Los científicos no desisten, aunque saben que es difícil lograrlo. Los resultados con animales son prometedores pero nada garantiza que los ensayos en humanos vayan a gozar del mismo éxito. Conseguir la reparación de una lesión en la médula espinal es algo que los investigadores siguen calificando como de “ciencia ficción”, aunque las nuevas terapias avanzan por buen camino.
Una de las líneas más interesantes -según los expertos- en la búsqueda de curar una gran lesión en el sistema nervioso central es la medicina regenerativa. De hecho, las investigaciones en este campo han contribuido significativamente a que “en estos últimos 5 a 10 años se haya avanzado mucho más que en los miles de años que llevamos investigando cómo curar o tratar este tipo de patología”, tal y como asegura Joan Vidal, jefe de la Unidad de Lesión Medular del Institut Guttmann (en España) y responsable de la línea de investigación de medicina regenerativa (enlace al vídeo de la entrevista: http://www.technologyreview.es/video/?vid=827).
No en vano, las actividades comerciales en esta área la consolidan como industria emergente, con una inversión privada que se multiplicó por cinco y se triplicó en número de empleados y en unidades de negocio entre 1997 y 2007, según un estudio comparativo publicado en diciembre de 2010 en la revista Journal of the Royal Society Interface.
Gran parte de esta actividad -más de un tercio, según el estudio- tiene que ver con la investigación con células madre. Se trata de una de las líneas más nuevas y más prometedoras, pero también más polémicas, tanto por el dilema ético que plantea el uso de células madre embrionarias como por el riesgo de formación de tumores que en determinados casos conlleva su aplicación.
Una de las grandes promesas que ofrecen estas terapias tiene que ver con la lesión medular. En este sentido, ya se trabaja con dos grandes estirpes celulares adultas que son “seguras” y carecen de peligro de generar tumores, según aseguran tanto Vidal como Jesús Vaquero, jefe de la Unidad de Investigación en Neurociencias del Hospital madrileño Puerta de Hierro. Se trata de las células mesenquimales, extraídas de la médula ósea, y de las procedentes del bulbo olfatorio. Ambas son de procedencia autóloga -del propio paciente- y su eficacia en humanos está aún por demostrar.
Tras años de resultados positivos en estudios con animales, se han iniciado recientemente a nivel internacional en contados países los primeros ensayos en humanos con este tipo de células. Si todo va bien, en pocos meses Vaquero será el primero en hacerlo en España, con un grupo de 12 pacientes con una lesión medular completa a nivel dorsal y diferentes tiempos de evolución.
El motivo de realizar estas primeras pruebas con pacientes con paraplejia total es que, de producirse alguna complicación o efecto no deseado, no habría riesgo de empeorar su situación, ya que carecen por completo de movilidad. Por tanto se trata -según el neurocirujano y catedrático- de “comenzar con un análisis de bioseguridad” y “si comprobamos que es seguro y los pacientes mejoran algo, será el momento de arriesgar más”.
En lo que respecta a las células madre embrionarias, la compañía estadounidense Geron anunció a finales de 2011 que cancelaba por motivos económicos la que iba a ser la primera investigación en fase clínica en pacientes afectados por esta patología. Ninguna otra empresa ha anunciado estudios en este sentido, aunque Advanced Cell Technology y la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.) ya están probando células embrionarias en pacientes afectados por enfermedades de la retina.
De forma paralela a la búsqueda de un tratamiento reparador de la lesión medular se trabaja en vías alternativas o complementarias que eviten el avance del daño en el momento de producirse o que, al menos, minimicen sus consecuencias. Los laboratorios Histocell y Ferrer anunciaban hace poco más de un mes que están desarrollando de manera conjunta un nuevo medicamento para la lesión medular traumática, diseñado para ser eficaz en los primeros días tras la lesión, “que marca una estrategia completamente nueva en el uso de las células madre adultas”.
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