Los imanes podrían ser una herramienta con la que concentrar en el sitio preciso la actividad terapéutica de las células madre al tratar afecciones tales como enfermedades cardíacas o vasculares. Agregando a las células madre pequeñas partículas hechas de óxido de hierro magnético, unos científicos han logrado usar imanes para atraer a esas células hasta un lugar en particular en el cuerpo de un ratón, después de haber sido introducidas en su interior mediante una inyección.
El tipo de células usadas en este estudio, células madre mesenquimales, son diferentes de las células madre embrionarias. Las células madre mesenquimales pueden obtenerse con facilidad de tejidos adultos tales como médula ósea o tejido graso. Dichas células son capaces de convertirse en células óseas, grasas o cartilaginosas, aunque no en otros tipos de células, tales como las musculares o las cerebrales. De todas formas, secretan diversas sustancias útiles para el metabolismo, de tal modo que pueden resultar herramientas valiosas para tratar afecciones tales como enfermedades cardiovasculares o autoinmunes.
Las nanopartículas de óxido de hierro magnético ya están aprobadas por la Administración estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA) para funciones de diagnóstico en la técnica de resonancia magnética. Otros científicos ya intentaron cargar células madre con partículas similares, pero se toparon con obstáculos como que el recubrimiento de dichas partículas era tóxico o cambiaba de manera inadecuada las propiedades de las células. En cambio, las nanopartículas usadas por el equipo de W. Robert Taylor, de la Universidad Emory en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, y Gang Bao, del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech), en la misma ciudad, poseen un recubrimiento de polietilenglicol que protege de daños a la célula. Otra característica distintiva es que el equipo utilizó un campo magnético para introducir a las partículas en las células, en lugar de recurrir a agentes químicos como se había intentado hacer anteriormente.
Es factible usar partículas de óxido de hierro magnético para ayudar a los médicos a guiar células madre hasta puntos específicos del cuerpo. Aquí, las partículas se acumulan en los lisosomas, que son sitios de la célula que descomponen residuos. (Imagen: Universidad Emory)
El siguiente paso en esta línea de investigación y desarrollo será centrarse en aplicaciones terapéuticas recurriendo a modelos animales donde los investigadores usarán pequeños imanes para dirigir estas células a los puntos exactos donde se necesite que ayuden a reparar tejidos y a regenerar vasos sanguíneos u otras estructuras.
En el proyecto también han intervenido Natalia Landázuri, Giji Joseph, Daiana Weiss y Diane J. Sutcliffe, de la Universidad Emory, así como Sheng Tong, Jin Suo y Don P. Giddens, del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech).
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