jueves, 29 de marzo de 2012

Realizada la primera reconstrucción mandibular con una técnica basada en células madre

Fuente: Eleconomista.es

El 24 de marzo tuvo lugar en Zaragoza la primera regeneración de una mandíbula atrófica realizada en España mediante cirugía mínimamente invasiva en la clínica dental Esteban Castán.

La cirugía fue llevada a cabo por el Dr. Pablo Esteban Castán y un equipo de especialistas en hematología, anestesia y anatomopatología.

Hasta el momento, las atrofias severas maxilares o mandibulares, que impedían al paciente llevar cualquier tipo de prótesis tanto fija como removible (con todos los problemas sociales y emocionales que eso conlleva), se resolvían mediante cirugías muy traumáticas, extrayendo hueso de la cadera, de la calota craneal o de la tibia, e injertándolo después en los huesos maxilares.

Hospitalización de varios días incluida, anestesia general y duros postoperatorios han sido las principales razones que hacían descartar estos tratamientos a muchas de las personas con este tipo de problemas.

Gracias a los últimos avances tecnológicos y científicos, y tras haber conseguido los permisos necesarios por parte de la Organización Nacional de Transplantes (la primera clínica dental en España que los obtiene), el Dr. Esteban Castán y su equipo han desarrollado un método que marcará un antes y un después en las técnicas de regeneracion.

Al paciente se le realiza una tomografía computerizada y se almacenan los datos, el archivo se manda a Italia vía Internet, donde procesan la información obtenida creando una reproducción fisica exacta del hueso remanente del paciente. Esta reproducción es esterilizable.

Por otra parte se solicita al Banco de Tejidos un bloque de hueso de donante humano, generalmente de la cresta iliaca debido a su estructura cortico-esponjosa, que llega el día de la intervención a la clínica en una cápsula estéril y congelado a -80º.

Por ejemplo, si la cirugía está prevista que empiece a las 10:00, desde una hora antes, ya con todo estéril, se descongela el bloque de hueso y se va adaptando íntimamente al modelo físico de la anatomía del paciente.

Esto es la clave y el mayor avance, ya que el éxito de la intervención reside en el íntimo contacto entre el injerto y el hueso del paciente para que haya una correcta revascularización. Una vez que está todo listo y adaptado se procede a sedar al paciente para que esté más relajado y hacerle así la experiencia más confortable.

El hematólogo, mediante un aspirado de médula ósea (parte interna de los huesos, en este caso de la cresta iliaca), que el paciente no nota prácticamente, prepara un concentrado de células madre osteoprogenitoras, así como factores de crecimiento extraídos de sangre periférica que luego se añade al hueso a injertar.

Una vez preparado todo, comienza la intervención en la boca del paciente, y en menos de una hora concluye, todo adaptado y listo, y simplemente hay que separar los tejidos blandos y fijar los bloques con tornillos.

A los pocos meses la situación es la idónea para colocar implantes y dientes fijos el mismo día.

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