DOMINGO, 26 de febrero (HealthDay News) -- Investigadores informan que han aislado células madre de ovarios humanos adultos que pueden convertirse en óvulos maduros que podrían ser capaces de fertilización.
Los hallazgos de laboratorio, que refutan una longeva teoría científica, podrían potencialmente llevar a nuevas tecnologías reproductivas y posiblemente extender los años de fertilidad de una mujer.
Hace mucho que se piensa que las mujeres nacen con una cantidad de óvulos determinada para toda la vida, que se han acabado tras la menopausia. Pero un creciente cuerpo de investigación, que incluye un nuevo trabajo del Hospital General de Massachusetts (MGH), sugiere que la producción de óvulos podría continuar en la edad adulta. El estudio aparece en la edición de marzo de la revista Nature Medicine.
"Cincuenta años de pensamiento, en todos los aspectos de experimentos, de interpretación de resultados y de la gestión clínica de la función ovárica y la fertilidad en las mujeres se vieron dirigidos por una simple creencia que ahora resulta ser incorrecta", señaló el autor líder del estudio Jonathan Tilly, director del Centro Vincent de Biología Reproductiva del MGH. "La creencia era que la cantidad de óvulos al nacer era una entidad determinada que no podía renovarse".
El Dr. Avner Hershlag, jefe del Centro de Reproducción Humana del Sistema de Salud North Shore-LIJ en Manhasset, Nueva York, apuntó que el estudio es "emocionante", pero enfatizó que el trabajo es muy preliminar.
"Es experimental", apuntó Hershlag. "Es el inicio de algo que quizás pueda conllevar nuevas oportunidades, pero creo que falta mucho hasta que podamos contar clínicamente con óvulos humanos creados a partir de células madre y que produzcan bebés".
El mismo equipo del MGH provocó sensación en 2004 cuando publicó un artículo en Nature en que reportaba que hembras de ratón conservaban la capacidad de producir nuevos óvulos hasta edad bastante avanzada.
Tanto en ratones como en humanos, la gran mayoría de óvulos mueren a través de un proceso conocido como muerte celular programada o apoptosis, la forma en que el organismo elimina células innecesarias o dañadas. Para los humanos, ese proceso es dramático. Los fetos de sexo femenino tienen unos seis a siete millones de óvulos en la semana 20 de gestación, poco más de un millón al nacer, y unos 300,000 en la pubertad.
Al estudiar los óvulos y los folículos (las minúsculas bolsas donde las células madre se convierten en óvulos) de hembras de ratón, los investigadores del hospital descubrieron algo que no tenía sentido matemático.
La mayoría de investigaciones previas se habían enfocado en contar los óvulos sanos en los ovarios, y a partir de esto estimar cuántos habían muerto, apuntó Tilly. Pero su laboratorio lo observó desde el otro extremo, y se enfocó en la muerte celular.
"Hallamos que morían demasiados óvulos respecto a lo que podía explicarse mediante el cambio neto en el total de óvulos sanos", señaló Tilly. "Razonamos que quizás los científicos habían obviado algo". Se preguntaron si las células madre, o precursoras, repoblaban los ovarios con nuevos óvulos.
Inicialmente, los hallazgos fueron recibidos con escepticismo, según los autores del estudio, pero investigaciones posteriores cementaron las conclusiones.
Entre éstas se halló un estudio de un equipo chino en 2009, que apareció en la revista Nature Cell Biology, que aisló, purificó y cultivó células madre de ratonas adultas, y luego las introdujo en los ovarios de ratonas que habían sido esterilizadas. Eventualmente, las ratonas infértiles produjeron ovocitos maduros que fueron fertilizados y que se desarrollaron en crías sanas de ratón.
Sin embargo, faltaban estudios que mostraran que las mujeres tenían la misma capacidad que las ratonas.
En este estudio, el equipo de Tilly usó tejido de mujeres japonesas de 20 a 39 años con trastorno de identidad de género, a quienes se habían extirpado los ovarios como parte de la cirugía de reasignación sexual.
Los investigadores aislaron las células precursoras de los óvulos y les insertaron un gen de una medusa fluorescente con color verde, y luego insertaron las células tratadas en tejido ovárico humano extraído mediante biopsias. Entonces, trasplantaron el tejido humano en ratones. La fluorescencia verde permitió a los investigadores observar que las células madre generaban nuevos óvulos.
Tilly aseguró que el proceso tiene sentido evolutivo. "Si se considera desde una perspectiva evolutiva, los machos tienen células madre espermáticas que producen esperma continuamente. Dado que la propagación de la especie es tan importante, queremos asegurarnos de que se trata del mejor esperma, así que no queremos que el esperma esté ahí 60 años sin usarse", comentó. Desde una perspectiva evolutiva no tiene sentido que "las mujeres nazcan con todos los óvulos que tendrán para que estén ahí guardados", anotó.
Mientras tanto, Hershlag apuntó que todavía hay muchos obstáculos a vencer.
"En última instancia, en nuestro campo sólo cuenta una cosa, si se puede crear un óvulo que produzca un bebé sano", señaló.
Artículo por HealthDay,
FUENTES: Jonathan Tilly, Ph.D., director, Vincent Center for Reproductive Biology, Massachusetts General Hospital, Boston; Avner Hershlag, M.D., chief, Center for Human Reproduction, North Shore-LIJ Health System, Manhasset, N.Y.; Feb. 26, 2012, Nature Medicine, online
HealthDay
(c) Derechos de autor 2012, HealthDay
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_122359.html
Los hallazgos de laboratorio, que refutan una longeva teoría científica, podrían potencialmente llevar a nuevas tecnologías reproductivas y posiblemente extender los años de fertilidad de una mujer.
Hace mucho que se piensa que las mujeres nacen con una cantidad de óvulos determinada para toda la vida, que se han acabado tras la menopausia. Pero un creciente cuerpo de investigación, que incluye un nuevo trabajo del Hospital General de Massachusetts (MGH), sugiere que la producción de óvulos podría continuar en la edad adulta. El estudio aparece en la edición de marzo de la revista Nature Medicine.
"Cincuenta años de pensamiento, en todos los aspectos de experimentos, de interpretación de resultados y de la gestión clínica de la función ovárica y la fertilidad en las mujeres se vieron dirigidos por una simple creencia que ahora resulta ser incorrecta", señaló el autor líder del estudio Jonathan Tilly, director del Centro Vincent de Biología Reproductiva del MGH. "La creencia era que la cantidad de óvulos al nacer era una entidad determinada que no podía renovarse".
El Dr. Avner Hershlag, jefe del Centro de Reproducción Humana del Sistema de Salud North Shore-LIJ en Manhasset, Nueva York, apuntó que el estudio es "emocionante", pero enfatizó que el trabajo es muy preliminar.
"Es experimental", apuntó Hershlag. "Es el inicio de algo que quizás pueda conllevar nuevas oportunidades, pero creo que falta mucho hasta que podamos contar clínicamente con óvulos humanos creados a partir de células madre y que produzcan bebés".
El mismo equipo del MGH provocó sensación en 2004 cuando publicó un artículo en Nature en que reportaba que hembras de ratón conservaban la capacidad de producir nuevos óvulos hasta edad bastante avanzada.
Tanto en ratones como en humanos, la gran mayoría de óvulos mueren a través de un proceso conocido como muerte celular programada o apoptosis, la forma en que el organismo elimina células innecesarias o dañadas. Para los humanos, ese proceso es dramático. Los fetos de sexo femenino tienen unos seis a siete millones de óvulos en la semana 20 de gestación, poco más de un millón al nacer, y unos 300,000 en la pubertad.
Al estudiar los óvulos y los folículos (las minúsculas bolsas donde las células madre se convierten en óvulos) de hembras de ratón, los investigadores del hospital descubrieron algo que no tenía sentido matemático.
La mayoría de investigaciones previas se habían enfocado en contar los óvulos sanos en los ovarios, y a partir de esto estimar cuántos habían muerto, apuntó Tilly. Pero su laboratorio lo observó desde el otro extremo, y se enfocó en la muerte celular.
"Hallamos que morían demasiados óvulos respecto a lo que podía explicarse mediante el cambio neto en el total de óvulos sanos", señaló Tilly. "Razonamos que quizás los científicos habían obviado algo". Se preguntaron si las células madre, o precursoras, repoblaban los ovarios con nuevos óvulos.
Inicialmente, los hallazgos fueron recibidos con escepticismo, según los autores del estudio, pero investigaciones posteriores cementaron las conclusiones.
Entre éstas se halló un estudio de un equipo chino en 2009, que apareció en la revista Nature Cell Biology, que aisló, purificó y cultivó células madre de ratonas adultas, y luego las introdujo en los ovarios de ratonas que habían sido esterilizadas. Eventualmente, las ratonas infértiles produjeron ovocitos maduros que fueron fertilizados y que se desarrollaron en crías sanas de ratón.
Sin embargo, faltaban estudios que mostraran que las mujeres tenían la misma capacidad que las ratonas.
En este estudio, el equipo de Tilly usó tejido de mujeres japonesas de 20 a 39 años con trastorno de identidad de género, a quienes se habían extirpado los ovarios como parte de la cirugía de reasignación sexual.
Los investigadores aislaron las células precursoras de los óvulos y les insertaron un gen de una medusa fluorescente con color verde, y luego insertaron las células tratadas en tejido ovárico humano extraído mediante biopsias. Entonces, trasplantaron el tejido humano en ratones. La fluorescencia verde permitió a los investigadores observar que las células madre generaban nuevos óvulos.
Tilly aseguró que el proceso tiene sentido evolutivo. "Si se considera desde una perspectiva evolutiva, los machos tienen células madre espermáticas que producen esperma continuamente. Dado que la propagación de la especie es tan importante, queremos asegurarnos de que se trata del mejor esperma, así que no queremos que el esperma esté ahí 60 años sin usarse", comentó. Desde una perspectiva evolutiva no tiene sentido que "las mujeres nazcan con todos los óvulos que tendrán para que estén ahí guardados", anotó.
Mientras tanto, Hershlag apuntó que todavía hay muchos obstáculos a vencer.
"En última instancia, en nuestro campo sólo cuenta una cosa, si se puede crear un óvulo que produzca un bebé sano", señaló.
Artículo por HealthDay,
FUENTES: Jonathan Tilly, Ph.D., director, Vincent Center for Reproductive Biology, Massachusetts General Hospital, Boston; Avner Hershlag, M.D., chief, Center for Human Reproduction, North Shore-LIJ Health System, Manhasset, N.Y.; Feb. 26, 2012, Nature Medicine, online
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(c) Derechos de autor 2012, HealthDay
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