Fuente: ABC.es, abril 2012.-
Científicos de la Universidad de Duke (EE.UU.), han conseguido transformar el tejido cicatrizal que se forma
después de un ataque al corazón, en células del músculo cardíaco, usando un
nuevo proceso que elimina la necesidad del trasplante de células madre. El
estudio, publicado en la revista Circulation Research ha
utilizado moléculas de microARN para desencadenar la conversión del
tejido cardíaco, en una placa de laboratorio y, por primera vez, en un ratón
vivo, lo que demuestra el potencial del sencillo proceso para la regeneración de
tejidos. Si estudios adicionales confirman este enfoque en células humanas, éste
podría dar lugar a una nueva forma de tratar a los 23 millones de personas en
todo el mundo que sufren insuficiencia cardíaca, a menudo causada por el tejido cicatrizal que se
desarrolla después de un ataque al corazón.
Además, el enfoque también podría tener beneficios más allá de las
enfermedades del corazón. «Este es un hallazgo significativo, con muchas
implicaciones terapéuticas», afirma Víctor J. Dzau, autor principal del estudio,
y profesor de Medicina en la Universidad de Duke. «Si podemos hacer esto en el
corazón, podremos hacerlo en el cerebro, los riñones y otros tejidos», añade el
investigador.
Para iniciar la regeneración, el equipo de Dzau utilizó los microARN, que son
moléculas que actúan como reguladores, y controlan la actividad de múltiples
genes. Los microARN fueron depositados en células del
tejido cicatrizal (fibroblastos). Una vez desplegados, los microARN reprogramaron los
fibroblastos para convertirlos en células similares a los cardiomiocitos (que
forman el músculo del corazón). El equipo de Duke no sólo demostró este concepto
en el laboratorio, sino que también probó que la conversión de células puede
ocurrir en el interior del cuerpo de un ratón.
Los investigadores afirman que utilizar los microARN para la regeneración
de tejidos tiene varias ventajas potenciales sobre los métodos genéticos, o el
trasplante de células madre, que han sido difíciles de manejar en el interior
del cuerpo. Cabe destacar que el proceso de microARN elimina los problemas
técnicos, como alteraciones genéticas, al mismo tiempo que evita los dilemas
éticos planteados por las células madre.
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