domingo, 19 de enero de 2014

La falta de oxígeno activa las células madre del cuerpo carotídeo y provoca la hipertrofia del mismo

Fuente: http://www.lavanguardia.com/local/sevilla/20140116/54399185969/la-falta-de-oxigeno-activa-las-celulas-madre-del-cuerpo-carotideo-y-provoca-la-hipertrofia-del-mismo.html


La falta de oxígeno activa las células madre del cuerpo carotídeo y provoca la hipertrofia del mismo, según ha mostrado un grupo de investigadores liderados por José López-Barneo y Ricardo Pardal, miembros del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) y del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned).

El estudio, publicado en la revista 'Cell', ha analizado el efecto que provoca la hipoxemia (falta de oxígeno) en las células madre o progenitoras del cuerpo carotídeo adulto, uno de los pocos órganos del sistema nervioso periférico que tiene células madre.

De hecho, según la investigación, la falta de oxígeno activa las células madre en estado de quiescencia (dormidas) provocando su proliferación y su conversión en células maduras diferenciadas, obteniendo como resultado nuevas neuronas que estimulan al centro respiratorio para incrementar la respiración e intentar compensar dicha carencia de oxígeno en la sangre.

En concreto, el artículo parte de la base de que algunos tejidos adultos, incluido el cerebro, contienen células madre que se mantienen inactivadas y, cuando es necesario, éstas proliferan y se convierten en células maduras diferenciadas según las necesidades del cuerpo. Sin embargo, se desconoce la forma en la que las células madre dormidas son informadas de las demandas funcionales e instruidas para que se "despierten" y comiencen a producir nuevas células maduras.

Ante esto, la investigación describe dicho mecanismo, en el caso de las células madre o progenitoras del cuerpo carotídeo adulto, mostrando cómo las células glómicas (células neuronales maduras), sensibles a la presencia o ausencia de oxígeno y presentes en el cuerpo carotídeo, secretan neurotransmisores en respuesta a la hipoxia (principalmente un péptido denominado endotelina) estableciendo abundantes contactos sinápticos con las células madre, induciendo su proliferación y el consiguiente crecimiento del cuerpo carotídeo.

La demostración de que las células glómicas no sólo activan el centro respiratorio, sino que también inducen la hipertrofia del cuerpo carotídeo, necesaria para su adaptación a la hipoxemia crónica, tiene, a juicio de los expertos, un "importante valor" para la neurociencia. Y es que, prosiguen, ayuda a entender la regulación de la neurogénesis y permite avanzar en la comprension y el tratamiento de la falta de oxígeno en el cuerpo, una situación que afecta los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas o a aquellos que viajan habitualmente a grandes alturas.

La investigación se ha dirigido desde el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), conformado por la Universidad de Sevilla, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las Consejerías de Salud y de Economía e Innovación de la Junta de Andalucía. Además, se ha realizado en colaboración con el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia. Los investigadores son además miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned).




Referencia bibliográfica:

Las células madre del corazón regeneran el tejido cardiaco

Fuente: http://noticiasdelaciencia.com/not/9325/las_celulas_madre_del_corazon_capaces_de_regenerar_tejido_cardiaco/es/



Algunos vertebrados parecen haber encontrado la fuente de la juventud en lo que se refiere a su corazón. En muchos anfibios y peces, por ejemplo, este importante órgano tiene una capacidad notable para la regeneración y la autocuración, tal como se ha comprobado en diversas investigaciones previas, entre ellas la realizada años atrás sobre los tritones por el equipo de Thomas Braun del Instituto Max Planck para la Investigación Cardíaca y Pulmonar en Bad Nauheim, Alemania ("Cómo los Tritones Reconstruyen Su Corazón", http://www.amazings.com/ciencia/noticias/120107c.html).

En los casos más destacados de especies con dicha capacidad regeneradora, ésta se ha perfeccionado a tal punto de que pueden reparar por completo los daños sufridos por el tejido cardíaco, manteniendo así al órgano totalmente operativo.

La situación es diferente en los mamíferos, cuyos corazones tienen una muy baja capacidad regenerativa. Según el criterio común que ha prevalecido hasta no hace mucho tiempo, la razón de este déficit es que las células musculares del corazón en los mamíferos cesan de dividirse poco después del nacimiento. También se suponía que el corazón de los mamíferos no tiene células madre que puedan utilizarse para formar nuevas células de músculo cardiaco. Sin embargo, en la actualidad se sabe que las células musculares viejas también son reemplazadas en el corazón de los mamíferos, aunque a una tasa muy baja: Los expertos calculan que solo entre el 1 y el 4 por ciento de las células musculares cardiacas son reemplazadas cada año.

Ahora, el grupo de investigación de Thomas Braun en el Instituto Max Planck para la Investigación Cardíaca y Pulmonar ha identificado una población de células madre que es la responsable de esta regeneración.

Esta imagen obtenida mediante un microscopio de fluorescencia muestra una sección del tejido del corazón de un ratón. La coloración verde de las células en la zona central denota que dichas células se originaron a partir de células madre Sca1. (Imagen: © Instituto Max Planck para la Investigación Cardiaca y Pulmonar)



Crecen por tanto las esperanzas de que en el futuro sea posible estimular la capacidad de autorregeneración de tejidos cardiacos en los pacientes con enfermedades y trastornos de músculo cardiaco, de tal modo que ello se traduzca en nuevos y eficaces tratamientos para sus dolencias.


Los autores del nuevo estudio han determinado que las células madre Sca1 en el corazón sano intervienen en la reposición continua de células musculares cardíacas. Las células Sca-1 incrementan su actividad si el corazón ha sufrido algún daño, formándose significativamente más células musculares cardiacas.

Dado que, en comparación con la gran cantidad de células de músculo cardiaco, las células Sca-1 representan sólo una pequeña proporción del total, encontrarlas es como buscar una aguja en un pajar.

Lo descubierto por el equipo de Braun y Shizuka Uchida muestra que, en principio, el corazón de los mamíferos es capaz de activar procesos de renovación y regeneración, y que, aunque en circunstancias normales, estos procesos no dan abasto para reparar daños cardíacos de cierta magnitud, existe la posibilidad de que los científicos encuentren un modo de reforzar estos procesos, mejorando así la formación de nuevas células de músculo cardiaco y aumentando en definitiva la capacidad de autocuración del corazón.




sábado, 18 de enero de 2014

Hospitales andaluces lideran un ensayo con células madres en terapias avanzadas de incontinencia fecal

Fuente: http://www.europapress.es/salud/asistencia/noticia-hospitales-andaluces-lideran-ensayo-celulas-madres-terapias-avanzadas-incontinencia-fecal-20140117182709.html


La Unidad de Coloproctología del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva ha liderado, junto al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, un estudio cuyo objetivo es evaluar la seguridad y eficacia del tratamiento regenerativo con células madre mesenquimales de tejido adiposo (grasa), administradas por vía intralesional --en la zona de la lesión--, en pacientes con incontinencia fecal.

Para llevarlo a cabo se cuenta con las salas de producción celular del Hospital Regional de Málaga, integradas en la estructura de investigación del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), siendo el primer ensayo clínico que se ha autorizado en sus dependencias para fabricar medicamentos de uso humano en investigación en terapias avanzadas, según ha informado la Junta en una nota.

Los investigadores principales de este ensayo clínico son dos cirujanos de las unidades de Coloproctología del Hospital Juan Ramón Jiménez, Ricardo Rada, y del Virgen del Rocío, Fernando de la Portilla. El proyecto, iniciado a finales de 2013, cuenta con el apoyo de la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud, habiendo sido financiado con un importe cercano a los 60.000 euros por la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.



Las 16 personas seleccionadas para participar en el ensayo proceden de ambos centros hospitalarios y es en ellos donde se realiza la extracción de tejido adiposo. Así, en quirófano y bajo anestesia local, los cirujanos obtienen las células mesenquimales del tejido adiposo de cada uno de los pacientes del ensayo clínico, mediante la resección de unos 100 gramos de tejido adiposo de la pared abdominal. Este tejido se traslada posteriormente a las salas de producción celular de Málaga para iniciar el proceso de fabricación de células madre.

Las salas de producción celular --también llamadas salas blancas o GMP de las siglas en inglés Good Manufacturing Practices-- tienen que producir, a partir de tejido adiposo de los propios pacientes, 40 millones de células para cada uno. En total, las salas fabricarán 640 millones de células que una vez procesadas se administrarán a estos pacientes.

Una vez finalizado el estudio, en unos dos años, se podrán analizar las diferencias entre los pacientes que han recibido las células y aquellos que no las han recibido (grupo placebo), asimismo, y una vez finalizada la infusión a los pacientes del grupo experimental, se les inyectarán las células madre mesenquimales de tejido adiposo a los pacientes que pertenecen al grupo placebo.


La incontinencia fecal es la incapacidad para retener los gases y/o el material fecal. La causa más frecuente es el daño directo del esfínter anal tras el parto o después de un procedimiento quirúrgico sobre la zona anal.

Se estima que entre el uno y el 7,4 por ciento de la población general, y hasta un 25 por ciento en ancianos, pueden padecerla. Actualmente, los resultados a largo plazo de la reparación quirúrgica no son todo lo buenos que cabría esperar, de manera que las tasas de curación disminuyen de forma progresiva a partir de los diez años tras la cirugía, no existiendo hoy en día un tratamiento satisfactorio para estos pacientes.

Tanto los estudios preclínicos como clínicos en incontinencia urinaria --que presenta grandes similitudes con la fecal-- y los preclínicos en incontinencia fecal, hacen pensar que las células madre mesenquimales de tejido adiposo pueden ser adecuadas para el tratamiento de los pacientes con incontinencia fecal por daño del complejo esfinteriano; ya que al menos de forma teórica se podría recuperar el tejido fibroso periesfinteriano, restituir el músculo y regenerar las vías nerviosas dañadas.

Stem cell replacement for frequent age-related blindness

Fuente: http://www.alphagalileo.org/ViewItem.aspx?ItemId=137943&CultureCode=en


Age-related macular degeneration (AMD) is the most frequent cause of blindness. Scientists at the Department of Ophthalmology at the Bonn University Hospital and from the Neural Stem Cell Institute in New York (USA) have developed a method for using stem cells to replace cells in the eye destroyed by AMD. The implants survived in rabbit eyes for several weeks. Additional research is needed for clinical application. The results are now presented in the journal “Stem Cell Reports”.

About four and a half million people in Germany suffer from age-related macular degeneration (AMD). It is associated with a gradual loss of visual acuity and the ability to read or drive a car can be lost. The center of the field of vision is blurry, as if covered by a veil. This is caused by damage to a cell layer under the retina, known as the retinal pigment epithelium (RPE). It coordinates the metabolism and function of the sensory cells in the eye. Inflammatory processes in this layer are associated with AMD and “metabolic waste” is less efficiently recycled. To date, there is no cure for AMD; treatments can only relieve the symptoms.

Scientists from the Bonn University Department of Ophthalmology, together with researchers in New York (USA), have now tested a new method in rabbits by which the damaged RPE cells in AMD may be replaced. The researchers implanted different RPEs which were obtained, among others, from stem cells from adult human donors. “These cells have now been used for the first time in research for transplantation purposes,” says lead author Dr. Boris V. Stanzel from the Department of Ophthalmology at the University of Bonn. The discovery and characterization of the adult RPE stem cells was performed in the group of Prof. Sally Temple and Dr. Jeffrey Stern from the Neural Stem Cell Institute (NSCI) in New York, USA. Dr. Timothy Blenkinsop at NSCI pioneered methods to grow them to closely resemble true RPE.



The implantation techniques for the new method were developed by researchers working with Dr. Stanzel from the Department of Ophthalmology at the University of Bonn. They allowed the stem cell derived RPE to grow on small polyester discs, thus yielding a thin cell layer. The researchers implanted this human RPE monolayer in rabbits under the retina. “Our research group developed special instruments to implant the replacement cells can under the retina,” reports Dr. Stanzel. After four days, the researchers used tomographic methods to check whether the replacement cells had integrated into the surrounding cell layers. “The implanted cells were alive,” reports the researcher at the Department of Ophthalmology at the University of Bonn. “That is a clear indication that they have joined with the surrounding cells.” After one week, the implanted cell layer was still stable. Even after four weeks, tissue examinations showed that the transplant was intact.



“The results from the experiments prove that retinal pigment epithelial cells obtained from adult stem cells have the potential to replace cells destroyed by age-related macular degeneration,” summarizes Dr. Stanzel. Moreover, using the newly developed basic method, it will be possible in the future to test which stem cell lines are suitable for transplantation in the eye. “However, clinical application is still far away,” says Dr. Stanzel. More research is needed.




Reference:

Human RPE stem cells grown into Polarized RPE Monolayers on a Polyester Matrix are Maintained after grafting into Rabbit Subretinal Space, Journal “Stem Cell Reports”, DOI: 10.1016/j.stemcr.2013.11.005

Nueva forma de cultivar células madre intestinales

Fuente: http://noticiasdelaciencia.com/not/9260/nueva_forma_de_cultivar_celulas_madre_intestinales/es/


Se ha descrito un método que permite hacer crecer cantidades ilimitadas de células madre intestinales, y luego estimularlas para que se conviertan en poblaciones casi puras de diferentes tipos de células intestinales maduras. Usando estas células, los científicos podrían desarrollar y evaluar nuevos fármacos para tratar enfermedades como la colitis ulcerosa.

El intestino delgado, al igual que la mayoría de los demás tejidos del cuerpo, tiene una pequeña reserva de células madre adultas inmaduras que pueden diferenciarse en tipos de células más maduras y especializadas. Hasta ahora, se ha carecido de una buena manera de hacer crecer grandes cantidades de estas células madre, ya que sólo permanecen en estado inmaduro mientras están en contacto con un tipo de células de soporte llamadas células de Paneth.

Unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, y del BWH (Brigham and Women's Hospital) en Boston, en Estados Unidos ambas entidades, han descubierto un modo de reemplazar las células de Paneth con dos moléculas pequeñas que dan soporte a las células madre y estimulan su proliferación. Las células madre cultivadas en una placa de laboratorio que contenga estas moléculas pueden permanecer por tiempo indefinido en estado inmaduro. Añadiendo otras moléculas, incluyendo inhibidores y activadores, los investigadores pueden controlar en qué tipos de células finalmente se convierten.


Células madre puras inducidas a diferenciarse en células de Goblet, que aparecen de color rojo. (Foto: MIT)




"Ésta es la primera vez que se logra esto", subraya Robert Langer, uno de los autores de la investigación.

Tal como argumenta Langer, el logro alcanzado en este nuevo estudio abre la puerta a todo tipo de aplicaciones, que van desde probar con más facilidad, rapidez y fiabilidad la seguridad y la eficacia de fármacos, hasta crear algún día un intestino nuevo para pacientes con enfermedades intestinales.

En la investigación también han participado Jeffrey Karp, de la Escuela Médica de Harvard y el BWH, así como Xiaolei Yin, del Instituto Koch (dependiente del MIT) y del BWH.




viernes, 17 de enero de 2014

Brittle-bone babies helped by fetal stem cell grafts

Fuente: http://www.alphagalileo.es/ViewItem.aspx?ItemId=137479&CultureCode=en


Osteogeneis imperfecta (OI) is a congenital bone disease that causes stunted growth and repeated, painful fracturing. Ultrasound scans can reveal fractures already in the fetus, and now an international team of researchers from Sweden, Singapore and Taiwan have treated two babies in utero by injecting bone-forming stem cells. The longitudinal results of the treatment are published in the journal Stem Cells Translational Medicine.

The babies were treated with mesenchymal stem cells, connective tissue cells that can form and improve bone tissue. The stem cells were extracted from the livers of donors and although they were completely unmatched genetically, there was no rejection and the transplanted cells were accepted as self.

Back in 2005, a paper was published from Karolinska Institutet in Sweden describing how stem cells were given to a female fetus. The present study describes how the girl suffered a large number of fractures and developed scoliosis up to the age of eight, whereupon the researchers decided to give her a fresh stem cell graft from the same donor. For the next two years the girl suffered no new fractures and improved her growth rate. Today she takes dance lessons and participates more in PE at school.

Another unborn baby with OI, a girl from Taiwan, was also given stem cell transplantation by the Karolinska Institutet team and their colleagues from Singapore. The girl subsequently followed a normal and fracture-free growth trajectory until the age of one, when it levelled off. She was given a fresh stem cell treatment and her growth resumed. The girl started to walk and has since not suffered any new fractures. Today she is four years old.

“We believe that the stem cells have helped to relieve the disease since none of the children broke bones for a period following the grafts, and both increased their growth rate,” says study leader Dr Cecilia Götherström, researcher at Karolinska Institutet’s Department of Clinical Sciences, Intervention and Technology. “Today, the children are doing much better than if the transplantations had not been given. OI is a very rare disease and lacks effective treatment, and a combined international effort is needed to examine whether stem cell grafts can alleviate the disease.”

The researchers have also identified a patient, a boy from Canada, who was born with OI caused by exactly the same mutation as the Swedish girl had. The boy was not given stem cell therapy and was born with severe and widespread bone damage, including numerous fractures and kyphosis of the thoracic vertebrae, which causes such over-curvature of the spine that it impairs breathing. The boy died of pneumonia within his first 5 months.

Participating institutions in Singapore have been the National University Hospital, and the KK Women’s and Children’s Hospital. Collaborating partner of Taiwan was the Chang Gung Memorial Hospital in Linkou. Researchers of several universities and hospitals in Sweden, Canada and the USA also took part in the work. The study was financed with a grant from the Swedish Society for Medical Research, and two of the participating researchers received a salary from the Singaporean Ministry of Health.




Karolinska Institutet - a medical university: http://ki.se/english




Reference:


‘Pre and postnatal transplantation of fetal mesenchymal stem cells in osteogenesis imperfecta: a two-center experience’
Cecilia Götherström, Magnus Westgren, S W Steven Shaw, Eva Åström, Arijit Biswas, Peter H Byers, Citra N Z Mattar, Gail E Graham, Jahan Taslimi, Uwe Ewald, Nicholas M Fisk, Allen E J Yeoh, Ju-Li Lin, Po-Jen Cheng, Mahesh Choolani, Katarina Le Blanc and Jerry K Y Chan,
Stem Cells Translational Medicine, advance online publication 16 December 2013

miércoles, 15 de enero de 2014

El investigador Juan Carlos Izpisúa abandona la ciencia en España

Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/14/actualidad/1389732327_440612.html


Juan Carlos Izpisúa en el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona. 




El director —y alma— del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), Juan Carlos Izpisúa, ha dimitido ante la falta de apoyos financieros y políticos de los que hasta ahora habían sido sus grandes valedores públicos, la Generalitat de Cataluña y el Gobierno español, según fuentes cercanas al investigador. La marcha del científico no supone el cierre inmediato del centro, pero lo vacía de contenido, pues 18 de sus 21 proyectos científicos son propiedad intelectual de Izpisúa, y se los va a llevar con él. En su corta vida, el CMRB ha publicado más de 200 papers (artículos técnicos), incluidos algunos de los hitos del emergente campo de la medicina regenerativa. España pierde a un líder mundial de la investigación con células madre.

Las dos Administraciones implicadas —la catalana y la central— aportan 1,5 millones anuales al centro, que se dedican al alquiler y mantenimiento del edificio, y por tanto revierten en su mayor parte a la propia Generalitat, propietaria del inmueble. Esas inversiones se mantendrán provisionalmente —ningún político quiere ser recordado por el cierre de un centro científico—, pero su destino es muy incierto tras la pérdida de 18 de sus 21 proyectos.

Los detalles de la negociación entre Izpisúa y el patronato del centro —con representantes de dos consejerías catalanas y dos ministerios— indican que la intención de las dos Administraciones es reorientar esas instalaciones hacia otros fines. El patronato ha contratado al investigador Ángel Raya, un antiguo posdoc de Izpisúa, para dirigir ese proceso hacia un renovado CMRB.




Los fondos para la investigación propiamente dicha son una cuestión totalmente distinta: se otorgan por una variedad de instituciones internacionales, incluidas las españolas, que se dedican a evaluar los proyectos de investigación y decidir sobre la conveniencia de financiarlos. Eran de 1,8 millones anuales, y en su mayoría desaparecerán de inmediato del centro para irse con Izpisúa a alguna otra parte.

Termina así la historia —o al menos la historia tal como la conocíamos— de un centro creado en 2004 a la medida de Izpisúa, uno de los científicos más avanzados del planeta en el campo, entonces incipiente, de la medicina regenerativa basada en células madre embrionarias.

Fuentes de la comunidad científica catalana achacan lo ocurrido a “los recortes, la mediocridad política y la falta de sintonía con Madrid”. E indican que el presidente Mas recibió al científico hace un año y medio y dijo que pondría todos los medios a su disposición.

Desde un punto de vista científico, en cualquier caso, la breve trayectoria del centro dirigido por Izpisúa solo puede describirse como una brillante historia de éxito. Los científicos del CMRB han hecho contribuciones relevantes al desarrollo de las células madre iPS —tan versátiles como las embrionarias, pero obtenidas retrasando el reloj de vulgares células de la piel o el pelo—, y hace solo unos meses crearon minirriñones humanos con células madre. Esta investigación ha sido destacada por la revista Science como uno de los 10 hitos científicos de 2013, junto a la generación de minicerebros y yemas de hígado. No es el fracaso científico lo que ha hecho caer en desgracia al centro.




“La investigación en el centro ha dado buenos frutos”, reconoce el director general de Planificación e Investigación en Salud de la Generalitat, Carles Constante, representante de la Administración catalana en el patronato del CMRB, que se reunió el lunes; “pero ahora vemos una fase diferente, más enfocada en la traslacionalidad”. La medicina traslacional es el nexo entre la investigación básica en biomedicina y sus aplicaciones clínicas. El CMRB ha hecho desde su creación investigación básica.

“En investigación los cambios son más habituales que en otros sectores”, se justifica Constante. “La dirección quedará en manos de Ángel Raya, un científico de primer nivel mundial en este campo, y el centro no se cierra; ha sido un acuerdo entre las partes (las Administraciones central y catalana), y no ha habido ninguna división”. El director general enfatiza: “Estamos comprometidos con la medicina regenerativa y creemos que es un terreno importante, pero ahora apostamos por un enfoque diferente”.

Los dirigentes de la Administración central más directamente implicados en la gestión del CMRB son Toni Andreu, director del Instituto Carlos III del Ministerio de Sanidad, y Carmen Vela, secretaria de Estado de Investigación del Ministerio de Economía. Estos dos departamentos declinaron ayer hacer comentarios sobre la dimisión de Izpisúa. Sanidad adujo que la situación del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona es un asunto interno de la Generalitat, pese a que la financiación del centro es conjunta, y a que estos dos ministerios no han retirado sus aportaciones al centro. Sanidad aseguró que su presupuesto para investigación sanitaria —casi 100 millones de euros— se destina al Carlos III, que es quien lo reparte.



Según fuentes cercanas a la negociación —que se ha prolongado durante meses—, la iniciativa de prescindir de Izpisúa partió de la Generalitat, aunque el Gobierno central tampoco ha hecho nada por evitarlo. La forma en que el patronato del CMRB comunicó al científico la nueva política, hace ya unos meses, fue como un indeseable efecto de los recortes: que la Administración no estaba en condiciones de seguir financiando el centro “con los niveles de calidad exigidos” por el científico.

Que la aportación de las Administraciones consista en 1,5 millones, que estos sean en su mayor parte para el alquiler del edificio, y que esas inversiones se vayan a mantener con el mismo propósito (pagar el alquiler) tras la marcha de Izpisúa no parece cuadrar con esa teoría del austericidio.

Varias fuentes han revelado que a finales del año pasado hubo un intento de comprar el CMRB por una compañía del sector farmacéutico. Pese a que esta firma no tiene relación con la investigación en células madre, la venta habría implicado la cesión a ella de todas las patentes y derechos surgidas de las investigaciones de Izpisúa. La iniciativa acabó abortándose tras la mediación del Gobierno central.

La explicación última de esta decisión incomprensible en términos científicos puede tardar en salir a la luz pública. Lo que ya es seguro es que España ha perdido uno de los centros de investigación en medicina regenerativa más avanzados del mundo, aunque un edificio de Barcelona mantenga su nombre en la fachada por unos meses más.




La modificación de la ley española de reproducción asistida de 2003 puso a España a la vanguardia, al menos legislativamente hablando, de uno de los más prometedores campos de la ciencia actual: que se pudieran utilizar los embriones sobrantes de los procesos de fecundación in vitro para investigar en las células madre.

El Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB) es fruto directo de esta modificación. Tanto, que parte de las negociaciones para traer a su director, Juan Carlos Izpisúa, las llevó a cabo la entonces ministra de Sanidad, Ana Pastor, con una visita personal a La Jolla (California).

No fue el único. El Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, donde encontró acomodo el actual portavoz de Sanidad del PP en el Congreso, Rubén Moreno, cuando dejó el ministerio al perder el PP las elecciones también se apuntó a la carrera investigadora (fue el primero en presentar cultivos de células madre embrionarias), y Andalucía abrió en 2006 el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer), que dirige Bernat Soria, probablemente el científico que más ruido hizo para que la ley en España se cambiara.

Desde entonces, el CMRB ha mantenido una importante labor investigadora. Uno de sus proyectos, la creación de microrriñones a partir de células madre ha sido mencionado por la revista Science como uno de los avances de 2013.

También han publicado recientemente en Nature un artículo sobre otra de las vías más prometedoras en la medicina regenerativa: la reprogramación de células adultas en células madre iPS (pluripotenciales inducidas) in situ. Esto no solo evita el conflicto moral del uso de embriones, sino que supone un avance ya que se trata de llevar a cabo el cambio (convertir una célula especializada en una apta para convertirse en otra con una dedicación diferente) en el mismo organismo, con lo que se evita que haya que extraer el material biológico, tratarlo en un laboratorio y volverlo a trasplantar. Es el sueño de los implantes: no solo que sean genéticamente idénticos al receptor, sino que se generen directamente en el lugar en que deben funcionar. Algo que da pleno significado al término de medicina regenerativa.




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martes, 14 de enero de 2014

La explosión científica de los estudios con células madre

Fuente: http://www.diariomedico.com/2014/01/13/opinion-participacion/el-escaner/explosion-cientifica-estudios-celulas-madre


Desde su irrupción, hace unos quince años, aunque los primeros experimentos se remontan a 1955, las células madre, en sus distintas variantes, han ido acaparando un protagonismo creciente. Apenas hay día en que no se publique un estudio sobre ellas, que ya cuentan con dos docenas de revistas científicas dedicadas expresamente a las "stem cells". Un informe presentado en diciembre y elaborado por Elsevier, el Institute for Integrated Cell-Material Sciences (iCeMS) de la Universidad de Kioto y el consorcio EuroStemCell indicaba que la investigación en células madre está creciendo dos veces más rápidamente (7 por ciento) que la de otras áreas (2,9 por ciento). Así, de 4.402 estudios aparecidos en 1996 (el 0,4 por ciento del total) se ha pasado a los 21.193 de 2012 (el 1 por ciento). En su gran mayoría, el 86 por ciento, se dedican a las células madre no pluripotentes, también conocidas como células madre adultas, y destaca asimismo el crecimiento de los ensayos con las células madre inducidas del japonés Yamanaka, descubiertas hace apenas una década.

Los estudios sobre estas células son además un 50 por ciento más citados en revistas científicas que el resto, en parte por sus frecuentes etiquetas "drug development" y "regenerative medicine". El análisis añade que Singapur, Italia, Estados Unidos, Japón e Israel acumulan el nivel más alto de actividad en este ámbito, si bien por volumen Estados Unidos y China encabezan los ensayos. Los autores matizan que, a pesar de las promesas regeneradoras de estas células, por ahora los estudios están ayudando a entender mejor sus funciones biológicas y que un campo mucho más práctico está siendo su utilidad en el desarrollo de fármacos y de pruebas diagnósticas. El consorcio Eurostemcell se presentó en marzo de 2010 y engloba a casi un centenar de laboratorios europeos de investigación en medicina regenerativa y células madre.

Descubren la causa de la extraordinaria longevidad de las células madre sanguíneas

Fuente: http://noticiasdelaciencia.com/not/9290/descubren_la_causa_de_la_extraordinaria_longevidad_de_las_celulas_madre_sanguineas/es/


Las células madre de la sangre que viven en la médula ósea están en la cima de un árbol genealógico complejo. Tales células sufren diversas vías de división hasta que finalmente producen glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Estas células "hijas" deben ser producidas a un ritmo de aproximadamente 1 millón por segundo para reponer constantemente la sangre del cuerpo.

Los científicos se han preguntado desde hace mucho tiempo qué es lo que permite a estas células madre persistir durante décadas, cuando su progenie vive sólo algunos días, semanas o meses antes de que deban ser reemplazadas. Ahora, en un estudio se ha encontrado uno de los mecanismos que permiten que estas células madre sigan dividiéndose a perpetuidad.

El equipo de Dennis Discher, de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, ha descubierto que una forma de la proteína motora que permite a los músculos contraerse, ayuda a que estas células se dividan asimétricamente, de tal modo que una parte siga siendo una célula madre, mientras que la otra se convierta en una célula hija. Lo hallado en esta investigación podría conducir a la obtención de nuevos y reveladores datos sobre cánceres de la sangre, como la leucemia, y también abrir la puerta hacia el desarrollo de métodos eficaces para cultivar en laboratorio células sanguíneas aptas para su transfusión a pacientes.


Una célula madre sanguínea dividiéndose. La proteína motora miosina IIB, marcada en color verde, se concentra en el lado que seguirá siendo una célula madre. (Foto: Universidad de Pensilvania)



En la investigación también han trabajado, Jae-Won Shin, Amnon Buxboim, Kyle R. Spinler, Joe Swift, Dave P. Dingal, Irena L. Ivanovska y Florian Rehfeldt, de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, Estados Unidos, así como científicos de la Universidad de Estrasburgo en Francia, el Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), en California y la Universidad de California en San Francisco.



Obtienen células derivadas de cardiosferas para tratar las arritmias después de un infarto

Fuente: http://www.europapress.es/salud/salud-bienestar/noticia-obtienen-celulas-derivadas-cardiosferas-tratar-arritmias-despues-infarto-20140114142749.html





Científicos de la Red de Investigación Cardiovascular (RIC), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, han utilizado grupos de células madre cardiacas formadas a partir de tejido cardiaco de donante, lo que se conoce como cardiosferas, para desarrollar células nuevas y poder tratar las arritmias que tienen lugar después de un infarto.

Cuando se produce un infarto agudo de miocardio, la obstrucción de la arteria coronaria provoca que un elevado número de cardiomiocitos (células del miocardio) sufran necrosis o apoptosis (suicidio celular), produciéndose cardiomiopatía isquémica y fallo cardíaco congestivo.

Además, estos cardiomiocitos muertos son reemplazados por una cicatriz fibrótica que impide el trabajo electromecánico normal del tejido cardíaco, dando lugar a la aparición de arritmias postinfarto.



Teniendo esto en cuenta, un equipo de la Unidad de Terapia Celular y la Unidad de Diagnóstico-Terapéutica Endoluminal del Centro de Cirugía de Mínima Invasión (Cáceres) y el cardiólogo Ángel Arenal, del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), recurrieron a las células derivadas de cardiosferas (CDC) ya que son una fuente "muy prometedora" por su capacidad intrínseca para proliferar y su potencial natural de diferenciación hacia linajes cardíacos.

Además, demuestran mayor potencial de secreción de factores paracrinos (sustancias moduladoras de la actividad celular), angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos), diferenciación cardiogénica, preservación de tejido isquémico, atenuación de remodelación adversa (formación de cicatriz fibrótica) y beneficios funcionales tras el infarto de miocardio, elementos clave a la hora de conseguir mejores resultados en el tratamiento de patologías vía regeneración miocárdica.

En este caso, se desarrollaron unas CDC porcinas que están siendo actualmente evaluadas en ensayos preclínicos en un modelo de animal grande, ya que la terapia celular con estas células podría reducir el tamaño de la cicatriz y de tejido heterogéneo eliminando de esta forma el sustrato de las arritmias postinfarto.


Este grupo de investigación de la RIC ha conseguido, en un período de cuatro meses, entre 10 y 100 millones de CDC. Para dichas expansiones, sólo necesitaron un gramo de tejido cardíaco y no fue necesaria la aplicación de factores de crecimiento utilizados en otros protocolos de expansión.

Aunque antes se pensaba que las células madre una vez implantadas eran capaces de diferenciarse hacia otros tejidos, en los últimos años se está viendo que el efecto terapéutico de las células madre viene mediado sobre todo por la secreción de factores de crecimiento.

Las células madre, una vez que se implantan en el paciente, producen una serie de compuestos que son recogidos por el tejido donde es implantado y esos compuestos favorecen la proliferación y la regeneración del propio tejido. Las CDCs desarrolladas por los investigadores de la RIC presentan altos niveles de factores de crecimiento (IGF-1 y su receptor, HGF y TGF-1), lo cual podría indicar que una vez implantadas estas células en el tejido cardiaco secretarán compuestos que podrían promover la proliferación y regeneración del tejido dañado.

Los investigadores de la RIC han comenzado un estudio preclínico que se define como "una prueba de concepto para demostrar que estas células pueden tener aplicación en el tratamiento de las taquicardias ventriculares".

El ensayo preclínico se inició en mayo de 2013 y en noviembre se resolvió favorablemente la concesión de financiación al proyecto, por lo que a lo largo de 2014 se tendrán ya las imágenes que demuestren los cambios regenerativos en el tejido cardíaco.


Este estudio preclínico tiene una primera fase en la que se administran las CDCs por vía intramiocárdica y una segunda fase en la que estas mismas células se administrarán por vía intracoronaria. Tras la administración de las células, un análisis de imagen cardíaca permitirá posteriormente un mapeo en las zonas de la cicatriz en las que se inyectaron las células.

Además, durante la investigación han descubierto un "enigma" científicamente curioso, cuyo origen los investigadores de la RIC están pendientes de resolver. Los investigadores probaron a cultivar las células porcinas en pases iniciales a concentraciones de oxígeno bajas (similares a las condiciones fisiológicas del tejido cardíaco).

A esas condiciones se conseguía un bajo rendimiento en las expansiones 'in vitro', lo cual descarta este procedimiento para su aplicación preclínica. Estos resultados chocan con los publicados hasta ahora en la literatura científica y que apuntaban a que el cultivo de células a bajo oxígeno permitía la expansión de un gran número de células.