jueves, 12 de abril de 2012

El Hospital Reina Sofía de Córdoba empleará células madre como un posible tratamiento de la esclerosis múltiple

Córdoba, abril 2012.-

El laboratorio de Terapia Celular del hospital Reina Sofía acaba de iniciar un ensayo clínico con el objetivo de buscar un posible tratamiento para la esclerosis múltiple, cuando esta patología se encuentra en una fase menos avanzada. Esta enfermedad es una dolencia neurológica progresiva y sin cura que afecta a la sustancia blanca de la médula espinal y del cerebro de forma intermitente. El ensayo, dirigido por la doctora Concha Herrera, responsable del citado laboratorio del Reina Sofía, empleará un tipo de células madre, las mesenquimales, que se obtienen de la médula ósea. Herrera señaló que los profesionales del hospital cordobés extraerán las células de la médula ósea del propio paciente y serán tratadas en las salas blancas. Las células se cultivarán entre tres y cuatro semanas hasta obtener la cantidad de material celular deseada para tratar al enfermo (entre 1 y 2 millones de células por kilogramo de peso).

Esta labor se llevará a cabo en las salas blancas de producción celular del Reina Sofía, después de que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios las acreditase para fabricar medicamentos de terapias avanzadas y además autorizase este ensayo clínico.

En dicha investigación se contará con la colaboración de 30 pacientes, que serán propuestos por los servicios de Neurología de los hospitales Reina Sofía de Córdoba, Virgen de la Macarena de Sevilla y Carlos Haya de Málaga, ya que estos dos últimos centros colaboran en el ensayo clínico y recibirán las células que se traten en el hospital cordobés.

A los enfermos se les administrará por vía intravenosa la dosis adecuada de células madre, pero los resultados no se conocerán inmediatamente. Los pacientes se irán incorporando al estudio a lo largo de 18 meses y luego se les hará seguimiento durante un año. Herrera explicó que el laboratorio de Terapia Celular del Reina Sofía ha elegido la esclerosis múltiple porque "existe una base racional, desde el punto de vista biológico, por la que entendemos que las células madre mesenquimales pueden actuar sobre esta patología neurológica, ya que existe una experiencia preclínica en modelos animales que han demostrado eficacia en el abordaje de la patología". En Andalucía existe otro ensayo clínico sobre esclerosis múltiple, llevado a cabo por expertos del CABIMER, así como de los hospitales Virgen de la Macarena de Sevilla y Carlos Haya de Málaga, que incluye a pacientes con una fase muy avanzada de la enfermedad.

miércoles, 11 de abril de 2012

CÉLULAS MADRE ADULTAS Y/O EMBRIONARIAS: VISIÓN GENERAL

Fuente: Blog "EL MÉDICO ESCÉPTICO", 3 de abril.-

El final de la década de los noventa y los primeros años del siglo XXI ha sido, hasta ahora, la época más productiva en la historia de la investigación biomédica. El nacimiento de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado (en 1996 por Ian Wilmut y Keith Campbell del Instituto Roslin en Edimburgo), fue seguido por el aislamiento de las células madre embrionarias humanas (en 1998 por James Thompson de la Universidad de Wisconsin-Madison) y, más recientemente, por la secuenciación completa del genoma humano (en 2004, conseguido por el consorcio Human Genome Project).

La cobertura que estos logros han tenido en los medios de comunicación ha llegado, en algunos casos, a ser tremendamente desproporcionada y ha creado unas expectativas irreales, en muchos casos alentadas por los propios investigadores, instituciones o grupos de presión. De hecho, los medios de comunicación dan la impresión de que, en pocos años, será posible crear nuevas células, órganos e incluso cuerpos para reemplazar a aquellos que enferman o envejecen. La realidad es que estamos todavía muy lejos de poder hacer todo esto de manera rutinaria.



Para mucha gente, las palabras “células madre” despiertan un irrefrenable caudal de excitación, tal y como si fueran la panacea de la ciencia. De hecho, una macroencuesta de la Fundación BBVA, realizada a una muestra que no incluía científicos sino gente de todas las profesiones, reveló que la opinión pública de nuestro país es una de las que más defiende la realización de experimentos con células embrionarias y que consideran que son muy útiles (El Mundo, 14 de mayo de 2008). Pero hay una gran y generalizada ignorancia acerca de las células madre y un deseo, más que una realidad, de que se alcance un uso clínico generalizado. Otro paso más es aquel que promueve la legislación de la clonación “con fines terapéuticos y nunca reproductivos”. Es decir, crear un clon tuyo para poder extirparle el hígado cuando a ti te falle. A pesar de lo truculento que suena, hay gente que está entusiasmada con esta idea.

Una excitación parecida se produjo durante la secuenciación del genoma humano. En aquella época se creía que, como ya se conocían todos los genes de los humanos, sólo había que localizar a los genes anómalos y sustituirlos por genes sanos. Los genes “buenos” se insertarían en las células mediante virus “buenos” que no producirían ninguna enfermedad. De este modo se curarían el cáncer y todas las enfermedades de origen genético. Ese proceso se conoce con el nombre de “terapia génica”. Sin embargo, no todo fue tan bonito en la realidad. En 1990 se produjo el primer ensayo clínico de terapia génica en pacientes con una grave enfermedad llamada Síndrome de Inmunodeficiencia Combinada Severa (SCID, también conocida como la enfermedad de los “niños burbuja”). A pesar del éxito inicial, en 2003, de 10 niños con la misma enfermedad tratados con terapia génica, 2 desarrollaron leucemia. Desde entonces se han venido cosechando muchos más fracasos (algunos silenciados) que éxitos, y el furor por la terapia génica ha disminuido considerablemente. Muchos de esos fracasos se ocultaron debido a la gran cantidad de recursos económicos invertidos en ellos. Es de esperar que, finalmente, se desarrollen tratamientos basados en la terapia génica, pero tendrán que pasar años hasta que se completen todos los ensayos clínicos necesarios. Con las células madre es probable que suceda algo parecido.

Las células madre tienen el potencial de convertirse en muchos tipos de células especializadas del cuerpo. En teoría, pueden dividirse sin límite para sustituir a otras células; de ahí su atractivo de cara a curar enfermedades. En realidad, las células madre adultas se han venido usando desde hace muchos años. Cuando una persona tiene leucemia (u otras enfermedades hematológicas) y le comunican que el único tratamiento que podría curarle es un trasplante de médula ósea, lo que hará el médico es inyectar al paciente cientos de células madre, que estaban en la médula ósea del donante, en espera de que esas células madre "regeneren" la sangre del receptor con células sanas.


Lo que poca gente sabe (y los medios de comunicación no se esfuerzan en explicar) es que hay varios tipos de células madre, muy distintas entre sí. Las dos principales son las obtenidas de personas adultas (células madre adultas o somáticas) y las obtenidas de embriones (células madre embrionarias). Hay otros tipos, procedentes de placenta y de cordón umbilical, pero las más importantes son las dos primeras. Cuando oigas en la televisión que “un tratamiento de una enfermedad ha tenido éxito mediante el implante de células madre” tienes que preguntarte ¿son adultas o embrionarias?. Seguramente sean adultas. Cuando oigas en la televisión que “la Iglesia se opone a las células madre” tienes que preguntarte ¿adultas o embrionarias?. Seguramente sean las embrionarias. Es muy importante esta distinción, pues ambos tipos de células madre son radicalmente distintos, desde un punto de vista científico y económico.

La primera línea de células madre embrionarias humanas se creó en 1998. El procedimiento para su obtención exige tomar células del interior de embriones de una semana de edad, deshaciéndolos, y cultivándolas en una placa de cultivo con nutrientes y factores de crecimiento. Los embriones se obtienen de los almacenes en los que permanecen congelados después de que hayan sido concebidos en tratamientos de fecundación in vitro. Cuando una mujer se somete a este tipo de tratamientos, son creados en el laboratorio más de un embrión, ya que el proceso no siempre es exitoso. Los embriones “sobrantes” son congelados. Hoy, después de más de 10 años de trabajo, sólo existen 150 líneas de células madre embrionarias, porque el proceso para obtenerlas es extremadamente difícil. Además, las células madre embrionarias, al contrario que las adultas, no se pueden usar directamente en los tratamientos porque producen cáncer. De hecho, la inyección de células madre embrionarias en ratones se utiliza para estudiar el teratoma, un tumor formado por tejido fetal, ya que éste surge fácilmente. Es por ello que, hasta ahora, ningún tratamiento con células embrionarias ha tenido éxito, a pesar de que algunos científicos siguen clamando que son la solución para curar enfermedades como el Parkinson o la diabetes. Para utilizar células madre embrionarias sería necesario que los científicos las “guíen” molecularmente para diferenciarse en unas células particulares y especializadas para después trasplantarlas a los pacientes. Este proceso es una pesadilla. De hecho, todavía no se ha conseguido; mientras tanto, los gobiernos siguen gastando millones de dólares (y euros) de los contribuyentes en investigaciones con células embrionarias que no consiguen ningún beneficio claro para los pacientes, mientras restringen los fondos para investigaciones con células madre adultas.

Las células madre adultas, sin embargo, han demostrado plenamente su capacidad para convertirse en una prometedora línea de tratamiento, plenamente eficaz. De hecho, algunos científicos deslumbrados con las células embrionarias afirman que, si bien las células adultas funcionan muy bien, es de esperar que las embrionarias lo hagan mucho mejor. Estos científicos deberán, antes, solventar el problema del cáncer y del rechazo que producen las células embrionarias, entre otros problemas. Distintos investigadores admiten que la aplicación directa de las células madre embrionarias en los pacientes tiene poco o ningún beneficio médico, y que su uso ha de hacerse para obtener nuevas terapias, de manera indirecta.

Hasta el momento no hay tratamientos con células madre embrionarias que se hayan demostrado eficaces en estudios realizados en humanos, mientras que existen cientos de estudios en humanos en donde el tratamiento con células madre adultas ha sido eficaz. Las células embrionarias sí que han tenido cierto éxito en modelos celulares (en placas de laboratorio) y en modelos animales experimentales (ratones). El hecho que una terapia sea exitosa en ratones es un paso necesario para que lo sea en humanos, pero no garantiza necesariamente el éxito clínico. Hay muchísimas moléculas que son exitosas en ratones y no lo son en humanos. El metabolismo humano es bastante distinto al de los modelos experimentales animales. De hecho, muchos fármacos de los que disponemos y usamos constantemente (aspirina, penicilina, estreptomicina, ibuprofeno, etc.) producen malformaciones en los ratones y en algunos casos llegan a ser tóxicos hasta la muerte. Es por ello que los estudios exitosos en animales son útiles, necesarios y actualmente obligatorios, pero no aseguran su éxito en humanos.

Finalmente están los problemas éticos que tienen las células madre embrionarias, ya que para obtenerlas hay que destruir embriones humanos. No nos detendremos en ellos ya que existen sobradas razones científicas y económicas (y no sólo de índole moral o religiosa) que desaconsejan el uso de células embrionarias.


Cuando una pareja se somete a un proceso de fecundación in vitro, las clínicas de reproducción asistida crean muchos más embriones de los que se van a implantar luego en el útero de la mujer, a fin de aumentar las probabilidades de éxito. Primero descartan los que, examinados al microscopio, parecen defectuosos; de los seleccionados implantan uno o dos, y congelan los sobrantes por si falla el primer intento. En España se estima que existen más de 200.000 embriones humanos congelados, cifra en tendencia ascendente al igual que en otros países de Europa. Sólo entre Gran Bretaña, Francia y España se podrían superar el millón de embriones crio-conservados. En 1996 se produjo en Gran Bretaña la primera destrucción masiva de embriones congelados que nadie quería adoptar. El público sintió conmoción. De hecho, se han destruido casi 1,2 millones de embriones entre 1995 y 2005 según un informe de la Cámara de los Lores. Algunos científicos abogan porque estos embriones pudieran ser destinados a parejas infértiles que desean descendencia. Snowflakes, un programa norteamericano que promueve la adopción de embriones, ha conseguido ya que 157 niños nacieran de esta forma, ya que, según su experiencia, de los embriones clasificados como “deficientes” también han nacido niños sanos.


Sin embargo, el avance científico más reciente y espectacular al respecto lo constituye la reprogramación de células adultas en células de tipo embrionario (sin que provengan de embriones destruidos). Estas células se han bautizado “células pluripotentes inducidas” o “iPSs”. Este paso ha sido calificado de revolucionario por la comunidad científica. Siempre se había pensado que la evolución celular (de la edad embrionaria a la época adulta) era un camino de una única dirección, pero se ha logrado invertir el proceso. Primero en julio de 2006 y luego en verano de 2008, unos investigadores japoneses lograban la conversión de células de la piel de ratones en células madre con las características de las embrionarias. Se demostró que aquellas células de cola de ratón reconvertidas en células embrionarias, eran pluripotentes y podían convertirse en cualquier tipo de célula.

Desde entonces, varios grupos de científicos han repetido esta metodología siempre en animales. Pero el paso definitivo, que era conseguir los mismos logros con células humanas, lo han dado ahora esos científicos japoneses al mismo tiempo que otros investigadores norteamericanos. Un equipo fue el dirigido por Shinya Yamanaka de la Universidad de Kioto (Japón); el otro grupo de investigación trabajaba en el laboratorio de James Thomson, de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos). Han logrado reprogramar células de la piel humana y las han transformado en células madre pluripotentes, similares a las que se podrían obtener de los embriones humanos.La célula ya diferenciada de la piel se convirtió así en una célula madre pluripotente capaz de convertirse de nuevo, no ya en piel, sino en cualquier tipo de célula del organismo humano (hay 220 tipos de células que forman los diferentes tejidos del cuerpo adulto).

Teóricamente, con las iPSs se puede lograr todo lo que se puede hacer con las células embrionarias; además estas células son probablemente más relevantes a nivel clínico que las células madre embrionarias; con el uso de estas células no habría problemas de rechazo.

En todo el mundo ha habido un clamor unánime, al constatar que es un gigantesco avance científico que presenta, al menos, cuatro grandes ventajas: primero, permite la producción ilimitada de células madre pluripotentes debido a la abundancia de la propia piel (y no es el único tejido adulto del que se han obtenido células madre) sin necesidad de utilizar óvulos humanos; segundo, no ocasionaría problemas de rechazo porque el donante y el receptor podrían ser el mismo individuo (las células tendrían el mismo código genético); tercero, las células adultas a reprogramar son mucho más fáciles y económicas de obtener y, finalmente, no menos importante, confirmaría que no se necesita manipular embriones humanos para lograr células madre. La revista Nature Stem Cells (1 de mayo de 2008) comentaba que “es revelador el entusiasmo con que los científicos más importantes del campo de las células madre embrionarias están dejando ese campo para pasarse a la reprogramación celular”.

Con este descubrimiento se ha puesto de manifiesto que algunos científicos han seguido trabajando racionalmente sin atender a las presiones de ciertos grupos de presión que han tratado de impulsar únicamente la línea de investigación con células madre embrionarias, a pesar de que son muy difíciles de controlar, generan tumores e implican la destrucción de embriones humanos. No hay que olvidar que están en juego muchos intereses económicos.

De todas formas, los experimentos recién publicados son un extraordinario adelanto, pero es pronto para que haya una aplicación terapéutica directa y accesible de las IPS. De hecho este método también cuenta con varios problemas, que por razones de complejidad técnica no comentaremos. Hay que actuar con mucha prudencia y no dejarse “acostumbrar por la praxis y lo que hacen otros, ya que se allanaría el camino hacia una eugenesia liberal” tal y como advierte el filósofo alemán Jürgen Habermas en su libro "El futuro de la naturaleza humana".


Conclusiones

1. Hay varios tipos de células madre, con características muy distintas entre ellas.

2. Las células madre adultas: se obtienen de tejidos adultos, no producen cáncer, no producen rechazo, son baratas de obtener, son técnicamente fáciles de obtener, no tienen problemas éticos y se han comprobado eficaces en numerosas enfermedades en estudios realizados en seres humanos.

3. Las células madre embrionarias: se extraen de embriones humanos a los que hay que destruir, producen cáncer, producen rechazo, son caras de obtener, son técnicamente difíciles de obtener, tienen serios problemas éticos y, hasta ahora, no han demostrado eficacia en estudios realizados en seres humanos.

4. Hasta ahora ha habido cientos de estudios que confirman la eficacia de las células madre adultas para algunas enfermedades mientras que no existe ningún estudio que demuestre que las células madre embrionarias sean útiles en humanos.

5. Las células pluripotentes inducidas "IPS" suponen un avance científico extraordinario, aunque todavía no existen aplicaciones clínicas.

Investigadores ingleses aseguran que el dolor intenso de un infarto ayuda a la recuperación

Fuente: BBC, 10 abril.-

El dolor intenso que siente un individuo que está sufriendo un infarto puede en realidad ser beneficioso, dicen algunos científicos. Y los medicamentos que se administran a estos pacientes para aliviar el dolor, como la morfina, podrían bloquear el proceso de recuperación.

Según los investigadores de la Universidad de Bristol, Inglaterra, el dolor envía señales a las células para que reparen el daño que causa un infarto en el corazón.

Los fármacos analgésicos bloquean esas señales, obstaculizando ese proceso de reparación, dice el estudio publicado en "Circulation", la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón.

Se sabe que el dolor es un proceso muy complejo que no sólo sirve para advertirnos que algo está mal, también puede echar a andar mecanismos en el organismo que ayuden a reparar el problema.

En la nueva investigación, el profesor Paolo Madeddu y su equipo descubrieron en experimentos con ratones que durante un infarto -cuando un coágulo bloquea una arteria a través de la cual circula oxigeno al corazón- las señales que envía el dolor a los nervios cardíacos atraen a las células madre que se encargan de reparar el daño causado durante el evento.

El hallazgo, afirman los investigadores, puede tener implicaciones muy importantes para el cuidado de los pacientes con infarto.

El tratamiento rutinario para estos pacientes incluye la administración de morfina para aliviar el dolor, pero la morfina, igual que otros analgésicos, funciona bloqueando las señales del dolor, incluidas las que promueven la actividad de las células madre para reparar el músculo cardíaco.

Tal como explica el profesor Madeddu, durante el infarto los nervios cardíacos liberan una sustancia, llamada "sustancia P", la cual se encarga de "reclutar" a las células madre desde la médula ósea hasta el sitio de la lesión.

Cuando llegan a las arterias dañadas las células madre pueden generar nuevos vasos para restaurar el flujo sanguíneo y el abastecimiento de oxígeno al corazón.

El hallazgo apoya los resultados de otros estudios que han encontrado una alta mortalidad de pacientes que recibieron morfina durante un evento coronario.

Pero tal como señalan los científicos, ahora habrá que llevar a cabo más estudios para confirmar estos resultados y reevaluar la mejor forma de aliviar el dolor de estos pacientes sin minimizar sus posibilidades de recuperación.

Quizás, dicen, se podrían desarrollar nuevos medicamentos basados en la sustancia P que ayuden a la reparación del daño de un infarto.

"Nuestro hallazgo de que los receptores del dolor están involucrados en la reparación de vasos sanguíneos dañados, reclutando a células madre, podría llevarnos a nuevas formas de mejorar los mecanismos naturales de reparación del organismo" expresa el profesor Madeddu.

"El objetivo último es desarrollar una terapia que ayude a regenerar el músculo dañado o perdido después de un infarto" agrega.

Por su parte, la doctora Hélène Wilson, de la Fundación Británica del Corazón, que ayudó a financiar el estudio, expresa que "el dolor es un proceso muy complicado".

"No solamente es la forma que tiene el organismo de advertirnos que algo está mal, cuando sentimos dolor también puede ser una señal de que el organismo está haciendo todo lo posible para arreglar el daño".

"Este estudio, además de abrir nuevas e importantes posibilidades para el desarrollo de tratamientos de reparación cardíaca, muestra el potencial papel que tiene el dolor en nuestra respuesta natural ante un infarto".

"El dolor de un infarto es una experiencia extremadamente angustiosa para los pacientes, y tenemos que hacer todo lo posible para ayudar a mantener ese dolor al mínimo".

"Pero este descubrimiento presenta la posibilidad de que en el futuro podamos manejar el dolor de forma más efectiva durante un infarto y al mismo tiempo reducir al mínimo el daño que causa" agrega la experta.

martes, 10 de abril de 2012

La supervivencia del trasplante de médula ósea puede alcanzar hasta el 72 %

Fuente: EFE, 9 de abril.-

Un estudio de la Unidad de Hematología del hospital sevillano Virgen del Rocío, en el que ha colaborado el Morales Meseguer, de Murcia, ha demostrado que la supervivencia del trasplante de médula ósea puede alcanzar hasta el 72 % de los casos, según ha informado hoy un comunicado de este centro hospitalario.

La Unidad de Hematología del Virgen del Rocío ha liderado un estudio multicéntrico que ha demostrado la mayor efectividad de una combinación farmacológica para prevenir la denominada "enfermedad injerto contra huésped", principal causa de mortalidad en los trasplantes de progenitores hematopoyéticos (de médula ósea).

La supervivencia, a los dos años del trasplante de donante no emparentado, alcanza el 72 por ciento de los casos, frente al 44 por ciento obtenido con otros tratamientos clásicos, mientras que la mortalidad baja 20 puntos, desde el 38 al 18 por ciento.

Estos resultados se han presentado en el último congreso nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia y en la reunión de la Sociedad Americana de esta especialidad.

El estudio, dirigido por el doctor Pérez Simón, se ha realizado entre el 2007 y el 2011 en los hospitales Universitario de Salamanca; Clínic y Sant Pau, de Barcelona; el Clínico de Valencia, el Morales Meseguer, de Murcia, y el Virgen del Rocío, de Sevilla.

Estos centros han comparado la evolución de 95 pacientes, la mitad de ellos tratados con la combinación de ciclosporina más mofetil micolenolato y la otra mitad con sirolimus más tacrolimus.

La incidencia de la enfermedad injerto contra huésped crónica se ha reducido del 88 por ciento en el caso de los pacientes tratados con la combinación ciclosporina y mofetil micolenolato al 55 por ciento en aquellos tratados con sirolimus y tacrolimus.

La supervivencia ha sido del 30 por ciento para el primer grupo de pacientes y del 59por ciento para el segundo.

Una hormona procedente de células madre de grasa reduce el nivel de azúcar en sangre

Fuente: La Gaceta, 9 de abril.-

Científicos de la Universidad de Texas han descubierto una hormona que hace que los músculos asimilen el azúcar; este factor, que puede ser inducido a partir de células madre de grasa, podría dar lugar a un nuevo tratamiento para reducir el azúcar en la sangre y mejorar el metabolismo, según un informe publicado en 'Cell Metabolism'. La nueva grasa, derivada de la hormona, parece ser una alternativa útil, o un complemento, de la insulina; puede hacer, esencialmente, el mismo trabajo: enviar la glucosa de la sangre al músculo.

Jonathan Graff y su equipo, del Centro Médico Suroeste de la Universidad de Texas, manipularon una vía de desarrollo clave en las células madre de grasa, en ratones, descubriendo entonces que los animales comenzaron a mostrar niveles sanguíneos muy bajos de azúcar. Los músculos de los animales consumían más glucosa de lo normal, debido a la abundancia de transportadores de glucosa en su superficie. Este descubrimiento también sorprende porque los animales, además, carecían de reservas de grasa, una condición conocida como lipodistrofia que, normalmente, se traduce en lo contrario: hiperglucemia y diabetes.

Los ratones del estudio respondían normalmente a la insulina, pero ésta no afectó el apetito inusual de los músculos; la fuente del cambio de la actividad muscular tuvo que ver con las células madre de grasa manipuladas.

Otros experimentos revelaron que los músculos de los ratones siguieron consumiendo azúcar extra al ser aislados en el laboratorio y expuestos a suero sanguíneo. "Observamos, así, que estos efectos eran secundarios a las señales de transmisión sanguínea enviadas por los progenitores de las células de grasa manipuladas", explica Graff. Esta señal puede ser generada sólo por las células madre de grasa, y no por células de grasa ya maduras; cuando los investigadores realizaron la misma manipulación en células de grasa adultas, no encontraron tal efecto en el azúcar de la sangre, o los músculos.

Los resultados de la investigación destacan un nuevo efecto hormonal, que parece tener un potencial terapéutico real. Graff concluye que, "existe la posibilidad de usar este hallazgo para reducir y ayudar a controlar el azúcar en sangre". Alternativamente, podría existir una manera de estimular las células madre de grasa del cuerpo, para que produzcan, ellas mismas, más cantidad de factor anti-diabético.

martes, 3 de abril de 2012

TRASPLANTES DE MÉDULA ÓSEA. PROCEDIMIENTOS

Quizás porque son más difíciles de comprender o porque resulta casi mágico que con una especie de transfusión se pueda salvar una vida, los trasplantes de médula ósea no se llevan grandes titulares en los periódicos. Sin embargo, los trasplantes de médula van en aumento.

Las razones de este incremento son varias, como que haya un mejor manejo de pacientes con protocolos más perfeccionados, que hayan mejorado las terapias de soporte y antiinfecciosas y que se haya ampliado el tipo de fuente de progenitores hematopoyéticos. Si antes las células de cordón umbilical se utilizaban sólo en pacientes pediátricos ahora también se utilizan con adultos.

Aunque genéricamente se llaman trasplantes de médula ósea, en realidad lo que se infunde al enfermo como si fuera una simple transfusión son células madre obtenidas de tres fuentes: la propia médula ósea (de ahí su nombre), la sangre periférica o la de cordón umbilical. El trasplante de médula es un procedimiento mediante el cual se extraen progenitores hematopoyéticos, células madre, de la médula ósea del donante y se infunden al paciente previa preparación del mismo.

Estas células madre del donante se encargan de crear una médula ósea sana para el paciente aquejado de leucemia aguda, linfoma, mieloma, aplasia medular u otras hemopatías constitucionales, patologías que afectan a la médula ósea, "la fábrica de la sangre". Porque, por ejemplo, un paciente con leucemia no tiene una producción normal de células sanguíneas, por lo que con un trasplante lo que se busca es infundir células sanas para repoblar su médula.

A diferencia de un trasplante de órganos que requiere una operación, introducir las células madre al torrente sanguíneo mediante una especie de transfusión resulta comparativamente fácil. Lo duro de estos trasplantes es la preparación previa y el cuidado posterior que requieren. Antes de transfundir las células madre del donante, al paciente hay que destruirle su médula ósea porque está enferma, lo que se hace con quimio-radioterapia a altas dosis. Una vez que se queda sin su médula y se le infunden las células madre, hay que esperar a que éstas aniden en la médula del paciente produciendo células sanas, una fase que dura unas dos a cuatro semanas. Ese período, denominado de aplasia, es delicado porque el enfermo, al no tener todavía una médula nueva, carece de defensas. En esta fase es necesario que permanezca en una habitación aislada para evitar las complicaciones más habituales como mucositis o infecciones, por lo que la vigilancia y el control médico es máximo.

Las células sanas del donante se pueden extraer consiguiendo médula de la pelvis, que es la zona que más acumula, por multiaspiración -una técnica que se realiza en quirófano y con la que se consigue aproximadamente un litro de médula ósea-; con la estimulación de la salida de células madre de la médula al torrente circulatorio -una técnica que se realiza con catéter como una extracción de sangre normal como cuando se dona plasma en la que se consiguen hasta 200 centímetros cúbicos de células- y a través de la sangre de cordón umbilical, muy rica en células madre y que tienen la peculiaridad respecto a las de adulto de que son unas células más inmaduras, por lo que permiten trasplantes sin necesidad de una identidad absoluta.


A la hora de buscar al donante primero se busca entre hermanos HLA compatibles. Si no se encuentran (los padres dan información sobre el HLA aunque sólo son donantes en casos excepcionales) se pasa a la búsqueda internacional de donantes no emparentados. El donante "ideal" es el que tenga el mismo sexo, el mismo grupo ABO, que sea joven y serológicamente CMV negativo.

Con los donantes adultos y la sangre de cordón se cubre el 90% de las necesidades de médula para un trasplante. Pero hay un pequeño porcentaje de pacientes para los que no se encuentra donante, por lo que se recurre al tasplante haploidéntico. Por las leyes de Mendel se puede encontrar a un padre, madre o hermano que comparta la mitad de nuestra dotación cromosómica. En estos casos la donación tiene que ser obligatoriamente de médula ósea, no de sangre periférica. En estos pacientes hay que acondicionarlos de forma especial con ciclofosfamida a altas dosis tras la infusión para evitar que su sistema inmunológico genere un rechazo agudo y lleve a la muerte del paciente.

Y es que los trasplantes de médula son un procedimiento muy agresivo y con una mortalidad que ronda entre el 10 y el 30% en el primer año.

También se utilizan los trasplantes autólogos para pacientes con linfomas o leucemia aguda sin donante compatible. En estos casos la donación es de células del propio paciente y si recaen se les ofrece ya un donante familiar o no emparentado. También se puede hacer un doble trasplante, llamado también en tándem, en el que se hace un autotrasplante seguido de un microalotrasplante.




BÚSQUEDA DE DONANTES

Cuando se determina que un paciente necesita un trasplante de médula se activa toda una red internacional en busca de un donante que pueda salvarle la vida. Es una búsqueda a la que se recurre si no hay hermanos del paciente compatibles y de ello se encarga la Fundación Josep Carreras a través del registro Redmo (Registro oficial de donantes de médula ósea en España), que se creó en 1991.

Si hay un paciente que necesita una donación los médicos mandan sus datos a la fundación, que activa el proceso y que busca por todo el mundo entre un registro internacional en el que figuran todas las personas que se han definido como donantes de médula y han dado una primera muestra inicial.

Este es el cauce oficial pero ante cada caso, por la alarma que genera entre sus familiares, los médicos reciben una auténtica avalancha de candidatos, a lo que se sumaN los llamamientos de personas famosas a donar médula ante un caso puntual como recientemente cuando el futbolista Cristiano Ronaldo pidió donantes para el hijo del jugador del Granada CF Carlos Martins. Esos casos son muy mediáticos pero no son nada científicos.

De hecho, sólo cuando los padres son primos hermanos tiene sentido hacer la búsqueda familiar.

Cuando se selecciona un donante en cualquier lugar del mundo se contacta con él y se le realizan nuevos estudios de salud tras comprobar que sigue manteniendo su intención de donar. Tanto el hospital receptor como el donante acuerdan si la extracción es de células madre de la cresta ilíaca mediante aspiración en quirófano o de la sangre periférica tras estimulación previa. Además, se coordinan las fechas para hacer coincidir la llegada del material con el trasplante.

Una vez conseguidas las células se transportan en avión a cualquier parte del mundo por mensajería urgente hasta el hospital de destino, donde se tiene preparado al paciente.

Todo un protocolo y engranaje en el que participan cientos de personas en total y que consigue salvar vidas con un hecho tan sencillo como una donación de sangre.

Un ensayo clínico revela que las células madre podrían revertir los daños causados por un infarto

Los Ángeles (EEUU), abril de 2012.-

Para la mayoría de los seres humanos la búsqueda de alternativas que ayuden al buen funcionamiento del corazón siempre resultan atractivas, sobre todo cuando las personas han sufrido un infarto, es por ello, que los nuevos hallazgos en este tema resultan alentadores para millones de pacientes. En febrero de este año, The Lancet publicó los resultados de un ensayo clínico que se llevó a cabo en el Instituto de Cardiología del Cedars Sinaí, Los Ángeles, el cual reveló que tras practicar una terapia con células madre cardíacas, se logra la regeneración del corazón.

El estudio fue aplicado a más de 20 pacientes en edad promedio de 53 años que habían sufrido un infarto, el cual había dejado daños en el músculo cardíaco. Los pacientes recibieron el tratamiento en el Instituto Cardiológico Cedars-Sinaí de Los Ángeles y en el hospital Johns Hopkins de Baltimore.

De estos pacientes, ocho siguieron un tratamiento convencional incluyendo medicamentos tradicionales, ejercicio y dieta.

El resto de los 17 pacientes, recibió la innovadora terapia con células madre del corazón, obtenidas de su propio tejido, a través de una biopsia en la que con un catéter que se insertó en una vena en el cuello, los médicos extirparon pequeños trozos del tejido de este órgano.

El tejido se envió al laboratorio especializado del Dr. Marbán en el Hospital Cedars Sinaí, Los Ángeles, donde se aplicaron los métodos que él creó para cultivar y multiplicar las células. Entre 12 y 15 millones de estas células cardiacas fueron reintroducidas con un catéter en las arterias coronarias de los pacientes.

Después de un año, los pacientes que se sometieron al procedimiento con células madre mostraron una reducción del 50 por ciento en el tamaño de la cicatriz provocada por el ataque, también reportaron un aumento considerable en el músculo del corazón sano después de este tratamiento, mientras que los pacientes tratados de manera convencional no presentaron reducción del tejido dañado.

“Luego de una década en la que se habían realizado ensayos de tratamientos con terapias celulares, se logró este hallazgo, los resultados son considerables y han funcionado mejor en las pruebas que se han realizado con los seres humanos en comparación con los ensayos aplicados en animales”, afirmó el Dr. Eduardo Marbán, director del Instituto de Cardiología del Cedars Sinaí, Los Ángeles.

Estos resultados señalan que en el futuro se experimentarán cambios significativos en la forma de atención de los pacientes con infartos, así lo comentó el Dr. Shlomo Melmed, decano del cuerpo docente de medicina del Hospital Cedars Sinaí. “Antes lo que los médicos hacíamos era tratar de minimizar el daño del corazón, destapando la arteria ocluida, ahora con estos resultados posiblemente existirá un tratamiento que regenere y revierta el daño causado por el infarto”.

El ensayo clínico fue parte de un estudio de investigación en fase 1 aprobado por el Departamento de Control de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y respaldado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (National Heart, Lung and Blood Institute).

Con este estudio se muestra que las consecuencias de un infarto se pueden revertir mediante una infusión de células madre y, probablemente en poco tiempo, habrá nuevas esperanzas para los pacientes.

La red de tráfico de células madre cobraba hasta 2.500 € por la extracción de sangre del cordón umbilical

Alicante, 2 de abril (EUROPA PRESS).-

Los tres detenidos la pasada semana por la Guardia Civil en la provincia de Alicante como integrantes de una presunta red dedicada al tráfico de células madre, cobraban a sus víctimas entre 1.800 y 2.500 euros por la extracción de sangre del cordón umbilical, y ofrecían envíos del material genético a Alemania para su supuesta conservación y tratamiento, que eran falsos, ha informado en un comunicado el Instituto Armado.

Agentes de la Benemérita, en el marco de la denominada Operación 'Cigoto', detuvieron el pasado martes en las localidades alicantinas de Ibi y Castalla al responsable de una empresa, a su esposa y a otra mujer, por delitos de estafa continuada y falsedad documental relacionados con la criogenización de células madre.

De las declaraciones recibidas de varias de sus víctimas, la Guardia Civil descubrió que el presunto líder de la red cobraba entre 1.800 y 2.500 euros por la extracción de las células madre y su posterior conservación, y expedía contratos de prestación del servicio y certificados del resultado de almacenaje y conservación de la muestra, así como certificados de criogenización falsos.

Los ahora detenidos hacían creer a sus víctimas que la muestra extraída de la sangre del cordón umbilical era remitida a laboratorios alemanes para su preservación y tratamiento, han señalado las mismas fuentes.

Además de los arrestos, se realizaron dos registros domiciliarios en los que los agentes se han incautado del material quirúrgico utilizado por los supuestos integrantes de la trama para confeccionar los kits de extracción de las muestras.

Según la Benemérita, en agosto del pasado 2011, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), comunicó a la Guardia Civil que las autoridades sanitarias alemanas habían detectado la falsificación de un certificado de Normas de Correcta Fabricación de Medicamentos que la mercantil 'Representaciones Biomédicas de Levante, S.L.', con razón social en Alicante, había remitido a Alemania con fines comerciales en cuanto al tratamiento de células madre.

Dicho documento había sido expedido a nombre de un laboratorio alemán llamado 'Bocryo Stammzelltechnologye Gmbh' que no existe, cuya denominación era muy similar a otro real.


En ese momento, la Guardia Civil de Alicante inició la investigación, y constató que el administrador de la mercantil 'Representaciones Biomédicas de Levante' era R.C.L., vecino de la localidad alicantina de Ibi, que había sido despedido en febrero de 2011 de la empresa de este sector para la que trabajaba desde 2007 como delegado comercial, en la zona de Levante, Albacete y Murcia.

A raíz de su despido, creó las marcas comerciales 'Instituto Celular' y 'Cryocell', haciendo creer a personal sanitario (ginecólogos, matronas, empresas de ecografías) que la empresa para la que trabajaba había cambiado el nombre comercial por estos últimos, aprovechándose de la cartera de clientes que había creado durante el tiempo que trabajó para dicha empresa.
De esta manera, el ahora detenido abrió en Internet las páginas web 'www.institutocelular.es' y 'www.cryocell.es', dando también charlas en clases de preparación al parto, con la intención de captar nuevos clientes.

Según el relato de la Guardia Civil, R.C.L. hacía creer a los ahora perjudicados que la muestra extraída de la sangre del cordón umbilical era remitida a laboratorios alemanes para su conservación cuando en realidad no era así, desconociendo el destino que le daba a la misma.

Desde la Benemérita han explicado que esas muestras eran destruidas, almacenadas de manera irregular o incluso comercializadas en el mercado, o en laboratorios para otros fines distintos a su conservación y almacenaje.


En la mañana del pasado martes, 27 de marzo, además de al supuesto cerebro de la trama, los agentes detuvieron a la esposa de éste --M.M.B.-- y a otra mujer que actuaba en connivencia con ambos, cuyas iniciales son V.K.C.G., los cuales, mediante engaño y falsificación de documentación y sellos, habrían estafado a un número "elevado e indeterminado" de personas.

Además, se practicaron dos registros domiciliarios en los que se halló documentación falsificada de 'Bocryo Stammzelltechnologye Gmbh', sellos estampados en los contratos falseados, útiles para falsificar contratos y certificados de criogenización, material y soportes informáticos, teléfonos móviles y numeroso material sanitario para confección y envío de los kits de extracción de la sangre del cordón umbilical.

Los detenidos fueron puestos a disposición del juzgado de instrucción número dos de Ibi (Alicante), quien decretó el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de R.C.L. y la puesta en libertad con cargos de las otras dos implicadas.

La Guardia Civil ha habilitado la cuenta de correo electrónico 'damnificados-celulasmadre@guardiacivil.org' para que toda persona que crea que haya podido ser víctima de esta estafa lo comunique por ese medio.

lunes, 2 de abril de 2012

El nuevo Instituto Vasco para la Ciencia y la Salud albergará una unidad de investigación en terapias avanzadas

El País, 1 de abril.-

Biocruces, el nuevo Instituto Vasco para la Ciencia y la Salud, promovido por Sanidad e inaugurado oficialmente el pasado jueves, centrará gran parte de su atención investigadora en las denominadas terapias avanzadas. El principal centro de investigación sanitaria de Euskadi, en el que trabajan 595 profesionales de alta cualificación —el 78% pertenece a Osakidetza—, contará desde finales de año con una unidad de fabricación de medicamentos celulares —más conocida como sala blanca-. Esta instalación de trabajo en ambiente controlado se dedicará en concreto a la fabricación de células madre de uso clínico con rango de medicamento para distintas aplicaciones terapéuticas. Es el primer equipamiento de este tipo con que cuenta un centro público vasco.

En las dos últimas décadas, el progreso en el conocimiento y el desarrollo de métodos y tecnologías de investigación avanzada en biología celular y molecular ha permitido crear una nueva disciplina: la medicina regenerativa. Su finalidad es conseguir la reparación y recuperación funcional de tejidos dañados o lesionados. “Biocruces responderá a las grandes preguntas de las grandes patologías. Se trata de transformar el potencial científico en bienestar humano”, señala su director científico, Ildefonso Martínez de la Fuente.

El centro participa en 155 proyectos científicos nacionales e internacionales, y también investigará sobre las denominadas enfermedades raras —las que afectan a menos de cinco personas por cada 10.000 habitantes— como la osteogénesis imperfecta —los huesos de cristal— o la histiocitosis infantil. “Vamos a trabajar tanto en enfermedades comunes con un enorme impacto social como en las raras, porque para nosotros una persona ya es lo más importante”, asegura Martínez de la Fuente.

Otra gran área de trabajo del instituto serán las nanopartículas, enfocadas a mejorar el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades. Uno de los problemas para abordar el cáncer, por ejemplo, sigue siendo la falta de especificidad para diferenciar entre células sanas y enfermas, de manera que todas se ven afectadas por el tratamiento.
Un grupo de investigación de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV intenta solucionar este problema usando nanohidrogeles inteligentes —pequeñas partículas capaces de detectar las células enfermas y liberar el fármaco donde resulta necesario-.

Biocruces favorecerá el desarrollo de tecnología para hacer seguimiento en tiempo real de distintas clases de pacientes. Es decir, se crearán nuevos dispositivos para el diagnóstico y tratamiento, equipamiento quirúrgico, nuevos materiales y fármacos, productos biotecnológicos y para la ayuda a la dependencia y procesos asistenciales.

La investigación se extenderá tanto a enfermedades comunes como raras. El instituto participa en 155 proyectos científicos nacionales e internacionales. Entre estos últimos, se pueden destacar seis europeos financiados con más de un millón y medio de euros. Además, lidera uno de los principales proyectos continentales en neonatología dotado con un millón de euros. También coordina y participa en un número relevante de organizaciones biomédicas, tanto españolas como internacionales.

Biocruces es un referente de investigación en el País Vasco en diversas áreas que abarcan diferentes especialidades, como las demencias, las técnicas de braquiterapia HDR en el tratamiento de cáncer de próstata y ginecológico, la infección por citomegalovirus, las enfermedades autoinmunes y las artropatías cristalinas, entre otras. Igualmente es un centro de referencia internacional en la investigación en enfermedades metabólicas.

Las áreas básicas de investigación son siete: cáncer; endocrino; metabolismo y nutrición; neurociencias; salud maternoinfantil y reproducción asistida; enfermedades inflamatorias, crónicas e infecciosas y cirugía y biotecnología.

Los 73 grupos científicos trabajan repartidos por distintas áreas del hospital baracaldés con un presupuesto anual de 2,5 millones de euros. Dentro de unos dos años contará con un complejo propio, ubicado también dentro de dicho centro sanitario, que sumará más de 8.000 metros cuadrados en sus seis plantas y 400 laboratorios. En otoño próximo arrancarán las obras, cuyo coste se elevará hasta los 10 millones de euros. La financiación del centro corre a cargo del Instituto de Salud Carlos III, al que se le deberá reembolsar la partida sin intereses en los próximos años.

El Hospital de Cruces cuenta con una larga trayectoria investigadora que se remonta más de 23 años atrás, pero Biocruces se puso inicialmente en marcha a finales de 2010con el fin de reagrupar a todas sus unidades y ganar competitividad.
El año pasado, sus investigadores publicaron 354 artículos científicos. El primer instituto de investigación sanitaria que se abrió en Euskadi fue Biodonostia, inaugurado en el mes de noviembre de 2010, que cuenta con 270 profesionales. En España existen cinco institutos parecidos al vizcaíno: cuatro están en Barcelona (Vall d'Hebron, Clínic, Trías y Pujol y Bellvitge) y el restante en Sevilla (Virgen del Rocío).

CÉLULAS MADRE MESENQUIMALES (MONOGRAFÍA)

Fuente: Monografias.com

Las células madre mesenquimales son células pluripotentes y adultas con morfología fibroblastoide y plasticidad hacia diversos linajes celulares como condrocitos, osteocitos y adipocitos entre otros. Estas células pueden ser aisladas principalmente de médula ósea, sangre de cordón umbilical y tejido adiposo de donde se han logrado establecer cultivos que han permitido estudiar sus propiedades funcionales y fenotípicas. Aunque la información obtenida hasta la fecha no brinda un conocimiento completo, se espera que con el desarrollo de próximas investigaciones se aclaren diversos aspectos biológicos para implementar su uso en medicina regenerativa. Esta revisión presenta una visión general sobre las células madre mesenquimales: morfología e inmunofenotipo, ontogenia, fuentes de obtención y aplicaciones clínicas.


Definición

Diferencias entre los términos de células madre mesenquimales y células mesenquimales para que estos no sean utilizados indistintamente:

• El tejido mesenquimal o mesénquima es el tejido conectivo embrionario que procede del mesodermo y tiene una gran variedad de tipos celulares. A partir de este tejido, por diferenciación celular y regulación diferencial, se originan patrones de desarrollo diferentes que provocan la aparición de tejidos más especializados.

• Desde un punto de vista estricto, las células que se encuentran en el mesénquima son las denominadas células mesenquimales, pero este término no es lo suficientemente descriptivo, ya que se utiliza sin ningún rigor para también hacer referencia a las células madre mesenquimales (CMMs), que son un tipo de células pluripotenciales a partir de las cuales pueden originarse los diferentes tipos de tejidos conectivos.

• Así, mientras que las células del mesénquima no se diferencian en células hematopoyéticas, las CMMs sí que pueden hacerlo. Esto implica que las CMMs son células mesenquimales, pero no todas las células mesenquimales son CMMs.


Morfología e inmunofenotipo

Los progenitores mesenquimales son un grupo de células madres adultas que fueron caracterizadas por Friedenstein, quien las aisló de médula ósea y las describió como células adherentes de morfología fibroblastoide, capaces de diferenciarse hacia células de origen mesodérmico como osteocitos, condrocitos y adipocitos. Varios estudios han asignado a este grupo celular diversos nombres como: Células de Estroma Medular, Unidades Formadoras de Colonias Fibroblastoides, Precursores Estromales o Células Adultas Progenitoras Multipotentes o MAPCs (Multi-Potent Adult Progenitor Cells). En el año 2006, la Sociedad Internacional de Terapia Celular ó ISCT (Internacional Society of Cellular Therapy) propuso tres criterios para definir las células madre mesenquimales (CMM); primero, éstas células deben ser adherentes en cultivo; segundo, expresar los antigenos CD73, CD90 y CD105 en ausencia de antígenos hematopoyéticos como CD34, CD45, marcadores de monocitos, macrófagos y linfocitos B; y tercero, las CMM deben ser capaces de diferenciarse in vitro en osteoblastos, adipocitos y condrocitos bajo condiciones estándar de cultivo.

Además de lo propuesto por ISCT, también se debe tener en cuenta dos aspectos adicionales para clasificarlas como células madre: que las CMM realicen procesos de autorenovación, es decir, durante la división celular sólo una de las células hijas debe iniciar programas de diferenciación celular y que sean capaces de desarrollar «plasticidad clonogénica» o diferenciación hacia tejidos de diferentes capas embrionarias como ectodermo y endodermo.

ISCT propone la molécula CD73 o 5"-ectonucleotidasa como un marcador de linaje para las CMM. Esta es una glicoproteína cuya función biológica consiste en hidrolizar nucleótidos extracelulares para permitir el ingreso de nucleósidos y así generar ATP y GPT como fuente de energía celular en células diferenciadas. No obstante, el papel que juega CD73 en células madre mesenquimales se cree que está más relacionado con mecanismos de adhesión celular ya que se ha encontrado co-expresada con moléculas tipo alfa-2-integrinas, lo que ha postulado a CD73 como un mediador de adhesión celular en CMM.

Las CMM, aisladas de médula ósea, también expresan la molécula CD90 o Thy-1, una proteína que forma parte de la superfamilia de las inmunoglobulinas y cuyo principal ligando es CD45; se expresa en el 10-40% de las células CD34, y en mayor proporción en tejido conectivo y en células del estroma medular y aunque no se conoce su función en células madre mesenquimales, un estudio muestra que si son sometidas a stress celular mecánico se diferencian hacia células similares a osteoblastos disminuyendo notablemente la expresión de CD90, lo que podría mostrar que este antígeno es un marcador de precursores mesenquimales tempranos que pueden diferenciarse en osteoblastos . CD105, también conocida como endoglina, es una glicoproteína que forma parte del complejo del receptor del Factor Transformante de Crecimiento-B o TGF-alfa y se expresa en monocitos activados, macrófagos activados, precursores eritroides, fibroblastos, células foliculares dendríticas, melanocitos, células cardiacas, células vasculares de músculo liso, células endoteliales... CD105 interviene en la regulación de distintos componentes de la matriz extracelular como fibronectina y colágeno razón por la cual se cree que está relacionada con procesos de angiogénesis y reparación vascular y se sugiere que su expresión en CMM humanas es determinante en la generación de cardiomiocitos.

Además de los antígenos propuestos por ISCT, otros autores proponen moléculas como STRO-1, CD44 y CD166 para la tipificación de células mesenquimales. En 1991 se identificó a STRO-1 como un antígeno específico para CMM aisladas de médula ósea. STRO-1 es un marcador que se expresa en el desarrollo temprano de dichas células, declinando su expresión cuando genes asociados a la diferenciación y expansión osteogénica como el Factor de Unión Core A1 (CBFA1) interactúa con osteopontina y osteocalcina. CD44 es una molécula de adhesión que actúa mediante la interacción con el ácido hialurónico, osteopontina, colágeno, anquirina, fibronectina y metaloproteinasas y contribuye en procesos de adhesión, migración y proliferación de CMM . Además de STRO-1 y CD44, se sugiere que la molécula CD166 o ALCAM (Activated Leukocyte Cell Adhesión Molecule) interviene en la hematopoyesis involucrando a las CMM, participando en el mantenimiento del estado indiferenciado de células madre hematopoyéticas y CMM. Aunque las CMM fueron descritas como células similares a fibroblastos, la morfología de las CMM puede variar según la fuente de obtención; por ejemplo, se ha observado que cuando se aíslan a partir de sangre de cordón umbilical el 93% de la población celular tiene un aspecto ovoide, con respecto al 7% que conserva una morfología similar a los fibroblastos. Por el contrario, cuando estas células son aisladas a partir de medula ósea la relación de células fibroblastoides es mayor con respecto a las ovoides. Este aspecto morfológico es de gran importancia ya que podría tener relación con el inmunofenotipo de estas células según lo postulado por Chang YJ y colaboradores quienes demuestran que si la población mesenquimal es obtenida de sangre de cordón umbilical la gran mayoría no expresan el antígeno CD90, mientras que si la población es de origen medular este marcador es determinante en su identificación, lo que podría explicar en parte los contradictorios resultados que se encuentran publicados con respecto a la expresión de ésta y otras proteínas en CMM.


Caracterización

•Detección

No existe ningún método para detectar a una célula madre mesenquimal aislada. Sin embargo existen antígenos de superficie que pueden ser utilizados para aislar una población de células con capacidad de diferenciación y proliferación similar al de las células madre mesenquimales.

Las CMM deben adherirse al plástico cuando se mantienen en condiciones normales de cultivo.

Más del 95% de la población de CMM debe expresar los antígenos específicos de superficie CD105, CD73 y CD90, adicionalmente, estas células no deben expresar (menos del 2% positivas) CD45, CD34, CD14 o CD11b, CD79a o CD19 y HLA de clase II.

Las células deben ser capaces de diferenciarse a osteoblastos, adipocitos y condroblastos bajo condiciones estándares de diferenciación in vitro.


•Características

Las CMM son un blanco prometedor como terapéutico biológico para un amplio rango de necesidades médicas no resueltas. Las razones para esto son muchas e incluyen: fácil aislamiento y expansión en cultivo, multipotencia, efectos paracrinos, propiedades inmunomoduladoras, conducta migratoria y consideraciones éticas.


Propiedades inmunomoduladoras

Numerosos estudios han demostrado que las células madre mesenquimales evitan el reconocimiento de antígenos interfiriendo en la función de las células dendríticas y de los linfocitos T. Tienen por tanto un efecto inmunosupresor local debido a su capacidad de secretar citoquinas. Este efecto se ve potenciado cuando las células son expuestas a un medio inflamatorio caracterizado por la presencia de niveles elevados de interferón gamma. Otros estudios contradicen algunos de estos descubrimientos, reflejando la naturaleza heterogénea de las células madre mesenquimales, así como las diferencias que pueden surgir de la aplicación de diferentes métodos de estudio en desarrollo.


Conducta migratoria

El uso de CMM para aplicaciones terapéuticas ha sido particularmente aprobado por su capacidad inherente de llegar a los sitios de inflamación causados por lesión en los tejidos después de que son inyectadas vía intravenosa. Chapel et al., demostró en un modelo de insuficiencia de múltiples órganos que las CMM marcadas con la proteína verde fluorescente se alojan en numeroso tejidos, con localización en relación a la gravedad y a la geometría de la lesión. Este proceso es conocido como homing (o anidamiento, en español) y es el proceso esencial por medio del cual las células migran y se implantan en el tejido en el que tendrán efectos funcionales y de protección. Durante la inflamación, el reclutamiento de células inflamatorias requiere una secuencia coordinada de adhesión de múltiples pasos y eventos de señalización, laminación mediada por selectinas, activación celular por citoquinas y quimiocinas, activación de integrinas, adhesión firme al endotelio mediada por integrinas, migración transendotelial, y finalmente la migración/invasión en la matriz extracelular involucrando interacciones dependientes de integrinas y proteasas que degradan la matriz. Es bien sabido que la dirección migratoria sigue un gradiente de densidad de quimiocinas. El aumento de la concentración de quimiocinas inflamatorias en el lugar de la inflamación es un mediador clave del anidamiento de las CMM en el sitio de la lesión. Las quimiocinas son liberadas después de los daños y las CMM expresan varios receptores de quimiocinas. La activación de quimiocinas es también un paso importante en el tráfico de CMM en el sitio de la lesión.


Fuentes de obtención

En estudios recientes se ha señalado que las CMM pueden ser aisladas de muchos tejidos, además de la médula ósea, incluyendo tejido adiposo, hígado, bazo, testículos, sangre menstrual, fluido amniótico, páncreas, periostio, membrana sinovial, músculo esquelético, dermis, pericitos, hueso trabecular, cordón umbilical humano, pulmón, pulpa dental, e incluso de sangre periférica, sugiriendo que las CMM son ampliamente distribuidas in vivo. En los últimos años, el interés ha aumentado por las células madre mesenquimales aisladas de tejido adiposo (AT- CMM) dada su plasticidad de desarrollo y su potencial terapéutico, además de que su obtención es mucho menos invasiva que las realizada a partir de la médula ósea y se obtienen en mayor abundancia.


Cultivos

La mayoría de técnicas de cultivo modernas todavía utilizan el método de CFU-f, donde las células mononucleares de la médula ósea no purificadas o purificadas con ficol son puestas directamente en placas o frascos. Las células mesenquimales, a diferencia de los eritrocitos y los progenitores hematopoyéticos, se pueden adherir al tejido plástico en un período que oscila entre las 24 y las 48 horas. No obstante, ha sido identificada al menos una población de células mesenquimales no adherentes y se ha observado que éstas no se habían obtenido con la técnica mencionada anteriormente.

Existe otro método de citometría de flujo que permite el "sorting" o salida de las células de la médula ósea mediante marcadores de superficie específicos, como sucede por ejemplo en el caso de las células STRO-1. Las células STRO-1+ generalmente son más homogéneas, y tienen tasas más altas de adherencia y de proliferación, pero las diferencias exactas entre STRO-1+ y las células mesenquimales aún no están claras.


Aplicaciones clínicas de células madre mesenquimales

En modelos experimentales se ha demostrado que las CMM son capaces de regenerar tejidos deteriorados o lesionados como hueso, cartílago, tejido hepático o miocárdico; y modular reacciones inmunes en colagenopatías, esclerosis múltiple y trasplantes de médula ósea.

Una de las principales aplicaciones clínicas de las CMM consiste en la reparación de hueso, demostrado in vivo en ratones y en caninos con defectos cráneo-faciales y defectos de huesos largos mediante la administración directa de CMM, con matrices como hidroxiapatito/fosfato tricálcico (HA/TPC) mostrando resultados satisfactorios en hueso especialmente cuando la administración de éstas células es in situ. Estudios sugieren que para garantizar la formación de hueso, es necesario el uso de materiales naturales o sintéticos (transportadores de CMM), como cerámicas o titanio que son materiales inertes y osteoconductivos.

La diferenciación de CMM a condrocitos se ha realizado en matrices tridimensionales con colágeno y con diferentes polímeros modificados como poliacrílico (PAc), poliestireno (PEs) y polietilenglicol (PEG). Se ha observado que la utilización de PAc y PEs en cultivos de CMM promueven su adhesión y proliferación sin diferenciación mientras que el uso de PEG genera un efecto mayor sobre la diferenciación condrogénica.

Las CMM también juegan un papel importante en la reparación de tendón usando como transportador colágeno tipo I con distintas concentraciones autólogas de CMM (1, 4 y 8 x10^6 células/ml); obteniendo una efectividad del 30% en la reparación del tendón, lo que constituye un avance importante si se considera la complejidad del tejido recuperado.

En la reparación de miocardio se han postulado diferentes efectos de las CMM sobre el tejido cardiaco como la diferenciación in situ de éstas células en cardiomiocitos, liberación de factores solubles paracrinos que promuevan la proliferación de células residentes de tejido y/o la fusión de las CMM con células cardiacas.

El modelo animal más usado para evaluar esta aplicación es el corazón porcino donde se ha observado una reducción importante del tamaño del tejido lesionado, neovascularización y reducción de los niveles de apoptosis.

Defectos congénitos en el músculo esquelético como distrofia muscular y otras miopatías, pueden ser teóricamente restaurados con un transplante de CMM que mejora la estructura y función del músculo. CMM obtenidas de la membrana sinovial han mostrado in vivo potencial miogénico en el modelo de ratón mdx con distrofia muscular de Duchenne. Además de las propiedades regenerativas de la CMM, éstas también tienen la facultad de afectar el funcionamiento del sistema inmune. Algunos estudios muestran que las CMM pueden inhibir la proliferación de linfocitos inducida por aloantígenos, mitógenos como fitohemaglutinina y concavalina A; así como la activación a través de anticuerpos anti CD3 y CD28. Durante la maduración de células dendríticas, las CMM puede inhibir la expresión de moléculas involucradas en la presentación de antigenos como CD1a, CD40, CD80, CD86 y HLA-DR. En co-cultivo con células mononucleares de sangre periférica, las CMM incrementan la proporción de subpoblaciones de linfocitos T con fenotipo de células reguladores como CD4+/CD25alto, CD4+/CTLA-4+, CD4+/CD25+/CTLA-4+.

Desde que las CMM fueron descritas se ha profundizado en su caracterización fenotípica, ontogénica y funcional; sin embargo, aún quedan varios aspectos por dilucidar sobre su biología especialmente en lo relacionado con su regulación a través de nichos o microambientes particulares como la médula ósea o el tejido cardiaco ya que si bien es considerada una población celular particular, su funcionabilidad puede variar dependiendo de la interacción directa con otras células o de la liberación de factores solubles específicos de cada microambiente; por esta razón, es importante estudiar las CMM en el contexto de nichos particulares y no generalizar su uso terapéutico sin considerar las variaciones observadas según de la fuente de obtención, número de células utilizadas y microambiente donde se desean utilizar. Una vez se avance en la identificación de los roles biológicos que llevan a cabo las CMM in vivo y los mecanismos moleculares responsables de cada una de estas funciones, la medicina regenerativa ya no considerará tratamientos temporales para enfermedades degenerativas, sino soluciones terapéuticas a largo plazo para una amplia variedad de patologías.


Bibliografía

COOPER GEOFFREY M, HOUSMAN Robert, La célula. Año: 2002 - 2ºedicion Editorial Marbán

http://www.infocelulasmadre.com/celulas-madre-mesenquimales.html