células madre en el cerebro adulto, lo que evita el agotamiento de estas células, algo que sucede durante el envejecimiento, ha informado la institución académica en un comunicado.


Este trabajo ha sido publicado en la revista 'Nature Neuroscience' y sus resultados podrían arrojar luz sobre el mantenimiento de las células madre neurales y de su actividad para producir nuevas neuronas que impiden su envejecimiento.

El grupo ha descubierto que el gen Cdkn1a/p21 es esencial para mantener las células madre del cerebro activas y funcionales y que, por lo tanto, su ausencia provoca el agotamiento de estas células, empeora su funcionamiento y afecta a la generación de nuevas neuronas, al igual que sucede al final de nuestras vidas.

Las células madre necesitan p21 para replicarse a sí mismas de manera controlada, un gen supresor de tumores que regula la proliferación de las células madre neurales y que se cree que su inactivación daría lugar a tumores cerebrales.

Sin embargo, p21 funciona de manera diferente en células madre neurales y su ausencia no produce tumores, sino agotamiento de estas células, es decir, envejecimiento.

La catedrática de Biología Celular, Isabel Fariña, encargada de dirigir este trabajo, ha indicado que la razón de esto es que p21 "ejerce funciones en estas células que son independientes de su acción clásica sobre el ciclo celular", lo que aporta "uno de los aspectos novedosos del trabajo". "El trabajo nos permite comprender mejor cómo se pierden las células madre en nuestro cerebro cuando envejecemos y abre la posibilidad de que podamos intentar paliar ese deterioro", ha afirmado.



El equipo de Fariñas pertenece a la Unidad de Neurobiología Molecular del Departamento de Biología Celular y Parasitología y a la ERI de Biotecnología y Biomedicina de la Universitat, al Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) y a la RETIC de Terapia Celular, y es grupo Prometeo de excelencia.




Artículo de referencia:

Eva Porlan, José Manuel Morante-Redolat, María Ángeles Marqués-Torrejón, Celia Andreu-Agulló, Carmen Carneiro, Esther Gómez-Ibarlucea, Atenea Soto, Anxo Vidal, Sacri R. Ferrón, Isabel Fariñas.
Transcriptional repression of Bmp2 by cell cycle inhibitor p21 links quiescence to neural stem cell maintenance in the subependymal niche. 
Nature Neuroscience (2013) doi:10.1038/nn.3545

Terapias con células madre para animales

Fuente: http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2013/09/29/terapias-carta-animales/886495.html

La empresa gallega Centauri Biotech desarrolla con éxito tratamientos individualizados con células madre para caballos de alta competición y mascotas con lesiones articulares.

Hace poco más de un año, Luis Mariñas y tres socios más, todos ellos con una amplia experiencia investigadora en biología molecular y genética en organismos públicos, decidieron dar el salto al sector privado para poner en marcha Centauri Biotech, una empresa biotecnológica, con sede en Arteixo, que desarrolla tratamientos individualizados con células madre para caballos de alta competición y mascotas, fundamentalmente perros y gatos.


Luis Mariñas decidió un día dejar su puesto como investigador en organismos públicos para dar el salto al sector privado y poner en marcha, junto a otros tres socios, todos ellos doctores en Biología y con amplia experiencia investigadora en clínica humana, en campos como la biología molecular y la genética, Centauri Biotech, una empresa biotecnológica, con sede en Arteixo y poco más de un año de vida, que desarrolla terapias individualizadas con células madre para caballos de alta competición y mascotas, fundamentalmente perros y gatos, con las que tratan lesiones articulares y enfermedades osteoesqueléticas con un elevado grado de éxito.

"Utilizamos las células madre del propio animal para regenerar los tejidos y tratar, así, lesiones inflamatorias o degenerativas de tendones, ligamentos o articulaciones y fracturas complejas en caballos de alta competición, pero también dolencias osteoesqueléticas en perros y gatos, como artritis o artrosis, que prácticamente todos los animales van a sufrir con la edad y otras, como la displasia de codo, muy prevalente en determinadas razas caninas, como el pastor alemán o el golden retrevier", apunta Luis Mariñas, quien especifica que los clientes de Centauri Biotech se encuentran, sobre todo, en grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, en varios puntos de Andalucía y cada vez más, también, en el extranjero.

"Hay muy pocas empresas que aplican tratamientos con células madre, y están en Estados Unidos e Inglaterra. Somos, por tanto, pioneros en este campo, con una importante oportunidad de negocio en Latinoamérica, principalmente en Brasil y en Argentina, donde hay mucha cultura del caballo, con una gran afición a la hípica, al polo y al rodeo", señala.

Centauri Biotech trabaja con una red de veterinarios de clínicas universitarias y centros privados, a quienes forma para administrar sus tratamientos, que "no tienen contraindicaciones". "Uno de nuestros valores añadidos es que no somos veterinarios. Somos biólogos que ofrecemos un servicio a las clínicas veterinarias que nos lo solicitan", indica Mariñas. "Cuando nos llaman, pedimos a los veterinarios que extraigan una muestra del animal en cuestión de la que obtenemos células madre, las expandimos y, al cabo de unos quince días, que es lo que lleva el crecimiento y purificación de las células, se las enviamos en 24 horas, de nuevo, a los veterinarios para que se las inyecten", añade. Las células madre que se extraen a los animales se almacenan, además, en un biobanco, "por si fuese necesario recurrir a ellas" en el futuro.

Aunque Luis Mariñas reconoce que el tratamiento con células madre del propio animal no es barato, para mascotas como perros y gatos es "bastante asequible", matiza y asegura que el desembolso supone, a medio y largo plazo, una inversión.

"El tratamiento con células madre sustituye cirugías y largos periodos de recuperación con antiinflamatorios y antibióticos, una ventaja especialmente significativa en el caso de los caballos de alta competición, ya que en la hípica los plazos son muy importantes", subraya el socio fundador y responsable de I+D+i de Centauri Biotech, orgulloso del éxito logrado con sus terapias. "Tenemos casos de animales que llevan dos años en tratamiento y, de todos ellos, solo uno ha recaído", señala Mariñas.

Una eficacia que ya se ha traducido en varios reconocimientos para esta empresa con sede en la localidad coruñesa de Arteixo, como el primer premio nacional del Programa Biocampus de la Fundación Genoma España y la Fecyt o, más recientemente, la obtención de la medalla de plata (primer finalista) en la última edición del Premio Emprendedores XXI Galicia.

Una investigadora valenciana es premiada por su tesis sobre las células madre del bulbo olfatorio

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/1928698/0/

La investigadora valenciana Mireia Moreno Estellés ha sido galardonada con el II Premio Laia Acarin otorgado en la VI Reunión de la RedGlial Española (RGE) que se celebra en Oviedo dentro del 15 Congreso Español de la Sociedad Española de Neurociencia, por su tesis sobre las células madre del bulbo olfatorio, según ha informado el Instituto de Salud Carlos III en un comunicado. 


Moreno Estellés, que realizó la tesis doctoral premiada en el Instituto de Salud Carlos III, se doctoró en Neurociencias en la Universidad Autónoma de Madrid tras licenciarse en Biología y Bioquímica en la Universidad de Valencia. El galardón recibido distingue la mejor publicación de un investigador joven relacionada con células gliales aparecida en los últimos dos años siempre y cuando la investigación haya sido realizada en su mayor parte del trabajo experimental en un laboratorio español. 

La investigación, publicada en Stem Cells, es el resultado de la labor como investigadora predoctoral de Mireia Moreno Estellés en la Unidad de Neurobiología Molecular de la Unidad Funcional de Investigación en Enfermedades Crónicas del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) que dirige Helena Mira. Moreno, que en la actualidad está realizando una estancia en la Universidad de New York ha explicado que el objetivo general de su tesis fue "tratar de entender mejor la poca explorada fuente de células madre residente en el bulbo olfatorio y la identificación de moléculas de origen astroglial que regulan su comportamiento".

La conclusión de dicha investigación es que la actividad disminuida de las células madre del bulbo olfatorio se debía a la ausencia de un factor astroglial. Mireia Moreno estima que sus investigaciones podrían ayudar al desarrollo de protocolos que permitan neutralizar los posibles riegos de expansión no controlada de este tipo de células en el caso de su aplicación terapéutica. 

A fecha de hoy, uno de los problemas que plantea el empleo terapéutico de las células madre es su potencial de desarrollar tumores, por eso numerosas investigaciones persiguen encontrar la llave que permita un control efectivo sobre su desarrollo. La RGE fue fundada en 1997 por los neurocientíficos Manuel Nieto-Sampedro y Bernardo Castellano. En la actualidad la RGE agrupa alrededor de una cuarentena de grupos de investigación con más de un centenar de investigadores relacionados con las células gliales. 

El premio otorgado recuerda la figura de uno de sus miembros, Laia Acarin Pérez-Simó, profesora titular del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología e investigadora del Instituto de Neurociencias de la UAB, fallecida inesperadamente a los 41 años de edad a causa de la rápida evolución de un proceso tumoral. 

El estudio de las células gliales es uno de los temas que más interés han despertado en los últimos años dentro del campo de las Neurociencias. Las células gliales actúan como soporte trófico y metabólico para las neuronas y participan en el mantenimiento de la función cerebral en condiciones fisiológicas. Cada día aumentan las evidencias que indican que las células gliales juegan un papel crucial en los procesos de neurodegeneración y regeneración del sistema nervioso, estando implicadas en el origen y desarrollo de ciertas enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer, Parkinson o esclerosis múltiple.

jueves, 10 de octubre de 2013

Células madre amnióticas para tratar cardiopatías congénitas

Fuentes: http://www.abc.es/salud/noticias/prueban-celulas-madre-amnioticas-para-15957.html
http://www.europapress.es/salud/noticia-celulas-madre-amnioticas-prometedoras-ayudar-reparar-defectos-cardiacos-congenitos-20131009180812.html





Las células madre del líquido amniótico podrían convertirse en una alternativa válida a las células madre embrionarias para el tratamiento de los defectos cardiacos congénitos. Así lo asegura un equipo de la Universidad de Michigan (EE.UU.) que ha comenzado a probar esta vía con el fin de regenerar el tejido muscular de los bebés con defectos congénitos del corazón. Sus resultados, que se han presentado durante el Congreso del Colegio Americano de Cirujanos, aunque en fases muy iniciales, sugieren que este nuevo enfoque tiene el potencial de ayudar algún día a miles de bebés que nacen cada año con defectos congénitos del corazón.


Por lo general, se realiza una ecografía fetal a una mujer embarazada para saber el sexo de su bebé entre las 18 y 20 semanas de gestación. Sin embargo, cada año durante el embarazo o después del nacimiento, 40.000 mujeres descubren que sus bebés tienen defectos de nacimiento en su corazón, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses.

Los bebés con defectos congénitos del corazón pasan a menudo por múltiples operaciones cardiacas e incluso tienen que recibir un trasplante antes de su primer año de vida. Pero Shaun Kunisaki y su equipo creen que este nuevo método para regenerar tejido cardíaco defectuoso puede hacer innecesarias todas estas intervenciones. «Sabemos que las células del corazón del bebé están funcionando correctamente, pero su corazón no se ha desarrollado normalmente», señala Kunisaki. Por eso, dice, «tenemos que encontrar la fuente adecuada de nuevas células para reemplazar las células dañadas y generar nuevo tejido para aumentar el corazón dañado».


Y para hacer esto, hasta ahora las células madre embrionarias han demostrado el potencial para transformarse en células que dan lugar a distintos tipos de tejidos y de órganos, pero su uso es muy controvertido desde un punto de vista ético. Otra opción son las células madre de la médula ósea, aunque son difíciles de obtener de un feto. Y el trasplante de médula ósea de un donante conlleva casi el mismo riesgo que un trasplante de corazón, al tener que suprimir el sistema inmunológico del recién nacido para que su cuerpo no rechace las células extrañas. «Además, las células de médula ósea no están hechas para funcionar como células musculares del corazón, sino más bien para proteger contra la inflamación», matiza Kunisaki .

Por eso este equipo se ha fijado en las células madre amnióticas, que contienen la misma información genética que el feto. Por lo tanto, añade el investigador, este enfoque elimina la posibilidad de que el cuerpo del bebé recién nacido rechace las células. Y además, destaca Kunisaki, estas células son fáciles de obtener mediante la amniocentesis, una prueba genética prenatal convencional en la que el fluido se extrae del saco amniótico, que tiene un mínimo riesgo.



Los datos que ha presentado este equipo se refieren a 8 mujeres embarazadas. Los investigadores obtuvieron muestras de líquido amniótico de ocho mujeres embarazadas y de allí extrajeron un tipo de células llamadas células mesenquimales del estroma, que son el tipo más común de células en el líquido amniótico .

El siguiente paso fue transformar esas células en células madre pluripotentes inducidas con la composición genética exacta del feto. Este proceso implicaba reprogramar genéticamente las células para que fueran similares a las células madre embrionarias y lo suficientemente flexibles como para transformarse en cualquier célula en el cuerpo humano, como las del músculo cardiaco.

Después de tres semanas de cultivo celular, Kunisaki y su equipo observaron que las células madre amnióticas se transformaban en células del músculo cardíaco. El equipo confirmó que las células eran de hecho las células del corazón con una prueba de anticuerpos. Y, como señala el investigador, «podíamos ver cómo latían en las placas de cultivo».



En el futuro Kunisaki prevé poder transferir las células madre amnióticas a los bebés con defectos congénitos cardiacos después del parto. Explica que las células regenerarían el tejido dañado para desarrollar un corazón sano sin la necesidad de un trasplante.


Kunisaki piensa que lo ideal sería, una vez que se diagnostican los defectos cardiacos en la semana 20 de gestación, tener un plazo de cinco meses, más o menos, para generar células cardiacas que se utilizarían nada más nacer. El siguiente paso será hacer un ensayo en animales, para poder llegar a los humanos en el futuro.

Gene and stem cell therapy combination could aid wound healing

Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2013/10/131009132235.htm?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+sciencedaily+%28ScienceDaily%3A+Latest+Science+News%29


Johns Hopkins researchers, working with elderly mice, have determined that combining gene therapy with an extra boost of the same stem cells the body already uses to repair itself leads to faster healing of burns and greater blood flow to the site of the wound.



Their findings offer insight into why older people with burns fail to heal as well as younger patients, and how to potentially harness the power of the body's own bone marrow stem cells to reverse this age-related discrepancy.

"As we get older, it is harder for our wounds to heal," says John W. Harmon, M.D., a professor of surgery at the Johns Hopkins University School of Medicine, who will present his findings to the American College of Surgeons' Surgical Biology Club. "Our research suggests there may be a way to remedy that."

To heal burns or other wounds, stem cells from the bone marrow rush into action, homing to the wound where they can become blood vessels, skin and other reparative tissue. The migration and homing of the stem cells is organized by a protein called Hypoxia-Inducible Factor-1 (HIF-1). In older people, Harmon says, fewer of these stem cells are released from the bone marrow and there is a deficiency of HIF-1. The protein was first discovered about 15 years ago at Johns Hopkins by Gregg L. Semenza, M.D., Ph.D., one of Harmon's collaborators.

Harmon and his colleagues first attempted to boost the healing process in mice with burn wounds by increasing levels of HIF-1 using gene therapy, a process that included injecting the rodents with a better working copy of the gene that codes for the protein. That had worked to improve healing of wounds in diabetic animals, but the burn wound is particularly difficult to heal, and that approach was insufficient. So they supplemented the gene therapy by removing bone marrow from a young mouse and growing out the needed stem cells in the lab. When they had enough, they injected those supercharged cells back into the mice.

After 17 days, there were significantly more mice with completely healed burns in the group treated with the combination therapy than in the other groups, Harmon says. The animals that got the combination therapy also showed better blood flow and more blood vessels supplying the wounds.

Harmon says a wound treatment like this that uses a patient's own cells is promising because the patient would be less likely to reject them as they would cells from someone else. Meanwhile, he says, HIF-1 gene therapy has been safely used in humans with sudden lack of blood flow to a limb.

"It's not a stretch of the imagination to think this could someday be used in elderly people with burns or other difficult wounds," Harmon says.



Johns Hopkins researchers from the Department of Plastic and Reconstructive Surgery report that a type of stem cell found easily in fat cells and also in bone marrow promoted nerve regeneration in rats with paralyzing leg injuries and in some of the rodents that received hind-leg transplants.

The findings mark a step forward in understanding how mesenchymal stem cells (MSCs) may improve nerve regeneration after injury and limb transplant, while potentially minimizing the need for lifelong immunosuppression after reconstructive surgery to replace a lost limb, say study leaders W.P. Andrew Lee, M.D., and Gerald Brandacher, M.D. Such immunosuppressive drug therapy carries many unwanted side effects.

"Mesenchymal stem cells may be a promising add-on therapy to help damaged nerves regenerate," says John Pang, a medical student at the Johns Hopkins University School of Medicine, who is expected to present the findings. "We obviously need to learn much more, but we are encouraged by what we learned from these experiments."

MSCs most frequently become bone, cartilage and fat in the bodies of mammals, and researchers have been able to coax them in test tubes into becoming nerve cells and skin that lines blood vessels and tissue.

Notably, MSCs are not recognized by the body as foreign, making them less likely to trigger an immune system response or attack. Instead, these stem cells appear to secrete proteins that suppress the immune system in specific ways. Pang says it is those properties researchers hope to harness and use to not only regenerate nerve cells, but also to help transplant patients avoid immunosuppressant drugs.

The Johns Hopkins team notes that harvesting MSCs is a relatively simple procedure, because accessible stores are found in body fat. They can also be extracted from bone marrow, a slightly more complicated process.

The Johns Hopkins researchers experimented with three groups of rats: those whose femoral nerves were cut and repaired; those that received a hind-leg transplant from the same biological type of rat; and animals that received a transplant from a different type. Some rats had MSCs injected directly into the sciatic nerve, while others received them intravenously into the bloodstream.

After 16 weeks, the researchers say the rats with severed and repaired nerves treated with MSCs showed significant improvements in nerve regrowth and nerve signaling. Those with transplants from similar rats appeared to also show benefit. The rats whose transplants came from dissimilar rodent types -- the situation most similar to a human transplant from a cadaver -- rejected their new limbs.



Pang's collaborators on this research include Gabriel A. Brat, M.D.; Zuhaib Ibrahim, M.D.; Eric Wimmers, M.D.; Georg J. Furtmüller, M.D.; Lehao Wu, M.D.; Christoph Wallner, B.S.; Joani Christensen, B.A.; Johanna Grahammer, B.S.; Erin Rada, M.D.; Nance Yuan, B.S.; Alexandros Afthinos, B.S.; Mohammed Alrakan, M.D.; Michael Kimmelman, B.S.; Stefan Schneeberger, M.D.; and Damon Cooney, M.D., Ph.D.

martes, 8 de octubre de 2013

Más de 250.000 familias confían en el Grupo Cryo-Save para conservar las células madre del cordón umbilical

Fuente: http://www.europapress.es/salud/farmacia/noticia-mas-250000-familias-confia-grupo-cryo-save-conservar-celulas-madre-cordon-umbilical-20131007130016.html
http://noticias.lainformacion.com/salud/terapia/comunicado-en-el-ano-del-25-aniversario-del-primer-trasplante-de-sangre-de-cordon-umbilical-cryo-save-llega-a-las-250-000-muestras_PS4TgiiO5810BqtI78k1H/


Más de 250.000 familias, 55.000 de ellas españolas, han confiado la conservación de las células madre del cordón umbilical al Grupo Cryo-Save, lo que le convierte en el primero de Europa y el cuarto del mundo, con presencia en más de 40 países.


"Más de 250.000 familias han confiado en nosotros y nuestra capacidad para salvaguardar con total seguridad las células madre del cordón umbilical de sus hijos. Nos enorgullecemos de nuestro trabajo y hacemos todo lo que está en nuestra mano para superar las expectativas de nuestros clientes", ha afirmado la directora ejecutiva de la compañía, Evi Mattil.

La marca del grupo en España es Crio-Cord, que se ha convertido en líder en conservación, y ha sido pionera al ofrecer en el año 2009 la conservación de las células madre mesenquimales del tejido del cordón umbilical.

La directora general de Crio-Cord en España, Susana Esteban, ha destacado que 55.000 familias españolas conservan sus muestras con Crio-Cord. "Para todos los que trabajamos en Crio-Cord, alcanzar esta cifra representa la confianza y la seguridad que las familias tienen en nosotros y en la calidad de nuestros procesos. Por esa confianza seguimos trabajando con la máxima dedicación y compromiso", ha señalado.

El Grupo Cryo-Save, que comenzó a operar en el año 2000, tiene 5 bancos de conservación propios, ubicados en Bélgica, Alemania, India, Dubai y Sudáfrica. Las instalaciones del laboratorio de Bélgica, ubicado en Niel, y recientemente inaugurado, tienen 5.000 m2, está dotado con la última tecnología y tiene capacidad para conservar 1.000.000 de muestras. En este laboratorio se conservan las muestras de, entre otros países, España.


Evi Mattil, directora comercial de Cryo-Save y consejera delegada interina, afirmó: "Más de 250.000 familias han depositado su confianza en nosotros y en nuestra capacidad de asumir de manera segura y competente el cuidado de las células madre de sus hijos obtenidas de la sangre del cordón umbilical y, en muchos casos, también del tejido del cordón, sumando un total de más de 250.000 muestras completamente únicas y muy especiales. Nos sentimos muy orgullosos de nuestro trabajo y garantizamos que hacemos todo lo posible para superar las expectativas de nuestros clientes con el fin de maximizar las probabilidades de éxito clínico cuando éste sea necesario en el futuro. Nuestros esfuerzos continuos para aumentar la base de clientes de Cryo-Save son un motor esencial del plazo que nos hemos fijado para lograr el objetivo de regresar nuevamente a la rentabilidad a finales de año, y estamos progresando según lo planeado".

Sally Snyman, directora de laboratorio de Cryo-Save en Niel, Bélgica, dijo: "Todo el proceso, desde la recogida de la muestra pasando por el transporte, el procesamiento, la verificación, la congelación, el almacenamiento y la liberación para terapia, es altamente monitorizado y controlado. Cryo-Save es un Banco de Tejidos completamente autorizado en los Países Bajos, acreditado por AABB. Nuestras operaciones de laboratorio en Niel están autorizadas por las autoridades belgas, acreditadas por AABB, tienen certificación ISO 9001 y OMS-GMP, y superan con éxito las continuas inspecciones de autoridades competentes externas e independientes".

En la actualidad se tratan con células madre del cordón más de 70 enfermedades, la mayoría de ellas hematológicas, como leucemias, linfomas o anemias aplásicas, enfermedades graves que afectan a la producción de células sanguíneas. Cuando la médula ósea sufre algún trastorno en la producción de células sanguíneas, hay que realizar un trasplante para sustituir esa médula ósea dañada. En este campo es donde se ha demostrado una gran eficacia de las células madre de cordón.

A día de hoy, recuerdan, ya se han hecho más de 30.000 trasplantes en todo el mundo con células madre del cordón umbilical, que se ha convertido en una alternativa consolidada al trasplante de médula ósea. Además, se están llevando a cabo ensayos clínicos para tratar otras enfermedades como la diabetes, el infarto de miocardio, la parálisis cerebral o la esclerosis múltiple. Actualmente existen más de 4.000 estudios de investigación con células madre, 200 de ellos con células madre del cordón umbilical.