EEUU, 13 de marzo 2012.-
Un equipo de investigación ha determinado que hay un tipo de célula madre adulta presente en el músculo que reacciona al ejercicio físico.
Este descubrimiento podría mostrar un vínculo entre el ejercicio físico y la salud muscular. Los resultados de la investigación podrían conducir a nuevas técnicas terapéuticas que usen estas células para rehabilitar tejido muscular dañado o prevenir o remediar la pérdida de músculo provocada por el envejecimiento.
Como el ejercicio puede provocar ciertos daños como parte del proceso de remodelación causado por estrés mecánico, el equipo de la Dra. Marni Boppart, de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, investigó si la acumulación de células madre mesenquimales era una respuesta natural al ejercicio y si estas células contribuían a procesos de crecimiento y regeneración beneficiosos que tienen lugar después de hacer ejercicio físico.
Los investigadores encontraron que las células madre mesenquimales en el músculo responden al estrés mecánico. Ellos observaron una acumulación de células madre mesenquimales en el tejido muscular de ratones después de hacer ejercicio físico de manera vigorosa. Luego, los investigadores determinaron que aunque esas células no contribuyen directamente a crear nuevas fibras musculares, liberan factores de crecimiento que estimulan a otras células en el músculo a combinarse y generar nuevo músculo, siendo éste el fundamento celular de la mejor salud muscular que se logra mediante el ejercicio físico.
El siguiente objetivo del grupo de investigación es determinar si estas células contribuyen a la disminución de masa muscular a medida que la persona envejece. Los datos preliminares sugieren un declive de las células madre mesenquimales en el músculo según aumenta la edad. El equipo espera desarrollar una terapia combinada, que utilice estrategias moleculares y técnicas basadas en células madre para impedir la pérdida muscular asociada a la edad.
Aunque el ejercicio físico es la mejor estrategia para preservar el tejido muscular a medida que envejecemos, no todas las personas pueden hacer ejercicio del modo que sería deseable. Las discapacidades pueden limitar las oportunidades para fomentar el crecimiento muscular.
Un equipo de investigación ha determinado que hay un tipo de célula madre adulta presente en el músculo que reacciona al ejercicio físico.
Este descubrimiento podría mostrar un vínculo entre el ejercicio físico y la salud muscular. Los resultados de la investigación podrían conducir a nuevas técnicas terapéuticas que usen estas células para rehabilitar tejido muscular dañado o prevenir o remediar la pérdida de músculo provocada por el envejecimiento.
Como el ejercicio puede provocar ciertos daños como parte del proceso de remodelación causado por estrés mecánico, el equipo de la Dra. Marni Boppart, de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, investigó si la acumulación de células madre mesenquimales era una respuesta natural al ejercicio y si estas células contribuían a procesos de crecimiento y regeneración beneficiosos que tienen lugar después de hacer ejercicio físico.
Los investigadores encontraron que las células madre mesenquimales en el músculo responden al estrés mecánico. Ellos observaron una acumulación de células madre mesenquimales en el tejido muscular de ratones después de hacer ejercicio físico de manera vigorosa. Luego, los investigadores determinaron que aunque esas células no contribuyen directamente a crear nuevas fibras musculares, liberan factores de crecimiento que estimulan a otras células en el músculo a combinarse y generar nuevo músculo, siendo éste el fundamento celular de la mejor salud muscular que se logra mediante el ejercicio físico.
El siguiente objetivo del grupo de investigación es determinar si estas células contribuyen a la disminución de masa muscular a medida que la persona envejece. Los datos preliminares sugieren un declive de las células madre mesenquimales en el músculo según aumenta la edad. El equipo espera desarrollar una terapia combinada, que utilice estrategias moleculares y técnicas basadas en células madre para impedir la pérdida muscular asociada a la edad.
Aunque el ejercicio físico es la mejor estrategia para preservar el tejido muscular a medida que envejecemos, no todas las personas pueden hacer ejercicio del modo que sería deseable. Las discapacidades pueden limitar las oportunidades para fomentar el crecimiento muscular.
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