sábado, 14 de julio de 2012

JAUME MARTORELL, DEL SERVICIO DE INMUNOLOGÍA DE TRASPLANTES DEL HOSPITAL CLINIC DE BARCELONA



¿A qué llamamos trasplante de tejido compuesto?
Cuando en vez de órganos, como puede ser el corazón, el pulmón, etc., se trasplanta un conjunto de tejidos diferentes al mismo tiempo: piel, hueso, músculo, vasos sanguíneos y nervios para «reconstruir» una cara, un pie, una mano, una pierna.... Hay que diferenciarlo del trasplante aislado de tejidos concretos: hueso, piel, tendones; que es mucho más habitual y que es muy útil en patologías menos complejas.


Sólo el uno por ciento de los trasplantes que se realizan en España son precisamente de tejido compuesto. ¿Por qué?
Si sólo contamos el tejido compuesto «vivo», es menos del uno por ciento. Y la razón es la indicación. Cuando deja de funcionar un órgano vital y la vida del paciente depende de ello, se trasplanta. Sin embargo, en el de tejido compuesto, los pacientes pueden vivir sin una mano o sin un pie. Por ello se considera que el trasplante de tejidos compuesto no es estrictamente vital. También es cierto que ciertas deformidades generan graves problemas funcionales y sociales. Las secuelas psicológicas son importantes, por ello hay ocasiones especiales en que estos trasplantes sí están indicados.


Uno de los inconvenientes de estos trasplantes es la posibilidad de rechazo.
Es una complicación frecuente que se suele solucionar con un aumento de las dosis de inmunosupresores. Sólo en ocasiones excepcionales, como necrosis generalizada, puede ser necesaria la amputación del injerto. Pero ello puede evitarse siguiendo estrictamente el tratamiento inmunosupresor.


¿Y cómo se controla?
Con fármacos que inhiben la respuesta inmunológica de rechazo (o inmunosupresores). Sólo en los casos más graves en que intervienen los anticuerpos puede ser necesaria la inmunoabsorción o recambios plasmáticos que eliminan los anticuerpos de la sangre.


Dice que la piel del donante, al ser de por sí una barrera contra infecciones, puede estimular la respuesta inmune del receptor, y que para evitarlo barajan la idea de incluir huesos que contengan células de médula ósea del donante.
El tejido que se implanta suele ser reconocido como extraño por los mecanismos de defensa del receptor y tiende a desarrollar linfocitos que atacan al tejido implantado. Si el injerto incluye hueso y en él «viajan» células de la médula ósea del donante, estas células pueden tener un efecto beneficioso. En modelos experimentales se ha comprobado que las células de médula ósea facilitan que los linfocitos de receptor toleren mejor el tejido injertado, con lo que se reduce la probabilidad de rechazo.


¿Quiénes pueden donar?
Personas fallecidas. Y deben cumplir las normas habituales de donación, como no tener enfermedades transmisibles. Y deben cumplir un añadido estético, por ejemplo, en el trasplante de cara, la morfología debe ser compatible con la del receptor para que «encaje». En definitiva, deben cumplir con la seguridad biológica y la compatibilidad de tejidos.


¿Qué posición ocupa España en este tipo de trasplante? 
Tenemos grandes directores de equipo como Jean Pere Barret, pionero en trasplante completo de cara. En Valencia está Pedro Cavadas, referente en el trasplante de extremidades. En Madrid, Luis Landín, referente internacional en trasplante de manos. Pero no son lo únicos. Tenemos un sistema de donación y trasplante que hace que estos trasplantes se realicen en España de forma más fácil (o menos difícil) que en otros países.


¿Qué características debe cumplir el receptor?
En primer lugar, debe ser consciente de que se trata de un protocolo semi experimental, tenga en cuenta que es una técnica que se implantó no hace más de diez años. Por poner un ejemplo, no se han hecho más de 30 o 40 trasplantes de mano en el mundo, y hay ciertos puntos aún por definir. Por otro lado, deben tener una gran motivación psicológica.


¿En qué casos sería inviable?
No todos pueden recibir un trasplante de tejidos compuestos vivos. Deben ser individuos sin otras complicaciones médicas que su deformidad; que se prevea que van a tomar regularmente la medicación inmunosupresora; y que no tengan anticuerpos contra el donante en el momento del trasplante.


¿En el II Congreso de la Sociedad Española de Trasplante, qué conclusiones destacaría? 
El doctor Landín presentó los buenos resultados funcionales obtenidos con los trasplantes de mano. Barret presentó sus resultados en el trasplante de cara y definió todo el proceso de selección, tanto de receptores como de donantes. También se abordaron diferentes estrategias para potenciar la tolerancia del injerto por parte del sistema inmune.

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