Marzo 2012, EEUU.- (Europa Press)
El uso de células de la médula ósea de un paciente para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca crónica isquémica no ha dado lugar a una mejora, en la mayoría de las medidas de la función cardiaca, según un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). La investigación ha sido publicada para coincidir con su presentación en las sesiones científicas anuales del Colegio Americano de Cardiología.
La terapia celular ha surgido como un enfoque innovador para el tratamiento de pacientes con cardiopatía isquémica, incluyendo aquellos con insuficiencia cardiaca. "En los pacientes con cardiopatía isquémica e insuficiencia cardiaca, el tratamiento con células autólogas (derivadas de la misma persona) mononucleares de médula ósea (BMC, por sus siglas en inglés) ha demostrado ser seguro. Sin embargo, ninguno de los ensayos clínicos realizados hasta la fecha, han evaluado sus medidas específicas de eficacia", según la información de respaldo del artículo.
El doctor Emerson C. Perin, del Instituto del Corazón de Texas y el St. Luke's Episcopal Hospital, en Houston, y sus colaboradores, realizaron un estudio para examinar el efecto de la administración transendocárdica (a través de un catéter especial para proporcionar células madre al músculo del corazón) de BMC, a los pacientes con cardiopatía isquémica crónica y disfunción del ventrículo izquierdo con insuficiencia cardiaca y/o angina de pecho.
Los pacientes en el ensayo aleatorizado de fase 2 recibieron tratamiento médico en el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, patrocinado por la Red de Investigación Cardiovascular sobre la Terapia Celular, entre abril de 2009 y abril de 2011. Los pacientes fueron aleatorizados para recibir una inyección transendocárdica de BMC, o placebo. Las evaluaciones primarias del estudio, evaluado a los 6 meses, se centraron en los cambios en el volumen sistólico del ventrículo izquierdo -evaluados por ECO-, el consumo máximo de oxígeno, y la reversibilidad de la perfusión (flujo sanguíneo), medido mediante SPECT. De los 153 pacientes que dieron su consentimiento, un total de 92 (82 hombres, de una edad media de 63 años) fueron asignados al azar (n = 61 en el grupo del BMC, y n = 31 en el grupo placebo).
El análisis de los datos indicó que no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos, para las variables principales de los cambios en el índice de VTS (volumen telesistólico), el consumo máximo de oxígeno, y los defectos reversibles. Tampoco hubo diferencias en ninguno de los resultados secundarios, incluyendo defectos de miocardio, el tamaño total del defecto fijo, las regionales de la motilidad parietal (el movimiento de la pared del corazón durante la contracción), y la mejora clínica.
En un análisis exploratorio, los investigadores encontraron que, cuando se evaluó la FEVI (fracción de eyección del ventrículo izquierdo), los pacientes de 62 años, o más jóvenes, mostraron un efecto estadísticamente significativo de la terapia: los pacientes del grupo BMC mostraron un aumento promedio de la FEVI, de un 3,1 por ciento, desde el inicio hasta 6 meses después, mientras que los pacientes en el grupo placebo mostraron una disminución del 1,6 por ciento.
"En el mayor estudio, hasta la fecha, de la terapia autóloga de BMC en pacientes con enfermedad isquémica crónica del corazón y disfunción del VI, no se han encontrado efectos de la terapia en los puntos predeterminados, aunque los análisis exploratorios posteriores mostraron una mejora significativa de la FEVI, asociada con el tratamiento ", concluyen los autores.
El uso de células de la médula ósea de un paciente para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca crónica isquémica no ha dado lugar a una mejora, en la mayoría de las medidas de la función cardiaca, según un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). La investigación ha sido publicada para coincidir con su presentación en las sesiones científicas anuales del Colegio Americano de Cardiología.
La terapia celular ha surgido como un enfoque innovador para el tratamiento de pacientes con cardiopatía isquémica, incluyendo aquellos con insuficiencia cardiaca. "En los pacientes con cardiopatía isquémica e insuficiencia cardiaca, el tratamiento con células autólogas (derivadas de la misma persona) mononucleares de médula ósea (BMC, por sus siglas en inglés) ha demostrado ser seguro. Sin embargo, ninguno de los ensayos clínicos realizados hasta la fecha, han evaluado sus medidas específicas de eficacia", según la información de respaldo del artículo.
El doctor Emerson C. Perin, del Instituto del Corazón de Texas y el St. Luke's Episcopal Hospital, en Houston, y sus colaboradores, realizaron un estudio para examinar el efecto de la administración transendocárdica (a través de un catéter especial para proporcionar células madre al músculo del corazón) de BMC, a los pacientes con cardiopatía isquémica crónica y disfunción del ventrículo izquierdo con insuficiencia cardiaca y/o angina de pecho.
Los pacientes en el ensayo aleatorizado de fase 2 recibieron tratamiento médico en el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, patrocinado por la Red de Investigación Cardiovascular sobre la Terapia Celular, entre abril de 2009 y abril de 2011. Los pacientes fueron aleatorizados para recibir una inyección transendocárdica de BMC, o placebo. Las evaluaciones primarias del estudio, evaluado a los 6 meses, se centraron en los cambios en el volumen sistólico del ventrículo izquierdo -evaluados por ECO-, el consumo máximo de oxígeno, y la reversibilidad de la perfusión (flujo sanguíneo), medido mediante SPECT. De los 153 pacientes que dieron su consentimiento, un total de 92 (82 hombres, de una edad media de 63 años) fueron asignados al azar (n = 61 en el grupo del BMC, y n = 31 en el grupo placebo).
El análisis de los datos indicó que no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos, para las variables principales de los cambios en el índice de VTS (volumen telesistólico), el consumo máximo de oxígeno, y los defectos reversibles. Tampoco hubo diferencias en ninguno de los resultados secundarios, incluyendo defectos de miocardio, el tamaño total del defecto fijo, las regionales de la motilidad parietal (el movimiento de la pared del corazón durante la contracción), y la mejora clínica.
En un análisis exploratorio, los investigadores encontraron que, cuando se evaluó la FEVI (fracción de eyección del ventrículo izquierdo), los pacientes de 62 años, o más jóvenes, mostraron un efecto estadísticamente significativo de la terapia: los pacientes del grupo BMC mostraron un aumento promedio de la FEVI, de un 3,1 por ciento, desde el inicio hasta 6 meses después, mientras que los pacientes en el grupo placebo mostraron una disminución del 1,6 por ciento.
"En el mayor estudio, hasta la fecha, de la terapia autóloga de BMC en pacientes con enfermedad isquémica crónica del corazón y disfunción del VI, no se han encontrado efectos de la terapia en los puntos predeterminados, aunque los análisis exploratorios posteriores mostraron una mejora significativa de la FEVI, asociada con el tratamiento ", concluyen los autores.
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