La terapia génica podría ayudar a proteger a los pacientes con un tumor cerebral de los dañinos efectos que produce la quimioterapia. La estrategia, señala un estudio que se publica en Science of Translational Medicine, debería permitir que los pacientes recibieran dosis más altas, y por lo tanto más efectivas de quimioterapia, sin incrementar el riesgo de complicaciones como la anemia, una de las complicaciones más frecuentes entre estos pacientes que obligan a algunos pacientes a abandonar la terapia. Desafortunadamente, interrumpir el tratamiento facilita que el tumor se propague y se vuelva resistente a la quimioterapia.
Se sabe que las células de los tumores cerebrales producen en masa una proteína llamada MGMT que las hace resistentes a la quimioterapia; por eso, para eliminar dicha proteína se emplea un medicamento, llamado benzilguanina, que resensibiliza las células tumorales a la quimioterapia. Pero el empleo combinado de benzilguanina y quimioterapia termina por dañar a las células sanas y a la médula ósea.
En este trabajo, el equipo de Jennifer Adair, del Fred Hutchinson Cancer Research Center en Seattle (EE.UU.) ha diseñado una manera de darle la vuelta a este problema mediante la modificación genética de las células madre de la médula espinal en un pequeño grupo de pacientes con cáncer. Los pacientes tenían tumores cerebrales resistentes a la quimioterapia y muy baja probabilidad de supervivencia.
Los investigadores insertaron un gen protector llamado PK140 en las células madre de los huesos de los pacientes. El gen PK140 está diseñado para proteger a las células del daño que producen los fármacos usados habitualmente en la quimioterapia.
Después de un trasplante de médula espinal, los pacientes recibieron altas dosis de quimioterapia. Los pacientes fueron capaces de tolerar mejor dosis más altas tras el trasplante de células madre, en comparación con aquellos que habían recibido el mismo tipo de quimioterapia pero sin las células madre de la médula espinal genéticamente modificadas. Lo más importante es que los pacientes que recibieron el trasplante sobrevivieron más tiempo de lo vaticinado, sin efectos secundarios negativos de las células alteradas. Los resultados, destacan los expertos, muestran una nueva vía para desarrollar terapias dirigidas a superar la resistencia a la quimioterapia y mejorar la supervivencia en pacientes con cáncer cerebral.
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