jueves, 15 de mayo de 2014

Células del cerebro fetal para combatir las secuelas del ictus

Fuente: http://www.abc.es/salud/noticias/20140512/abci-celulas-fetales-contra-ictus-201405101638.html







En el filo de lo éticamente censurable y la necesidad de dar una solución a los estragos de los accidentes cerebrovasculares, la compañía británica ReNeuron ha presentado los resultados del primer ensayo clínico con células madre diseñado para combatir las secuelas del ictus.

Un año después del tratamiento, los primeros once pacientes tratados han mejorado de su discapacidad, lo que demostraría que la terapia podría reparar los cerebros dañados tras sufrir un infarto o una hemorragia cerebral.

Los resultados se han presentado en el congreso europeo de ictus celebrado en Niza (Francia). El éxito anima a seguir adelante con el ensayo y a incorporar nuevas víctimas de ictus, pero también plantea recelos de tipo ético. Las células madre utilizadas en la terapia no procedían de los propios pacientes, como sugieren otras aproximaciones de la medicina regenerativa, sino de fetos humanos abortados. Aunque no es la primera vez que se recurre a células fetales, se han utilizado contra el párkinson y otras patologías graves, su utilización nunca está exenta de polémica.

A los once enfermos de este ensayo se les inyectaron directamente en su cerebro células progenitoras neurales que fueron aisladas y extraídas del córtex cerebral de fetos desechados.


Los tratamientos se hicieron en el Hospital General de Glasgow, en Escocia, dentro del ensayo clínico PISCES (Investigación Piloto con Células Madre en el Ictus, en su acrónimo en inglés). Cuando comenzaron las pruebas, se enroló a enfermos que habían sufrido el infarto o la hemorragia cerebral en un espacio de tiempo no superior a seis meses. En todos los casos los síntomas se habían estabilizado, de manera que era más fácil relacionar cualquier avance o retroceso del paciente con el tratamiento.

Un año después de la infusión de células, las mejoras en los enfermos tratados son apreciables: algunos pueden mover su extremidades y realizan tareas diarias que antes de la terapia eran incapaces de realizar. Las mejoras se midieron con las escalas utilizadas para comprobar la recuperación.

En los test utilizados para medir la mejora de la calidad de vida, puntuados de 0 a 100, los pacientes tenían una media de 45. Un año después del tratamiento lograron subir en 18 puntos esa media.

La mejora no ha sido inmediata. A los tres meses de la inyección la recuperación era menor que al año, lo que sugiere que podría avanzar más.


Tras el éxito de esta primera fase, la compañía ReNeuron ha empezado ya a reclutar a un mayor número de pacientes para un ensayo clínico más amplio. En esta ocasión, las células se probarán en 41 enfermos más recientes, que hayan sufrido un ictus en los últimos dos-tres meses.

La idea es comprobar si las células madre son más eficaces cuando se aplican precozmente. Los resultados para esta segunda fase terminarán a finales de 2015 y permitirán saber si la terapia celular es segura más allá de esta prueba piloto con un número reducido de pacientes.


La teoría de los científicos de ReNeuron es que estas células madre alivian las secuelas del ictus al reducir la inflamación cerebral. También facilitan la liberación de factores de crecimiento que ayudan a las células cerebrales a recolonizar las áreas dañadas.

La terapia celular es la última esperanza en el tratamiento del ictus, también llamados accidentes cerebrovasculares. Salvo la rehabilitación física y cognitiva de estos pacientes, poco se puede hacer para ayudar a recuperar las capacidades perdidas.

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