Científicos de la Nippon Dental University, en Japón, han descubierto que el compuesto oloroso responsable de la halitosis –también conocido como mal aliento– es ideal para la recolección de células madre extraídas de la pulpa dental humana. En un nuevo estudio, publicado en el ‘Journal of Breath Research’, los investigadores mostraron que el sulfuro de hidrógeno (H2S) incrementó la capacidad de las células madre adultas a diferenciarse en células hepáticas, siendo la primera vez que se producen células del hígado a partir de pulpa dental humana.
“Las células hepáticas así producidas resultaron ser de alta pureza, lo que significa que los pacientes sometidos al trasplante de estas células hepáticas pueden librarse de desarrollar teratomas o tumores, como puede ser el caso cuando se utilizan células madre de médula ósea“, afirma el autor principal del estudio, el doctor Ken Yaegaki.
En este estudio, Yaegaki y su equipo utilizaron células madre de la pulpa dental – la parte central del diente, formada por tejido conectivo y células- que se obtuvieron de dientes de pacientes que fueron sometidos a extracciones rutinarias de piezas dentales.
Una vez que las células estuvieron lo suficientemente preparadas, fueron separadas en dos tandas (una prueba y un control), e incubadas en una cámara de H2S.
Después de tres, seis y nueve días, se recogieron y analizaron las células para comprobar si se habían transformado, con éxito, en células del hígado. Para probar si las células se diferenciaron con éxito, bajo la influencia del H2S, los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas para buscar características propias de las células hepáticas.
Además de las observaciones físicas bajo el microscopio, los investigadores probaron la capacidad de la célula para almacenar glucógeno.
“Hasta ahora, nadie había desarrollado un protocolo para regenerar un número tan grande de células hepáticas para trasplantes humanos. En comparación con el método tradicional -que usa suero fetal bovino para producir las células- nuestro método es muy productivo y, lo más importante, seguro”, concluye Yaegaki.
El sulfuro de hidrógeno (H2S) tiene un olor característico a huevos podridos, y es producido por los tejidos de todo el cuerpo. Aunque su función exacta se desconoce, los investigadores creen que desempeña un papel clave en muchos procesos fisiológicos.
Fuente: Mallorcadiario, 28 de febrero 2012.
“Las células hepáticas así producidas resultaron ser de alta pureza, lo que significa que los pacientes sometidos al trasplante de estas células hepáticas pueden librarse de desarrollar teratomas o tumores, como puede ser el caso cuando se utilizan células madre de médula ósea“, afirma el autor principal del estudio, el doctor Ken Yaegaki.
En este estudio, Yaegaki y su equipo utilizaron células madre de la pulpa dental – la parte central del diente, formada por tejido conectivo y células- que se obtuvieron de dientes de pacientes que fueron sometidos a extracciones rutinarias de piezas dentales.
Una vez que las células estuvieron lo suficientemente preparadas, fueron separadas en dos tandas (una prueba y un control), e incubadas en una cámara de H2S.
Después de tres, seis y nueve días, se recogieron y analizaron las células para comprobar si se habían transformado, con éxito, en células del hígado. Para probar si las células se diferenciaron con éxito, bajo la influencia del H2S, los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas para buscar características propias de las células hepáticas.
Además de las observaciones físicas bajo el microscopio, los investigadores probaron la capacidad de la célula para almacenar glucógeno.
“Hasta ahora, nadie había desarrollado un protocolo para regenerar un número tan grande de células hepáticas para trasplantes humanos. En comparación con el método tradicional -que usa suero fetal bovino para producir las células- nuestro método es muy productivo y, lo más importante, seguro”, concluye Yaegaki.
El sulfuro de hidrógeno (H2S) tiene un olor característico a huevos podridos, y es producido por los tejidos de todo el cuerpo. Aunque su función exacta se desconoce, los investigadores creen que desempeña un papel clave en muchos procesos fisiológicos.
Fuente: Mallorcadiario, 28 de febrero 2012.
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