La ONT ya ha localizado a 157 donantes con una mutación que hace que el sistema inmunitario no se infecte por el virus.
El director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz.
España va a intentar curar en los próximos tres años a cinco personas que tengan VIH y un cáncer hematológico a la vez. El proyecto de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Sociedad Española de Hematología consiste en reproducir el que hasta ahora ha sido el único caso de una persona que se ha curado del VIH: Timothy Brown, el llamado paciente de Berlín. Este hombre eliminó el virus de su organismo al recibir un trasplante de médula para una leucemia que padecía muy especial: las células que le inyectaron tenían una mutación que, al dejar sin acceso al patógeno, las dejaba a salvo de la infección.
"El ensayo tiene el valor de sistematizar lo que fue un caso aislado", dice el presidente de la ONT, Rafael Matesanz. "La idea es tener ya el conocimiento por si en un futuro surge la posibilidad de introducir esa modificación en las personas con VIH por un método menos agresivo que el trasplante", explica. El mismo valor le otorga al trabajo Rafael Duarte, jefe de Oncología del hospital Puerta de Hierro en Madrid. Duarte ya intentó reproducir el caso del paciente de Berlín cuando estaba en el Instituto Catalán de Oncología (ICO), pero el voluntario recayó en su leucemia y falleció, por lo que no se pudo verificar si había eliminado de manera permanente el VIH.
El ensayo, que va a financiar la Fundación Mutua Madrileña con 150.000 euros y se ha presentado en Valencia, "explota el potencial de España en trasplantes de progenitores hematopoyéticos", las células madre que reconstituyen el sistema sanguíneo, dice Matesanz. Estas células pueden venir de la médula de un donante o de la sangre de cordón umbilical, y se ha optado por esta última. "De las 60.000 muestras que tenemos, se han analizado las 25.000 de mayor calidad, y se han identificado 157 con la mutación que buscábamos", explica. Ahora, la siguiente fase es esperar a que haya un caso de un enfermo con un cáncer hematológico que tenga, además, VIH y requiera un trasplante de médula para usar estas muestras especiales. Así se podrá ver si lo que sucedió con Timothy Brown fue una excepción o si es algo que se puede extrapolar.
La mutación que se busca, la CCR5 delta 32, se ha identificado en personas que están infectadas por el VIH, pero que controlan el proceso sin necesidad de medicamentos (son lo que se denominan no progresores), y también en otras que, pese a exponerse repetidas veces al virus, lo eliminan.
"El criterio de inclusión va a ser la necesidad del trasplante, la neoplasia hematológica", recalca Matesanz. Con ello quiere decir que no se va a tratar a personas para eliminar —curarles— el VIH, sino que este va a ser un beneficio extra. Duarte redunda en la idea. "Con los tratamientos antivirales actuales, usar un trasplante para curarles sería como matar moscas a cañonazos. Ya hay medicación para que la mayoría cronifique la infección". Esta opinión tiene una causa clara: el propio proceso, con sus preparativos, tiene una mortalidad "que en Europa ronda el 20%", dice Duarte, por lo que "solo debe usarse en personas muy enfermas que no tiene otra opción".
En cualquier caso, la idea de que pudiera haber cinco curaciones del VIH es atractiva. "Si funciona, seríamos el primer país que lo habría hecho", asegura Matesanz.